Violación y Placer, primera vez

Nunca me he sentido gay, pero no puedo negar que ese día experimenté una sensación nueva y deliciosa que no he dejado de saborear siempre que puedo.

Para mi todo era un juego en el que no había más que morbo, algo de un fetichismo que me ponía caliente, pero que basaba de ahí, de leer algunos relatos, ponerme caliente, entrar a algunos sitios porno y hacerme una buena masturbada y terminar complacido, así fue siempre, solo que poco a poco una página te lleva a otra de heterosexuales, lesbianas, luego teens, zoofilicos, gays, transexuales, etc, vi y leí de todo en la red, y cada vez buscando variedad, así se me ocurrió entrar a un Chat gay, es en estas salas en dónde más se habla de sexo de manera abierta y sin tapujos, coger es lo importante sin tantos rodeos.

Entre tantos tiempo, y ya chateando con muchos chicos y chic@s transexuales, intercambiando charlas privadas y candentes en el msn, algunas con webcam y todo esto, que conocí a un chico que me pareció de lo más alibianado, me comentaba que al igual que yo estaba ahí por curioso y que se la jalaba de vez en cuando leyendo y entrando a estos sitios, compartiendo calenturas por la webcam y cosas así, se llamaba Juan.

Hasta que un día se nos ocurrió conocernos, ya que vivimos en la misma ciudad, pero como en esta gran cuidad, en realidad nadie se conoce, no le vi mayor problema, nos citamos en centro de la ciudad y tomamos un café.

Todo iba bastante aburrido, dos tipos en realidad sin nada en común, con gustos y diversiones diferentes, de estratos sociales distintos, con metas tan dispares, que solo tomamos un café y dije, creo que es hora de irnos, a lo que el dijo, si mejor vámonos.

En la misma cuadra del café casi enfrente estaba un negocio de Internet, un poco escondido, quedaba en un semisótano de un edificio, y al verlo, nos identificamos de inmediato que, solo dijimos "ok" y entramos, era la única cosa que teníamos en común, y ya que tenía toda la tarde libre, era mejor hacer algo para pasar el rato.

El lugar tenía cubículos individuales y escogimos el de la esquina que era un poco más amplio y por la ubicación era el más privado, solo había un par de chicas en el lugar y el encargado, más preocupado por chatear que por el negocio, nos sentamos y me dijo, te voy a enseñar mi colección de fotos de la webcam, con los jotos con los que he chateado, tenía una colección de imágenes que tomo en las charlas en la web. Culos muy bien formados, travestis convertidos deliciosamente en hermosas niñas las cuales se insertba consoladores, y objetos varios, en cada una me contaba parte de sus historias que me empezaron a entusiasmar.

Viendo tantas imágenes y charlando ya sin ningún pudor, me di cuenta que mi nuevo amigo se puso muy caliente y se le miraba el bulto a todo lo que daba, jamás me han gustado los hombres, y en ese momento tampoco, pero era cierto que todo lo que sucedía me tenía caliente también.

Entre tantas fotos y cosas en Internet, encontramos unas fotos gay en dónde se veía una pareja, bien dotada, como se daban placer, primero uno y luego el otro, Juan ya sin miramientos me dijo, me gustaría saber que se siente, me sacó de onda, pero pensé, jamás me he cogido a alguien por el culo, y pues, si me las da, pues no veo porque no complacerlos, así que le dije, pues si quieres experimentar, podemos llegar hasta donde quieras y te sientas cómodo, creo que estaba tan caliente que solo dijo, "vamos".

Eso me excitó más, cerca de ahí hay unos hotelitos en las callecitas del centro histórico y hacía allá nos fuimos, yo le dije, ve a el hotel yo voy por "lo necesario" a la farmacia, me marcas al celular para decirme en que habitación estás, para no vernos tan "putos", ya la calentura nos corría a los dos y nuevamente solo vi en sus ojos lujuria y deseo.

