Villanas 5
Formando el equipo
Kirie estaba manipulando con nanomaquinas el cerebro de Concha, estar dentro del estomago de Cobra fue una experiencia realmente aterradora que le dejó un trauma.
La quería centrada, preparada y sobretodo… controlada, esas nanomaquinas no eran de la misma tecnología que su tecnocortex, no tenia los recursos para ello, son nanomaquinas sencillas que solo duraran 48 horas antes de desactivarse
Concha estaba desnuda e inconsciente, Kirie observaba su cuerpo, su tono muscular, era una chica hermosa, pero también preparada para el combate.
Kirie la envidiaba, ella sin la tecnología no era más que una jovencita a la que podían someterla físicamente, Concha a pesar de sus… patéticas derrotas y de ser golpeada, violada y torturada, se ponía de pie otra vez.
Tal vez fuese su odio al genero masculino lo que le da gasolina para combatir.
Pero Cobra, no era un hombre, no era algo que conocía, conocer esa nueva clase de horror no era algo que la mente de Concha no estaba acostumbrada.
Puso a Concha en un tanque criogénico mientras las nanomaquinas se instalaban en sus neuronas.
Con su mente, se conectó a una llamada.
Ramón Bartolomeu estaba limpiando su Spas-12 en su… “casa” cuando murió su hermana pequeña por el cáncer, su vida se fue cuesta abajo, antaño un soldado que vendió su alma a RAPTOR, todo por curar a su hermana, el problema es que el gobierno tenía un pleito con RAPTOR y no dejó que EDEN tratase a su hermana.
Con toda la vida por delante, consumida por un cáncer, intentó llevársela del hospital, pero la policía intentó detenerlo por secuestro.
Pero el era un buen tirador, varios vehículos fueron inutilizados por el, por desgracia tuvo que encontrarse con un amurami que se hacia llamar “el vencedor”
Hacia como diez años que esas criaturas llegaron a la tierra mediante una nave escacharrada, se “adaptaron” a la tierra, eran exactamente iguales a los humanos, solo que más hermosos, los ojos y el pelo de los amurami son completamente blancos y son increíblemente poderosos, pero también, terriblemente engreídos, decían que estaban ahí para cuidar de sus “hermanos más débiles” refiriéndose a los terrícolas.
La última vez que vio a su hermana, era su carita llena de terror, sabía que volvería al hospital, encamada, en una habitación que sería su único mundo mientras el dolor y el cáncer la consumían.
Antes de que Ramón disparara, escuchó las últimas palabras de su hermana.
“gracias”
Ramón empezó a llorar abrazando la misma arma con la que dio muerte a su hermanita
De repente su móvil empezó a sonar ¿otro supermercado? Le dio especial placer disparar postas de sal a esa puta mientras se la follaban.
-¡preséntate ante tu reina en la plaza del progreso a las 4:00!
Ramón sabia quien era, era hora de subir de división.
Ramón esperó en la plaza del progreso, había llegado a las tres de la noche, tenia que impresionar a esa supervillana.
¿Qué por qué no se hacía superhéroe? Ya siguió las reglas y esas reglas dictaban que su hermana debía morir de forma dolorosa y el hecho de liberarla de una horrible agonía casi le encierran durante 20 años, afortunadamente EDEN y su ejército de abogados consiguieron dejarlo libre y no solo eso, dio buena prensa a RAPTOR, pero sin ella ¿para que luchar? Luchaba por una cura que poseía EDEN, pero el gobierno que tenia roces con esa empresa no paraba de dar trabas.
¿Por qué supervillano? ¿Por dinero? ¿Poder? No… simple venganza, deseaba destruir esta inmunda sociedad, destruir el gobierno, todo y que de sus cenizas surja algo mejor, pero seguramente lo que surgiría sería algo tan corrupto como lo que hay ahora, por otro lado, necesitaba actuar, necesitaba trabajar, si no, acabaría en una esquina muerto con el brazo lleno de agujas.
¿Volver a RAPTOR? No, le recuerda demasiado a su fracaso, cada vez que ve un uniforme de RAPTOR veía a su hermana.
No podía ni siquiera verlos.
