Violación en la playa

Reenvío también este relato borrado en su momento por un problema ya corregido. Espero os guste todavía. Comentarios a carlos_javier_gzlez@yahoo.es

En la playa.

Os contaré lo que me ocurrió estando de vacaciones en una playa del levante español, el verano pasado con mi novia. Íbamos todos los días a la playa juntos y nos solíamos poner prácticamente en el mismo lugar cada día, y cada día se ponían a escasos metros nuestros una cuadrilla de chicas, que calculo de 18 años la más pequeña a 20 o 21 la mayor. La verdad es que todas estaban buenísimas, pero había una que era increíble. Yo le calculo unos 18 - 19 años, pelo moreno, liso casi por la cintura, ojos verdes muy claros, unos rasgos de cara realmente bonitos y sobre todo un cuerpazo de escándalo. Mediría cerca de 1,70, piernas perfectas, con buenos muslos, un culo de los que nos gustan a los de treinta y tantos (durito pero que se pueda agarrar), cintura muy estrecha y unas tetas que la verdad uno llegaba a pensar que podían ser operadas por lo grandes que eran para lo delgada que estaba. Me cansaba de mirarla según tomaba el sol, con su pequeño bikini ligeramente metido por su culete dejando unas perfectas nalgas a la vista, coronadas por esos hoyuelos divinos que tienen los culos perfectos al final de la espalda. Más de un día me tuve que poner de espaldas a tomar el sol por las erecciones que me provocaba la vecinita.

La verdad es que me alucina ver a esas chicas con cuerpo de mujer y mentalidad adolescente, jugando o tomando el sol. Braguita del bikini talla mini que se las mete por el culito dejando ver casi todas sus nalgas y obligándolas a estar perfectamente depiladas. Sujetador del bikini que no puede cubrir bien esas tetas divinas que dudas si alguien habrá tenido ya el placer de pellizcar y estrujar a conciencia. Una tentación irresistible para un hombre como yo de 35 años.

El último día de las vacaciones ocurrió que mi novia me dijo que no se encontraba bien y que me fuese yo solo por la tarde a la playa. Ella se iba a quedar durmiendo en el hotel una buena siesta a ver si se le pasaba el dolor de cabeza que cada mes le solía ocasionar la bajada de la regla. Además prefería estar sola para tener más silencio, para descansar y evitar que luego en el viaje de vuelta le doliese más la cabeza. Dicho y hecho, me cogí la toalla y crucé la carretera para ir a la playa a darme el último baño del verano. Allí estaban las vecinitas de todos los días o sea que me puse a su lado para poder al menos comérmelas con la mirada mientras parecía que leía el periódico. Les oía su conversación y descubrí que mi favorita se llamaba Ainhoa y era de San Sebastián. Estaban hablando inocentemente y riéndose, sobre los chicos que veían por la tarde cuando salían de marcha, que les entraban diciendo burradas, … ¡loco me estaba poniendo la buena de Ainhoita!. Finalmente decidí alquilar un pedalón (una de esas "bicicletas" para el agua con dos asientos), para hacer un poco de ejercicio y además para meterme en el agua a darme un baño a refrescarme y ver si se me quitaba el calentón, porque de otra forma iba a terminar con la polla clavada en la arena y la espalda abrasada por el sol. Me metí donde no había gente para evitar molestar. Una vez allí, me tiré al agua, tras bucear un poco y ver que no se me pasaba, me saqué la polla dura como un palo por una pernera del pantalón. Necesitaba hacerme una paja antes de salir, sino iba a ser un espectáculo.

Cuando iba a empezar a pajearme, agarrado del pedalón, para mi sorpresa vinieron hacia el agua Ainhoa y una de sus amigas que también estaba para follársela allí mismo. La amiga llegó al agua y , por los gestos, supuse que dijo que estaba demasiado fría (increíble, porque estaba lo menos a 27 grados, pero bueno), total que se dio la vuelta a la toalla y mi pequeña Ainhoa se metió sola al agua. Empezó a nadar hacia dentro poco a poco hasta llegar a unos 20 metros de mi posición, donde desde luego ella no hacía pie. Ahí jugó un poco con el agua para mojarse la cabeza y quitar el frio de la entrada. Decidí que era ahora o nunca o sea que me acerqué buceando bajo el agua hasta donde estaba. Bajo el agua veía su pequeño bikini metido por entre sus nalgas dejando a la vista más de medio culo. Llegué hasta su lado y sin pensármelo dos veces de un solo tirón hasta abajo le quité la braguita, sacándosela por los pies.

