Violación en playa nudista

Este es un corto aunque intenso relato, de una experiencia muy morbosa y placentera que vivimos mi marido y yo un día, cuando mi marido se vio obligado a violar a una mujer muy recatada, delante de su marido en la playa. Todo fue por su propio bien.

Este es un corto aunque intenso relato, de una experiencia muy morbosa y placentera que vivimos mi marido y yo un día, cuando mi marido se vio obligado a violar a una mujer muy recatada, delante de su marido en la playa. Todo fue por su propio bien.

Era un día de invierno bastante caluroso, no se sí te acordarás que hace un par de años tuvimos un veranillo en el mes de febrero. Era un día de semana y mi marido no tenía que trabajar. Yo me levanté súper cachonda, como casi todos los días, y cuando estábamos desayunando le propuse ir a una playa nudista que tenemos cerca de nuestra localidad.

Es una playa muy grande y bonita con km de diferentes zonas, pero en la zona nudista hay mucho vicio. Para poder ir a la zona nudista hay que andar varios kilómetros.

Como ya te he dicho yo estaba muy caliente ese día, así que antes de salir de casa decidí meter en mi calenturiento coñito un huevo que tengo de cuarzo Rosa que mide 7x4 cm.

Todo el camino fui con mi huevo dentro, estaba súper excitada ya que tiene un peso y un grosor considerable. Me dio ganas de hacer pis, baje mis pantalones del chándal y antes de comenzar a mear introduje un poco mi dedo corazón dentro de mi vagina para que el huevo no se saliese ya que estaba muy lubricada. Cuando comencé a mear me excito muchísimo el calor de mi pis en la mano. A veces el pipí me gusta mucho y me apetece meter mi mano en la entrepierna cuando voy al baño, o me apetece que mi marido bañe todo mi cuerpo con su pipí cuando estamos jugando.

Bueno.. Pues como te iba contando, mientras hacía pipí una pareja pasó delante nuestra, pero nosotros no los vimos ni los oímos hasta que estaban encima nuestra, porque ese camino montañés tiene arbustos muy altos y frondosos. La cuestión es que me gustó, porque la chica se me quedó mirando y le gustó lo que vio.

Cuando llegamos a la playa vimos el cartel de la entrada que dice..

Zona naturista

Desnudo integral obligatorio en toda la playa a partir de este km.

Edad máxima permitida 18 años.

Zona liberal.

No había nadie. Así que elegimos la zona que más nos gustó y comenzamos a lo nuestro, que si un Martini, una cerveza, un cigarrito de la risa de la prima María, los cuales me ponen como una máquina de follar, no tengo límite cuando los fumo.

Me envalentoné y fui al agua. Estaba muy fresquita y ya te conté en otro relato, ( el patrón de barcos?) que el agua fresquita, el hielo, etc… me ponen muy, muy cachonda, así que dentro del agua sacaba y metía el huevo de mi coño, era una sensación muy placentera ya que el huevo salía calentito de mi interior.

Observé yendo más adentro del mar que en la cala de al lado habían cuatro o cinco personas y uno avisó a los demás para que me miraran, a lo que yo les respondí sobándome las tetas. Enseguida, estando ya en la arena con mi marido comenzó a lamer mi coño, entonces vi aparecer a uno de los chicos de la cala de al lado, mirando a través de las rocas que dividen las dos playas..

Me quedé mirando a ese chico que comenzó ha hacerse una paja, pero el cigarrito de María me tocó la moralidad y al ver que el chico era bastante más joven que nosotros le dije a mi marido que parara.

Mi marido no quería que perdiera el libido, así que mientras que con sus hábiles dedos tocaba mi clítoris me narraba como ese chico se hacía una paja mirándonos. Le dije que si volvía a venir, era muy probable que le dejara incluso participar.

Yo estaba tan guarra que todo lo que veía a mi alrededor me lo quería follar o meter. Masturbé enérgicamente mi clítoris con unos cuantos palos que habían por arena, restregué hielo de la nevera por todo mi cuerpo y lo introduje dentro de mi vagina varias veces, ummm me encanta!, pero lo mejor fue follarme una roca terminada en pico. Comencé restregando mi clítoris y todo mi coño sobre la dura roca, no me la quería meter por miedo a la arena pero me la metí, cabalgué sobre esa dura roca hasta que la deje bien mojada. Mi marido me grababa en vídeo y no nos dimos cuenta de que en el otro extremo de la playa había una pareja sentados en sus sillas de playa mirándonos.

No pude evitar enfadarme ya que ellos estaban vestidos mirando descarados y me dirigí hacía ellos.