A las cuatro en punto, un camión aparcó frente a el, la bodega se abrió invitándolo a entrar, cosa que Ramón hizo encantado.
Cada paso que daba, hacia que su corazón le latiera con fuerza, sabe que es un simple humano frente a dioses que le han escogido ¿para desecharlo después?
Ser desechado no era lo que le preocupaba, hacía tiempo que no tenia vida propia, la sensación de culpa lo empujó al nihilismo, necesitaba trabajar para aparcar esos pensamientos suicidas, necesitaba apartar a su hermana en un rincón profundo de su mente, guardado, pero no olvidado.
Vio dos personas, una era Queen Drone, llevaba una armadura samurái tecnificada cuyo kabuto tenía dos cuernos que proyectaban un circulo rojo en cuyo interior había una joven.
Ramón oyó que Queen era Sintoísta ¿una tal amaserazu? ¿akate…? Bah, poco importa, Ramón no creía en dioses, de hecho no creía en nada desde la muerte de su hermana.
La otra persona era una mujer de enormes ubres, llevaba como casco una pecera ¿una de esas criaturas acuáticas? Le ponía nervioso, a pesar de que esa mujer de generoso pecho no se le veía la cara por el casco acuoso que era tintado.
Sentía que lo miraba fijamente.
-Bienvenido Ramón ¿dispones de un nombre en clave? – decía Queen de forma majestuosa.
-no, no lo necesité, después de todo soy un ladrón de poca monta – respondió Ramón seriamente.
-eso no fue lo que vi en el supermercado, te has sabido medir contra una metahumana bastante poderosa, estúpida, pero poderosa, tengo un trabajo para ti que estaría a la altura de tus talentos.
Ramón se sentía honrado ante esas palabras, ¿Qué trabajo seria? ¿robar elementos radiactivos? ¿Atacar una base de superhéroes? Le daba igual, lo haría con pasión suicida.
-pero antes he de ponerte un nombre, he estado pensando en perdigón ¿lo prefieres así? – decía Queen Drone.
Perdigón, le gustaba, el estaba entrenado en toda clase de armas, pero sus favoritas eran las escopetas, aceptó con gusto ese nombre.
-bien, tenemos dos misiones, la primera y la más importante, es llegar a Menorca e infiltrarnos en la base RAPTOR para conseguir unos datos importantes para mis objetivos.
¿Enfrentarnos a RAPTOR en Menorca? Varios excompañeros estaban ahí, le dolía hacerles eso, pero.
Era un mercenario, si te pagan, el amigo de hoy es el enemigo del mañana.
-¿Cuál es el objetivo secundario? – preguntó Perdigón haciendo suyo el nombre que le dio Queen Drone.
-huevos, tenemos que conseguir huevos para Rosa García, no puedo contarte por que, pero es importante que al menos uno sea de un T-Rex y 20 kilos de huevos de otras especies, te daré 20.000 euros ahora y otros 20.000 euros cuando el trabajo acabe y si sacamos más huevos, tendrás una bonificación.
Perdigón le parecía bien ¿Cuánto ganaba por atracar un supermercado? ¿1.000? como mucho 1.500
Aceptó el trato, pero tenia dudas.
-¿Cómo transportamos los huevos? Ese peso extra no nos lo pondrá fácil.
Queen mostró a Concha, aun inconsciente y con su uniforme de combate, unos brazos mecánicos colocaban unos dispositivos en la cara para que las cámaras no la reconocieran.
-su poder nos servirá, tranquilo, esta en un estado semi-hipnotico, si actuamos bien, no ira contra nosotros.
-disculpe mi falta de fe, pero sus poderes son… inestables – decía Perdigón.
-mis nanomaquinas pueden controlar su poder, al menos el tiempo suficiente para que cumpla con su trabajo
-es practico – dijo Perdigón admirando la inteligencia de Queen Drone - ¿Cuándo empezamos?
-dentro de dos horas hemos de estar en Mahón, tu y yo entraremos como pareja, Medusa, mi compañera, entrará en una cueva al oeste de la isla, trae a dos compañeros más y yo llevare a Concha, pero tenéis que simular que sois activistas pro-derechos de los animales y que nuestra misión es “rescatar” huevos que están destinados al cautiverio.
