Violando a la gorda de mi suegra
Años de soportar su intromisión en nuestra peleas... hasta que llegaría la venganza.
Nunca tuve una buena relación con mi suegra, al contrario, muchas y fuertes discusiones fueron causal de que mi mujer, terminara llorando en la habitación.
La verdad no soy un tipo muy fácil de llevar, pero ella, es mucho peor que yo. Todo lo encontraba mal, siempre me ponía mal con mi mujer en fin, no se como soportamos tantos años viviendo los tres juntos.
Era la típica suegra, que aparece en todos los chistes, gorda, fea, mal genio y con un culo, gigantesco. Bueno, eso debo reconocer, aunque suene morboso, que causaba una gran atracción para mí. Me la imaginaba desnuda, de boca en la cama, con ese enorme culo a mi disposición, para metérselo hasta que me aburriera, pero aparte de eso , no hallaba la hora que se fuera de la casa.
La última semana fue terrible. Estaba conversando con mi señora, discutiendo temas de poca importancia, cuando llego la vieja a entrometerse. Me moleste mucho y comenzamos una terrible pelea que termino casi a gritos.
Mi señora nuevamente termino llorando. Entre lágrimas me decía que por favor le tuviese paciencia a su madre y que estaba muy preocupada, por que, como habíamos hablado ese fin de semana, ella tenía un curso de la empresa desde el viernes hasta el domingo y se iría muy preocupada al saber que no estábamos llevando de esa manera.
Le dije que no se preocupara, que mis planes no eran quedarme con esa vieja el fin de semana y que ya estaba planificando irme de pesca todo el fin de semana, con unos colegas del trabajo.
Llegó el día viernes y mi señora se marcho a su curso. Mis planes eran salir el viernes después del trabajo, pero uno de mis compañeros tuvo problemas y no podía viajar ese día, a si que lo corrimos para el sábado, de madrugada.
Llegue a mi casa a preparar las cosas, anzuelos, caña, etc. Mi suegra, con una cara de perro, me ignoraba completamente y yo a ella. Sin embargo no falto su comentario indirecto, insinuando que mi viaje a pescar era solo una excusa y que seguramente tenía planes de salir el fin de semana con alguna mujerzuela. Nuevamente comenzamos a discutir y me dejó hablando solo. Quedé echo una furia con la vieja amargada, hasta con ganas de golpearla, que manera de sacarme de mis casillas tenía la vieja !!!!!!
Mientras terminaba de ordenar mis cosas, no podía dejar de pensar en la vieja y se me ocurrió una brillante idea de vengarme de una vez por todas de mi suegra.
Nadie en casa sabía que mis planes se habían postergado hasta la madrugada del sábado. A si que salí de casa con todos mis implementos a eso de las 21:00 hrs. Mi suegra se encontraba en el sofá viendo televisión. Pase delante de ella y sin despedirme, cerré la puerta.
Con todos mis implementos, llegue a la casa de mi compañero que tenía el vehículo en que viajaríamos. Me pregunto por que se los llevaba, si supuestamente el me pasaría a buscar a mi casa. Le dije que tenía un panorama, y que de ese, me pasaría directo a su casa, para que nos fuéramos directamente de acá, a buscar a los otros y saliéramos de la ciudad.
Me fui a un bar y me bebí unas copas, para tomar valor y poder realizar mi plan. Cerca de las 2 de la madrugada, me dirigí nuevamente a mi casa. Sabía muy bien que mi suegra estaría durmiendo hace horas, y que además tenía un sueño muy pesado. Me introduje por el portón de la casa, tratando de meter la menor bulla posible y sin que ningún vecino me fuera a ver.
Luego ya en el patio de la casa, me dirigí al cuarto donde guardo mis herramientas, y saque lo elementos que había dejado preparados en la tarde, un pasamontañas, unas cuerdas cortadas a la medida, y un cuchillo, con el que daría a mi suegra el mayor susto de su vida. Me pase por la ventana del baño de servicio, que había dejado abierta en la tarde, apropósito. Me coloque el pasamontañas que me dejara completamente cubierta la cara. La adrenalina que sentía en ese momento era indescriptible. Ya en el pasillo, afuera de la habitación de mi suegra, escuchaba sus fuertes ronquidos.