El hombre se levantó de su silla y fue hacía unas bolsas que llevaban para coger algo, enseguida me di cuenta de que eran la típica pareja que no terminan de despuntar pero no les importante incomodar a otras parejas solo con el fin de ellos sentir morbo, así que le recriminé.

  • Nos estáis mirando?

  • Noooo- ; me dijo ella.

  • Sí nos estáis mirando descaradamente, aquí sentados como dos pervertidos.

  • Pervertidos vosotros que estáis follando en la playa.

  • Mira pervertida, esta playa es para eso y es obligatorio ir desnudo, pero no podéis llegar aquí tapados como si fueseis una monja y su cura a incomodar a la gente que venimos libremente a disfrutar, así que, os desnudáis o me voy para tu marido ahora mismo y le empiezo a chupar la polla y a follármelo hasta dejarlo seco. Cinco minutos tenéis.

Volví a mi sitio con mi marido y le conté todo, el se relamió los labios cuando le dije, mira por donde hoy te vas a follar a una recatada.

Yo no les quitaba los ojos de encima, el hombre si se desnudó y se fue a sentar en unas rocas como a diez metros de ella, pero ella siguió sentada, vestida y encima se echó una toalla. Le dije a mi marido primero voy yo y después tu.

Con paso rápido como si fuese una soldado me dirigí hacía ese hombre, ella se levantó de la silla y la miré enfadada cuando pasé por su lado, tu te lo has buscado le dije. Me fui directamente al hombre mirándolo con cara de puta, comencé a ver que su pene se iba poniendo duro y largo rápidamente, me agache entre sus piernas y el inclinó la cadera hacía adelante prestándose a la felación que le iba a hacer. Comencé a chupar su polla que sabía muy rica, era grande y delgada pero muy dura. La saqué de mi boca y mirándolo como la zorra que soy le dije,

  • Te voy a follar.

Se recostó sobre las rocas y yo me subí en cuclillas sobre su dura polla que entraba muy resbalosa en mi lubricado coño.

Oí pasos y vi como su mujer venía hacía nosotros, pero mi marido la alcanzó y la tiró al suelo. Comenzó a desnudarla a pesar de que ella pataleaba y se oponía, el de golpe le metió la polla en el coño y comenzó a follársela forzadamente, aquello nos puso muy cachondos a su marido y a mi que comenzamos a follar más fuerte y rápido y entre nuestros gemidos y los gritos de su mujer nos alcanzó el primer orgasmo.

Nos fuimos a la arena al lado de ellos, mi marido se la follada frenéticamente sujetando las manos de ella contra la arena y obligándola a tener las piernas abiertas ya que el las tenía abiertas dentro de las de ella. Ella ya no tenía fuerzas para seguir oponiéndose, pero su marido le dijo al mío.

  • Te ayudamos?

Mi marido sudoroso asintió, entonces yo le sujeté las piernas y su marido los brazos, mi marido la agarro de las tetas follandosela ahora más tranquilo, se inclinó sobre sus pezones para poder mordisquearlos y ella por primera vez comenzó a gemir y a mover sus caderas, pero a mi marido le estaba alcanzando el orgasmo, así que se la metió en la boca colocándose en la posición del 69 para que ella tragara toda su rica leche y el sus sabrosos fluidos de la enorme corrida que tuvo la tía. La soltamos y se quedó bastante relajada.

Vi como en el otro extremo de la playa, dos de los chicos de la cala de al lado, comenzaron a asomarse.

Nos metimos al agua, me acerqué a la mujer y comencé a frotas sus grandes tetas para limpiar la arena, seguí pasando mis manos por su espalda, su culo, su abdomen, su pecho y comenzamos a besarnos hasta que sentí que una polla rozaba en mi culo, su marido me agarro de las piernas, abriéndolas y mi marido hizo lo mismo con ella, nosotras seguíamos besándonos, pero ahora nuestros clítoris se rozabas y nuestros pechos también. Su marido me metió la polla en mi coño y el mío se la metió a ella, las embestidas hacían que nuestros clítoris friccionara uno contra el otro. El placer era enorme y el morbo también.

Los chicos de la playa de al lado estaban en la orilla frente a nosotros mirándonos y haciéndose una paja, salimos del agua. Yo comencé a follar con el chico que antes se había asomado y el marido de la otra folló mi culo, y los otros tres hicieron exactamente lo mismo. Estábamos los 6 ahí follando como animales, todos revueltos, era muy excitante, esa fue mi primera orgía, las dos acabamos con nuestros coños, culos y bocas llenos de deliciosa leche.

Me encantó.