@}}---,--- (viii)

Empezó a salir humo desde detrás de la cortina, el volumen se elevó más que en un principio y la primera bailarina hizo su aparición, llevada un abrigo de piel muy largo que la cubría completamente y cuando llegó al tubo de la hoja que tenía en línea recta, dejó caer su abrigo...

Previamente en @}}---,---...

~ (...)Pues entonces sigue viéndola, saliendo con ella, que te emborrache, te ponga un condón roto y te cague la vida(...) ~ (...)no quiero presionarte ni nada por el estilo pero ¿Qué has pensado? Sobre lo que hablamos(...) ~ (...)Entonces… no te molestaría si yo me acercó a él ¿cierto?(...) ~ (...)Dakota, es una legenda(...) ~ (...)¿Sabes que puedo matarte ahora mismo y no tendría consecuencias de ningún tipo?(...) ~ (...)Hola, ¿Hace cuánto llegaste?(...)

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VIII

Harvey

-¿Qué hora es, Harvey?

-¿Quieres calmarte Xander? llegaste muy temprano.

-Todavía necesito saber qué hora es.

-20:53, si deciden no venir, iremos a otra parte, tranquilízate, no te bañaste en vano- dije dándole unas palmadas en la espalda, él volvió su mirada hacia mí, con sus cejas levantadas -Además, no es que estén esperando a que den las 21:00 para llegar del otro lado de la calle, llegarán pasadas las 21:00.

-Eso lo sé bien.

-Entonces, ¿por qué apareciste a las 20:20? Sólo por curiosidad.

-No sé, estaba algo nervioso… aún lo estoy.

-Te preocupas demasiado, te dije que yo protegería tu entrada trasera, palabra de gemelo- dije levantando mi mano, Xander la miró, frunció el ceño y se recostó en la banca en la que estábamos sentados.

-Esa es tu mano izquierda, Harvey- dijo alzando la mirada al cielo; cubierto por un manto gris de nubes; al instante cambié de mano, levantando la que una vez descansó en su espalda, cerró sus ojos al tiempo que sonreía y negaba con su cabeza, me apoyé en el espaldar de la banca como él lo había hecho y luego puse mi cabeza en su hombro, a esperar a que Drew y Brett apareciesen; había cambiado las coordenadas del lugar de encuentro, ahora nos encontraríamos en un parque a unas calles de casa de la Sra. Elaine, me di cuenta además de que Xander vivía también en El Mirador, pero nunca lo vi en el autobús que me conducía a La Regional aunque fue algo a lo que no le di importancia.

Había decidido cambiar de lugar para evitar una escena como la que tuve hacía dos días atrás, en la que encontré a Camilo salir de la habitación con un maestro de La Regional; la situación vivida ese momento fue de increíble incomodidad y, ver que le hacía eso a Sandro, me hizo ver a Camilo de una forma diferente; trataba de evitarlo, esa era una conversación que definitivamente no quería tener, el día de ayer y de hoy, traté de llegar más tarde de lo usual de la universidad o me desviaba hacia un gimnasio que quedaba a unas calles, cenaba y me quedaba en la planta de abajo, hablando con Wanda o Alicia o Sandro, evitaba incluso el contacto visual tanto como me era posible, entraba en la habitación tan tarde como pudiese esperando encontrarlo dormido; la vida sexual de Camilo era algo en lo que no quería verme involucrado y entre menos compañeros le conociese, mejor “la ignorancia da felicidad” es por eso que frecuenté la segunda planta sólo de 22:00 a 6:00 los dos días anteriores.

-Una corneta ha estado sonando por un rato, Harvey, me parece que somos los únicos en el parque que faltan por mirar quien es- dijo Xander. Levanté la cabeza y miré hacia atrás, divisé a la distancia una camioneta negra, de esas que evitas cuando estás en la calle, por temor a que te secuestren, pero la lejanía no me permitió ver quienes estaban dentro, de pronto mi teléfono empezó a sonar.

-¿Drew? ¿Dónde estás?

-En el parque, los estamos viendo justo ahora, llevamos un rato sonando la corneta, somos los de la camioneta…

-¿Negra? Ya vamos para allá- le interrumpí; le cerré y nos pusimos de pie, nos aproximamos a la camioneta, ahí estaban, Brett estaba conduciendo y Drew estaba sentado en el puesto del copiloto.

-Hola- dijo Drew; Xander y yo hicimos un gesto con la mano algo tímidos.

-¿Quieres que me vaya atrás contigo o así estarás bien?