-creo que mis dos colegas no serian del agrado de ese depósito de lefa – decía Perdigón recordando el tratamiento que le dieron.
-te dije que está en estado semi-hipnotico, no reconocerá vuestras caras, mientras sigamos el guion, será fiel como una perrita.
-¿algo más de lo que deba saber? – preguntó Perdigón.
Queen dio un par de palmadas y uno de sus drones bajó con una escopeta, un modelo que Perdigón nunca vio.
-hecha con materiales ligeros pero duraderos, semiautomática, con una pequeña impresora 3d para que puedas escoger que tipo de munición usar, puede efectuar 300 disparos antes de necesitar nuevos materiales para su impresora, usa un químico de mi invención en vez de pólvora, de modo que sus cartuchos serán más pequeños, pero eficaces, incluye una diadema que debes colocártela, con tus pensamientos, puedes escoger el tipo de munición e incluso ordenarle disparar.
Perdigón admiró el arma, era magnifica, una autentica obra de ingeniería, tras darle las gracias, fue a buscar a sus otros compañeros a toda prisa.
-me sorprende lo bien que te has portado – dijo Queen drone a Medusa.
-tiene un buen paquete ¿no podríamos jugar con el después del trabajo? – preguntó Medusa levantándose para colocarse sobre un panel de mandos.
-siempre pensando en… ¡NO TOQUES ESO!
Medusa se había sentado sobre unos botones y sin querer estaba dando energía al clon cibernético de Makoto, Queen sentía una mezcla de miedo y emoción, miraba hipnotizada como el ciborg estaba listo para despertar.
-¡lo siento! ¡yo! – se excusaba Medusa.
-ve por helado de vainilla, he de tratar esto a solas – ordenó Queen drone.
Cuando Medusa se fue a la tienda, Kirie se despojó de su armadura y fue corriendo a por un yukata, no podia presentarse como una villana, sino como Kirie, tras escoger un yukata decorada con petalos de Sakura, llegó a tiempo para mirar su obra encendiendo sus sistemas.
Despertándose.
Este era un día que temía, pero que al mismo tiempo deseaba.
Al final, los ojos de Makoto se abrieron.
-¿K-kirie? – preguntó el Ciborg.
Kirie no dijo nada, simplemente abrazó al Ciborg, su cerebro se inundó de tantos recuerdos, cuando se conocieron, cuando se enamoraron, cuando la tomó en ese hotel.
El ciborg reaccionó abrazando a Kirie, aspirando su aroma, acariciando sus cabellos, Kirie sentía esas caricias como si se activasen viejos recuerdos, recuerdos dolorosos, recuerdos que la atormentaban.
La tecnovillana besó a su creación, el beso fue largo y apasionado, como si Kirie temiera que todo acabaría si sus labios se separaran, pero tenía que decirle una cosa, tenía que darle ese mensaje, tras el beso, acercó sus labios al oído del ciborg y le dijo.
-te he echado de menos.
Eso hizo que el ciborg levantase una ceja, quería preguntar, pero Kirie lo llevó a su cama, a medida que se acercaba a su habitación, Kirie se ponía más y más nerviosa, el ciborg era una de las pocas personas que la hacían... irracional.
Cuando llegaron, Kirie miró al ciborg, cielos, es tan…
Sus manos temblaban al intentar al intentar quitarse el obi del yukata.
Makoto puso su mano en el cinturón, dándole un vuelco en el corazón de Kirie, que al mirar a los ojos del ciborg, unos ojos traviesos.
Sabia lo que queria hacer.
Tras desatar el obi, el ciborg tiró de el y Kirie empezó a girar como una peonza, por primera vez Kirie reia, reia de verdad, cayó en la cama con el yukata abierto, pero sin descubrir sus pechos y con una sensación de mareo.
El ciborg se acercó a Kirie y lentamente abrió el yukata para descubrir los simbolos femeninos de Kirie que instintivamente se los tapó ya que temia que no fuesen lo suficientemente… bonitos.
Las manos del ciborg agarraron las muñecas de Kirie y las separó de sus pechos, el ciborg sonreía al ver esos maravillosos pechos y los empezó a lamer.
