Vino. 16

Julia no fue consciente de cuánto tiempo había transcurrido, embelesada aún con la intensidad de la sensación de placer que había proporcionado, absorta en su pequeña victoria, disfrutando de un sueño que aletargaba sus sentidos, hasta que la voz serena y dulce de Clara la devolvió a la realidad...

Julia no fue consciente de cuánto tiempo había transcurrido, embelesada aún con la intensidad de la sensación de placer que había proporcionado, absorta en su pequeña victoria, disfrutando de un sueño que aletargaba sus sentidos, hasta que la voz serena y dulce de Clara la devolvió a la realidad: - Cuando dijiste que era gay, ¿estabas convencida de ello?- Julia respondió sin

levantar la cabeza de su vientre: - No. En realidad era más una suposición que una certeza, creo que motivado por mi propio deseo de que fuera así. - ¿Y ahora qué crees? - Que te has dejado amar, que has disfrutado con mi boca en tu sexo, pero no sé si serías capaz de hacerlo tú. Tampoco sé cómo te sentirás mañana cuando te despiertes sobria, no sé si te sentirás igual de desinhibida. Al fin y al cabo esto sólo ha sido un lapsus de sexo oral en una noche de diversión.- Clara contraataco con un tono más áspero pero sereno aún:

  • ¿De verdad piensas que ha sido sólo un lapsus, un momento loco de alcohol y fiesta? ¿Crees que me daría asco besar tu sexo? -Julia guardó silencio unos segundos. Necesitaba meditar una respuesta sincera que no ofendiera a su compañera de cama. - Para mí han sido unos momentos maravillosos, he disfrutado de tu cuerpo y de tu entrega y no me arrepiento pase lo que pase mañana. Pero creo que eso es algo que debes decidir tú sola, no me parece justo que yo influya en ti de un modo u otro. -Guardaron silencio, sumidas cada cual en sus propios pensamientos, hasta que el alcohol y el esfuerzo las sumergió en un profundo sueño durante un par de horas. No había amanecido aún cuando Julia se despertó con el roce de los labios de Clara en su cuello. No opuso resistencia y, medio dormida como se encontraba aún, indefensa, vulnerable, dejó que aquella mujer la recorriera con sus labios después de susurrarle que quería corresponderle. Sintió el estremecimiento de su cuerpo sumergida en su letargo, tras lo que les venció el sueño de nuevo. Julia despertó con la luz del día y se sobresaltó al comprobar que su amante no estaba en la cama. Se levantó rápidamente y la halló en la cocina dando vueltas y sirviendo café.

Continuará...