-No, yo… Me iré atrás con Xander- Drew asintió resignado; estaba algo nervioso, yo nunca había hecho esto, era incluso el primer fin de semana en un año que pasaba en esa ciudad y me iría a un bar para hombres con unos turistas que conocía hace cinco días y con los que hablé un máximo de cinco minutos; Xander entró primero y se hizo hacia la ventana del otro lado del vehículo y yo me recosté en la ventana por la puerta que entramos; Brett echó marcha al vehículo y encendió el estéreo; durante el recorrido, no hubo conversación, Brett nos miraba a través del espejo retrovisor con frecuencia, supuse que en una de sus inspecciones espera encontrarnos haciendo algo morboso, ya que ellos pensaban que ambos éramos gays, que éramos pareja; pero no; por momentos Xander y yo nos mirábamos el uno al otro, para hacernos entender entre nosotros que estábamos juntos en aquello y que no había nada de que preocuparse, pero fue todo lo que ocurrió en el interior del vehículo entre los dos.

Al llegar, nos encontramos de frente con un edificio enorme, sin ventanas, con la letra “A” seguida de unos garabatos, pegados en la pared frontal del edificio, el anuncio cambiaba constantemente de colores, titilaba entre los cambios de estos, debajo de él, una puerta de metal, custodiada por un gran hombre, talla armario, cara de pocos amigos y en un costado de la estructura vimos un mensaje “parqueadero” con una ruta que terminaba detrás del edificio; entramos a través de él, y nos estacionamos; bajamos cada uno por las diferentes puertas, Drew y Brett se adelantaron y Xander y yo caminábamos detrás.

-Harvey, creo que me iré con el rubio, en el peor de los casos.

-¿Y en el mejor de los casos?

-En el mejor de los casos, la que tenga el culo y los pechos más grandes- reí, lo que provocó que él riera también, se veía muy tenso, le di unas palmadas en la espalda para calmarlo; yo quería ir con Drew, pero si Xander lo prefería a él, se lo cedería.

-¿Y por qué no Brett?

-Brett tiene una cara de activo que le pesa, no quiero que me la metan, Harvey, a lo máximo que puedo llegar es a metérsela a un tipo, supongo que a Andrew podría convencerlo, pero a Brett no.

-Creí que dirías algo como que Drew tiene más cara de niña.

-Si de eso se tratara… te elegiría a ti- dijo girando hacia mí.

-No sé si sentirme alagado u ofendido- dije frunciéndole el ceño y entrecerrando mis ojos.

- Harvey- dijo Drew acercándose.

-Drew.

-Vengan, pagaremos como si fuesen mayores de edad, si piden sus identificaciones entonces sí intervendremos, simplemente no lo miren a los ojos.

-Entendido- exclamé –pagarán, hazte el mayor de edad y habla conmigo como si fueses inocente, no veas al guardia a los ojos- dije volviéndome a Xander.

-No tenías que decirme eso.

-¿Entendiste lo que dijo?

-No, pero ya sabía que eso era lo que tenía que hacer.

-De acuerdo, lo siento- dije en tono altanero, al acercarnos el guardia no dijo absolutamente nada, entramos sin problemas al lugar. En el interior, el lugar tenía una iluminación muy pobre, proporcionada por luces rojas; en el medio del salón había una plataforma negra que tenía la forma de un trébol de póker, el tallo desaparecía detrás de un telón rojo y en el medio de cada hoja había un tubo que llegaba hasta el techo, y en ellos habían bailarinas en ropa interior, tenían a sus pies, hombres que podían rondar los cuarenta y grupos de jóvenes que podían tener alrededor de veinte y treinta años de edad, ebrios hasta la saciedad, gritaban y depositaban billetes en la ropa interior de las bailarinas; frente al trébol, había una larga barra con sillas y a lo largo de ella, tres tubos más con sus respectivas mujeres, y sus respectivos pervertidos.

Nos sentamos en una mesa relativamente alejada de la hoja izquierda del trébol, la que estaba más alejada de la puerta, una mujer se acercó y nos ofreció una botella de licor, haciéndole una mirada traviesa a Brett, él sonrió y le guiñó el ojo, en sentido de las manecillas del reloj nos sentamos teniendo la hoja del trébol como el norte; Drew en doce, Xander en tres, Brett en seis y yo en nueve, estábamos estableciendo una conversación en dúos, yo hablaba con Drew, mientras Brett aprendía algo de español con Xander, aunque no fuese el mejor ambiente para semejante menester; hablando con Drew me di cuenta que su personalidad no es la de alguien que viaja todas las vacaciones en plan de ligue, era algo cálido, extrovertido, daba respuestas largas a las preguntas que yo le planteaba, explicaba minuciosamente la pregunta que formulaba, tenía un gran sentido del humor, estaba en capacidad de conocer a una chica o chico en su ciudad, sin necesidad de gastar tanto dinero moviéndose entre países aunque me dijo que era la primera que hacía eso, Brett ya tenía experiencia en la materia, me dijo que Brett ya había visitado otros países previamente pero en su caso personal, era la primera vez que salía de su país. De un momento a otro las luces se tornaron más tenues aún y las bailarinas empezaron a trasladarse tras las cortinas, el volumen de la música electrónica descendió y permaneció así por un rato.

