Violada en la piscina

Aitana no sabía lo que la iba a pasar con sus alumnos después de las clases de natación.

Era la última clase de natación del viernes, la piscina se había quedado en silencio, pues eran casi las 10 de la noche.

Hola soy Aitana, tengo 27 años y actualmente trabajo como socorrista y monitora de natación en una piscina de la ciudad. En mi juventud fui deportista de élite. En junior fui campeona de España y de Europa, en sub 23 volví a ser campeona de España y subcampeona de Europa y ya en categoría absoluta además de ser campeona de España, logré también títulos internacionales, incluso participé en unos Juegos Olimpicos, pero una inoportuna lesión acabó con mi carrera con solo 25 años.

La última clase era muy cómoda, porque solo tenía cuatro alumnos, muy jóvenes de entre 18 y 20 años, y que nadaban muy bien, de hecho solo venían a clases de tecnificación y perfeccionamiento. La clase terminó y los cuatro chicos, tres españoles y un cubano, se marcharon a la ducha mientras yo recogía el material que habíamos utilizado.

Pensé que los cuatro alumnos ya se habían marchado y yo me fui al vestuario de chicas, para ducharme. Me quité mi bañador rojo dejando al descubierto mi precioso cuerpo desnudo, la verdad es que lo tengo muy bonito, al haber sido deportista, soy delgadita, el pecho no lo tengo muy grande y mas bien fibrosa y con los músculos definidos. Además soy pelirroja, con el pelo rizado por la mitad de mi espalda y los ojos azules. Estaba ya duchándome enjabonando mi rajita completamente depilada, cuando me pareció escuchar un ruido, era raro pues los alumnos se habían ido y el encargado de las instalaciones no llegaba hasta al menos una hora mas tarde, para limpiar y cerrar.

Salí de la ducha en chanclas, con la toalla cubriendo mi cuerpo y con el bañador en una mano y el gel y el champú en la otra, y me dirigí hacia mi taquilla para secarme, vestirme y marcharme. De repente un escalofrio recorrió mi cuerpo, mis cuatro alumnos estaban frente a mi con sus fibrosos y musculados cuerpos desnudos y depilados, la verdad es que los chicos estaban muy bien y tenían unas pollas enormes, sobretodo Elias el chico cubano, además las tenían morcillonas supongo que porque habían estado un rato espiandome, la verdad es que en alguna ocasión había notado ciertos roces de sus pollas contra mi culo en alguna clase, pero la verdad estaba aterrada, sabía las intenciones que se traian.

-Chicos... ¿Qué haceis aquí?, ya os deberiais haber marchado hace un rato...

-¿A ti que te parece Aitana? (Dijo Miguel uno de los tres chicos españoles)

-¡Te vamos a follar profe! (Añadió Diego, el resto se rieron)

-No chicos de verdad por favor, no me hagais nada...

-¿De verdad no quieres que juguemos mami? (Dijo Elias mientras se tocaba su enorme polla mulata)

-No de verdad por favor, no diré nada a nadie de esto, pero dejar que me vaya... (supliqué con alguna lágrima en mis ojos)

Entonces Marcos, el cuarto chico en cuestión, me interrumpió y me propuso algo.

-Tranquila Aitana, no te vamos a hacer daño, además te vamos a dar una oportunidad...

-¿Cómo una oportunidad?...¿A qué te refieres Marcos...?

-Muy sencillo, una carrera, 200 metros estilos, si nos ganas te dejamos ir, si ganamos alguno de nosotros te follaremos. ¿Que te parece?

-Está bien, pero sin trampas si gano me dejais.

-Que si joder, te lo prometemos.

Acepté muy confiada, lo primero porque era mi única opción, y además los conocía bien, llevaba dos años entrenándolos, y sabía que podia ganarlos sin problemas, mas aún después de la clase de una hora que habían tenido ya y en la que les había dado mucha caña.

