Villanas segunda parte

Queen drone se enfrentará a una heroina ¿conseguira superarla?

Aya metía sus pulgares en la camisa del pijama de Kirie, tenia una piel increíblemente suave, aterciopelada.

Parecía mentira que esa chica estuviera en la calle.

Subió la camisa lentamente, mostrando un ombligo en forma de almendra.

Aya le ponía los ombligos, este tipo era su favorito, no pudo evitar lamer esa cicatriz.

-mmmm – decía Kirie dormida.

Aya paró asustada, su examen dependía de ella, joder, su futuro dependía de ella.

Pero ese olor, ese olor que la roña enterró durante tanto tiempo y que al final la ducha liberó le decía “tómala, hazla tuya”

Sus dedos seguían subiendo despacio, alcanzando sus pechos.

Sus pulgares notaban lo suaves que son.

Tenía que verlos.

Despacio, descubrió los símbolos de la feminidad de Kirie.

Eran medianos, con forma de manzana, de pezones rosados pálidos.

Sus manos cubrieron esos senos, sus dedos acariciaban esos pezones que rápidamente endurecieron.

Aya sabía que no debía.

Pero son tan apetitosos.

La boca de Aya aprisionó el pezón izquierdo de Kirie, comprobando su textura, su firmeza, su sabor, la lengua de Aya relamía ese apéndice sin piedad.

-mmmmm mmmmm – Kirie seguía dormida, pero disfrutaba.

Las manos de Aya temblaban, estaba a punto de descubrir terreno puro, si dicen la verdad, ese… ese… tesoro, nunca fue tomado.

Bajaba los pantalones del pijama con cuidado, cielos, su coñito estaba cerradísimo, el suyo estaba un poco abierto.

Paró cuando llegó a las rodillas y se acercó a la concha de Kirie, la cual dormía todavía.

Que olor tan especial desprende, olor a pureza, pero también, a deseo enterrado, deseo de sentir el contacto del extraño, deseo de cumplir con su sagrada función.

Aya estaba dispuesta a ser la primera sensación de esa concha.

Sus dedos abrieron lentamente esa concha inocente, mostrando un hermoso color rosadito, Aya se relamió los labios y los acercó a esa concha.

-mmmmmm ¿Qué? ¿Quién? – decía Kirie aún dormida.

Aya tenía que reaccionar, no podía poner la ropa en su sitio, Kirie sabría que pasaría y ¡adiós nota!

Acercó rápidamente su cara a la suya y le dijo.

-Tranquilaaaazzzz humanazzzzz, zzzzzomos de alfaaaa draconizzzzzz, nezezitamozzzz ezaminar tu cuerpo para nuestrazzzz investigacionezzzzzzzz.

Kirie aun estaba adormilada por la cama.

-de acuerdo, pero quiero conocimientos a cambio.

-no abrazzzz los ojozzzzz humanaaaa – decía Aya.

Kirie obedeció, pero volvió a dormirse.

Cielos, por poco.

Si fuera lista pondría el pijama en su forma original y se iría a dormir.

Pero la visión de Kirie con el pecho y la concha descubiertas, sus pechos subiendo y bajando al ritmo de la sensual respiración de la homeless.

Aya se desnudó completamente de forma rápida y brusca para luego ponerse sobre ella, contemplándola durmiendo.

Sus labios se acercaron lentamente a los suyos hasta fusionarlos en un cálido y húmedo beso.

El primer beso de Kirie.

Un beso largo, cálido y delicioso para Aya.

Mientras los pechos de Aya se juntaban con los de Kirie, la estudiante lamia la oreja derecha de la homeless, la punta de su lengua recorría el fino y largo cuello de la durmiente.

Quería lamer esos pechos, pero tenía una filia especial.

Apoyó su oreja en el pecho.

Escuchaba esos latidos, algunas de sus anteriores novias, les parecían raro, muy pocas, escalofriante, pero la mayoría lo consideraban romántico.

El sonido de la fuerza del corazón de Kirie, un corazón que deseaba vivir, vivir intensamente.