-Creo que deberías girar hacia la plataforma, Drew- le dije, dicho esto, tomó su silla y la puso junto a la mía al tiempo que yo giraba un poco la mía para quedar de frente al trébol, vi como Xander efectuaba el mismo procedimiento y nos dispusimos a esperar, la conversación se detuvo y Brett destapó la botella y empezó a llenar los vasos.

-¿Qué hora es?- preguntó Brett.

- 22:28 - respondí tras revisar mi teléfono. Al llegar las 22:30, empezó a salir humo desde detrás de la cortina, el volumen se elevó más que en un principio y la primera bailarina hizo su aparición, llevada un abrigo de piel muy largo que la cubría completamente y cuando llegó al tubo de la hoja que tenía en línea recta, dejó caer su abrigo, mostrando un traje de policía con nada más que una minifalda cubriendo su sexo, recorrió toda la hoja del trébol en la que se encontraba durante la rutina, cuando de repente, mete su mano en una de sus botas, sacando una chupeta, lentamente la deslizó por la parte interna de su pierna y sin previo aviso, la insertó en su vagina; mi cara de sorpresa fue inocultable, giré a Xander y no solamente estaba conmocionado, su mandíbula estaba colgando, no perdía de vista ningún movimiento de la mujer, giré hacia Drew, y este tenía una sonrisa con la boca un poco abierta dibujada en su rostro, sacudía la cabeza al ritmo de la música, al menos él parpadeaba, me volví a Brett, y se mordía el labio inferior acompañado de una sonrisa, me miró y levantó las cejas repetidas veces, gesto que me hizo reír y volver mi mirada a la bailarina; vi como ella bajaba unas angostas escaleras hacia la audiencia, con la chupeta en su mano y le hizo entrega de esta a un hombre del público, quien la tomó y se la llevó a la boca sin pensarlo dos veces, mis cejas se alzaron aún más, estaba pasmado, mientras Drew hizo que su sonrisa y su boca abierta se ampliaran con rapidez, estaba divertido, como un niño en un circo; la bailarina tomó el abrigo del piso de la plataforma y desapareció tras el telón.

La rutina se repitió con algunas otras bailarinas, la cuarta bailarina hizo su aparición, estaba vestida de enfermera, con medias largas que llegaban hasta sus rodillas, se dibujaba la silueta de una esfera en esta, su respectiva chupeta, inició su rutina, sacó su chupeta y la metió en su sexo como las demás bailarinas, y descendió por la hoja izquierda, la más próxima a nosotros, caminó entre algunas mesas ¡y le extendió su chupeta a Xander! Me quedé tonto con la escena, igual que él, lo pensó por un rato, vi como movía sus ojos hacia mí y yo sólo pude atinar a latigar mi cabeza hacia un costado, para que la tomara, lentamente acercó su mano a ella y la tomó, la bailarina lo miraba con una sonrisa, se quedó a esperar que Xander se llevara la chupeta a la boca y así lo hizo, la metió en su boca dudoso, la mujer le dio la espalda subió las pequeñas escaleras y fue detrás de las cortinas; pasaron un par de bailarinas más sin novedades; al entrar hizo su aparición otra bailarina, pelirroja vestida de conejita, sólo traía puesto un corsé blanco, tacones de aguja del mismo color y unas orejas de conejo, siendo ese accesorio lo que permitió distinguirla, desde el inicio de la rutina, sacó la chupeta de entre sus senos y la llevó a su boca, al momento que ella sacó la chupeta al aire, todos callaron, los murmullos se apagaron, el lugar clavó sus ojos en ella, lo que me pareció muy extraño, su rutina tardó el doble, la mitad de la rutina, bailó con el caramelo en su boca y la otra con el caramelo en su vagina, por un momento la rutina me pareció algo tediosa y me distraje, girando a Xander.

-¿Xander?

-¿Harvey?

-Cuando te llevaste la chupeta a la boca, ¿Qué sabor tenía?

-A alcohol.

-¿Alcohol?

-Sí, como a alcohol, no puedo distinguir cuál exactamente, agregando el hecho de que el sabor es opacado por un sabor como a… uva- dijo moviendo su mirada por encima de mi hombro, girar fue inevitable, y la imagen que encontré me desequilibró: la chupeta, que una vez estuvo en la boca y la vagina de la bailarina estaba a unos pocos centímetros de mi cara, alcé la mirada hacia ella, me sonreía con inocencia, me quedé viéndola, tenía ojos azules profundos y los labios pequeños, me hizo pensar que no era de la cuidad, ella seguramente venía de otro lado; “Bueno Harvey, toma el dulce y se alejará, hazlo, !HAZLO!”, respiré hondo y me armé de valor “es sólo un dulce”, la miré a los ojos y le regresé la sonrisa, lentamente abrí mi boca para que ella lo pusiera, sonrió más ampliamente y así lo hizo, ella puso la chupeta en mi boca, junté mis labios e hice mi cabeza hacia atrás para que ella soltara la golosina, Xander tenía razón, era un sabor conocido, a licor, pero desaparecía casi de tajo, debido a el verdadero sabor de la chupeta, escuché un escándalo al fondo, celebraciones, el público estaba emocionado, y yo no entendía por qué, sólo hice lo que los otros seis hombres hicieron.