Nos situamos desnudos junto al borde de la piscina, pusieron la alarma de uno de sus móviles y esa seria la señal para comenzar la carrera, cuando esta sonó nos lanzamos al agua, los primeros 50 metros en mariposa fueron muy igualados, después en espalda comencé a coger ventaja, mas tarde en los 50 metros de braza  afiancé esa ventaja, sabía que podia ganarles, pero los últimos 50 metros en libres, Miguel empezó a remontar, yo estaba pendiente de Diego que nadaba a mi izquierda, porque sabía que era el mas rápido de los cuatro, sin embargo Miguel me pasó por mi derecha, en ese instante a falta de unos 25 metros una sensación de ahogo se empezó a apoderar de mi, esa misma sensación que no sentía desde mi carrera como profesional cuando me jugaba las medallas, traté de nadar lo mas rápido que pude, pero cuanto mas deprisa quería nadar, menos avanzaba, llegué exhausta, toqué el borde de la piscina, pero no podía ser, tanto Miguel como Diego terminaron por delante de mi.

Salieron del agua, inocentemente traté de negociar de nuevo que me dejaran ir, a lo que dijeron que un trato era un trato y yo había aceptado. Se sentaron en el borde de la piscina y me obligaron a mamarselas, uno a uno fui chupando las cuatro estacas, las iba rotando, todas eran enormes, mientras me entretenía con la morena polla de Elias, Marcos se metió en el agua, se situó detrás de mi y acercó su polla a mi culo mientras con sus dedos comenzó a hurgar en mi rajita. Los otros tres ya estaban empalmados, y sus enormes rabos casi no me cabían en la boca, me agarraban de mi larga cabellera pelirroja y apretaban hacia abajo metiendo sus miembros hasta lo mas profundo de mi garganta, uno a uno se fueron corriendo, el último fue Marcos que volvió a salir del agua para echarme su leche en mi cara.

Me dijeron que saliera del agua y me llevaron a empujones al vestuario de caballeros, cuando llegué pusieron una toalla en el suelo, y me tumbaron boca arriba, Elias comenzó a comerme el coño,  mientras Marcos y Miguel me chupaban las tetas y Diego acercó su polla a mi boca para que se la chupara. Las bocas de Miguel y Marcos eran una bendición chupando mis tetitas, sus mordisquitos en mis pequeños pezoncitos, me estaban dando un gusto de muerte, si a esto le sumamos la lengua del cubano recorriendo cada centímetro de mi chochito, hacían que entrara en trance, en ese momento la sensación de ser forzada, se estaba tornando en una sensación de placer sin limites. Elias lamía mi clítoris, movía su lengua hacia todos los lados y también la introducía dentro de mi vagina, me pidió cambiar, se tumbó boca arriba y yo me senté encima de su cara, mientras me seguía lamiendo el coñito, no se si Miguel o Marcos se situó detrás de mi y comenzó a lamerme el ojete, mientras Diego seguía con su polla dentro de mi boca, y con sus manos sobaba mis tetitas. El trabajo que estaban haciendo esas lenguas en mis agujeros, pronto hizo su efecto y me vino un orgasmo descomunal, cerré los ojos y comencé a correrme de forma considerable en la boca de Elias, quien se esforzaba en recoger todos los jugos que salian del interior de mi coñito, del gusto comencé a lamer la polla de Diego con mas fuerza, y este no tardó en volver a correrse, me tragué su corrida y Diego se sentó en un banco del vestuario a descansar de su segunda corrida mientras observaba lo que sus amigos me iban a hacer.

Elias seguía tumbado boca arriba, aparté mi chochito de su boca, me fui deslizando por su torso hacia abajo, hasta que llegué a situar la entrada de mi rajita encima de su enorme polla, me situé encima y me la fui metiendo muy despacio, era enorme tanto de larga como de gorda, sin embargo con lo mojada que estaba, entró sin dificultad, por su parte Marcos y Miguel se situaron de pie frente a mi cara ofreciéndome a chupar sus vergas. Después de un buen rato cabalgando a Elias, el turno fue de Miguel, me ordenó tumbarme boca arriba, se situó entre mis piernas y me la clavó. Marcos seguía con su polla en mi boca y Elias me chupaba las tetas, a lo lejos Diego se pajeaba viendo la escena intentando empalmarse para poder follarme también. Las embestidas de Miguel eran muy fuertes, su respiración honda y jadeante me hacían intuir que no aguantaria mucho y asi fue, al poco tiempo de estar follandome se vació dentro de mi coño, noté un calor húmedo en mi interior y Miguel se retiró, entonces el que se tumbó encima de mi fue Marcos, cuando la corrida de su amigo no había salido todavía de mi interior, Marcos la tenía mas gorda que Miguel y notaba el grosor de su polla, me folló muy duro, mientras me mordía los pezones, después de un buen rato me la sacó y me ordenó darme la vuelta, me puse a cuatro y me la metió, mientras me daba por detrás, me daba cachetes en mi culo,  por mi parte yo acerqué la boca a la polla de Diego que seguía sentado en el banco y ya se había vuelto a empalmar, noté como Marcos sacó su polla de mi coño y justo cuando gritaba que se corría noté como enormes gotas de leche caliente caían en mis nalgas y en mi espalda, llegando incluso hasta mis hombros.

