Violación deseada
Sentí vergüenza, cómo podía excitarme ser violada de esa manera, supongo que en mis más bajos instintos era una de mis fantasías.
Desde que le conocí siempre había soñado con ser violada por él. Es una persona que con el simple hecho de hablar con el, me excita, de una manera increíble. Tiene 36 años, esta casado sin hijos, es muy atractivo y con una gran fuerza tanto física como mental, consigue doblegarme a sus caprichos con solo ir su voz.
Mi historia transcurre así...
Aquella noche me sentía especialmente atractiva y caliente, había conocido a un chico de mi edad, 22 años, en una discoteca. Estuvimos bailando y charlando hasta que decidimos irnos a un lugar más tranquilo, a mi coche, para allí dejarnos llevar. Resultó ser de esos que se conformar con meterla, descargar, un cigarro y hasta luego... un fracaso...
Me había dejado más caliente de lo que estaba antes, necesitaba algo más. Visto que la noche no se presentaba todo lo buena que yo quería, decidí marcharme a casa. Para llegar a mi portal tengo que atravesar un callejón bastante oscuro y con muchos escondites para cualquiera que pase por allí, las casualidades hicieron que esa noche el alumbrado de mi portal estuviera apagado, estando buscando las llaves para entrar oí un ruido tras de mi, me gire rápidamente y no vi nada, pensé que seria un gato vagabundo... entre la poca luz que había y los efectos del alcohol en mi cuerpo no atinaba a meter la llave donde debía y de nuevo oí otro ruido, parecían pisadas de alguien. Empecé a asustarme, mi corazón latía con rapidez y mi respiración se cortaba... las malditas llaves me estaban dando problemas, lo único que quería era meterme en el portal y llegar a mi casa, sana y salva.
Cuando por fin conseguí abrir la puerta, ya más tranquila, sentí como tapaban mi boca y me ordenaban no gritar, empujándome para adentro de una manera brusca... me puso mirando a la pared detrás del mostrados de recepción, con una mano en mi boca y la otra agarrando mi cintura fuertemente, yo no podía apenas ni respirar, me quede inmóvil, tenía miedo de sufrir algún daño, pensé que quizá solo quisiera quitarme el dinero y las cosas de valor, no fue así...
Era muy tarde ya, en la calle no había nadie por lo tanto estaba sola ante aquel maníaco. El no paraba de decirme que si intentaba escapar, gritar o avisar a alguien pagaría las consecuencias, me advirtió que si le dejaba hacer lo iba a disfrutar. Ahí fue cuando me di cuenta de las intenciones que tenía. Cada vez me apretaba más, me aplasto contra la pared puso su cuerpo contra el mío y amarrándome del pelo para atrás paso toda su lengua por mi cara. Yo no me atrevía a girarme para ver quien era, solo notaba que era muy fuerte y que tenía todo perdido, me repugno notar su saliva por mi cara, pero no podía hacer nada...
Tapó mis ojos con un trapo atado fuertemente, me agarro y me puso sobre uno de sus hombros, oí como abría la puerta del portal y sentí que estábamos en la calle, abrió la puerta de un coche y me tiro dentro. Arranco sin decir palabra, conducía rápido supongo que no quería estar demasiado tiempo en el lugar del delito, yo atrás iba de lado a lado, mareada, temerosa, se me escapaban las lagrimas. No se el tiempo que paso hasta detenernos... estaba aturdida y confusa solo le oí decir:
-Zorra, siempre has deseado esto, pues ahora lo vas a tener.