La chica levantó una ceja con una sonrisa, puso sus manos en la base de mi camiseta y tiró de ella, y yo no puse resistencia, incluso alcé mis brazos, le pasó la prenda a Drew, traté de evitar contacto visual para no cohibirme, desabrochó mis jeans, bajó mis zippers y tiró de ellos y de mis bóxers hasta las rodillas dejando mi miembro a la vista de todos, tomó una banda elástica de su muñeca y ató mis brazos detrás del espaldar de la silla, ella haría todo, se agachó frente a mí y se llevó mi verga a la boca, comenzó a mamármela con delicadeza, atado sólo pude mirar desde arriba su cabellera roja acercándose y alejándose de mi entrepierna y  mi verga apareciendo y desapareciendo, quería voltear a ver a Xander o a Drew, pero levantaba la miraba al techo cada que vez que sentía ganas de hacerlo, aunque lo empezaba a disfrutar, sabía que si encontraba miradas con ellos me cohibiría con toda seguridad.

La bailarina empezó a mamármela con más rapidez y metía su mano en mis huevos, se me había puesto a tope, que era lo que ella quería; lentamente subió por mi torso, besándolo, redujo la velocidad a la altura de mis pezones, dio vueltas con su lengua alrededor de ellos y continuó con su recorrido hasta mi cuello, donde se detuvo, se sentó sobre mí, procurando que mi verga entrara en ella, se hizo hacia mí y empezó un movimiento de caderas sobre mí, tenía su mejilla pegada a la mía, mientras sostenía la otra con su palma, gemía, yo por mi parte sólo respira hondo para abstenerme de hacerlo, no gemiría con tantos hombres alrededor, presionaba mi cuello contra el suyo, ya que eso y deslizar mi pelvis hacia adelante era lo único que podía hacer en la posición en la que me encontraba, miraba al techo o cerraba mis ojos o miraba mis rodillas; tras varios minutos alejó su pecho del mío y apoyó sus manos en mis rodillas, saltaba frenética sobre mí, el contacto visual fue inmediato, encontré en sus ojos que a ella le gustaba, pero yo en cambio… mi pudor no me permitía disfrutar del momento en un 100%, habían muchas miradas sobre nosotros, la fricción y su apariencia me daban la excitación suficiente para mantenerme erecto, pero no sentía progreso en lo que a orgasmo se refiriera; de repente ella empezó a arrastrar los gemidos y a ralentizar sus movimientos, ella llegó al orgasmo y yo estaba tan excitado como en un principio, me miró complacida, liberó mis manos y se incorporó para desaparecer tras las cortinas.

Rápidamente me cubrí la entrepierna con mi ropa interior y mis jeans y Drew me alcanzó la camiseta y me vestí, alcé la mirada y vi varios hombres frotándose la verga encima del pantalón y entre esos hombres, figuraba Xander, verle así o más bien darme cuenta  que él me había visto de esa forma, hizo que me pusiese rojo de la vergüenza, evitaba verle a la cara, ni siquiera giré mi silla para quedar frente a la mesa de nuevo, sólo hablaba con Drew, él estaba fascinado con el hecho de que ella tuvo un orgasmo y yo seguí erecto, tras unos minutos de conversación, sentí que alguien me tocó el hombro, alcé la mirada y encontré a un sujeto alto de cabeza rapada y una barba de una fina línea en el ángulo de su cara, me pidió con su dedo que lo siguiera, me puse en pie y lo seguí, caminamos hasta la barra y sacó un fajo de billetes de su bolsillo, sacó del fajo una cantidad considerable y me hizo entrega de ellos.

-Creo que no entiendo- dije recibiendo el dinero.

-¿Es tu primera vez en Andrómeda?- preguntó confundido.

-Sí.

-Eres un joven con mucha suerte en ese caso.

-¿Suerte?

-No sabes cuantas caras he reconocido aquí, y no precisamente por haberlos visto en un lugar diferente a este, esperando a que la bailarina de la chupeta roja los escoja, y tú, que vienes por primera vez, te escogió- dijo divertido. No me molesté en corroborar el hecho de que yo tenía la chupeta roja dentro mi boca, sin embargo, recordé algo que Xander había dicho “…el sabor es opacado por un sabor como a… uva” asumí que su chupeta era púrpura; nunca estuve al pendiente del color de las chupetas que las bailarinas entregaban.

-¿Fue por eso que cuando recibí la chupeta, hubo algarabía?