Fue un movimiento tan rápido que aunque la hizo dar un pequeño gritito, no pudo evitar. Se dio la vuelta justo cuando yo salía del agua.

  • "¡¡¿Qué haces?!!. Dame eso imbécil", me dijo sin pensárselo.

  • "¿Qué quieres?. ¿Esto?", dije enseñando con la mano la braguita de su bikini. "¡Uy, perdoname de verdad te había confundido con mi novia. Toma, perdona", dije, en tono aparentemente abochornado, ofreciéndosela en la mano desde unos 15 metros más hacia el interior para alejarnos del resto de la gente y para acercarnos a mi "barquito".

La chica pareció confiada de mi error y se acercó ruborizada a mi mano tendida. Cuando se acercó lo suficiente, mi mano libre se lanzó a por la parte superior de su bikini y sujetándolo por la cinta entre sus dos tetas, se lo arranqué de un tirón sin que pudiese hacer nada por evitarlo.

Ahí estaba, totalmente desnuda y ahora sí, con cara de asustada. Estábamos bastante en el interior por lo que ninguno de los dos tocaba pie y el pedalón que yo había alquilado estaba a unos 10 metros de nuestra posición.

Yo cogí las dos prendas con la mano y las tiré justo al lado del pedalón.

  • "No te enfades mujer. Era solo una broma. Allí te las dejo. Cógelas antes de que se hundan".

Dudó un segundo, entre el cabreo y el miedo, pero posiblemente pensaría que salir totalmente desnuda del agua no era la mejor idea o sea que se lanzó nadando a por las prendas que quedaron flotando al lado del barquito. Yo por supuesto fui también y llegué un segundo antes para volver a cogerlas y dejarlas sobre uno de los asientos del pedalón.

La chica intentó coger su ropa, pero por supuesto no dejé que la alcanzase cogiéndola desde atrás, primero por la desnuda cintura, acercando sus deliciosas nalgas a mi dura polla, separada solo por la tela de mi bañador, para luego subir la mano y sujetarla a la altura del pecho cogiéndola con la mano una de sus deliciosas y enormes tetas.

  • "No tengas prisa. La ropa no se va a ir de ahí".
  • "¿Qué haces?. Por favor déjame marchar" dijo forcejeando un poco sin conseguir nada.
  • "Estoy seguro de que no querrás salir del agua en pelotas y que todos los guiris te saquen fotos para ponerlas en la red, ¿a que no?. Ven agárrate al patín del pedalón."
  • "¿Qué quieres?. Déjame marchar por favor y dame mi bikini", dijo ahora sí más asustada chapoteando un poco en el agua.

En cuanto se agarró a uno de los patines liberé mi polla por una de las perneras del bañador y se la coloqué entre las nalgas, situándome detrás de ella agarrado también al patín con las dos manos..

  • "Sabes lo que quiero. Estas demasiado buena para no saberlo y lo voy a conseguir por las buenas o por las malas. Si te portas mal te voy a hacer tragar un poquito de agua salada y si te portas bien, en unos minutos estás en la toalla con tus amigas nuevamente. Te prometo que voy a intentar que te lo pases bien".
  • "No por favor, no me violes", dijo la chica pataleando nerviosa mientras notaba mi dura polla rozando con sus nalgas. "¡Por favor, no!, mfff".

Pequeño empujón en los hombros hacia abajo y su cabeza desapareció por 2 segundos bajo el agua.

Salió tratando de respirar agitadamente como si hubiese estado minutos bajo el agua y tras haber pegado un buen trago de agua salada por el susto.

  • "¿Te vas a portar bien o seguimos?", dije mientras mi mano se volvía a posar en su hombro.
  • "Está bien, está bien, por favor no me hagas nada. Me vas a ahogar, por favor".
  • "No te voy a ahogar ni nada parecido si te portas bien. Además te lo vas a pasar muy bien. Ya lo verás tonta. Me has estado poniendo loco durante días con ese cuerpazo que tienes y ahora creo que tengo derecho de gozarlo un poquito", dije cogiéndola por la cintura y bajando mi mano hasta su entrepierna para agarrarla con fuerza por ahí, notando por primera vez lo bien depiladita que estaba y lo arregladito que parecía estar ese coñito. "Pero que buena estás preciosa. Agárrate bien al patín".