Diego me levantó y me ordenó que me sentara a horcajadas encima de el, me meti su rabo en el chochito, mientras el chupaba mis tetas, también me besó, busco mi lengua con la suya y las mezclamos, mientras lo besaba pude notar como Diego se volvia a correr. Cuando me incorporé para que la polla de Diego saliera de mi interior, enormes cantidades de leche y de mis flujos vaginales salieron de lo mas profundo de mi cuerpo, en ese instante Elias se situó detrás de mi, me puso de rodillas en el banco acercó su polla a mi coño, y de un fuerte empellón la hundió entera, comenzó a follarme de forma muy ritmica, mientras que con sus manos agarraba mis tetas por detrás, los otros tres chicos estaban rendidos y animaban al cubano para que me diera mas fuerte, Elias la metia y la sacaba con dureza, yo gritaba y jadeaba, el ruido de sus bolas golpeando contra mi culo solo lo silenciaban mis gemidos. De repente Elias paró de follarme, se la sacó, se arrodilló detrás de mi y comenzó a lamer mi culito, la sensación de placer era enorme, pero mi preocupación aumentó, sabía que me la queria meter por el culo y nunca lo había hecho por ahí.

-No Elias, por ahí no, por favor...

-Tranquila mami, te va a gustar...

-Pero Elias, la tienes enorme... ¡Me vas a matar...!

-No mami, te va a gustar, ya lo verás, lo haré con cuidado... ese culito es para mi...

Elias comenzó a estimular mi agujerito con su lengua y con sus dedos, los otros tres chicos estaban dusfrutando con la situación, y comenzaron a masturbarse, finalmente después de un buen rato, Elias me metió dos dedos dentro del culito, ya estaba preparada, acercó la punta a mi agujero y noté como la iba metiendo poco a poco, muy despacio, muy suavemente, el dolor era muy grande, finalmente noté como la totalidad de esa enorme polla había entrado en mi interior, se quedó un rato quieto y después me comenzó a bombear, muy despacio, mis gemidos cada vez eran mas fuertes. Elias aumentó el ritmo de sus embestidas, el dolor que sentía se iba tornando en placer y otro orgasmo, este mas grande que ninguno que había tenido jamás, se apoderó de mi, una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo, justo en ese momento, sentía como una ola caliente entraba dentro de mi ano, era la leche de la descomunal corrida que Elias estaba teniendo, se quedó un rato dentro de mi, hasta que por fin me la sacó, caí desplomada encima de la toalla en el suelo del vestuario, cuando de repente pude ver como los otros tres chicos acercaron sus pollas a mi cuerpo, las movieron con sus manos de arriba a abajo y simultaneamente comenzaron a correrse los tres, a pesar de haberse corrido anteriormente unas cuantas veces ya, sus corridas fueron enormes y me pusieron perdida de leche, por mi melena pelirroja, por mi cara, mis tetitas, mi tripita, mis muslos, además de la corrida de Elias que seguía saliendo del interior de mi culito.

-Joder... ¡Mirar como me habeis dejado...!

-No te preocupes Aitana... Ahora te limpiamos (Dijo Marcos riéndose)

Diego y Miguel me cogieron en brazos, me sacaron del vestuario, me acercaron al borde de la piscina, me mecieron de un lado al otro para coger impulso, contaron hasta tres y me lanzaron al agua. (Desde el agua pude observar como se reian los cuatro).

Los chicos se vistieron y se fueron corriendo, mientras yo ya en el vestuario me vestia e intentaba asimilar lo que me había pasado, el encargado de las instalaciones llegó a la piscina, me preguntó que como estaba aquí aún, a lo que le respondí, que me había quedado nadando un rato después de la clase, y en ese instante me despedí de el y me marché.