-Así es, la chupeta roja es una invitación, si la recibes, estás dispuestos a tirarte a la dama en plena sala, y si no… bueno, no estoy seguro, todos aceptan la chupeta roja, y si eres capaz de darle un orgasmo a la bailarina, con todos los hombres viendo, tienes una recompensa… otra, ¿no lo sabías?

-No tenía la más mínima idea.

-¿Y sabiendo esto la hubieses aceptado?

-No lo sé, quiero decir y ¿Qué hubiese pasado si yo me hubiese corrido y ella… no sé, quedara empezada? Eso sería humillante.

-Lo es, ha pasado, muchas veces- dijo el sujeto entre risas –eres de los pocos que han recibido paga.

-Y ¿Por qué ató mis manos?

-Para evitar que obstruyeras la vista de los otros clientes con tus brazos.

-Claro- dije sonriendo.

-Bueno jovencito, ten una buena vida, espero no verte de nuevo por aquí, me arruinarías- dijo dándome un beso en la frente y alejándose detrás de mí con unas palmadas en la espalda; nuevamente caminé hasta nuestra mesa y detecté que me miraban como esperando una explicación.

-¿Todo en orden?- preguntó Drew. Yo asentí, aún me sentía algo apenado con y por Xander, así que si no era necesario hablar, no lo haría.

-y… ¿Qué quería?- preguntó Brett. Le enseñé el fajo de billetes.

-¿Y eso a cuenta de qué?- precisamente a quien yo no quería hablarle, formuló la pregunta que demandaba uso del habla.

-Por… follarme a la bailarina… bueno, por darle un orgasmo- dije mirando hacia la plataforma.

-¿Por qué?- preguntó Drew nuevamente.

-Porque le di un orgasmo a la bailarina- a Drew sí volteé a verlo. Asintió con una sonrisa, como orgulloso, lo que me hizo regresarle la sonrisa. Tomé asiento nuevamente junto a Drew, sintiendo el peso de la mirada de Xander sobre mí, no pude ver su expresión ya que no lo miré, no podía hacerlo.

-¿Quieres que no vayamos ya?- preguntó Drew acercando su rostro al mío.

-¿A dónde?

-Al departamento- asentí encogiéndome de hombros con una sonrisa, su expresión de complacencia fue inmediata.

-Nos iremos cuando se acabe la botella- dijo. Permanecimos un rato más, él y yo sólo tomamos unos cuantos tragos, quería estar sobrio cuando pasara lo que sea que estuviese por pasar con Drew, en cambio Brett y Xander no paraban de levantar el codo de la mesa, al cabo de un rato se escuchó como Brett azotaba la botella vacía sobre la mesa, tras sorber el último trago; Drew me dio unas palmadas en la pierna al tiempo que se levantaba, lo imité y me desperecé un poco.

-¿Ya nos vamos?

-Sí.

-¿Qué hora es?

-00:10- dije sacando mi teléfono.

-¿No es algo temprano? ¿A dónde vamos?

-A su departamento.

-En ese caso, necesito más alcohol en mi sistema.

-Vale, ten, compra una botella en la barra- dije estirándole unos billetes. Xander se puso en pie y se apresuró a comprar licor, regresó al cabo de unos minutos con una botella de talla considerable, un individuo podría consumirla entera sin ayuda y es que no creo que alguien más tuviese ánimos de seguir bebiendo; abandonamos el salón y regresamos al parqueadero, nuevamente Drew y Brett se adelantaron dejándome atrás con Xander.

-Harvey, ¿Estás bien?

-¿Por qué me preguntas eso?

-No sé, te noto algo raro, como… callado, al menos conmigo.

-Sí bueno… me dio algo de vergüenza que me vieras con la bailarina- él no dijo nada, sólo guardó sus manos en sus bolsillos y bajó la mirada; no volvimos a cruzar palabra en lo que llegábamos a la camioneta. Ya ahí, nos dimos cuenta que Brett estaba dentro y que Drew estaba parado a un lado del asiento del copiloto con la puerta abierta, esperando por Xander, aunque él no lo sabía.

-¿Está bien si él se sienta adelante con Brett y yo atrás contigo… solos?

-Sí, claro no creo que haya problema- nos sonreímos mutuamente, ambos sabíamos lo que pasaría y queríamos que pasara –Xander, que te vayas adelante con Brett- dije volviéndome a él.

-Sí, desde que los vi en el bar supe que se iría contigo- dijo algo frustrado.