Compre en la farmacia condones, gel lubricante y una maletita para meter las cosas, ya salía cuando recibí en un mensaje de texto solo el número "218", así que me dirigí directamente, entre al hotel sin acercarme a la recepción y subí las escaleras sin esperar el elevador para pasar lo más desapercibido, en mi mente daba vueltas y no creía lo que iba a hacer, me iba a coger a un bato, a un macho, esto jamás lo había pensado, pero la idea de lo nuevo, de la aventura, de lo prohibido me excitaba aún más.

La puerta estaba abierta, así que entre, cerré la puerta, le puse el seguro y pasador, y entré, Juan estaba en el baño se estaba dado una ducha… así que yo dejé todo a la mano, me quité la ropa solo me dejé el boxer, que parecía carpa de circo, pues mi arma estaba lista para complacer a ese culito que quería ser complacido.

Salió solo con la guaya enredada en la cintura, de pronto la escena me petrificó, "¿que demonios hago aquí?", me decía a mi mismo, "yo no soy ningún puto", pero algo en mi, me hizo no moverme y quedarme ahí, sin moverme. Creo que los dos estábamos iguales, porque al verlo a la cara y sus ojos me dijeron lo mismo, segundos de silencio y ya luego me dijo, …si wey, yo tampoco se como empezar, y nos reímos, eso aminoró el estrés, pero no la excitación ni el deseo, los dos teniamos las ganas de una buena sesión de sexo y eso tendríamos.

Le propuse, mejor me voy a dar también un baño para relajarme, cierra bien todas las cortinas y apaga la luz, así en la oscuridad nos va a ayudar mucho, me di un baño apagué la luz y de pronto había una obscuridad inmensa pues había puesto las cobijas y colchas en la ventana y toso quedó perfecto para el encuentro. Poco a poco mis ojos se acostumbraron y apenas se veian las siluetas de todo, y ahí estaba ya un hombre, sino la silueta de un cuerpo que bien sabía sería fuente de placer, distinguí apenas como se quitó la toalla y eso me hizo que mi miembro se pusiera duro de inmediato, me acerqué lentamente y puse mi mano sobre su pecho, el de inmediato me puso la mano sobre el hombro y lo que sentí en ese momento fue divino, solo piel con piel, empezamos recorriéndonos poco a poco, pecho, brazos y con esto poco a poco acercándonos el uno al otro, acariciando con delicadeza y con un chingo de morbo.

En el acercamiento nuestros rostros quedaron frente a frente, pero ninguno dijo palabra, ni el menor intento de un beso o algo parecido, solo las respiraciones se acompasaron, las caricias se fueron ya con más dirección a la acción, yo lo tomé de la cintura y con la otra mano le acaricié sus nalgas, delicioso, en ese momento recordé todas las nalgas que he acariciado y tan duras y bien redondas como esas, nuestros miembros se tocaban el uno al otro y eso provocaba que nos entendiéramos más, note sus dos manos sobre mis nalgas, nunca pensé que eso me excitara, pero me hizo estremecer todo mi cuerpo y me hizo abrir la boca un poco soltando apenas un sonido, en ese segundo sentí su lengua tocando mis labios … "demonios", me estaban dando una fajada tremenda y me estaba gustando, mejor dicho, me fascinó de pies a cabeza, yo solo lo abracé, más de la cintura haciendo que mi verga que estaba a mil, se rozara con la suya, hice la cabeza hacia atrás y sentí sus labios recorrer mi cuello, mi pecho hasta morderme las tetillas, justo cuando bajó su mano a mis bolas y sentí que volaba, sus manos recorrían mi pene, mis testículos y bajaban con dirección a mi ano, ni en mil años pensé que eso se sintiera tan bien, apenas tocaba el borde de mi ano y regresaba hacia mis bolas, hacia mi pene, me estaba dando un faje tan delicioso, que me dejé caer sobre la cama, un poco de lado esperando sentir también su cuerpo junto al mío, me tomó con las dos manos mis nalgas y me puso completamente de espaldas, yo en ese momento todo, todo lo sentía delicioso y me dejé llevar, me masajeaba las nalgas y me besaba la espalda, recorriendo con su lengua desde el borde de mis nalgas hasta la nuca, me hacia estremecer, retorcerme de placer y lujuria, en ese momento me valía todo, solo me abandoné al placer, solo quería dar y recibir placer, en eso sentí lo duro de su verga en mi cara, me puse helado, sería yo capaz de comerme una verga, yo no soy gay me decía nuevamente, pero ni tiempo me dio de reaccionar cuado ya tenía media verga en mi boca, caliente y dura, me hizo nuevamente perderme en esa dimensión en la cual no hay tiempo ni espacio, por no se cuanto tiempo, segundos o minutos, pero cuando reaccioné me estaba tragando todo su miembro como si en ello me fuera la vida, solo escuchaba sus gemidos, no se si lo arañaba con los dientes y gemía de dolor o en vedad lo hacía bien, pero me acariciaba el cabello y las nalgas, al mismo tiempo que no me importó nada más.

