Villa fornica, la señora mariana

En villa fornica el sexo es cosa de todos los dias y la Señora Mariana recibe una buen racion de sexo por parte de don fidel, el morocho edmundo, su hijo y su amigo de este,

En un lugar ubicado entre un océano y otro, se encuentra una pequeña isla llamada, villa fornica, los habitantes de ese lugar tienen una peculiar costumbre, que es la de fornicar entre todos, los hombres pueden fornicar con todas las mujeres y las mujeres con todos los hombres, inclusive cuando los hijos alcanzan la edad adulta, pueden practicar el amor filial, haciendo de este lugar, un paraíso del sexo, y esta es la historia de algunos de sus habitantes, la bien formada señora mariana, el esposo despreocupado de nombre Federico y su hijo, un cachondo joven de 25 años llamado Roberto, esta es su historia,

La señora mariana llega a su casa, deja las compras sobre la mesa y un tanto molesta comienza a decir,

  • acchhhh....ese viejo morboso de Fidel, volvió a hacer de las suyas conmigo,

Su esposo don Federico sin levantar la vista del periódico le pregunta,

  • y ahora que pasó Mariana

  • que que pasó, que me dejo el culo bien abierto, eso paso,

Don Federico aun con la mirada fija en el periódico le contesta,

  • ya sabes que tienes que llevarte tu gel lubricante,

  • lo llevaba Federico,

  • entonces por que no lo sacaste y se lo diste antes de que te penetrara,

Mariana antes de contestar jala un poco de aire y le comienza a decir,

  • no lo use, por que su ayudante el morocho Edmundo, me tenia agarrada de las manos, no me dio tiempo de sacarlo,

Don Federico levanto la mirada del periódico y le pregunta a su esposa,

  • a ver, explícame eso,

  • si mira, entre al mini súper de don Fidel, lo salude muy cordialmente como siempre lo hago y me fui directamente al área de carnes frías, por donde están los refrigeradores grandes,

  • si mariana, se donde están los refrigeradores grandes,

  • bueno, me acerque al mas grande y vi que adentro había dos paquetes de costilla, así que recorrí la puerta del refrigerador y me agache para tomarlos, pero estaban tan pegados por el hielo que tuve que meter ambas manos para tratar de sacarlos,

  • aja... y luego mariana,

  • pues en esas estaba, cuando escuche la voz de don Fidel detrás de mi,

  • ¿y que te decía don Fidel?

  • el viejo me dijo, señora mariana, cuando use vestidos tan cortos procure ponerse pantaletas,

  • no te pusiste pantaletas mariana,

  • achhh...no, hace mucho calor,

  • y encima te pusiste ese vestido holgado y corto,

  • si Federico, y no creas que buscaba quien me lo hiciera, ya sabes que los viernes no acostumbro buscar sexo,

  • OK mariana y después que sucedió,

  • te decía, cuando escuche que me hablaba, me enderece y apoye mis manos en los costados del refrigerador y me di cuenta que ya el viejo de Fidel me había levantado el vestido,

  • aja, y después

  • en ese momento ya me imaginaba lo que el quería y te juro que intente darle el gel, pero fue en ese momento cuando el morocho de Edmundo me agarro las muñecas y Fidel poso sus manos sobre mis nalgas y me las separo, y pues ya te imaginaras, el sinvergüenza comenzó a penetrarme,

  • mariana, don Fidel no es un hombre tosco, acostumbra ser muy atento con todas las mujeres, yo lo e visto, inclusive e participado en orgías con el y no creo que el te haya roto el culo,

  • bueno Federico, es que también me penetro el morocho Edmundo,

  • a ver, cuéntame eso,

  • cuando don Fidel me separo las nalgas comenzó a penetrarme, si fue muy cuidadoso, su verga comenzó a entrar lentamente en mi y cuando la metió por completo, se quedo unos instantes quieto y después comenzó a cojerme lentamente, yo claro, solo trate de apoyar mis piernas lo mejor que podía y el entraba y salía lentamente de mi, ya antes había tenido sexo con el, pero ahora fue diferente, su verga la sentía enorme y bastante caliente, y sus manos...mmhhhh...sus manos me agarraban las nalgas de una forma suave, pero firme, si me dolía un poco, pero su verga entraba y salía de mi con una facilidad, que la verdad ni me acorde del gel, el viejo sabe como penetrar a una mujer, y claro que después de un rato de estarme penetrando el culo de esa forma, comencé a sentir como sus fluidos inundaban mi orificio anal,

  • ya vez mariana, entonces por que tanta queja,

  • bueno, pero ese Edmundo si se paso, cuando Fidel termino, intercambiaron lugares y el morocho Edmundo de inmediato sujeto mis nalgas con una fuerza tremenda, el desgraciado me hizo gritar, sentí como sus dedotes se enterraban en mi piel...acchhhh...