-Te hice una promesa, Xander y planeo cumplirla- dije fingiendo ofensa –gracias por el voto de confianza- me miró y me sonrió, eso era lo que él quería escuchar, quería saber que lo que le prometí seguía en pie. Xander subió al asiento del copiloto con Brett cerrando la puerta, yo me apresuré a abrirle la puerta a Drew, invitándolo a entrar señalando al interior del vehículo con mi palma, él me dirigió una mirada seductora y entró, le seguí y cerré la puerta del auto; Brett echó marcha al vehículo y abandonamos el club, en el trayecto Drew, apoyó su cabeza sobre mi hombro y comenzó a dibujar círculos en mi muslo, yo apoyé mi cabeza sobre la suya y posé mi mano sobre la suya, habiendo hecho esto, Drew retiró su cabeza y clavó su mirada en la mía, sus ojos eran oscuros y profundos, me sonrió inocentemente y no pude evitar responderle, luego de mi indirecta aprobación, Drew tomó mi nuca por un costado y nos acercamos el uno al otro para que nuestros labios se encontraran, tras unos segundos de reconocimiento y sincronización, la ternura se convirtió en pasión, su lengua recorría mi boca con avidez, en ocasiones me distraje con la perforación en su labio, era una esfera metálica, por lo que tenía una temperatura baja, agradable al contacto; al cabo de unos minutos, Drew se sentó sobre mí, estiró sus brazos sobre el espaldar del asiento, a cada lado de mi cabeza, yo puse mis manos sobre sus muslos, él movía su pelvis suavemente hacia adelante y hacia atrás, frotando nuestros miembros, lo que me hizo trasladar mis manos hasta su cintura y él puso las suyas en mi nuca y entre mi cabello, era temerario, apasionado, dominante y eso me excitaba, ya que a mí personalmente me gusta asumir un papel dominante durante la relación, lo que producía un constante forcejeo; él presionaba mi cabeza hacia atrás y yo presionaba la suya, lo que provocaba que por momentos nuestras cabezas se fuesen en otras direcciones, pero nuestros labios no se separaron en esos momentos, las respiraciones eran profundas y agitadas, nuestras lenguas no cedían ante la otra.

Sentí como el auto bajó la velocidad al punto de detenerse.

-Llegamos- dijo Drew separando sus labios de los míos y girando su cabeza hacia la ventana, yo estaba tan encendido que no dejé de besarlo, sin siquiera pensarlo me fui sobre su mejilla y descendí hasta su cuello, lo que hizo que él lo acercara más a mi boca, le gustaba lo que le hacía.

-Esa fue… la conclusión… a la que llegué- alcancé a parafrasear. Drew me apartó, sujetándome de la mejilla y mordiéndose el labio inferior, abrió la puerta y se bajó de mí saliendo del vehículo sosteniendo mi mano, me bajé tras él y caminamos hasta la entrada del hotel, Brett y Xander nos seguían.

-Las llaves están en mi bolsillo- dijo mientras se lanzaba hacia mí buscando mis labios; envolvió mi cuello con su brazos, mientras yo sujetaba su cintura, me llevó hasta la pared del edificio en la que se apoyó, yo presionaba mi pelvis contra la suya, nuestra proximidad a la habitación, aumentaba mis ganas de estar con él, con algo de afán y torpeza, metí mis manos en cada uno de sus bolsillos anteriores, palpé un cuerpo frío y tiré de él, caminamos de lado hacia la puerta sin despegarnos, giré un poco mi cabeza para pode ver la cerradura y probé todas las llaves del mazo, hasta que una entró completa, abrimos y entramos al lobby, miré alrededor, no era un lobby muy ostentoso, tenía un mostrador un par de sofás, la entrada a las escaleras y al elevador, mientras recorría el lugar con la mirada sentía el peso de la mirada de Drew junto a mí y otra en mi espalda, supuse que se trataba de Xander pero no me volví para comprobarlo, no quería que me cohibiese nuevamente.

-Ustedes usen el elevador, Harvey y yo iremos subiendo las escaleras- dijo Drew volviéndose a Brett y a Xander arrojándoles las llaves; tomó mi mano y me llevó hasta la entrada de estas.

Tardamos un largo rato subiendo las escaleras, hablando tonterías y riendo; cuando estuvimos en la puerta del apartamento, esta estaba abierta, entramos a través de ella y vi con el rabillo del ojo que Brett y Xander estaban sentados muy cerca el uno del otro, no me percaté de lo que hacían con exactitud, pero sentí la mirada de Xander sobre mí, como su cabeza giraba a medida que Drew tiraba de mi mano hasta el otro extremo del lugar, me llevó hasta su habitación, cerró la puerta y se volvió hacia mí.

-Drew, antes de cualquier cosa, tengo que decirte que Xander es activo.

-¿En serio? Porque yo también soy pasivo, Harvey, pero no habrá problema con eso, no tienes de que preocuparte.

-No es eso a lo que me refiero, Drew- no pude evitar sonreír aunque quería me tomara en serio en ese momento –Lo que digo es que… hables con Brett, a Xander le incomoda ser el pasivo.