La chica obedeció todavía tosiendo y escupiendo un poco de agua y se agarró pasando los dos brazos por encima del patín mientras yo me mantenía a flote solo moviendo las piernas, pudiendo por tanto con las manos empezar a disfrutar del cuerpo de la chica. Primero por supuesto mis manos cogieron con fuerza sus dos pechos. Grandes y con los pezones muy marcados posiblemente por el efecto del agua fresca. Se los masajeé sin que se atreviese a moverse, pellizqué primero despacio y luego un poco más fuerte sus pezones, arrancándola gemidos de dolor.

  • "Pero qué tetazas tienes chica y además naturales como a mi me gustan".

Mis manos siguieron recorriendo su cuerpo hacia abajo cogiendo y acariciando su cintura. Estrecha y dura, que casi podía abarcar con las dos manos. Luego llego el turno de su culo, mi parte favorita, que sobé, estrujé, acerqué a mi polla para rodearla con sus nalgas. Y finalmente su entrepierna. Con una mano por delante y la otra por detrás se la sobé entera, notando como estaba depilada en el coñito, habiendo dejado solo un poco de pelo en el monte de Venus. Aún no viendo su conejito, parecía reamente pequeño, con labios exteriores pequeños y poco pronunciados como a mí me gustaban. Incluso la metí un dedito por el coñito, cosa que volvió a arrancar un gemido de dolor de la chica. Dejando el dedo clavado en su coñito, y arrimándola bien a mi polla, mi otra mano volvió a jugar con sus pechos, con su cuello, chupé los lóbulos de sus orejas y la giré la cara para besarla. Al principio no abría la boca, pero finalmente conseguí besarla, metiéndole la lengua todo lo dentro que pude. Ella se dejaba e incluso en algún momento pareció que movía los labios al ritmo que yo imponía, si bien se quejaba gimiendo que le dejase ir una y otra vez. Mientras seguía besándola, ahora ya sin sujetar su cabeza para girarla, mi otra mano cogió su culo. "Lástima no poder darle un par de buenos azotes", pensé. Metí la mano en su entrepierna por detrás hasta encontrar su pequeño ano y sin que se lo esperase clavé mi dedo índice en su culito.

  • "¡¡¡¡¡Mmmmmhh!!!!!", gimió sin atreverse a despegar la boca de mis labios.
  • "Pero que buena estás y qué rica sabes preciosa", le dije soltando un segundo mis labios, dejándole con un gesto absolutamente irresistible en la cara, con la boca semiabierta y los ojos suavemente cerrados.

Ella no podía soltar en ningún momento sus brazos del patín, puesto que yo estaba agarrado a su cuerpo y si lo hacía nos iríamos bajo el agua o sea que de alguna forma estaba inmovilizada y totalmente entregada a mí. Así estuvimos no menos de 10 minutos en los que el dedo clavado en el culo se movía muy lentamente y el del coñito rápidamente, sobando de forma alternativa su clítoris que parecía iba creciendo a la vez que arrancaba gemidos a la pobre chica.

  • "Ven aquí y ni te muevas preciosa", dije ahora sí sacando mis dedos de sus agujeros, cogiéndola por la cintura y colocando mi polla en su entrepierna.
  • "No me la metas por favor, no que me vas a dejar embarazada, por favor", dijo a la vez que se tenía que agarrar al patín aún con más fuerza para no hundirse en el agua.
  • "Calla tonta. No exageres".
  • "No por favor, por favor no me la metas", siguió gimiendo y comenzando a lloriquear.
  • "Está bien, no te preocupes vamos a cambiar entonces de agujerito. Seguro que alguno de tus novietes ya te la ha enchufado por aquí", dije apuntando mi polla a su culito.
  • "¡No, eso no!. Por favor por ahí me va a doler mucho y no va a entrar. Por favor, no, por favor. ¡Por ahí nooo!".

Como pude, con bastante dificultad, con una mano colocada en su entrepierna evitaba que se separase de mí y con la otra jugaba entre sus nalgas para tratar de buscar su ano y apuntar al lugar adecuado.

  • "Por favor, por ahí no, por favor".
  • "¿Qué pasa que cuando tus novietes te dan por el culito no te gusta o qué?.
  • "Por favor no me la metas por ahí. No lo soporto, me duele muchísimo por favor".
  • "Como grites te meto debajo del agua, o sea que más vale que te aguantes un poco".
  • "Por favor, solo lo he intentado una vez y me moría de dolor, por favor".
  • "¿Ves?, ya sabía yo que alguno de tus novietes no se había podido resistir a darte por el culo. Pero qué guarrillas que sois las nenas de hoy. Calla y verás cómo te termina gustando. Además si has intentado ya meterte una polla por el culo, tienes que tener el coñito y la boca bien hechas a las pollas o sea que deja de gimotear".