Una mano acarició el pecho derecho de la pequeña pueblerina, mientras que su boca, saboreaba el pecho izquierdo, su lengua recorría el pezón formando círculos.

-mmmmm mmmmm mmm – decía Kirie dormida y gozando.

Aya también gozaba, frotaba su concha en la pierna de su invitada, gotas de dulce roció estaban mojando la extremidad de Kirie.

La perversa lengua de Aya recorría el abdomen de la inocente y llegó al ombligo que no dudó en besar y chupetear.

Cielos, ese ombligo la volvía loca.

Y se notaba que su abdomen era sensible, Kirie reaccionaba jadeando.

Unos jadeos tan sensuales que no ayudaban a la cordura de Aya, al contrario.

Era hora de probar el sabor de lo inmaculado.

La respiración de Aya se aceleraba, ese agujerito estaba frente suya, estaba esperando a alguien ¿Quién sería el elegido de Kirie? No le importaba.

Esa primera vez, ese momento.

Le pertenecía.

Sus labios se acercaron a la cueva de la vida de Kirie mientras que sus dedos la abrían despacio, mostrando su carne rosadita.

Mientras sus labios acariciaban ese tesoro, su lengua, cual ladrón, entraba sin permiso el interior de Kirie, recorriendo, tocando, explorando los rincones de su profundidad más sagrada.

Las manos dejaron de abrir la puerta sagrada, ya estaba dentro, saqueando los jadeos de Kirie que empezaba a sudar, ahora sus manos recorrían las blancas caderas de la inocente hasta agarrar sus firmes nalgas, unas nalgas que estaban formadas gracias a las huidas de la policía.

Las mejores nalgas que había agarrado Aya.

Pero su sabor, era sublime, el néctar de Kirie empezó a brotar de su inocente flor.

Un néctar que Aya despiadadamente saqueaba.

Dulce, delicioso, se pasaría el día lamiendo esa entrepierna.

Kirie empezaba a convulsionar, estaba teniendo un orgasmo.

El primero con un extraño.

Aya se acercó a su oído y le susurró.

-veo que gozaste, ahora me toca a mí.

Aya cogió una de las manos de Kirie y la manipuló para meter sus dedos dentro de ella, Aya notaba esos finos dedos entrando en su carne y lo hizo frotar.

La excitación y el temor a ser descubierta aumentaban su placer, hasta alcanzar un orgasmo que silenció.

Tras poner el pijama de Kirie en su posición original, Aya se vistió y durmió

Kirie se despertó al sonido del despertador, se sentía rara, notaba su cuerpo… distinto, bah, seguro que ha sido la cama, se vistió con el uniforme y se fue a la escuela, allí cumplió con creces su trabajo y al volver a casa de la estudiante, la cual pidió si podía leer esos libros.

Aya le sonrió y le dijo que si.

Los ojos de Kirie brillaron ilusionados, hasta que las manos de Aya la pusieron contra la pared.

-pero me has de pagar.

Kirie perdió el brillo de sus ojos, no tenía nada, vivía en la calle, no dudaría en robar para leer esos libros, los deseaba.

Los necesitaba.

-cada noche, tu cuerpo me pertenecerá, harás el amor conmigo y te aseguraras de que goce.

Kirie abrió los ojos con horror ¿ella quería que fuese su juguete? ¿su…? Por favor no.

-¿quieres que me prostituya para ti?

-es una forma de verlo, tu me das placer y yo… ese placer tan raro que tienes – respondió Aya.

Kirie miró a Aya, luego la biblioteca, luego a Aya, luego la biblioteca, así varias veces, su potente cerebro parecía colapsar.

La Kirie adulta abrazaba su propio cuerpo, recordaba cada beso, cada caricia, cada…

Se sentía sucia, pero valía la pena, pero a veces se arrepentía de ello, recordaba las lagrimas que derramaba cuando accedía a la biblioteca y no podía culpar a Aya, solo a si misma.

Se vendió, se vendió como mercancía para leer esos tesoros.

Necesitaba animarse, necesitaba chocolate.

Se disfrazó de chico, no le gustaba apretarse el pecho, colocarse el modificador de voz ni mostrarse tan masculina.