Con tanta calentura, me percaté de que el ya estaba acostado a mi lado cuando sentí su lengua recorriendo mi pene, cuantos 69’s había tenido, pero ninguno como este, me estaba comiendo una verga y se sentía muuuuy bien, también me estaban dando una felación profesional, como pocas me habían dado, con la diferencia de que tenía un dedo clavado en mi culo, que anteriormente el solo pensarlo me causaba desagrado, ahora, no sabía como hacer para abrirme de piernas más para disfrutar de todo, de su verga, de su manada, de su penetración de todo… y sentí que me venía, como no quería que eso terminara tan pronto, poco a poco me retiré y sin dejarle de mamar a el, dando toda la vuelta, lo deje a él boca arriba en la cama y con mi mano alcancé el lubricante, que puse en mi dedo medio y sin dejarlo de mamar, alcé un poco sus nalgas que el comprendió en seguida que hizo subir sus rodillas al pecho, dejándome en inmejorable posición para, delicadamente, empezar a acariciar los bordes de su ano, se retorcía y gemía de placer, el dialogo en ese momento era muy fluido, no con palabras, sino con movimientos, gemidos, gritos entrecortados de placer, consentimiento mutuo de poseer y ser poseído, metí delicadamente mi dedo que, no se si por la posición o porque no era la primera vez para el, se fue hasta el fondo sin ningún problema, sintiendo mi dedo dentro de su culo se retorcía más y sentía las contracciones de su esfínter y también de su verga que no dejaba de comérmela, de saborearla.

Haciendo casi malabares, con la mano que me quedó libre me coloqué un condón, ya no aguantaba las ganas de darle una tremenda cogida y ese culo, lo pedía y se estremecía de placer, coloqué más lubricante sobre mi pene, sacando mi boca de su verga, pase por instinto la lengua sobre su ano y brincó, después de eso, solo dijo entre gemidos, "ya", y no me lo hice esperar, puse mi pene sobre su ano, y lentamente lo inicié a meter, lentamente, y solo sentí como sus uñas se clavaron en mis muslos y gritó, al mismo tiempo que yo al sentir que me entarrabas las uñas al mismo tiempo que le enterraba todo mi pene en su cola, al sentir el dolor, se lo clavé o que restaba de golpe, lo que le hizo soltar un gemido sonoro y casi chillante, pero que terminó en un aahhh de placer que me hizo continuar con el mete y saca primero lento, a medida que escuchaba sus gemidos, me ponía más caliente que comencé a metérselo con todo, ya después de tanto tiempo de aguantarme, no faltaba mucho para terminar, solo alcancé a decir, me vegoooooo y estalle dentro de el … sentí como las contracciones de su esfínter acompañaban a me venida y sentí como esas contracciones terminaron por exprimirme totalmente.