Fue realmente difícil, pero pasados unos 5 minutos de forcejeos y como la chica ya no se movía tanto, posiblemente por el cansancio, mi polla se colocó realmente en el sitio correcto para acceder a su culo y un pequeño golpe de cadera hizo que su culo empezase a notar un extraño que quería entrar.

Ainhoa se mordía los labios para no gritar, pero estaba demasiado cansada para pensar en algo más que no fuese mantenerse a flote y aguantar el dolor que le venía.

Por fin mi glande penetró el ano de la adolescente, provocando que ese se abriese lo máximo necesario.

  • "¡Auuuuu!", gritó mordiéndose un brazo para ahogar el ruido.
  • "Por fin te la clavé, cariño. Tienes un culo realmente difícil de romper. 15 días llevo soñando con tenerte así. Indefensa y con el culito abrazando mi polla. Ahora me voy a mover y voy a gozar de este culo hasta el fondo. Te la voy a meter hasta los huevos para notar tus nalgas bien aplastadas contra mi cuerpo. Espero poder llegar hasta el estómago con la punta de mi polla.

Sin demasiada compasión por la cara de dolor de la niña y sujetándola aún por la entrepierna, a la altura del clítoris, con una mano y cogiéndola una teta dejando el pezón entre los dedos anular e índice con la otra, se la metí hasta el fondo. Noté cómo mis caderas aplastaban sus nalgas y sentían la suavidad incomparable de un culito adolescente.

Mis piernas se movían un poco en el agua tratando de flotar, pero fundamentalmente eran mis manos las que se agarraban a la chica que seguía haciendo esfuerzos por sujetarse al patín.

Me follé ese culo sin compasión. Primero muy despacio para gozar de su estrechez y poco a poco más rápido hasta darle con todas mis fuerzas y lo más rápido posible. No me atreví a sacarle la polla para volvérsela a meter dado lo difícil que había resultado clavársela en el mar.

En la playa había miles de personas, pero aparentemente nadie se había dado cuenta y si alguno lo había hecho, posiblemente estaría grabándonos con su cámara o su teléfono móvil para enviar el video a esos programas de televisión que te dan 300 € por cada video cachondo.

Cuando empecé a darle con velocidad no pude aguantar demasiado y mientras mi mano derecha masajeaba su clítoris y la izquierda estrujaba como malamente podía una de sus tetas me corrí. Tuve que dejarle el culo lleno de leche, porque fue el orgasmo más bestial de mi vida.

Aguanté unos pocos segundos la polla dentro de su agujerito, para besarla la mejilla y morderla un poco el lóbulo de la oreja.

  • "Tienes un culo divino preciosa. Auténticamente divino. Estrechito pero bien profundo. Perfecto para follárselo".
  • "Hijo de puta, cabrón", dijo con los ojos llenos de lágrimas por la humillación.
  • "Además así en el agua, como está fresquita lo tenías bien cerrado cabrona".

Le saqué la polla del culito, me coloqué bien el bañador y subí con cierta dificultad al pedalón por el lado contrario que Ainhoa seguía agarrada. No quería correr el riesgo de volcar la barquita.

Una vez arriba la ofrecí una mano para ayudarle a subir y sentarse en el asiento libre.

  • "Vamos sube le dije".
  • "Dame el bikini y deja que me vaya", dijo bajito y entre sollozos por la humillación.
  • "Sí. Ahora mismo, pero sube y no llores. Has sido tú la que me has dicho que la querías en el culo en lugar de por delante, o sea que si no te ha gustado tanto es culpa tuya".
  • "No puedo subir. ¡Estoy desnuda joder!".
  • "Está bien".

Gire un poco el pedalón para que su subida no fuese vista por la playa y volví a ofrecerle la mano.

  • "Sube ahora. No te preocupes nadie se dará cuenta además hay mucha gente que lleva tanga o sea que no pasa nada porque te vean el culo hija".