Pero si estas en los más buscados, que remedio.

Bajo su ropa, tenía su uniforme de villana, un traje de carbino, bajo su ropa tenia sus cinco drones favoritos, eso la hacía parecer corpulenta.

Irreconocible.

Salió del supermercado y cogió un carrito de compra, en Mallorca donde estaba no solo había una comunidad metahumana fuerte, sino que estaban los odiados Raptors, las fuerzas mercenarias de la empresa EDEN, por si fuera poco, la directora de RAPTOR, esa mujer con el síndrome pre-menstrual eterno, Alicia Skale, estaba supervisando la conversión de Menorca en un parque de dinosaurios.

Nunca entendió esa obsesión de EDEN por los dinosaurios, pero algunos secretos no deberían ser sabidos.

Chocolate, jabón liquido, carne de hamburguesas, fruta, mucha fruta, mmmm helado ¿Por qué no un capricho? ¿Chocolate? No, ya tiene de sobra en el carro, tal vez vainilla.

Una alerta sonaba en su tecnocortex, su camión ha localizado a varios sujetos, cinco en total, armados, 1 colt anaconda, una vieja 1911, un Ak-47, una Spas-12 y vaya, un AA-12, un momento, más información, tres botellas de molotov y dos granadas de fragmentación.

Localizó el lugar más seguro del supermercado, se introdujo allí, seria esperar y cuando acabe, salir, nada de follones innecesarios.

Cuando entró en el lugar, oyó los disparos, habían descargado la AK y la AA-12 para impresionar, causando todo el daño que pudieran, la vieja estrategia del cañonero, si enseñas un montón de potencia de fuego, harán todo lo que te apetezca, las pistolas y la escopeta semiaumatica se reservan mientras se recargan las armas pesada, gente aterrada, gente llorando, había oído que el Rey sol estaba atacando, por eso los metahumanos no vienen.

Ese era el momento ideal para delinquir, cuando hay peleas entre metahumanos ¿RAPTOR? No es la policía, la gente le importaba un carajo.

-¡quietos criminales! – decía una voz femenina de acento argentino.

Kirie soltó un palmface, esa parodia de súper-mema estaba aquí ¿no aprende nunca?

Se oyen disparos, hay civiles que caen abatidos por las balas, puede que rehenes, sin duda hombres, esa chica era Concha González, la pesadilla del patriarcado.

Kirie sentía arcadas cada vez que siquiera pensaba en su nombre.

Esa mujer era el prototipo perfecto de feminazi, no le importa sacrificar victimas masculinas si conseguía parar un crimen, pero suele rescatar a los rehenes femeninos, si puede, es una experta en Taekwondo quinto Dan, pero su mayor poder es que podia crear portales donde golpear o incluso escapar.

El problema de ese poder es que… no lo controla mucho, más de una vez se quedó atrapada en esos portales y como ganó su fortuna como modelo de pasarela, tenía un cuerpazo y estando atrapada e indefensa…

Bueno, todos los criminales al menos se la han follado una vez.

Veía la pelea a través de las cámaras del supermercado que se había conectado a través de su tecnocortex, el de la Ak dispara a Ana, pero ella crea un portal que conecta con otro portal en la espalda del de la AK, el cual recibe su propio fuego, matándolo.

El de la 1911 apunta, pero Concha se agacha esquivándolo, esa bala mata un civil masculino.

En ese momento Concha salta sobre el, le golpea con una poderosa patada, cuando el criminal cae al suelo ella le golpea una y otra vez en la cabeza.

Cuanta energía desperdiciada en un acto de violencia innecesaria, pensaba Kirie.

El de la AA-12 aparece y dispara en modo automático, esas escopetas automáticas suelen ser devastadoras.

Montón de género salta por los aires, es increíble como corre esa puta, acaba cubriéndose en una de las estanterías.

El de la Spas-12 se prepara para disparar, Concha esta sonriendo, seguro que piensa que son tan tontos como para disparar perdigones en una cobertura.

Pero un agujero salió al lado de su cabeza, eso aterró a Concha ¿Por qué?