Me sorprendí a mi misma de lo que estaba sucediendo, su voz me resultaba familiar y no pude evitar excitarme, mi coño empezó a humedecerse. De nuevo me saco arrastras del coche, estábamos en la calle, hacía mucho frío, parecía que estábamos en algún lugar apartado del campo ya que no se oía a nadie ni a ningún coche. Me situó enfrente del coche, conecto las luces largas, yo podía ver la poca luz que dejaba entrar el trapo en mis ojos. Agarro mis manos por detrás, las ato fuertemente y me tiro al suelo boca arriba. Se abalanzó sobre mi, apretando con sus rodillas mis piernas. Tomo mis tetas con sus manos, salvajemente las apretaba, hasta que note como agarraba mi camisa y tiraba de ella, arrancándomela y dejándome en sujetador, no tardo mucho en sacármelo también. Estaba helada de frío, notaba sus manos magreandome, sus piernas apretándome, su respiración en mi cara, babeándome y aun así estaba excitada. Su brusquedad, sus movimientos me ponían mucho pero evidentemente no podía dejar que el lo notara. Yo intentaba zafarme de el, me dolía todo el cuerpo en la posición en la que estaba. Temí que llegara el momento en que me quitara el pantalón que llevaba, debido a mi anterior encuentro con el chico de la discoteca mi coño aun estaba algo abierto, se notaba que había acabo de follar hacia poco tiempo. Me quitó el cinturón, bajó mis pantalones y rompió mis bragas sin miramientos, puso su mano en mi coño y rió...
-Vaya vaya, alguien va a disfrutar por partida doble esta noche.
Entre mi anterior encuentro y lo excitada que me estaba poniendo aquel hombre, mi coñito era una fuente de líquidos. Sentí vergüenza, cómo podía excitarme ser violada de esa manera, supongo que en mis más bajos instintos era una de mis fantasías.
Soltó mis manos durante unos segundos, me volteo en el suelo, me ató en una extraña pero a la vez placentera postura, mis manos y tobillos tanto derechos como izquierdos atados juntos de tal forma que todas mis partes quedaban a su disposición.
Sin contemplaciones agarró mis caderas y empujo metiéndomela de golpe en el coño, creí que me iba a partir, grite, muy alto, solo conseguí con ello que metiera las bragas que me había arrancado en la boca y que me forzara aun más. Me decía toda clase de insultos... contra más duros eran más me gustaba y menos dolor sentía. Cuando se cansó de mi coño se dedico a mi culo, lo escupió, golpeo, pellizco todo cuanto quiso, yo solo intentaba pedir que no me hiciera daño...creo que eso era una provocación para el ya que metió tres de sus dedos de golpe en mi ano, los metía y sacaba, seguía escupiendo e insultándome hasta que de buenas a primeras note como algo duro y frío que no era su polla me penetraba hasta lo mas hondo, trataba moverme y escapar aquello me estaba doliendo mucho, pero fue inútil, solo servia para que el se excitara más. Me dejo aquello metido en el culo y se puso delante de mi, sacó su polla, estaba totalmente erecta y húmeda, la acerco a mi boca, saco las bragas y me la metió sin darme tiempo a coger aire, agarraba mi cabeza y me la movía, me estaba follando la boca como un loco, no me daba tiempo a tragar...
Me dolía mucho el culo, no se lo que era aquello pero me estaba abriendo por la mitad, también me dolía la espalda, tenia frío, mis tetas estaban siendo machacadas por sus manos y mi boca no daba mas de si, en cambio, mi coño iba por libre, nunca lo había notado tan caliente y húmedo.
Trascurridos unos minutos la saco de mi boca, me desato la venda de mis ojos, yo no podía ver nada por la luz que salía del coche y tanto tiempo a oscuras, trataba de agudizar la vista y ver quien era mi agresor, solo vi una enorme polla en mi cara... eleve la mirada y me quede atónita, era él, mi casado favorito, me había violado y hecho de mi lo que había querido, no supe como reaccionar. Me encontraba atada, humillada y excitada antes aquella situación. Ahí no había acabado la cosa...
-Ya te dije que esto es lo que habías deseado durante mucho tiempo preciosa...
Dicho esto empezó a mear sobre mi cara, pecho, sobre mi cuerpo entero, en ese momento note que me venia un tremendo orgasmo, caí al suelo de lado, tiritaba, no sabia que hacer ni que pensar. Desato mis manos y piernas, me tapo con una manta, sin decir palabra me dejo en la puerta de mi casa y a modo de despedida me dijo que nos volveríamos a ver... eso seguro.