Me dio la mano y tiré de ella hacia arriba con una mano, cogiéndola con la otra descaradamente por el culo para auparla y aprovechar a sobárselo y estrujárselo un poco más. Subió al pedalón quedando en una posición un tanto extraña que aproveché para darle un buen y fuerte azote en el culo antes de que se sentase, que dejo mis dedos impresos en rojo en sus nalgas.

  • "Qué culazo tienes hija mía. Es increíble, de postal".

Ahora ya fuera del agua, sentada, se cubría los pechos con los brazos y cerro totalmente las piernas, con lo cual era realmente difícil que nadie supiese que estaba totalmente desnuda. Comencé a pedalear unos metros más hacia el interior del mar.

  • "Dame el bikini por favor".
  • "No te preocupes en seguida te lo doy. Estoy sentado sobre él. Te dije que si te portabas bien ibas a disfrutar tú también o sea que ahora quiero hacer que te lo pases bien".
  • "Déjame ya por favor. Si me dejas marchar no diré nada a nadie. Seguro que mis amigas me están buscando ya".
  • "Y a, a mi también. No te preocupes ahora nos vamos. Primero quiero que me la chupes un poquito. Eso seguro que lo haces bien o sea que chúpamela un poquito hasta que la tenga bien dura".
  • "¡¡¡¿Quéeeeee?!!!, ¿Aquí a la vista de todos?. No puedo hacerlo. Por favor, eso no. No hagas que me vea alguien. Mis padres andan por ahí y …"
  • "Estamos a más de 400 metros de la playa y nadie te verá además no vas a hacer nada malo, si te ven igual consigues que alguno se casque una pajilla a tu salud. Venga", dije bajándome el bañador para dejar a la vista mi totalmente flácida polla. "Empieza o volvemos al agua. Igual te apetece otro traguito".

La chica dudo unos segundos, me miró varias veces con ojos llorosos pero finalmente se reclinó sobre mí y cogiéndome la polla con una mano empezó a lamerla y a metérsela en la boca, provocándole una gran arcada inmediatamente.

  • "¡¡Aaagghhh!!, qué asco", dijo con cara casi de vomitar.
  • "Hija, pues de tu culito ha salido, qué quieres. Haberte limpiado antes de decirme que te la metiese por ahí".
  • "Por favor así no puedo".
  • "Claro que puedes preciosa", le dije cogiéndole por la nuca y colocando su boca sobre mi polla.

La chica volvió a abrir la boca y tras dos o tres nuevas arcadas que casi la hacen vomitar siguió chupándomela.

  • "Venga cariño más ganas y métetela entera que ahora es bien chiquitina. Quiero que la aprietes a tope con los labios y que me la succiones como si fuese un biberón y te murieses de hambre, zorrita".

La chica seguía chupando sin parar, como yo le había dicho, dándome placer pero no consiguiendo que mi polla se levantase aún. Me conocía bien a mí mismo y sabía que necesitaba entre 15 y 20 minutos de mamada para tener nuevamente a tono la polla o sea que aproveché esos minutos para seguir pedaleando mientras mis manos acariciaban el cuerpo de la chica recostada sobre mi regazo. La cogía las deliciosas tetas adolescentes, palpando ahora mejor fuera del agua, su suavidad y su estupendo tamaño. Con los pezones pequeños y duritos dejándose acariciar con fuerza por mis dedos. Llevaba de vez en cuando mi mano a su trasero, cogiendo sus nalgas con fuerza, dándole ahora sí unos buenos azotes que siempre arrancaban un gemido de su ocupada boca y paseando mis dedos de vez en cuando por su ya violado anito, por el que caían unas gotas de mi leche mezclada con agua hasta el asiento del pedalón. Desde luego la corrida había sido abundante o sea que no me extrañaba demasiado. Lo único de su anatomía que tenía un acceso imposible en esa postura era su coñito que hasta entonces no había podido ver ni disfrutar realmente.

Mi polla se iba poniendo morcillona y había crecido lo suficiente como para que pasase dificultades y ciertas arcadas para poder metérsela entera en la boca como yo le había ordenado. De todas formas la chica obediente no se retiró ni un momento mi pene de sus labios.

  • "Pero qué guarrilla estás hecha. Con lo joven que eres y lo bien que la chupas. Eres una niña muy mala y voy a hacer algo que nunca he hecho pero siempre he tenido ganas. Ven aquí".