-Entiendo, dame un segundo- dijo abriendo la puerta nuevamente –ponte cómodo- murmuró mientras salía. Me aproximé al centro de la habitación; y me quité la camiseta y mis zapatos, dejando lo demás, me senté en la cama a esperar por él, se abrió la puerta y Drew hizo su entrada en la habitación, caminó hacia mí y nuestros labios se juntaron de nueva cuenta, no se cansaban de sentirse entre ellos, la batalla entre nosotros se desató nuevamente, me agaché un poco para sujetar sus muslos, acto al que él respondió saltando y presionando mi cintura con sus dos piernas, por lo que yo sostuve sus muslos en mejor posición, dando un pequeño salto, Drew era algo pesado, por lo que disimuladamente me encaminé hacia la pared de la habitación, presionándolo contra esta con mi cuerpo, queriendo hundirme en él, sus manos jugaban con mi cabello, gemía en mi boca con suavidad, incitándome a presionarme más contra él; por un momento me apartó de él para quitarse la camiseta, descubriendo un torso muy bien cuidado, color rosa, sus pectorales estaban definidos y su abdomen era plano, sus pezones eran circulares y pequeños al igual que su ombligo, se veía muy deseable, lo que provocó que retirara mis manos de sus piernas y envolviese su cintura, chocando nuestros torsos desnudos y restregándose el uno contra el otro, sus latidos eran acelerados y su temperatura estaba elevada, nuestros besos no menguaban en fuerza o velocidad, el contacto con la piel de Drew estaba provocándome una inminente erección, lentamente desplacé una de mis manos por su muslo, su pierna hasta llegar a su zapato, basándome sólo en mi tacto, debido a que mis otros sentidos estaban entretenidos en Drew, busqué sus cintas y las desaté, sacudí sus zapato desde el talón, para poder arrancarlo sin lastimarlo y así lo hice, efectué con mi mano el mismo recorrido de regreso a su cintura y luego retiré el zapato de su otro pie.

Habiendo echo esto nos trasladé hacia la cama de la habitación, cuidando de no hacerlo tan rápido, puse a Drew sobre esta y me separé de él para quitarme los jeans, acto que él imitó, quedando ambos en bóxers, me dejé caer sobre él hasta la altura del abdomen, apoyé mis codos sobre la cama, lo besé al tiempo que presionábamos nuestras vergas contra la otra, la diferencia que existía entre el antes y después de desvestirnos era mucha, podía sentir la rigidez de su instrumento contra el mío, presionaba con fuerza la tela de sus bóxers, como si respirase, Drew tenía una de sus manos en mi pecho, apretándolo, clavando sus uñas en él, mientras con su otra mano presionaba mi culo contra su verga; pasados unos minutos, separé mis labios de los suyos y me trasladé a su mejilla y luego a su cuello, donde me quedé un rato, succionando debajo de su oreja, quería dejar mi marca en él, sus gemidos se hicieron más intensos, la mano que sostenía mi pecho estaba ahora en mi nuca, tirando suavemente de mi cabello, mientras la mías reposaban en sus rodillas, la acción tardó varios minutos, quería asegurarme de que la marca se hiciese y que tardara días en desaparecer.

Continué mi recorrido por su pecho, besando, lamiendo, succionando y mordiendo ambos pezones, ocasionalmente alzaba la mirada a su rostro, lo veía con sus ojos cerrados, sonriendo o a veces remojando sus labios con su lengua o mordiendo sus labios; además por instantes elevaba su torso hacia el mío exigiendo más presión y más contacto. Bajé hasta su ombligo en el que metí mi lengua, sacando violentas exhalaciones de Drew, él movía sus piernas flexionadas hacia adentro y hacia afuera de ansiedad.

Me erguí frente a él y retiré sus bóxers, descubriendo una verga muy atractiva, erecta, un poco desviada a la derecha, blanca, con un glande rosado, el área circundante estaba completamente desprovista de vello púbico y sus huevos se veían algo rojos; alcé mi mirada hacia su rostro y tenía sus ojos enfilados hacia  mí, mordiéndose el labio inferior, deseoso de lo que estaba por suceder, descendí hasta el encuentro de su instrumento con mi boca y tomé sus testículos en mis manos y los llevé a mi boca, provocando que Drew pegara un salto y diera un fuerte gemido diciendo mi nombre, se sentían algo calientes y escurridizos, los succionaba y los empujaba fuera de mi boca con mi lengua sin dejar salir al escroto, acariciaba su abdomen con una de mis manos, mientras la otra reposaba en su muslo extendido sobre la cama, la habitación se había inundado de gemidos acompañados de mi nombre, lo que me motivaba a seguir, trasladé mi atención hacia la estructura que se erigía frente a mis ojos, pasé mi lengua desde la base hasta el freno y en la punta, descendí guardándola toda en mi boca, con algo de dificultad, me provocó arcadas pero supe controlarme, lentamente empecé a subir y a bajar mi cabeza, acariciando su miembro con mis labios y recorriéndolo con más rapidez dentro de mi boca con mi lengua, Drew empezaba a prolongar cada gemido, a curvar su espalda y a levantar su pelvis hacia mi boca, posó su mano en mi cabeza y empezó a revolver mi cabello ansioso, mientras con su otra mano recorría su cuello y sus pectorales, empecé a acelerar el ritmo de la mamada y no tardó mucho hasta que él empezó a follarse mi boca con empeño, aunque al cabo de unos segundos la mano que me presionaba contra su miembro, me sujetó del mentón y me elevó hasta su rostro, nos besamos nuevamente y dejé caer mi cuerpo sobre el suyo, respirando hondo tras mi labor.