Pensé en dejar todo de lado, pero me acordaba de todas las cosas que me había dicho y hecho, hasta que a las finales entre sigilosamente a su habitación.
Ahí se encontraba la vieja de espaldas a mi, un gran bulto sobre la cama, que se podía distinguir con la tenue luz que entraba a través de la ventana.
Mis conocimientos en casa y pesca, me sirvieron para llevar las cuerdas preparadas para atarla rápidamente a la cama. Con las cuerdas entre mis dientes, y el cuchillo en la mano, me subí lentamente a la cama, quedando parado sobre ella, con un pie a cada lado de mi suegra. Ella no hasta el momento seguía durmiendo.
Pasaron como 5 minutos y no me atrevía hacer mi siguiente movimiento, cuando de repente ella se mueve y tiende a despertarse. Me abalancé sobre ella, montándome en su espalda. Acerque el cuchillo a su rostro y cambiando la voz, le dije que si gritaba o resistía, se moría ahí mismo.
Ella muy asustada trataba de moverse, pero al estar de boca, y sintiendo el cuchillo en su cuello, con todo mi peso sobre su espalda, no pudo hacer mucho y se quedó muy quieta. Le tome una de sus manos y la amarré a la cabecera de la cama, ya la tenía amarrada a la cama. Me suplicaba que no le hiciera nada, pero ya mis cartas estaban jugadas y no podía dar marcha atrás.
Una vez atada de manos, le coloqué una sábana sobre su cabeza, con instrucciones que no se moviera, luego até sus piernas a la cama, dejándola completamente inmóvil. Ella se quejaba, por que las amarras fueron muy fuertes, pero yo no podía correr ningún riesgo.
Todos mis movimientos fueron en silencio, tratando de hablar lo menos posible solo era ella la que suplicaba. Me decía que en la casa no había dinero, que me llevara lo que quisiera, pero me suplicaba que no lo hiciera nada.
Por ese lado estábamos muy bien, ya que no me reconoció en ningún momento. Ya completamente atada a la cama y con la sábana en la cabeza, pude al fin prender la luz.
Su tremendo cuerpo boca abajo, tapado con una camisa de dormir blanca, quedó ante mis ojos, un poco levantado, mostrando sus grandes calzones color carne, que cubrían a duras penas ese tremendo pedazo de carne.
Mi fantasía oculta, al fin se podía hacer realidad.
Me arrodille a los pies de la cama, y con mis manos, comencé a recorrer cada centímetro de esas tremendas nalgas, manoseándola, apretándolas, jugando con cada uno de sus pliegues.
Ella se resistió un poco, hasta que nuevamente sintió el cuchillo, pinchando sus generosas carnes y se tranquilizó, suplicando que no le hiciera nada. Yo le dije, que si no se movía, no le pasaría nada.
Con el mismo cuchillo, le corte sus calzones, dejando todo el culo expuesto. Era Gigante, monstruosos. Tantos años imaginándomelo, y ahora lo tenía ahí, completamente a mi disposición, había llegado el momento que mi suegra , pagara todas sus intromisiones.
Con mis dedos comence a urgetear si concha, con muy poca vellosidad, al contrario de cómo yo me la imaginaba. Con mis dedos abría sus grandes labios y le metía uno , dos hasta tres dedos sin ningún problema , mientras con mi otra mano me comenzaba a sacar mis pantalones, mientras ella me suplicaba que la dejara.
Ya con mi verga completamente expuesta, dura como palo, me monté sobre ella y se la metí hasta el fondo sin ninguna compasión. Ella lanzó un grito, pero no creo que haya sido de dolor, ya que mi verga entro sin ninguna dificultad. Comencé a violarla, montado completamente sobre ella una y otra vez, como queriendo saciar con ese acto, todos los años que había sufrido por sus comentarios y acciones. Una y otra vez mi verga entró por
su vagina.