Como la chica estaba reclinada con la cabeza sobre mi polla, con mi mano derecha la cogí por el culo y tiré de ella, haciendo que casi cayese de cabeza al mar, colocándola en una posición que siempre quise tener a una niña como esa, con el culo sobre mis muslos, como se pone a un niño malo para darle unos buenos azotes. No tuvo tiempo de reaccionar cuando la lancé el primer azote en las nalgas ¡¡¡Plas!!!, un azote seco que dejó mi mano bien grabada en su culo.

  • "¡¡Auu!!, ¿qué haces?, no me pegues por favor".
  • "¿Pegarte?, qué va preciosa, no tengo ninguna intención de dar otra cosa que unos buenos azotes en el culazo más precioso que he tenido ocasión de disfrutar. Por chupona, por guarrilla y por dejarte dar por el culo como una cerda … si te ve tu papá … ".

¡¡Plas!!. ¡¡Plas!!. ¡¡Plas!!. ¡¡Plas!!. ¡¡Plas!!. ¡¡Plas!!. ¡¡Plas!!. ¡¡Plas!!.

Rojo como un tomate y caliente como una pequeña estufa. Esa es la expresión que se me ocurre para describir las nalgas de la chica después de la azotaina. Después me mojé varias veces la mano para refrescarle es culo.

  • "Te ha quedado un culo precioso cariño. Absolutamente irresistible. A ver cómo va ese agujerito después de la follada de antes. La verdad es que te la clavé hasta el fondo y la tenía bien gordita. Déjame ver".
  • "Por favor, basta joder, basta, …", dijo la chica ahora si llorando de verdad.

Con una mano abrí sus nalgas, dejando bien a la vista su ano, que estaba muy enrojecido, pero sin rastro alguno de sangre. Por sorpresa, mi dedo índice presiono nuevamente su esfínter y se clavó hasta el fondo.

  • "Profundo y estrecho. Es que tienes un culo delicioso, joder".
  • "Por favor, basta. Otra vez no, por favor".

En esa postura se veía su coñito totalmente depilado por la parte de atrás, pareciendo una almejita cerrada. Mi dedo pulgar se metió entre los labios de su sexo por atrás y se clavó también en ese agujero. Con el pulgar en el coño y el índice en el culo, parecía que mis dedos se tocaban en el interior de la chica. Su delgada pared interior permitía a los dos dedos notarse perfectamente.

  • "¿Te han dado caña alguna vez por los dos agujeritos a la vez, pequeña?".
  • "Basta, por favor, deja que me vaya, por favor".
  • "Te he hecho una pregunta. ¿Qué si te han dado caña por culito y coñito a la vez?. Alguna borrachera, una noche loca con dos tíos, ya sabes, …".
  • "Por supuesto que no joder. Solo tengo 19 años Deja que me vaya por favor te lo pido y no diré nada. Me estás haciendo daño, por favor,…".
  • "No te preocupes, por suerte para ti, hoy estoy solo aquí, pero verás cómo no tardando mucho dos tíos de hacen un buen ‘sándwich’ y te follan el coñito y el culo a la vez. Vas a ver las estrellas al principio porque eres estrechita, pero luego vas a disfrutar de verdad. Todo es cuestión de que tu novio te coja un día bien borracha con un amigo. Lo verás".

Según hablaba con ella, mi dedo medio presionó su esfínter y desaparecieron en su culo también. No fue fácil clavárselo entero, pero en muy pocos segundos ambos dedos estaban metidos hasta el fondo de su culo mientras el pulgar seguía clavado por su coñito.

  • "¡Auuu!, por favor, para ya".
  • "Anda que no eres guarra, cariño. Como hablas con la boquita pequeña". "Ahora vamos a probar otra cosa preciosa. Esta te va a gustar más".

Levantándola por el hombro, la empujé suavemente hasta que se pudo sentar en su asiento, cogí una de sus piernas y la pasé por detrás de mi espalda sin que ella presentase pelea ninguna, dejando ahora sí su entrepierna totalmente a mi acceso.

  • "Qué maravilla de rajita tienes chica. Relájate y disfruta bonita. Es tu momento".

En una postura un tanto incómoda por la falta de espacio, pero llevadera, me coloqué bien entre sus piernas, abriéndoselas al máximo y dejando ahora sí una perfecta visión de su coñito.

  • "¿Qué vas a hacer?. No eso aquí no me lo hagas, nos van a ver todos, por favor, ¡¡¡aaahhhh!!!", comenzó a gemir solo al notar mi primer contacto de mi lengua con su clítoris. "Eso no lo aguanto ni un minuto por favor, ¡¡aaahhh!!", nuevamente gemía "Basta, por favor, basta, ¡¡ahhh, aaahhh, aaahhh!!", gemía en cuanto rozaba su sexo.
  • "Eres un putón de cuidado. Nunca me hubiese esperado una sorpresita tan preciosa", le dije al ver su entrepierna.

