Violación bajo las estrellas

Aquella noche y bajo las estrellas tuve mi primera experiencia homosexual, gracias a un par de manganzones que me violaron.

Luego de un buen tiempo sin poder disfrutar de unas vacaciones, decidí solicitarlas en mi trabajo, enseguida me fueron concedidas y sin perder tiempo, empecé a planearlas.

Fui a una agencia de viajes para asesorarme un poco y luego de informarles el interés que tenía de disfrutar de la naturaleza, me recomendaron viajar a una apartada, desierta y poco conocida isla. Sin pensarlo demasiado decidí aceptar la proposición, a pesar de la advertencia del personal de la agencia de que posiblemente estaría sólo, ya que eran muy pocas las personas que conocían ese lugar. Esa advertencia, lo que logró fue incentivar las ganas de ir a conocerla, debido a que no me incomodaba la idea estar sólo.

Al fin llegó el día, llegué a la isla y pude darme cuenta de que aquel lugar era un verdadero paraíso, como pensaba estar allí por una semana, mi equipaje era completo; mucha comida, equipos de campamento, poca ropa, y entre otras cosas un vibrador, aunque nunca me había propuesto a usarlo, pensé que la soledad de aquel sitio sería oportuna para experimentar una nueva experiencia.

La soledad que esperaba encontrar duró muy poco al ver humo al parecer de una fogata a unos cuantos metros del lugar donde me disponía a acampar, dejé mi equipaje en el lugar y fui a ver de que se trataba. Al llegar pude ver un pequeño e improvisado campamento, con un pequeño refugio del que salió un hombre al darse cuenta de mi presencia. Este hombre era alto, fuerte, bronceado y en general de buen físico, no perdió tiempo en presentarse, su nombre era Jorge. Luego de hacerle saber el porque me encontraba en ese lugar, el me dijo que estaba vacacionando desde hace un mes junto a un amigo, el cual se encontraba en un río cercano. Entre conversación y conversación, apareció el otro hombre, el cual se presentó como Gabriel, quien al igual que Jorge, era de buen físico.

Pasó un rato y decidí irme al lugar donde se encontraba mi equipaje, ambos hombres se despidieron y no pusieron ninguna objeción por mi partida. Debo confesar que siempre esperé que me invitaran a acampar junto a ellos, pero dada las circunstancias comencé a armar mi campamento, luego de dos horas aproximadamente ya estaba todo listo, comí y me dirigí a la carpa para dormir ya que estaba un poco cansado, no tarde en hacerlo. A la mañana siguiente me levanté y rápidamente noté que alguien había estado en el lugar, supuse que serían los chicos que había conocido y no le di importancia, pero todo cambió cuando agarré un vaso y me serví un poco de agua y al tomarla sentí un sabor extraño, al observarlo me di cuenta que era semen, pero ya me lo había tragado.

El día transcurrió normal, aunque siempre estuve pensando en lo que me habían hecho. En horas de la noche decidí ir al campamento de los tipos para ver si notaba algo extraño en su actitud, al llegar estaban sentados en la orilla de la playa masturbándose, pensé que mi presencia los intimidaría un poco, pero ocurrió lo contrario. Jorge luego de saludarme me invitó a sentarme a su lado, yo inocentemente lo hice, de allí en adelante comenzó la verdadera aventura.

Gabriel sin ninguna pena me preguntó directamente que si me había gustado el regalito que me habían dejado, enseguida supe que se refería al semen en el vaso pero me hice el desentendido, le pregunté que a que se refería y el me dijo que no me hiciera el desentendido que yo sabía de que me hablaba, continué haciéndome el que no entendía pero en esta ocasión fue muy claro al preguntarme que me había parecido tragarme el semen de ambos, a la vez que Jorge se reía y me decía que me habían observado haciéndolo y que no lo siguiera ocultando. Allí fue cuando aceptando lo sucedido , comencé a reclamarles su accionar y exigiéndoles una disculpa de su parte, ellos no paraban de reír, hasta que Jorge se levantó y nuevamente me preguntó que si me había gustado tragarme ese semen, yo aún molesto le dije que no, enseguida él me respondió que le agarrara el gusto que a partir de esa noche lo haría y muy seguido. No pude contenerme y luego de darle un golpe en la cara salí corriendo del lugar, aunque no llegué muy lejos, ya que ambos corrieron y me alcanzaron.

Luego de dominarme completamente entre los dos, procedieron a atarme de pies y manos mientras yo gritaba pidiendo auxilio, lo que era inútil ya que no había más nadie en la isla. Estando completamente inmóvil, pude ver como se acercaban a mi mientras se masturbaban, sospeche sus intenciones y no me equivoque; Jorge tapó mi nariz con la intención de que abriera la boca para poder respirar, al hacerlo pude sentir un inmenso chorro de semen rebosando mi boca y parte de mi cara, casi me ahogo al saturarse mi garganta de aquel espeso líquido, no me quedo otra alternativa que tragármelo. Enseguida Gabriel sin perder tiempo me agarró por la cabeza y me introdujo su pene en la boca, haciendo bruscos movimientos sin contemplación alguna, luego de unos cuantos segundos sentí como su miembro latía y supuse que se disponía a acabar, efectivamente, presionó mi cabeza hacia él de tal manera que la punta de su pene podía sentirla en la garganta para posteriormente dejar escapar una gran cantidad de su semen, el cual sin mucho preámbulo bajaba directamente hasta mi estómago.