-munición de posta, je, esos criminales no son tan descerebrados – decía Kirie.

La munición de posta no era la típica munición de perdigones, se trataba de un proyectil solido de escopeta, como una bala, la ventaja de las escopetas es que puedes usar distintos tipos de munición.

Concha sale creando varios portales, si ese de la escopeta dispara, el proyectil entrara por el portal que proyecte Concha y le alcanzara a él.

O cualquiera.

-¡ayudadme! ¡Recarga!

Eso levantó una ceja a Kirie ¿Qué harán? Ve como esta descargando las postas de su escopeta.

El de la AA-12 se lanzó contra ella, el tío era muy corpulento.

Pero ella estaba entrenada y estaba segura de sus habilidades.

Era increíble como una chica de 1,60 y 55 kilos convirtiese en un saco de boxeo a un tio de 1,95 y ciento cincuenta kilos de peso, mientras el otro recargaba.

Kirie sacó su cabeza un momento para analizar los nuevos proyectiles.

Composición Zirconio.

Aliento de dragón.

Cuando tumbó al grandote, el de la Spas-12 estaba listo.

-vaya ¿te apetece morir? ¡dispara! – dijo Concha emitiendo sus portales.

El de la Spas disparó al suelo, ya que el portal no cubría el suelo, una llamarada recorrió el suelo alcanzando los pies de Concha, la cual veía con horror como unas llamas subían por sus piernas.

Concha usaba un uniforme de licra de cuerpo entero, no usaba máscara, es raro que una superheroina que use su nombre real usase una mascara, era una morena de tez blanca y pelo corto militar, con ojos verdes llenos de odio.

Al ver lo bien que ardía ese uniforme, Concha tuvo que deshacerse de el, quedando desnuda, pero el de la Spas la perseguía.

-¡ven gallinita! ¡voy a asarte! – dijo el atracador.

Concha sentia el miedo, pero tuvo una idea, proyectó un portal ante ella y al entrar, un portal se abrió detrás de su perseguidor.

Al parecer era el jefe, puesto que adivinó la jugada, se giró para dispararla.

Pero era muy lento, la patada voladora conectó en la cara, noqueándolo.

Solo quedaba el del revólver, pero este llevaba una cajera como rehén.

Eso ya detuvo a Concha que cambió de estrategia, le hablaba con voz calmada y dulce.

Menuda hipócrita

El del revolver temblaba y amenazaba con volarle la cabeza a la chica, ahí Concha se paró.

Kirie volvió a sacar la cabeza, sus ojos ampliaron la imagen del revólver y lo examinó.

No tenia balas, o no tenia dinero para ello o no tenia los huevos para segar una vida.

En cuanto Concha se dio cuenta de que el atracador se distraía mirándole las tetas, aprovecho creando un portal a su izquierda que conectaba bajo las piernas de el atracador.

En ese momentos lanzó un puñetazo que conectó con las bolas del atracador que al notar el golpe apretó el gatillo que ha hecho que desmayase a la cajera.

Ahora Concha se fue a por ese atracador y le estaba dando una paliza de espanto, si no se detiene lo mataría.

-imbécil – dijo Kirie para si misma.

Salió de su escondite y gritó.

-¡ey nudista! ¡limítate a atarlo, llama a la poli y vete de aquí! – dijo Kirie con su voz masculinizada.

Concha se detuvo y dedico una mirada de odio a Kirie, se levantó y se acercó a ella con paso firme y hostil.

-¿Qué has dicho? Basura.

-que seas la heroína y te limites a atarlos y largarte, has tenido suerte, pero si sigues así te violaran, otra vez.

Esto enfureció a Concha que corrió contra Kirie y le asesta una patada en la entrepierna.

Kirie no la notó, uno de los drones protegió la zona de impacto.

Pero Concha sintió mucho dolor en su pie, casi se carga un metatarso, miro sorprendida a Kirie que hacia señas de que se largara.

Concha hizo ademán de irse, pero los ojos de Kirie notaban una perturbación, un portal, pero…

Muy inestable.