Totalmente depilada, sin un solo pelo en su entrepierna ni en el monte de Venus, se había colocado un piercing en el clítoris. Tenía los labios interiores del coñito muy pequeños, tanto que su sexo era una deliciosa rajita que parecía de una niña aún mas joven de su edad real.

  • "Seguro que papa y mama no saben esto, ¿eh?".
  • "No, no lo saben, ¡¡aaahhh!!, por favor no sigas, ¡aaaaahhhh!", decía con la boca pequeña, como queriendo decir realmente me voy a correr si me sigues lamiendo así. "Me lo he puesto por mi, ¡¡aaaahhhh!!, novio, que ¡¡aaaahhh, Diooos!! Me lo pidió".
  • "Vaya par de cochinotes, o sea que le gusta devorarte el coñito, ¿eh?"
  • "Sí, pero por favor, ¡¡paraaa!!, ¡¡aahhh!!"
  • "Pues a ver si te gusta cómo te lo hago yo, porque te lo debo por dejarte desvirgar el culo sin chillar".

Disfruté comiendo ese coñito tan delicioso, con sabor mezcla de agua salada del mar y mezcla de sus deliciosos jugos, que cada vez iban lo iban humedeciendo más y más. Primero fue uno y luego dos los dedos que ocuparon simultáneamente su coñito sin escuchar la mínima queja por parte de la chica, que se mordía los labios para no gritar demasiado. Mis dedos clavados en su sexo parecían ofrecerme su clítoris en bandeja para chuparlo y acariciarlo con el pulgar. Nunca en mi vida había chupado, lamido, succionado y mordisqueado, tirando del piercing, tanto un clítoris como esa mañana. Lo tenía totalmente enrojecido, en parte por mi comida y en parte por el piercing que me servía para jugar de forma más bruta con la niña. Los dos dedos que se alojaban en su coñito los pasé a su culito y se los clavé nuevamente hasta el fondo.

  • "¡¡Ahhhh!!, otra vez por ahí no por favor. Sigue como antes".
  • "Calla y disfruta putón, que eres una zorra de cuidado".

No fue difícil meterle los dos dedos por el culo, todavía dilatado de mi enculada anterior. Con los dos dedos detrás metí el pulgar por delante y nuevamente palpé la fina pared que separaba ambos agujeros de la niña. Volvía a parecer que por su interior mis dedos se tocaban, aunque unos estaban alojados en su culito y el otro en su conejito.

Se corrió al menos 2 veces con claridad, tal vez 3 en la más de media hora que jugué con su entrepierna. Pasado ese tiempo, su respiración era agitada, sus gemidos constantes. No le dejé decir nada. Simplemente me puse en el medio de sus piernas y enfilando mi polla a su coñito se la metí hasta el fondo.

  • "¡¡Aahhhh!!, Dios, cabrón no me hagas eso ahora", dijo susurrando pero dejando sus piernas bien abiertas y no poniendo impedimento a mi penetración. "Nos estará viendo media playa".
  • "Calla y déjame ahora gozar este coño que Dios que ha dado pequeña".

Su coño era estrecho pero estaba tan lubricado que mi polla entró sin dificultad hasta los huevos. En esa postura, cogiéndola las dos tetas con las manos y sobando o pellizcando sus pezones me la follé a placer. Sus piernas seguían abiertas de par en par cuando se volvió a correr ahora con mi polla en su interior.

  • "No te corras dentro por favor, que me puedo quedar embarazada, dentro no", gemía la chica muy despacio.
  • "No te preocupes que antes de acabar la segunda vez quiero probar otra cosa".

En esa misma postura, empujándola con mis manos a la altura de las pantorrillas hice que sacase un poco más el culo del asiento y aproveché para, ayudado de una mano, llevar mi polla a su puerta de atrás nuevamente.

  • "¿Por aquí mejor, eh, cerdita?", dije mientras empujaba y mi polla comenzaba a desaparecer por su culo nuevamente. "Pero cómo te va a gustar a partir de ahora recibir pollitas por detrás, cabrona".
  • "¡¡Aaauuu!!, que me haces daño bestia".