  • y aun así no le dijiste que te pusiera el lubricante,

Mariana vuelve a tomar aire y exclama,

  • no pude Federico, don Fidel sujetándome las manos y el bárbaro de Edmundo me apretaba las nalgas de una forma tremenda, cada penetración me provocaba bastante dolor, era como si me estuvieran metiendo un pedazo de carne dura y caliente, el bárbaro me la metía hasta el fondo, sentía como su pelvis chocaba contra mis nalgas y no se detenía, yo solo movía mi cuerpo de un lado a otro, tratando de que aquello fuera menos doloroso, pero te juro que había momentos en que prácticamente me levantaba del suelo, tiene una fuerza tremenda, y no solo se conformaba con penetrarme, después de unos minutos el salvaje me comenzó a dar de nalgadas, aun puedo sentir sus manotas en mis nalgas, y siento como su semen escurre por mis piernas,

Don Federico al escuchar las quejas de su esposa solo ríe y le dice,

  • que esperabas Mariana, el tipo tiene una herramienta enorme, claro que te rompió el culo, ahora dile a Roberto que te ponga crema, esta en su habitación, yo voy al bar, me quede de ver con la vecina,

Don Federico sale de casa y mariana termina de guardar las compras y después sube a la habitación de su hijo y lo encuentra viendo una película pornográfica,

  • que tal hijo, ¿como va tu día?

  • bien, me pasaron una película de una madurita que le rompen el culo,

  • ni me lo digas, que me a pasado lo mismo,

Roberto pausa la película y le pregunta a su madre,

  • ¿en serio?, ahora quien fue,

  • el negro Edmundo y don Fidel,

  • ese negro Edmundo es tremendo,

  • ni que lo digas, pero ahora necesito que me pongas algo de crema desinflamante en mi trasero,

  • claro,

  • te espero abajo,

Mariana baja de nuevo a la cocina y saca del botiquín un pote de crema desinflamatoria, y unos clenex, después se reclina sobre la mesa de la cocina y para ese momento su hijo Roberto entra a la cocina,

  • a ver mariana, déjame levantarte el vestido,

Roberto sujeta la delgada tela y la levanta, admira unos instantes las hermosas nalgas de su madre y después las separa un poco,

  • vaya, ahora si te lo dejaron como rosquilla navideña...jajajaja...con un enorme agujero y glaseada,

  • Roberto, deja de bromear,

  • bien, primero hay que limpiártelo un poco, ese Edmundo te dejo escurriendo,

Roberto toma un pedazo de papel y comienza a limpiar el semen que aun escurre del culo de mariana, y cuando se dispone a untarle la crema, suena el timbre, mariana levanta la cabeza y le pregunta a su hijo,

  • ¿esperas visitas?

  • puede ser Félix, déjame ir a abrir,

Roberto deja a su madre con el culo descubierto y va hacia la puerta, mariana aprovecha para terminar de acomodarse y a los pocos segundos escucha la voz de su hijo y la de su amigo Félix,

  • señora mariana, ¿como esta?

  • adolorida Félix,

Félix se acerca al trasero de mariana y le pregunta,

  • no me diga que fue a la orgía de hoy en la mañana,

  • no Félix, bueno hubiera sido, fue el morocho Edmundo,

  • el morocho Edmundo, caray señora mariana, ese tipo es el azote de la isla, pero ahorita le ayudo a su hijo a ponerle un poco de crema,

  • que amable eres Félix,

Roberto toma el pote de crema a la vez que le dice a Félix,

  • podrías separarle un poco las nalgas,

Félix se acerca a mariana y con ambas manos le sujeta sus hermosas nalgas y las separa hasta que su orificio anal queda completamente a la vista y Roberto comienza a introducir su dedo en medio de ellas mariana al sentir los tocamientos, empuja su cuerpo hacia adelante y lanza un quejido,

  • auchhh...despacio Ernesto,

  • pero si solo te toque un poco,

  • esta bien, pero hazlo despacio,

Roberto continúa pasando su dedo

Alrededor del enrojecido ano de su madre, pero después de unos instantes, voltea a ver a su amigo, ambos sonríen de forma maliciosa y Roberto comienza a decir,

