Violación

Era un jueves por la tarde, regresaba del trabajo ya cansada por el tráfico y deseando darme un buen baño de burbujas en mi jacuzzi, el liguero y los tacones ya eran más un estorbo que una sensación placentera, deseaba cambiar mi traje sastre, de falda muy corta y un saco, por alguna bata fresca y delicada.

Era un jueves por la tarde, regresaba del trabajo ya cansada por el tráfico y deseando darme un buen baño de burbujas en mi jacuzzi, el liguero y los tacones ya eran más un estorbo que una sensación placentera, deseaba cambiar mi traje sastre, de falda muy corta y un saco, por alguna bata fresca y delicada.

Hacia ya un mes que había terminado con él, nuestra relación simplemente no funcionaba, demasiado sexo para mi forma de pensar, termine por dejarlo y disfrutar mi vida tranquila, además ya llegaría alguien mas, creo que con mis 27 años, 1.70, cuerpo delgado, cabello rubio y un buen par de tetas, cualquiera caería en mis brazos.

Al llegar a mi casa lo primero que hice fue ir a la cocina y prepararme una buena bebida para irme a bañar, escuchaba ruidos en el jardín pero no le daba importancia, podía ser el perro de los vecinos o algún gato, encendí el televisor y al girar mi rostro tenía frente a mi algo frío en mi cara, era el cañón de un revolver que se apretaba contra mis mejillas, al tiempo que escuchaba decir – Mira perra, será mejor que ni hables y todo saldrá bien- unos brazos fuertes me tomaron por la espalda y entonces reaccione, comencé a forcejear con mis atacantes, pero era inútil, mi delicado cuerpo poco podía hacer contra sus pesados cuerpos, sentí un fuerte golpe en la cabeza y caí inconsciente.

Al reaccionar estaba atada de pies y manos en el suelo, pude observar a tres hombres que charlaban en la sala, uno era moreno, otro gordo y otro rubio; ellos notaron que había despertado y el rubio, que aparentemente era el jefe se acerco a mi – Mira preciosa, no te importa quienes somos, pero necesitamos quedarnos en tu casa un par de días, así que mejor cooperas o aquí mismo te enfriamos, entendiste perra- solo me quedé muda y moví mi cabeza en afirmación.

Pasó un rato y yo me sentía desesperada, ellos me levantaron y me pidieron que les hiciera algo de cenar, como pude accedí a sus peticiones y cocine los peores bocadillos que había hecho en mi vida, el gordo no paraba de mirarme las nalgas y babear como perro en brama, algo se decían entre ellos y el rubio solo negaba con la cabeza y me miraba; fueron largas horas hasta que el rubio se me acercó y me dijo – Mira mi reina, mis muchachos te van a violar, ya hice lo que pude pero no los convencí, mejor coopera y déjate querer, vale!?- yo solo quedé con una cara de espanto, quise correr y el moreno me atrapó y me aventó al suelo, aún ahí gateaba queriendo salir de aquel infierno pero una patada en las costillas me dejo sin fuerza para seguir escapando, como bestias me arrancaron el uniforme del trabajo, al ver mi lencería uno de ellos exclamo- Mira como se viste la perra- me levantaron de los cabellos y me ataron las manos a una columna, de un jalón el gordo me arranco la tanga y comenzó a lamer sin piedad mi vagina, el moreno sacó su fierro y me lo acercó a la cara al tiempo que me decía – Si me lo llegas a morder te mato puta, entendiste?- me lo pasaba por toda mi cara y disfrutaba el muy desgraciado, el rubio solo miraba y no decía nada, en un instante el gordo dio un fuerte golpe en mis nalgas y sin piedad ensartó su duro fierro en mi vagina, yo estaba aún sin lubricación y el dolor fue desgarrador, al abrir la boca para gritar el moreno me clavo su pene al momento que jalaba mis cabellos con fuerza; yo forcejeaba, me sentía humillada y violada, ambos hombres me violaban con furia, como si yo fuera un objeto y no un ser humano, el rubio se acerco a la escena y solo atino a decir – Vaya vaya con la puta, no me queda de otra que hacerla gozar también, ja ja ja- se desnudó y saco un tremendo fierro muy grueso, también me lo colocó en la cara y me dijo – mama perra, chupame el fierro- después de un rato el gordo se descargo en mi vagina, la sentía bastante irritada, los otros dos se dieron gusto vaciando su leche en mi cara y esparciéndola por mi cuerpo con sus penes.