En esa postura la penetración profunda era realmente difícil, pero disfrutaba observando los gestos de dolor de su cara a cada embestida mía. Ahora sí que no estaba gozando, pero se dejaba. Se dejaba encular aunque yo le sacaba la polla completamente para volver a metérsela y disfrutar con sus gestos de dolor provocados por la entrada de mi grueso glande en su ano. Mi dedo pulgar decidió aliviar su dolor y comenzó a masajear su clítoris mientras le machacaba el anito adolescente. Eso hizo que a los 5 minutos de juegos, su culo estuviese ya totalmente dispuesto a mis entradas y salidas sin dolor, comenzando a darle ese extraño y bonito placer que supone una enculada en condiciones.

Yo no podía aguantar mi corrida más y además sabía que iba a ser la última con la chica o sea que tuve que elegir entre su culito por segunda vez o su coñito aumentando el riesgo de dejarle embarazada. Opté por otra cosa, o sea que rápidamente y sin previo aviso se la saqué del culo, me puse de pié con cuidado de no volcar el pedalón y cogiéndole con una mano por la nuca y con la otra orientando mi polla se la metí en la boca. Hasta el fondo, hasta darle una arcada que la incorporó un poco en su asiento. Se resistió un poco a chupármela empujando con las manos, pero mi corrida fue muy rápida y además el barquito se movía demasiado con riesgo de volcar o sea que se dejó hacer, a pesar del asco que le estaba dando nuevamente la polla proveniente de su culo.

No aguanté ni medio minuto cuando mi polla comenzó nuevamente a eyacular pillándola por sorpresa. Me corrí bien profundo para que tuviese que tragarlo. Casi vomita de las arcadas pero no me importó. Se tragó la mayoría de la corrida porque no le saqué la polla y le sujetaba la cabeza por la nuca con las dos manos.

  • "Traga cerda, ya verás cómo te gusta"
  • "¡¡Mmggghhh, nnngggo, aaagghhhh, degggggaameeee!!"

Cuando se tranquilizó le saqué la polla de la boca y me senté en el asiento de mi lado del pedalón. La chica escupía al mar lo que podía, ya que se había tragado casi todo.

Entonces me di cuenta de que había otro pedalón con 3 chavales de unos 22 o 23 años a unos 7 – 8 metros nuestro. De hecho uno de ellos estaba grabándonos con la cámara del móvil, con seguridad pensando de que éramos una pareja echando un buen polvo y cuando me vio sentado me hizo un gesto con el pulgar hacia arriba como diciendo "bien hecho". Otro de ellos se había sacado la polla y se estaba haciendo una paja. Yo les saludé amigablemente, la verdad es que si habían grabado lo de encima del pedalón, no parecía una violación o sea que no me importó. De hecho igual era una buena idea tratar de conseguir una copia de ese video por si acaso. Seguro que no les importaba dármela por unos cuantos euros.

Ainhoa siguió escupiendo con la cabeza hacia abajo y no se dio cuenta del detalle de nuestra grabación. Le di el biquini y se lo puso mientras no paraba de intentar escupir.

  • "No escupas tanto cariño te lo has tragado todito. Tienes una boca realmente divina".
  • "Hijo de puta. No soporto eso cabrón".
  • "Vaya, o sea que ya lo habías probado veo. Pero si eres un putón verbenero de cojones. Jovencita pero putón. Ala tírate al agua y vete nadando donde tus amiguitas. Cuidado con lo que cuentas no vaya a ser que tengas una sorpresa por mi parte. Por cierto igual les mando a tus papas una carta describiendo lo precioso que es el piercing que te has puesto".

Ni me respondió. Se puso el bikini y se tiró al agua nadando lentamente hasta la orilla. Yo pedalee para devolver el pedalón y esperé en un chiringuito tomando una cerveza hasta que los chicos del video salieron del agua también. Les invité a una cerveza y les quise comprar la cinta para "disfrutar con mi novia". Me ofrecieron una copia, porque decían que el video era cojonudo y que estaba en un lugar público. Echamos unas risas y al día siguiente uno de los chicos me trajo la copia prometida y les dí 60 € para que se tomasen algo a mi salud. Al menos quería saber qué es lo que habían grabado y además necesitaba ver si se me veía la cara, no vaya a ser que cayese en manos de mi novia y la fuésemos a liar … si veis por la red un video de un tío follándose a una chavalilla de 19 años en un pedalón en medio del mar, ya sabéis quien es

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