Violada por mi viejo vecino delante de mi marido.
Como un polvo a la fuerza, si se da bien, llega a ser muy placentero, y más si el que lo da tiene buena bicha.
Regresábamos Paco y yo casa de dejar a Rafa en un trabajo que le habíamos buscado en una comunidad cerca de la nuestras donde necesitaban un experto jardinero, pues uno de los que tenían había caído gravemente enfermo, cuando nos encontramos en el ascensor, con Javier, “el abuelo del piso de arriba con el que ya habíamos tenido varios encuentros, para el que no lo recuerde.”
Nos saludó efusivamente al ir solo, diciendo que tenía ganas de un encuentro con nosotros pues estaba a reventar y su mujer seguía teniéndolo a dos velas, nos preguntó por ese nuestro huésped de los últimos días, y que cuando podría yo atenderle pues necesitaba de mis atenciones.
Esto último lo dijo mirándome picaronamente a la vez que se palpaba su paquete con sus manos.
Yo le respondí que era un viejo amigo de mi esposo que andaba unos días de visita hasta que se acomodara en su nueva casa y en plan provocativa me acerca a él echándole mano a su bulto, palpando fuertemente a la vez que le dije, tenga paciencia que ya le llegara su turno, que últimamente mi marido me saciaba bien.
El resoplo mirando a Paco que reía con la morbosa situación, y dijo, mira niña necesito que me hagas una mamada que tengo los depósitos a reventar y ya ves cómo anda mi rabo de duro.
Yo siguiendo con mi línea picara y morbosa le saque la lengua lamiendo un poco sus labios sin aun haber dejado de tocar su sorprendente duro rabo.
Note que su mirada cambiaba, transformándole en la de un macho salido que resoplaba sexo al respirar, soltándolo rápidamente pues pensé que me estaba pasando provocándolo, pues me sentí protegida por mi marido y más estando en el ascensor cerca de su casa.
Cuando paro el ascensor en nuestro piso, el rápidamente le dio a cerrar la puerta y pico en el botón del último piso que era el de la azotea, mirándome seguidamente mi cuerpo de arriba abajo a la vez que decía, “no soy yo solo el que necesita un viaje”.
Mientras el ascensor subía ante mi sorpresa pues no nos dio tiempo a salir, me tomo con sus manos, las mías, llevándolas rápidamente a mi espalda, donde se quedaron abrazadas por una sola de las suyas, mientras la otra ayudada por su cuerpo y su piernas abrían mis muslos y me metía mano a través de mis bragas, sobándome fuertemente mi sexo, introduciendo rápidamente un par de dedos dentro de mí, a la vez me beso fuertemente aunque yo intente retirar la boca por el acoso tan inesperado y salvaje que estaba sufriendo, pero su fuerza podía con mi resistencia.
Cuando me soltó la boca para besar mi cuerpo y su mano ya subían a mis pechos, le dije con un tono más fuerte y medio asustada… ¡ ASI NO.. ASI NO.. .. PACO HAZ ALGO .. PACO.. QUE SE ESTA PASANDO!..
Mi marido me miro picaronamente mientras el ceso un segundo esperando su respuesta, y sorprendentemente me dijo, “cariño tú lo provocaste, ahora sal tu sola del lio, no sea yo me meta por medio y reciba algún rabazo también”; esto provoco más al viejo que vio camilo libre en sus actos, a la vez que me decía, “ ves nena, tu marido también sabe que necesitas caña y de la buena y además está conforme con tu castigo, que veras cuando acabe no será tal”.
El ascensor paro en el último piso y el viejo giro la mano y lo bloqueo allí, yo mire asustada un poco a mi esposo que reía con la escena, intentando soltar mis manos, pero estas estaban fuertemente sujetas por su robusta mano, con la otra me bajo las bragas y ayudándose con un pie las arrastro al suelo, metió ahora su palma para palpar mi mojado sexo que ante mi sorpresas estaba mojado, pues la situación aunque no la apoyaba, me había calentado.
Me volvió a besar y sobar mi cuello con pequeños mordiscos, mientras su mano ahora subía a tocar y manosear mis pechos fuertemente, soltando mi sujetador y liberando mi blusa tras abrirla rápidamente, bajo rápidamente su boca y comenzó a chupar mis pezones con ansia y deseo, a la vez que resoplaba y me decía… “mmmm mi nena que ganas tengo de follarte y que me sientas bien adentro,.. mmmm tengo ganas de darte mi leche calentita y jugosa, para que tu marido te vea disfrutar con un buen macho…”
Mire a Paco y este se estaba tocando su rabo mirando la morbosa escena, dándome cuenta que estaba de acuerdo con aquella situación y aun mas creo que lo deseaba, mientras el viejo ayudado de sus muslos abrió mis piernas en contra de mi voluntad, aunque poco podía hacer yo ,ante aquel fuerte acoso de ese viejo macho salido, que ahora con su mano soltaba su pantalón dejándolo caer al suelo, metió la mano en el slip y esto lo bajo a trompicones también, moviendo el culo para que este cayera también.
