Violada y desvirgada en mi fiesta de egresados

Relato en el que fui violada por tres hombres y perdí mi virginidad, el hecho ocurrio durante la fiesta de egresados.

El relato que paso a contarles ocurrió durante la fiesta de egresados de la secundaria en el mes de noviembre. Recuerdo que era un jueves, elegimos ese día porque salía mas barato el alquiler del boliche, o por lo menos el proyecto de boliche.

Siempre fui una adolescente muy tímida, pudorosa. Aunque esto cambió durante el viaje de egresados de 5to. año. Creo que a todos nos pasa, no se si es por estar lejos de nuestros padres, estar realmente solos por primera vez, que vemos las cosas de otra manera y en ese viaje di y recibí mi primer sexo oral, fue en el mes de julio en Bariloche. Todavía era virgen y lo sería hasta la noche que paso a contarles. Desde ese viaje empecé a vestirme mas provocativamente, provocaba a los hombres, hasta con hombres mayores aunque nunca llegaba a nada, me encantaba el solo hecho de ser deseada. En el mes de agosto empecé a salir con un compañero del colegio, que solo duró 2 meses la relación y ni si quiera ahí perdí mi virginidad, teníamos mucho sexo oral, abrazos, besos pero todo quedaba ahí por decisión mía, era de esas que les gustaba manejar los tiempos y lo hacía bien.

El día de la fiesta, me había vestido muy trola. Por su puesto mi familia nunca se enteró, con mi madre compramos un vestido, pero en realidad usaría una minifalda muy ajustada que compré con mi mejor amiga. Mis padres nunca lo supieron porque ellos me dejaron en la casa de mi amiga y de ahí salíamos con otras chicas en taxi al boliche. Usaba una minifalda de color rojo, muy corta apenas unos dedos mas largos de donde terminaba mi cola, realmente apretada, marcaba muy bien mis pechos que ya tenían un buen tamaño para mi edad, y dejaba ver la mitad de estos. Tenía ropa interior negra, medias negras transparentes que llegaban hasta donde terminan mis piernas y unos zapatos con taco tirando de mediano a alto. Mi cuerpo, no quiero sonar agrandada pero no tenía prácticamente una gota de grasa, porque después del viaje de egresados comencé una dieta vegetariana, jugaba cuatro veces a la semana Jockey sobre césped, que me estaba sacando una cola muy deseable y un cuerpo bien tonificado.

Apenas entré fui la novedad de la noche, mis compañeros no estaban a acostumbrados a verme de esa manera, ninguno lo podía creer, si bien desde el viaje de julio empecé a realizar cambios en mi forma de ser y físicamente, no estaban preparados para lo que vieron.

El boliche era medio pelo, tenía un salón principal de unos 200 m2, tenía un bar, con bebidas libres, y tenía un entrepiso hecho de madera que ocupaba una cuarta parte del salón, que se llegaba al mismo subiendo unas escaleras de maderas que crujían todas cuando uno ascendía, en donde funcionaba el guardarropas y 2 habitaciones mas que una la usaban para deposito de luces, equipos de sonidos y artículos de limpieza y bebidas.

La noche fue espectacular, bailamos tomamos, fue una noche increíble. Me manosearon durante toda la noche muchos se hacían los tontos, cuando pasaban me rozaban, me tocaban disimiladamente y alguno que otro no le importa me metía mano mal.

Eso de las 3.30 de la madrugada, comencé a sentirme bastante mal, tenía la visión nublada y traspiraba copiosamente, sentía como si me hubiese bajado el azúcar, cuando era mas chica solía pasarme seguido, por eso siempre tenía algún caramelo en la cartera, aunque luego supe que mi dieta vegetariana mal llevada me estaba dejando anémica y con la mezcla de alcohol, me provocó el malestar, como pude subí al guardarropas a buscar mi cartera que tenía unos caramelos. Recuerdo haber entrado y ver a un chico de unos 20 o 22 años, creo que le llegué a preguntar algo pero no estoy segura.

Desperté, aun estaba mareada, ni siquiera podía abrir del todo mis ojos, y lo poco que veía estaba todo nublado, sentía que me lamían la cara y una sensación que nunca había experimentado, sentía mi vagina penetrada, me producía mucho dolor, pero no reaccionaba con el pasar de los minutos, me dí cuenta que estaba en un cuarto que no conocía, con un hombre que no conocía unos cuantos años mayor que yo, que me lamía la cara, apretaba mi teta izquierda en especial y me penetraba como un animal, yo estaba ida, como si fuese un sueño, solo miraba el techo de un lado para otro, recuerdo que gemía levemente por las embestidas pero era la única reacción que tuve, estaba ahí siendo violada y sin hacer nada, mi cuerpo estaba desplomado, estaba completamente rendida, ni siquiera podía decir una palabra. Pasaron unos cuantos minutos hasta que acabó dentro de mi vagina, me sentía muy sucia, sentía asco de la situación, pero no hacía nada al respecto.

  • Movete Lucas, escuché.