Un latigazo de placer recorría la espina dorsal de Kirie, el sabia donde y cuando tocar.
A medida que la boca del ciborg trabajaba los pechos de la tecnovillana, Kirie se mordía los labios y retorcía sus pies por el placer.
Una de las manos del ciborg acarició la flor prohibida de Kirie, estaba empapada, le mostró su mano profanadora, Kirie miraba la viscosidad de los fluidos que empapaban los dedos del Ciborg.
El ciborg puso su mano en la boca de la tecnovillana.
Eso llenó a Kirie de emoción, sabia el próximo movimiento del ciborg, notaba como acomodaba el glande en la entrada de su vagina.
Ambos se miraron a los ojos.
Los de Kirie dieron su aprobación
El empujó, ella notó como algo la llenaba, fue una penetración dura, llegando hasta su cérvix.
El ciborg era delicado con ella, temía romper a esa delicada criatura, pero Kirie con sus manos agarrando sus caderas, lo animó a dar con fuerza.
Ambos amantes gozaban de la unión, Kirie acarició el rostro del ciborg y lo miraba a sus ojos.
Su forma de mirar, algo pasaba, no ¡El es Makoto! ¡Esta con ella!
Y no le iba a dejar ir, da igual Japón, da igual su inocencia.
Solo el importaba.
El ciborg beso a su creadora con pasión mientras su miembro se hundía dentro de la gruta del placer de Kirie.
La tecnovillana, dejó de pensar, sintió esas embestida con alegría, la misma que le hizo Makoto antes de… ¡no! ¡El está aquí! ¡No lo perdería otra vez!
Abrazó al ciborg mientras sentía los suaves bombeos de su creación, bombeos llenos de placer y de amargos recuerdos.
-Makoto, he sido mala, muy mala, debes tratarme duramente, con fuerza, como si quisieras destrozarme, por favor…
Kirie sentía miedo de decirlo, pero la culpa la atormentaba, sentía que un castigo la redimiría, si es por el, aceptaría el castigo con una sonrisa.
-viólame, úsame hasta que no puedas más, no me importa lo que me pase, soy tu juguete, tu puta, tu propiedad.
El ciborg la agarró de las caderas y se puso de pie haciendo que Kirie quedase con la cabeza tumbada, el cuerpo elevado y sus piernas sobre los hombros del cibor, el cual, empezó a bombear con más fuerza y brutalidad.
Kirie gemía de placer, tenia que morder una almohada para aguantar esas poderosas embestidas, pero sus ojos no paraban de llenarse de lágrimas, no era el dolor físico, sino algo más espiritual.
Una horrible sensación de culpa.
El ciborg emitió un gruñido de placer y llenó el interior de Kirie con su simiente, pero no le bastaba eso, dijo a su creadora que su pusiera a cuatro patas.
Ella obedeció, ella creó al ciborg, pero le obedecería, le pertenecía, notaba las manos del ciborg agarrando sus caderas y su falo acomodándose en sus labios vaginales antes de invadirla en una brutal embestida, sintió como sus brazos eran agarrados para tirar de ellos aumentando sus brutales embestidas, sentía como su cérvix era golpeada con furia.
Y ella lo estaba gozando.
Las manos del ciborg eran grandes, tanto que podía agarrar las dos muñecas de Kirie con una mano mientras que con la otra, golpeaba las nalgas de su creadora, la cual, respondía con unos eróticos quejidos, las cachetadas a sus nalgas eran cada vez más fuertes, tanto que hasta estaban dejando marca de la forma de la mano.
La tecnovillana notaba como un brutal orgasmo la invadía, tenía que morderse la lengua para evitar desmayarse, el ciborg parecía incansable, pero ahora aumenta la fuerza de sus embestidas y levantó su cuerpo para abrazarla por detrás, agarrándola de sus pechos, acariciándolos rozando con la yema de sus dedos sus pezones mientras la lengua de su creación lamia su hombro derecho y su cuello.
Eso enloquecía a Kirie, su tecnocortex indicaba peligro, el orgasmo fue tan intenso que se desmayó.