Como pude mire un segundo hacia sus partes, al liberarme de su boca, viendo su enorme rabo sujeto por su mano, al que iba liberando la piel del prepucio, que como yo recordaba lucia rugosa y gorda, apuntando a mi asustado agujerito que esperaba, abierto a la fuerza, aquella perforación.
Y como adelantándome a los acontecimientos, aquel viejo tomo su rabo ya descapullado y de una fuerte estacada, me lo clavo, con una fuerza que mi cuerpo se pegó fuertemente a un lateral del ascensor, aprisionándome mis manos que aún seguían trabadas por la suya, y comenzando una serie de golpes de cadera, primero pausados hacia dentro y fuera, después algo más largos con movimientos laterales como buscando llenar tomo mi sexo con su duro rabo, y todo sin dejar de besarme ahora fuertemente, solo soltándome para decirme, goza mi niña, que estas caliente y cachonda, que tu marido vea como disfrutas con este viejo salido y a la vez le enseñamos como follar bien..” Riéndose seguidamente.
Una que no es de piedra y ante aquellas sabias embestidas de aquel rugoso rabo; comenzaba a disfrutar del momento y aunque intente frenar y no demostrarle que estaba sintiendo placer, no pude contener mi primer orgasmo que el viejo celebro como un triunfo histórico.
Mire a mi esposo y este estaba con su rabo al aire, pajeandolo , viendo como me follaba aquel abuelo. Este ahora paro un momento para decirme en medio tono autoritario, que me soltaba las manos si me portaba bien, y hacia lo que él dijera, sino me volvería tomar fuertemente otra vez.
Yo ya rendida a la fuerza de su brazos y por supuesto al placer de su polla, en todo sumisa le dije que sí que haría lo que el quisiera.
Entonces me soltó girándome hacia mi marido, presionando mi espalda para que me agachara a chuparle el rabo a mi esposo, mientras el por detrás y volviéndome a separar las piernas, me volvió a meter otra estacada, pero ahora por mi trastienda.
Yo solté un grito pero este lo ahogo rápidamente mi esposo con su pollon en mi boca, que andaba ofreciendo ya algo de liquidillo por su punta, mostrando la excitación que tenía; una de mis manos se apoyó en la pared del ascensor, pues el viejo empujaba con una fuerza endiablada con cada clavada, mientras la otra agarraba el mástil de mi esposo que ahora devoraba con placer.
El viejo libre de manos ahora, azotaba con lujuria mis posaderas como si de una potra me tratase, mientras miraba como su polla entraba y salía con fuerza por mi agujero trasero, que andaba dilatado, pues como saben últimamente había sido pasto de un coloso que lo había dejado con buena abertura.
En esa postura ya más cómoda y placentera, me llego mi segundo orgasmo que fue de una explosividad descomunal, contagiando al viejo violador a soltar su abundante y pastosa leche dentro de mí, con tal fuerza en los envites que ahora me tragaba todo el rabo de Paco en cada sacudida del viejo, que poco a poco ceso tras no quedar gota de crema dentro de sus colgandero y grandes huevos.
Paco me dijo viendo la situación, “cariño chupa fuerte ahora mi cabeza chupa, chupa mi amor” y seguidamente comenzó a soltar su cremosa leche también en mi boca, que me fui tragando con cada ráfaga que me iba dando, a la vez tome sus huevos con mis manos y los acariciaba como exprimiendo para que soltara todo lo que allí llevaba acumulado.
El viejo que había espera con su rabo ya morcillón dentro de mi ano, a que Paco se corriera, lo saco ahora , restregando su rugosa cabeza por mi conejito como limpiando sus últimas gotas, dándome mi último azote a la vez que me dijo, ¡ Ves cariño como tú también tenías ganas, aunque te guste resistirte!.
Seguidamente se subió los slip y los pantalones, mientras Paco guardaba su rabo dentro de los suyos, después tomo mis bragas y me las dio para que mes pusiera, no sin antes olerlas un poco, diciendo, la próxima ver te lo comeré primero.
Yo me fui vistiendo toda rendida por aquel polvo a la fuerza que al final resulto muy placentero, y tras mirar aquel viejo, le dije, “ La venganza será más grande y de esta no sé si escapara vivo”.. Riendo él y mi marido por aquella resentida pero cariñosa amenaza.
Cuando estaba vestida libero el ascensor, parando en su piso, donde se bajó no sin despedirse con un pícaro guiño, mi marido se reía, y mirándome me dijo, “tú te lo buscaste con la provocación y yo quería algo de morbo también, así que no te me enfades”.
Yo ya acepando la situación, me reí también un poco, y le dije a Paco, que me tenía que ayudar a prepararle una buena a aquel rico viejo ahora medio violador consentido.