Concha saltó hacia ese portal, pero solo entró la cabeza, en cuanto entró, el portal se empequeñeció haciendo que se atorase la cabeza, es lo que tienen los proyectores de portales, su piel forma un fenómeno que hace que los portales no se cierren del todo, asi no pierden miembros o se les corta la cabeza.

Kirie veía un cuerpo desnudo peleando por salir de ese agujero, pero ¿la cabeza?

-¡sácame de aquí imbécil!

Kirie miro detrás suya ¿tenía pensado Concha atacarla por la espalda? Que innoble por su parte, pero Concha siempre le gustaba jugar con ventaja.

Kirie fue por un refresco de lata y tras abrirlo echó un trago, luego depositó la lata en la cabeza de Concha que la movió furiosa para tirarla.

Kirie recogió la lata caída y echó el resto del contenido en la cabeza de Concha que no paraba de bramar y de amenazar.

-¡te cortare la polla y te la meteré muy dentro del culo! – dijo Concha furiosa.

-lo dudo – dijo Kirie con su verdadera voz mientras se quitaba el disfraz.

Los de la tienda empezaron a temblar, la reconocían, Queen Drone, la tecno villana.

Eso enmudeció a Concha e intentaba concentrarse en sus poderes para salir.

Kirie se fue hacia el de la escopeta Spas que volvía en sí.

-¿Cómo te llamas? – preguntó Kirie.

-Ernesto – dijo adolorido.

-me gusta tu habilidad con la escopeta ¿peleas contra otros meta humanos?

Ernesto se quitó el pasamontañas, era un hombre de 28 años, una de sus mejillas tenía una quemadura, también parte del brazo derecho.

Geollama u otro miembro de la familia Crematerras, pirokineticos de enorme poder, pero que nacen con poca producción de serotonina, de modo que siempre están furiosos.

-dame tu número de teléfono – dijo Kirie pensando que necesitaría a ese tipo más adelante.

Ernesto al mirarla, se quedó boquiabierto ¿una villana de alto nivel pidiéndole su teléfono? No dudó en dárselo.

-si necesito a alguien para un golpe, pensaré en ti – dijo Kirie alejándose, mientras tanto, disfruta de este regalo que te doy.

-¡espera! ¡Somos mujeres! ¡No puedes dejarme así! ¡Sabes que me harán! – protestaba Concha llorando.

-¿sabes cuantas veces has acabado así? 8 este año y estamos en Marzo, si, me he molestado en contarlas, así de patética es tu existencia – decía Kirie mostrando enfado.

-¡por favor! ¡si me liberas te daré mucho placer! ¡Placer que solo una mujer puede darte!

Las imágenes de Aya tomándola una y otra y otra vez apuñalaron su mente como un cuchillo candente, uno de sus drones se separó de su traje y empezó a electrocutar a Concha de forma que le doliese de forma horrible.

Luego Kirie se acercó a la “heroína” y le dijo.

-odio a las homosexuales.

Necesitaba desahogarse, ese recuerdo de Aya, ese cajero.

-¡tú! ¡Coge mi carro de compra y ven conmigo – dijo Kirie señalando al cajero.

Aterrado, el chaval obedeció y llevó el carro al camión, Kirie desplegó sus drones que cogían algunos productos, incluidos tampones, al pasar por una caja abierta, agarró los billetes de esa caja, poco dinero para los golpes que estaba acostumbrada, pero había que aprovechar, salía a comprar y sale con dinero extra, también se llevó una caja de condones.

Mientras Ernesto despertaba a los miembros supervivientes.

-¿Cómo te llamas chaval? – preguntó Kirie.

-M-Mateo –dijo tembloroso.

Kirie suspiro, su mala fama era un buen impedimento para una vida normal.

-coloca el género ¡rápido! – dijo Kirie con autoridad.

El chaval era dirigente, tenía 21 años, un cuerpo de gimnasio.

Y un buen culo.

Kirie se despojó de su uniforme y sus drones, quedando totalmente desnuda.

-y-ya está mi señora, ¿puedo irme ya? – preguntó Mateo.