Ya casi no reclamaba, y solo sentía su agitada respiración.
Cuando estaba a punto de acabar, me detenía completamente y esperaba un poco, para luego continuar penetrándola con más fuerza aun.
Luego de mucho rato, mi verga se mantenía aun durísima y la concha de mi suegra se encontraba completamente dilatada, y muy mojada. Me di cuenta que la vieja estaba disfrutando ser violada, ya que sus quejidos lentamente, poco a poco fueron cambiando hasta sentirse como quejidos de placer.
Pero mis intenciones no eran esas. Me baje de ella y le abrí sus nalgas. Completamente loco de la calentura, comencé a chuparle sus nalgas, su concha hasta llegar a a meterle mi lengua en el ano. La vieja estaba disfrutando de esa incursión , ahora ya no me quedó ninguna duda cuando ella entre gemidos, se le salió un " sí ".
Con mi cara toda mojada, entre mezclas de mi propia saliva, mas los jugos de su concha, me paré detrás de ella , y apunté mi verga a la entrada de su ano.
Ella me suplico que no se la metiera por ahí, pero ya era demasiado tarde. Con mi manos aferradas, a sus anchas caderas, comencé lentamente a metérsela, viendo como centímetro a centímetro se iba perdiendo en ese estrecho agujero.
Ella gritaba de dolor, pero valientemente, mordiendo la almohada, tubo que aguantar que su violador, le terminara de perforar su culo.
Ya con toda mi verga adentro, que se encontraba mas larga y dura que nunca, lentamente se la fui sacando, para volverla a meter hasta el fondo.
Una y otra vez, mi verga entró fuertemente por ese orificio, haciendo chocar mi pubis, contra esas generosas carnes, que se movían como gelatinas a cada embestida que yo le daba. Mientras lo hacía, con mis palmas golpeaba esas gigantescas carnes hasta dejarlas rojas. Aun estando muy caliente , ya mi control de semen fue increíble y podría haber estado mucho rato mas violando a la vieja,.
Pero ya la hora me estaba pillando y tendría que terminar, para poder preparar el escenario, y abandonar mi casa, sin que nadie se diera cuenta.
Como un animal pegado a esas nalgas comencé a penetrarla fuertemente, haciendo que mis bolas chocaran con cada embestida contra esas nalgas, hasta que la erupción de semen fue inminente y dejándole la totalidad de mi verga dentro comencé a llenarle el culo con mi leche caliente.
Ya sin fuerzas y completamente flácida, mi verga se salió de su culo, completamente dilatado, y que botaba los restos de semen que salían de su interior.
Exhausto, me incorporé y me coloque los pantalones, dejando a la vieja completamente mojada, por dentro y por fuera con transpiración.
Verifique que las amarras no se hubiesen soltado con el movimiento, y me dedique a desordenar un poco la casas, como si el violador hubiese estado buscando dinero o joyas.
Ya con la casa, toda desordenada, y cerciorándome de la hora y de que no hubiese ningún vecino afuera, entre a la habitación.
Ahí se encontraba la vieja , con su tremendo culo al aire, colorado y manchado de semen, y aun con la sabana sobre su cabeza.
Le desaté una de las manos y dándole un ultimo y muy fuerte golpe en una de sus nalgas, me salí por la puerta principal, en poco rato mas comenzaría a amanecer. Me alejé muy rápidamente tratando de que nadie me viera. Hasta llegar a una plaza, y prender un cigarro, para pensar en lo que había hecho.
Luego, lentamente me fui a la casa de mi compañero de oficina, cargamos sus cosas en el auto, pasamos a buscar a los demás y nos fuimos a nuestra pesca.
Al volver, no se por que, pero mi suegra no dijo nada del evento, ni siquiera a su hija.