No había prestado atención, pero en el cuarto había 2 hombres mas. Lucas salió de arriba mío y el que le había dado la orden se recostó sobre mí, y en segundos sentí su pija dentro de mi vagina, esta vez el tamaño de la pija era bastante mas grande produciéndome un dolor muy intenso que me estremecía.

  • Te dije las chetas, se hacen las estrechitas pero les entra de todo, o algo parecido había dicho.

Me penetró por un buen rato a un ritmo dentro de todo despacio, luego me metió dos de sus dedos en mi boca para que los chupe, y me los metió lo mas que pudo en mi garganta, mientras empezó a envestirme muy fuerte la vagina, recuerdo que empecé a temblar del dolor que me producía, pero no gritaba ni nada, sentía su gran cuerpo aplastarme contra el suelo, tiraba todo su peso sobre mi, el cuarto era caluroso, por mi parte traspiraba, pero el lo hacía de gran manera bañándome en su sudor. Usaba un collar que cada vez que su cuerpo caía sobre el mío lastimaba mi cuello. Mi vagina la sentía tan estirada, sentía como se me rompía por dentro, por suerte perdí el conocimiento.

Me desperté al rato, no se cuanto tiempo paso, pero ya el dolor había pasado y solo estaba ahí tendida, siendo la puta de uno y de otro una y otra vez, por lo que recuerdo, se turnaban uno tras otro para penetrarme sin parar, el muchacho del collar por lo menos me penetró y acabó tres veces, no se si mas veces, pero 3 había contado, no se si mientras estuve inconciente fueron mas veces, pero calculé que fui cogida unas 8 veces ese día por lo menos por esos tres tipos, aunque ya no importaba el número, ya no sentía dolor, estaba en un sueño profundo, todo parecía irreal.

  • Que hora es? preguntó uno.

  • Casi las 6.00 le respondieron.

  • Mierda, se nos fue la mano dijo el que usaba el collar.

Se cambiaron rápidamente y salieron del cuarto. Yo me quedé un buen tiempo, ahí tirada sin moverme. Solo deseaba dormir. Debajo de mis nalgas sentía un charco de semen. Al final, me levanté como pude, primero me puse de rodillas y tuve que apoyar mis manos para no perder el equilibrio, me tome unos minutos y me paré tuve que apoyarme en una pared para no caer. Tenía la minifalda, tanto la parte de arriba como la de abajo estaban en mis caderas, dejaban ver mis partes intimas a la perfección, y no tenía ni tanga ni corpiño. Mis medias estaban rotas por todos lados por lo que preferí sacármelas por completo, por primera vez me fijé en mi vagina y estaba muy agrandada, no podía creer como me la habían dejado, toda lastimada, bien roja, jamás pensé tenerla tan dilatada, era como si hubiese dado a luz, tenía mi entrepierna, vagina, nalgas y muslos pegoteados del semen, también entre mis muslos noté sangre seca. Busqué con que limpiarme pero no vi nada, tomé una de las cortinas y me limpié como pude. Encontré mi tanga y corpiño rotos, se ve que me los quitaron de un tirón, por lo que opté por dejarlos allí. El cuarto donde me violaron fue, un cuarto detrás del guardarropa, que ni sabía que estaba allí, pero me alivió saber que aún me encontraba en el boliche y no en otro lado. Tomé un tapadito que había llevado y mi cartera. Ya la fiesta estaba en su final ya quedaba menos de la mitad de la gente y ya habían prendido las luces. Mis amigas cuando me vieron, me dijeron: - con quien estuviste turrita?

  • Ya les voy a contar. Traté de sonreír lo mejor que pude y las despedí les dije que me tomaba un taxi que me esperaba mi vieja. Salí a la calle, caminé unas cuadras, me costó mucho, hasta que encontré un taxi.

Entre en casa. Saludé a mis papas que estaban acostados, los saludé detrás de la puerta para que no me vean con el vestido que fuí y les dije que todo estaba bien y que me dejasen dormir hasta tarde. Tuve la intención de bañarme, me desvestí pero preferí acostarme, no soportaba mas el cansancio. Me miré en el espejo, mi vagina seguía igual de dilatada y roja, note varios moretones, en mis muslos, en mis tetas y brazos. Por casi una semana tuve que vestirme con calzas largas y remeras mangas largas para disimular los moretones. La única lastimadura que no pude disimular fue la que me produjo el collar de mi violador en mi cuello. A todos les dije que me lastimé con la punta de una puerta baja y me la clavé en el cuello en el guardarropa del boliche.

Pasaron los días, estuve muy extraña, muy cerrada con todos. A todos les mentía diciendo que estaba triste por haber terminado el colegio. Eso de las dos semanas de la violación, me encontraba en la cama boca arriba. Solo usaba una tanga y una musculosa y estaba tapada por una sábana. No se como pero mi mano se deslizó por debajo de la tanga y empecé a acariciar mi clítoris, no podía creer que me imaginaba siendo cogida esa noche en el boliche. Me costaba entenderlo, pero no podía detenerme, acabé como pocas veces esa vez. Después de ese día le dediqué varias pajas a esa noche.