Violada en casa

Carolina, una ama de casa, es violada dentro de su propia casa.

Había sido un día pesado, era temprano, las 6 de la tarde, pero Carolina estaba ansiosa por llegar a casa, al llegar tiro su bolso al sofá, cerro la puerta y enseguida se dirigió a darse un baño, en el camino se iba separando de cada una de las prendas que traía puesta ese día, su saco color azul, uniforme de oficina, su blusa color blanco, su falda azul que le llegaba a las rodillas, quedando solamente en ropa interior, dentro del baño termino de quitarse lo poco que le cubría el cuerpo, su sujetador color blanco y su calzón que cubría su intimidad, abrió la llave y enseguida el agua empezó a mojar cada parte, cada rincón de su cuerpo desnudo.

Terminando de ducharse, paso la toalla por su delicado cuerpo, piernas largas, bien torneadas y firmes, gracias al ejercicio, una cintura con un poquito de grasa, de esa que es casi imposible eliminar por mas gimnasio que haga, unos pechos de buen tamaño, aunque la gravedad no perdona, una mujer que a sus 42 años procuraba conservarse bien, aun conservaba parte de esa belleza arrolladora que en sus años de universitaria volvía locos a sus compañeros y a sus profesores, terminando de secar su cuerpo, se coloco simplemente una bata, iría a su recamara a ponerse algo cómodo para empezar las labores del hogar, sus dos hijos aun tardarían en llegar de casa de su abuela y su esposo estaría camino casa, se lamentaba un poco tener que limpiar cuando tenia la casa sola para ella.

Al entrar a su recamara, sintió como alguien la tomaba por detrás, la abrazaba y la apretaba, Carolina estaba totalmente sorprendida, quiso zafarse pero aquella persona la tenia bien sujeta, empezó a forcejear cuando entonces el hombre la aventó a la cama donde dormía y ocasionalmente hacia el amor con su esposo, Carolina grito pidiendo a aquel hombre enmascarado que no le hiciera daño, pero aquel sujeto no respondió ni una palabra, se abalanzo encima de ella y con facilidad le quito la bata de baño de su cuerpo, dejándola desnuda, con su cuerpo limpio y fresco por la ducha, al verla así al hombre casi se le salen los ojos, se quito como pudo el pantalón dejando a la aterrada vista de Carolina una verga erecta y tiesa, lista para penetrar el primer coño disponible, el de ella, empieza a llorar y lanzar puñetazos al hombre, pero el no esta dispuesto a perder su batalla, le inmoviliza las manos con sus fuertes brazos y se recuesta encima de ella.

Es rápido, el hombre solo le soba las tetas por encima, mientras con una mano presurosa guía su polla a la entrada de Carolina, ella trata de cerrar sus piernas, pero su violador no se lo permite, le da una cachetada seca con lo cual Carolina se queda quieta un momento, el hombre aprovecha para poner las piernas de ella, una a cada lado de sus hombros, y de un solo movimiento la penetra, Carolina al sentir aquel intruso en su intimidad grita de dolor e impotencia, el hombre se mueve dentro de una manera rápida y salvaje, ella llora al ser mancillada, nunca le había sido infiel a su esposo y ahora aquel hombre le bombeaba el coño que solo su marido había tenido el placer y privilegio de probar una vez, su violador gime al ritmo de sus embestidas, Carolina llora pidiendo que pare y la cama rechina, como cuando hace el amor con su esposo, solo que ahora ella no hace el amor, ella es violada, y el no es su esposo, es un hijo de puta que la única manera en la que consigue tener mujeres es de esa manera.

Carolina no sabe cuanto tiempo ha pasado, el hombre sigue follandola, por alguna razón, ella también empieza a sentir placer hasta llegar a un orgasmo, su cuerpo la traiciona, su mente sabe que no es correcto sentir placer pero su cuerpo no es inmune al roce que produce la verga de aquel intruso dentro de ella, su agresor empieza a acelerar sus movimientos, Carolina sabe lo que sigue pero no puede evitarlo, esta indefensa y débil, su agresor empieza a descargarle su semilla dentro, una vez terminado, su agresor sale de su interior y le lanza una sonrisa mientras ella siente como el semen empieza a escurrirle de su interior.

Carolina esta cansada y adolorida, no fue como se lo imagino pero aun así ha disfrutado, “Te ha gustado amor” le pregunta el hombre mientras se quita la mascara, “has estado increíble” responde Carolina mientras su esposo pregunta, “Espero no haber sido demasiado rudo” “No te preocupes, ha estado mejor así”, responde ella mientras se seca las lagrimas producto de su actuación, ambos sonríen, recordando el placer de cumplir una fantasía jugando, mientras se empiezan a juntar sus labios, mientras ella empieza a lubricar y el a ponerse de nuevo rígido, para empezar una segunda vuelta…