No tardó mucho en despertar, su cuerpo todavía sentía sacudidas por el orgasmo, al consultar su tecnocortex vio que se le paró el corazón un segundo, una petite mort, su creación aún estaba dentro de ella, abrazándola.
Se desacopló del ciborg, tenía que hacer una cosa más, limpiarlo, aun estaba erecto, lleno de fluidos, tanto de ella como de él, su creación trató de detenerla, pero Kirie quería hacerlo, con su lengua, recorrió la herramienta masculina, limpiando de cada fluido que la manchaba, sus manos acariciaban sus testículos, sus labios acariciaron el glande de su creación, unos labios que engulleron para aspirar los restos de semen que se quedaron dentro, apretando suavemente con sus dientes para extraer los restos del fluido blanco, pero esta vez el ciborg la apartó y le preguntó
-no soy Makoto ¿verdad?
Esas palabra eran como una mano exprimiendo su corazón, iba a negar la realidad, pero las palabras de su creación la despertaron.
-Kirie, Makoto se sentiría decepcionado al verte, el siempre te vio como una mujer racional, decidida, fuerte.
Esas palabras terminaron por romper a Kirie, la cual abrazaba a su creación mientras lloraba, soltando todas sus frustraciones, sus fracasos, su rabia contenida, su impotencia.
El ciborg la abrazaba amorosamente mientras cantaba una canción, una canción que a Kirie le encantaba, cuando no quedaban más lagrimas, solo quedaba otra cosa para desahogarse.
Hablar.
Le explicó que era culpa suya, que tenia que haber revisado mejor el cohete, que no debia haberlo dejado ir a esa misión a Marte, durante su exilio hizo tantas cosas para sobrevivir, para demostrar su inocencia, que locura, demostrar su inocencia cometiendo crímenes.
El ciborg escuchaba pacientemente a Kirie mientras acariciaba su mejilla, hasta que su creadora dijo que volvería a Japón y dejaría que la colgaran.
En ese caso el ciborg reaccionó abrazándola con dulzura.
-no Kirie, tu eres más fuerte de lo que crees, Makoto estaría orgulloso de ti por pelear hasta el final, jamás te permitirá rendirte, es por ello que él te amaba.
-¿m-me amaba? – preguntó Kirie.
-si, el había discutido con la agencia espacial para meterte como tripulante, pero ellos creían que eras más importante en la tierra y no podían cambiar la tripulación.
-¿Cómo sabes eso? – preguntó Kirie.
-¿Qué materiales usaste para crearme? – preguntó el ciborg.
-la mayoría son… restos genéticos que me dio Makoto para… recordarle y… tener su descendencia.
Kirie lo entendió, memoria genética.
-¿aun te queda semen suyo? – preguntó el ciborg.
Kirie afirmó vergonzosamente con la cabeza.
-guárdalo para cuando seas inocente, serás una madre estupenda – dijo el ciborg.
Kirie se concentró y un dron acudió con ropa masculina y una tarjeta de plástico, el ciborg se extrañó con la tarjeta.
-son el resto de mis fondos, podría tener más, pero los servicios secretos japoneses me buscan y por eso debo tener ingresos discretos en la bolsa, pero es suficiente para que puedas comenzar una nueva vida, también hay una identidad para que puedas trabajar en la isla, pasaporte, DNI, todo, una nueva identidad.
El ciborg notaba como sus recuerdos son alterados, como su identidad es cambiada, quedó inconsciente, su cuerpo se movía por si solo, vistiéndose y recogiendo la tarjeta y los papeles y se fue del camión.
Su creación tenía razón, Rosa tenía razón, el no es Makoto, no podía sustituirlo, nada puede sustituirlo.
Se sentía culpable, como si matase a Makoto 2 veces, una con el cohete, a pesar de que la memoria genética de Makoto la perdonó, pero la otra es la espiritual, sustituir a Makoto por…
Kirie empezó a abrazarse a sí misma y llorar, cuando llegó Medusa y la vió llorar pensó que el ciborg le hizo daño y quiso vengarse, pero Kirie la abrazó y le explicó lo que pasó.
Ahora Kirie necesitaba llorar, necesitaba descargar lo que sentia antes de la misión, necesitaba estar lista.
Medusa abrazaba a su amiga con dulzura.