-date la vuelta – dijo Kirie sonrojada.

Mateo al girarse, la vio, una japonesa que la miraba tímidamente, sus brazos cubrían sus pechos y sus piernas estaban cerradas, tenia marcadas caderas y una cintura de avispa.

Mateo miró varios lados y agarró la mano de Kirie mientras decía.

-¡chica hemos de salir de aquí antes de que ese monstruo vuelva!

Kirie no sabía como reaccionar, ¿furiosa por llamarla monstruo? ¿O encantada porque quería “rescatarla”?

Uno de los drones bloqueó la salida al grito de “NO TE LLEVES A NUESTRA REINA”

Mateo no entendía, miró a Kirie que la miraba con esos fluorescentes ojos verdes.

No podía ser, ¿ella es queen drone?

-v-ven – dijo Kirie.

Mateo la siguió, bueno, miraba el culito prieto que tenia la villana.

Su habitación, era pequeña, pero era lo que necesitaban, Kirie se sentó en la cama y dijo a Mateo que se colocase frente a ella.

Y así hizo.

Kirie quitó el cinturón del muchacho y le desabrochó los pantalones.

Se sorprendió cuando vio una buena erección en el chaval.

-¿no me tenias miedo? – dijo Kirie con voz inocente.

-es que… eres tan bonita… no pude evitar tenerla dura.

Kirie sonrió, agarró ese miembro y empezó a dar pequeños besos en la punta, sus manos recorrían el cuerpo carnoso del símbolo del varón.

Ya estaba dando mordisquitos al glande del chaval cuando este acercaba sus manos a la cabeza de la supervillana, pero no se atrevía.

Kirie se dio cuenta, agarró esas manos y las colocó en su cabeza, miró con ojos chispones al chaval, el cual empezó a marcar el ritmo de Kirie, la cual agarró las nalgas del chico.

-joder, me corro – dijo con miedo Mateo.

Kirie aumentó el ritmo, no quería soltarlo, entonces notó el disparo seminal muy al fondo de su garganta.

Mateo cogía aire mientras Kirie se retiraba de ese falo lentamente, saboreó ese semen juvenil.

Sacó un condón que robó y lo colocó en el miembro del chaval, luego se tumbó en la cama y de abrió las piernas, esperando su miembro amartillando su interior.

Mateo se acercó, acarició sus caderas mientras sus labios besaban los pecaminosos labios vaginales de Kirie que recibió esa boca con placer.

Notaba como su lengua invadía su interior, como recorría cada rincón de su útero.

Kirie no pudo evitar soltar varios jadeos, acariciaba los cabellos del chico que animado por ello siguió con el culiningus con mayor intensidad.

Eso hizo que Kirie gritase convulsionándose por el violento orgasmo que le recorría su cuerpo.

Mateo veía el cuerpo de la villana respirando, bañada en sudor, está débil, podría capturarla, le vendría la fama y posiblemente una recompensa.

Pero su erección pensaba de otra manera.

Se acercó a Kirie, la cual miró a Mateo con una sonrisa, ambos se fundieron en un beso, sentía como el miembro entraba dentro de ella y empezó a bombear su interior.

Una de las formas de saber cuándo va a llegar Kirie al orgasmo es que ella quiere abrazar, abrazó con sus manos y pies a Mateo, el cual estaba a punto de descargar su semen cuando se oye una voz.

-¡¿puedo participar?!

La pareja miró en la dirección, veían que aparecía de la nada una rubia de enormes pechos desnuda.

Mateo la reconocía, gritando de horror se fue del lugar gritando medusa.

Kirie no había llegado al orgasmo, miraba con odio a esa chica que miraba al muchacho huir.

-¿Por qué se va? Podía tenernos a las dos – dijo la chica.

Mientras, en el supermercado, el último de los atracadores se abrocha los pantalones y se va, mientras que Concha, tenía la cara amorotonada y la boca llena de lefa mientras veía como su cuerpo derrotado tenia las nalgas enrojecidas, sus pechos rojos por el maltrato, pero lo peor era su concha, que goteaba un liquido blanco, un liquido que compartía con su boca.