Me golpearon y me aventaron a un rincón, pasó la noche, no pude dormir del miedo y el dolor, ellos se alternaban para descansar, al amanecer el rubio se me acercó y me dijo- toma perra, avisa en tu trabajo que estas enferma y no puedes ir a trabajar- tome el teléfono y marque desesperada, tal vez si alguien notaba algo raro llamarían a la policía, sin embargo la persona que me contestó ni se inmuto por el tono de mi voz, y que voz podía tener si tenía una pistola en la quijada.

Me llevaron a la recamara y me aventaron a la cama, el gordo me acerco su pene y me ordeno mamar, los otros dos solo me ensartaban alternándose y desgarrando mi vagina a su placer, después de descargar su semen en mi interior me pusieron boca abajo y trajeron algo aceitoso, después supe que era aceite de cocina, me lo untaron en mi hasta entonces virginal culo, me manoseaban a su antojo, yo me sentía humillada, sentía algo queriendo entrar entre mis nalgas, era el fierro del rubio, entró la cabeza uyyyyyyy que dolor, - Calla perra- sin clemencia me la metió toda, en verdad eso dolía, me ensartaba muy fuerte y apretaba mis nalgas, los otros dos solo me violaban por la boca como si esta fuera un coño. Los tres se alternaban entre mi culo, mi boca y mi vagina, se corrían en mi interior, afuera de mi, me golpeaban, y así todo el día, al llegar la noche me sentía sucia, con ganas de morir, no deseaba existir ante tal humillación.

Ahí estaba, en mi cama toda pegajosa de semen y con los orificios adoloridos, cuando llegó el rubio y me dijo – Mira puta, tenemos que salir de aquí, y requerimos que tu vayas con nosotros, la policía anda cerca y no nos vamos a arriesgar- Me ordenó vestirme rápido, sin bañarme, con la cara que tenía debía parecer una puta de verdad.

Salimos los cuatro en mi auto, yo iba atrás con el moreno, que no dejaba de acariciar mis piernas y meter su asquerosa mano entre mi falda, llegamos a un barrio bastante desagradable y en una puerta como de una bodega entramos y me ordenaron bajar, un hombre se acercó y entre todos se abrazaron e intercambiaron palabras, el hombre se acercó y me observo preguntando – quién es esta preciosura?- yo solo tenia una mirada de odio, -es la putita que nos recibió en su hogar- - vaya que han hecho de las suyas con ella, ja ja ja, se ve como una perra bien cogida- me bajaron de auto y me llevaron a una bodega obscura y fria, me ataron a unos postes y ahí me dejaron, por mi cabeza pasaban varias ideas, escapar..... morir.........dormir.........., una luz muy fuerte me despertó, eran varios hombres, en realidad no puedo decir que pasó, fui golpeada, violada analmente, vaginalmente, sentía mi cuerpo cubierto de semen, fueron horas de dolor y desesperación, perdí el sentido en mas de una ocasión; alguien trajo un par de botellas de licor y me las ensartó en mi culo y en mi vagina, me las sujetaron con cinta, ya no sabía que pasaba, mi cuerpo era un costal sin fuerza, desnuda y el cuerpo hecho un asco me subieron al maletero de un auto y me aventaron a un río de aguas sucias, de vez en cuando abría los ojos y veía como las ratas se paseaban frente a mi, no podía gritar, la cinta en mi boca y la falta de fuerza me lo impedían, no sé cuanto paso, la botella que tenía en mi vagina terminó por salir, mas no la de mi culo.

Hoy después de varios años, aún veo las fotos con asco y dolor, la policía me encontró el martes, entre un charco de sangre y suciedad, estuve varias semanas en el hospital recuperándome de todas mis heridas, tanto físicas como emocionales, pero de esas quién se recupera, hoy sigo siendo la rubia de buen cuerpo que solía ser, pero me meto con cualquiera, me he vuelto la puta de la oficina, algún trauma? Tal vez, lo único que estoy segura es que si volviera a ver a esos desgraciados les daría las gracias por abrirme los ojos a esta nueva vida.

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