  • voy a ponerte un poco mas de crema

  • OK,

Roberto vierte una cantidad abundante de crema entre las nalgas de su madre y comienza a embarrársela con la mano, pero el no solo se centra en su orificio anal, su mano comienza a bajar lentamente hasta meterse entre sus piernas y comienza a frotar su vagina, mariana se sujeta de la orilla de la mesa y comienza a mover sus caderas y eso alienta a Roberto y a su amigo que después de unos instantes suelta las nalgas de mariana y ambos comienzan un manoseo tremendo,

  • despacio muchachos, que solo era un poco de masaje,

los dos chicos ríen pero no se detienen, sus manos suben y bajan recorriendo el cuerpo de mariana, Félix se centra en sus nalgas y Roberto ya a bajado hasta sus muslos y los soba y aprieta provocando que mariana comience a exclamar,

  • ya chicos, que la cojida me la dieron hace un rato,

Félix toma la palabra y le dice,

  • y como no señora mariana, con esas nalgas, tan ricas que tiene,

Ambos chicos vuelven a reír y Mariana sabiendo perfectamente lo que ellos desean dice,

  • esta bien, pero no sean tan bruscos como don Fidel y Edmundo,

Ambos chicos se miran el uno al otro y Félix se para detrás de mariana, se desabrocha el pantalón y deja salir su miembro, lo sacude un par de veces y comienza a guiarlo hasta que lo posa en la entrada vaginal de mariana y de un instante a otro se lo introduce de un solo golpe, mariana al sentirse penetrada lanza un gemido,

  • hayyy....Félix....despacio...

  • claro señora mariana, solo relájese,

aquel chico ya acomodado, sujeta las caderas de mariana y comienza a moverse lentamente, Félix a sus veinte años, tiene una herramienta de muy buen tamaño, mariana ya antes había estado con el, pero para ella, ahora es algo diferente, mariana se siente en parte sometida y eso la calienta bastante, Félix se comienza a mover mas y mas rápido, la señora mariana solo trata de mover sus caderas acompañando los movimientos de aquel chico, Roberto por su parte no deja de acariciar el orificio anal de su madre, mientras observa como la verga de su amigo entra y sale de entre las nalgas de su madre, para ellos es un espectáculo muy morboso y placentero,

  • vamos Félix metesela duro y hasta el fondo,

  • mmhhh....siiii...eso hago, la vagina de tu madre es un volcán.

  • Ni que lo digas, seguido le rompen el culo y luego viene aquí a llorar con mi padre, no es así mariana,

Mariana entre gemido y gemido logra responderle a su hijo,

  • hayyy...que pena Félix, pero es cierto, soy una calienta vergas....pero no dejes de moverte por favor,

Félix continua aquel mete y saca, mientras que Roberto a introducido la mitad de su dedo en el culo de su madre, mariana se sujeta fuertemente de la orilla de la mesa y deja que aquellos chicos hagan lo que quieran con ella, Félix además de estarla cojiendo a comenzado a apretarle las nalgas obligándola a gemir cada vez mas y mas fuerte, hasta que de un segundo a otro, la sujeta fuertemente de las caderas y echa su cuerpo hacia adelante,

  • haaaa....siiiiii....que bien se siente...siii

El chico a terminado dentro de ella, pero aun falta Roberto, quien de inmediato toma el lugar de su amigo y sin mas preámbulos comienza a penetrarla, y ahora Félix es quien le mete el dedo en el culo, mariana solo continua moviendo sus caderas, su hijo es también un buen amante y entre los dos logran que después de unos segundos, mariana lance un fuerte gemido,

  • haaaaa....siiiii...así...chicos...no se detengan,

El tratamiento que esta recibiendo mariana la hace terminar y eso calienta aun más a los dos,

  • tremenda puta es tu madre,

  • claro, dedeada anal y cojida...jajajaja..Eso la vuelve loca,

Mariana no deja de moverse, las embestidas que le da su hijo le provocan tremendos estertores, los dos chicos no se detienen, las piernas de mariana se levantan sin cesar y sus nalgas ya están bastante enrojecidas, hasta que después de algunos minutos, Roberto la sujeta fuertemente y comienza a gemir,

  • hhaaaarrghhh…siiii….que bien marianaa…

Por segunda vez la vagina de mariana es inundada de semen, su hijo lentamente saca su miembro y Félix también retira su dedo del ya bastante enrojecido ano de mariana,

  • vaya chicos, que bárbaros son, no me quitaron el dolor pero si me hicieron terminar,

los dos chicos ríen y después de acomodarle el vestido a mariana, salen de casa, mientras que ella felizmente comienza a prepar la comida,

continuará.....