Cuando mi erección bajó, me di cuenta de que, para el no había terminado, así que en cuanto retiré mi pene de su aún palpitante ano, se incorporó poniéndose de pie junto a la cama y dándome un beso enorme que me erizó por completo, y acto seguido me puso en 4 en la orilla de la cama, como yo ya me había venido, ya no estaba tan excitado, y las cosas ya no me parecían tan excitantes, con una mano me sacó el condón y solo quedó mi pene, muy sensible y todo lleno de mi semen, que Juan empezó a masajear con la mano sin darme cuenta que ya tenía puesto ahora el un condón, solo sentí como mi propio semen lo tomaba y lo suaba como lubricante en mi ano, me empezó por meter un dedo, pero esta vez, al no estar tan excitado, ya no me sentí tan bien, luego me empezó a poner lubricante, lo sentí por lo frío y me metió dos dedos, ya en ese momento todo lo sentí muy desagradable, me sentí ultrajado en vez de excitado, y cuando pretendía decirle, mejor para, sentí un dolor inmenso en mi ano, el desgraciado, aparte de tener una verga enorme, que jamás vi hasta que todo terminó, me la metió de un solo golpe. Mordí las sabanas para no gritar, lágrimas se me salieron y le dije, para … para … para me estás partiendo, hooo error, creo que eso lo exitó más porque entre más le decía que no, más me envestía con fuerzas, me tenía muy bien agarrado y sometido que no pude soltarme, entre gritos cortados de dolor le dije, ya no me gusta, me estás destrozando el culo … para… para … pero nada, solo gemía y gemía, me ponía las manos en la espalda para que no me moviera y me enculaba con fuerzas, el dolor cería más y más y le decía, me estás volando .. me estás volando … y eso parecía más que una suplica de soltarme, en su mente se transformó en "cojéeme con fuerza" porque así lo hacía, esperé que terminara ya pronto, el dolor era tremendo, intente zafarme en el momento en que lo sentí más exhorto de placer, pero no lo logré solo logré cambiar un poco la dirección de la cogida y ahí fue cuando sentí algo indescriptible, me estaba atacando directamente la próstata, demonios … la oscuridad del cuarto se transformo en luz mi ser se iluminó empezando por el culo, hasta mis entrañas, de inmediato, como por encanto, mi excitación creció y me hizo ponerme durísimo nuevamente, esto solo lo había leído, pero el placer que me estaba dando, me hizo volar a otro sitio, ya solo abracé la almohada y me dejé llevar nuevamente por el placer. Esta vez gemía, pero de placer, era tanto mi gusto que puse mis manos en mis nalgas y yo mismo me abría para dejar entrar todo su miembro que me hacía soñar en el paraíso.

Ahora le grité nuevamente, pero le decía … asíiiiiii cogeme, no pares ,,, aún no te vengas …. Cojéeme … a lo que solo me respondió, verdad que se siente bien rico … y tu culo está delicioso, muy apretado … y siendo la primera vez que me cogian (y no fue la última) así que nos arrojamos al placer, el a darmelo y yo a recibirlo todo, hasta que, y se que suena trillado, pero en cunato sentí que se venía, me vine también, sentí que me chrree yo mismo un poco las piernas, pero era un gran orgasmo, que nunca había sentido ni con la mejor mujer, era un ataque directo a la próstata, el mejor lugar de placer para cualquier hombre.

Terminamos y se dejo caer encima de mi, me gustó tenerlo así, con su verga aún dentro de mi, sintiendo su respiración, su sudor cubriéndome, su deseo satisfecho y el mía más que saciado.

Hasta el día de hoy, me sigo sintiendo hombre, en la calle sigo volteando a ver las hermosas hembras, y mis ligues siguen siendo con las mujeres hermosas que disfrutan en mis brazos, pero ocasionalmente, me conecto al msn y si se encuentra Juan en línea, siempre es una historia, dignad e contarse.