Completamente impotente y aún atado, sentía la incertidumbre de saber que ocurriría ahora, ya que me encontraba a merced de dos sádicos dispuestos a hacer conmigo y con mi cuerpo lo que se les ocurriera. Estuve tirado en la arena durante un rato, hasta que repentinamente llegaron ambos hombres, se sentaron cada uno en una piedra junto a mi y me explicaron entre burlas y malos tratos que a partir de ese momento me declaraban la única mujer de la isla y que yo no tenía ningún derecho a negarme, aunque quisiera hablar o defenderme no hubiese podido hacerlo, ya que uno de ellos colocó sus pies sobre mi cara y en ocasiones los metía en mi boca y me hacía lamérselos a fuerza de amenazas. Luego del planteamiento o en todo caso la orden que me dieron no me quedo otra alternativa que comportarme completamente sumiso y dispuesto a hacer lo que a ellos les provocara.

Rato más tarde de lo ocurrido, pude ver como uno de ellos se dirigía hacia mi campamento mientras que el otro me obligaba a decir cosas que al parecer le distraían y excitaban, tales como: "soy la puta de esta isla y me encanta que me cojan", " me encanta tragar semen", etc., a la vez que me daba nalgadas y se tocaba sus partes. Al llegar el hombre que se encontraba en mi campamento, pude ver como traía mis pertenencias las cuales empezó a registrar de inmediato, allí fue cuando sentí temor de la actitud que tomarían al encontrar el vibrador. Pude darme cuenta que lo había conseguido al decirle al otro hombre que fuera a ver lo que esta perra tenía en el bolso (la perra era yo). Al otro hombre ver el vibrador le comentó algo al oído a su cómplice y ambos comenzaron a reírse, enseguida uno de ellos me ordenó que gateara hasta dentro del refugio, así lo hice, al llegar me desataron pero esta vez vendaron mis ojos, pusieron el vibrador en mis manos y me dijeron que me querían ver en acción. Nunca en la vida me había sentido tan presionado, estos hombres querían que me metiera aquel grueso consolador y yo nunca lo había hecho, pero sabía que no tenía otra alternativa, sin ver que ocurría a mi alrededor me despojé de mi ropa y me llevé a la boca el vibrador para tratar de usar mi saliva como lubricante a la vez que con mis manos tomaba un poco del mencionado líquido y me lo untaba en mi virginal culo. Uno de ellos me dijo que me encargara del vibrador que él se encargaba de mi ano, así lo hizo, comenzó a escupir en el y a estimularlo con sus dedos. Debo confesar que la situación no era del todo desagradable, hasta comenzó a excitarme la idea de meterme aquel aparato por el culo mientras a aquellos hombres que se yo que se les podía ocurrir. Luego de un rato escuche que uno de los tipos me dijo que comenzara, tome el vibrador, separé las piernas lo más que pude y comencé a meterme el grueso vibrador, al principio era doloroso e incómodo, pero eso pude olvidarlo un poco al sentir que uno de ellos me introducía su pene en la boca y me hacía mamarselo, cuando pude darme cuenta el consolador ya entraba y salía de mi ahora abierto culo casi sin esfuerzo.

Siendo sincero, tome la determinación de convertirme en la mujer del lugar, pero no se los hice saber ya que me empezaba a gustar que me sodomizaran a su antojo.

Trataba de ocultar mi excitación, pero no pude controlarme cuando sentí que lo que se disponía a entrarme por detrás era un pene real, todo esto ocurrió cuando me sacaron el vibrador y uno de ellos comenzó a deleitarse con mi recién estrenado culo. No lo podía creer, me estaban metiendo sendos penes ; uno por la boca y el otro por detrás. La posición en la que me encontraba (acostado boca arriba y con las piernas abiertas y en alto) dio inicio para que el que me lo estaba metiendo por el culo comenzara a lamer mis pies efusivamente.

El éxtasis llegó para los tres cuando sentí aquel líquido caliente saliendo del pene del que me lo metía por detrás, a la vez que salía del que me había puesto a mamarselo, es decir, ya no cabía una sóla gota de semen dentro de mi cuerpo. Enseguida y debido al cansancio, me quede dormido hasta el siguiente día.

La mañana siguiente fui el primero en levantarme y aproveche de cómo buena mujer lavarle los interiores a mis hombres, mientras lo hacía uno de ellos despertó y luego de orinar fue hacia mi y tomándome por el pelo me arrodilló frente a él y me introdujo su pene aún goteando en la boca, me dio un poco de repulsión, pero lo hice sin reproches.

En horas de la tarde, ambos hombres me dieron mi respectiva dosis diaria de semen, el cual ya me gustaba y esperaba con ansias.

Así fueron transcurriendo los días hasta que llegó el momento de irme, ellos me dejaron ir sin reproches, no sin antes ponernos de acuerdo para encontrarnos posteriormente.

Han pasado pocos días de mi regreso, pero ya ansío volver a sentirme dueño de aquellos inmensos pedazos de carne que tan felices días me hicieron vivir, pero para no perder el tiempo y poder calmar mis ganas mientras llega ese día, me traje como recuerdo un interior usado de cada uno de ellos, los cuales no he parado de oler y usarlos como herramienta mientras me masturbo.