Drew nos dio la vuelta, dejándome sobre la cama y a él sobre mí, empezó a rozar mis mejillas con su nariz tiernamente, besó mi mejilla y descendió hasta mi cuello, sus uñas se clavaban en mis muslos que apresaban su cintura, empezó a hacerme una marca en el cuello como yo la había hecho, succionaba con fuerza, lo que me hacía gemir, estiraba más mi cuello para darle más espacio, tomaba pausas para lamerme hasta el ángulo de mi mandíbula, murmuraba cosas para sí que no entendía, tal vez tarareaba una canción; tardó más haciendo la marca en mi cuello, quizá el doble de lo que yo tardé; empezó a descender a mi pecho, dio vueltas alrededor de mi pezón con su lengua sin tocarlo, impacientándome, me torturó por un rato, moví mi cabeza y le miré y me di cuenta que lo hacía a propósito, sus ojos ya estaban clavados en mí, esbozó una sonrisa mientras su lengua humedecía mi pecho, eché mi cabeza hacia atrás de nueva cuenta, y presioné su rostro contra mi pecho con la mano que revolvía su cabello, provocando el contacto de su helada perforación con mi pezón, lo que me proporcionó una leve sacudida, era algo para lo que no estaba preparado, tras el “empujón” a Drew, él siguió el trabajo por su cuenta, mordía con violencia y succionaba con ansias, mis gemidos aumentaban en número y volumen, trazó con su lengua un camino hasta mi esternón, y ahí empezó a bajar hasta mi ombligo, sólo pasó su lengua por él, no se detuvo, bajó mis bóxers hasta mis rodillas y engulló mi miembro, pronunciar su nombre fue inevitable, me levanté de la cama por un momento, me había tomado por sorpresa, no importaba cuando lo haría, no hubiese estado listo, se movía de arriba a hacia abajo, con rapidez, metía una de sus manos detrás de mis huevos, mientras la otra apretaba mi nalga, algunas veces pasaba la lengua de la base hasta el glande, luego de unos minutos, comenzó a ascender nuevamente, se detuvo en mi cuello y comenzó a hacerme otra marca en el lado que no había marcado, completada su misión, se estiró hasta el buró y sacó de él un condón y una botella de lubricante, me hizo entrega de él y se quitó de encima de mí.

-Está casi vacía, Drew- dije tomando la botella y forzando una sonrisa, no esperaba que él hubiese viajado sólo para tirar una vez, eso era obvio.

-Sí, es que… la traje de casa- dijo avergonzado.

-¿Con las indicaciones en español?

-¿Cuál es el punto, Harvey?- dijo rindiéndose con una sonrisa.

- No puedo evitar sentirme uno más del montón- dije bajando la cabeza, no negaré que sentí algo de decepción.

-Bueno, entérate que no es así- dijo levantando mi cabeza con su dedo, sonrió y yo no pude dejar de responder; le hice la indicación de que se acostara, indicación a la que él atendió poniéndose a cuatro patas, me puse el condón y puse lubricante en él y luego en mi dedo, haciendo un corto y torpe masaje en el culo de Drew, me incorporé detrás de él y lentamente empecé a meter mi miembro, sus gemidos no se hicieron esperar, cuando mi pelvis hizo contacto con su culo y nuestros muslos se juntaron, me invadió una fuerte sensación de calidez y un cosquilleo recorrió mi espina, empecé a moverme lentamente hacia adelante y hacia atrás, dándole tiempo a Drew de acostumbrarse a tenerme dentro, puse mis manos en su cintura al tiempo que él se levantaba, apoyando una de sus manos en la cabecera de la cama y masturbándose con la otra, tomé esa como una señal y empecé a moverme con más rapidez y a golpear su culo con mi pelvis, sus gemidos bien podían reflejar placer o un agudo dolor en ocasiones, situación que ignoré, en ocasiones me inclinaba sobre él, abrazándole por la espalda, y buscando sus labios que me recibían con ansias, aunque esa posición me impedía penetrarlo como yo quería, por lo que no duraba mucho.

No sé cuanto tiempo pasó cuando empecé a sentir que la voluntad de Drew se empezaba a quebrantar, había dejado de hacerse hacia atrás para que la penetración fuese más intensa y la mano que lo masturbaba pasó a posarse en la cabecera, supuse que ya había terminado para él; empecé a moverme con más fuerza y a reducir la distancia entre su culo y mi pelvis por cada vez que la sacaba, hasta que tuve un orgasmo; me dejé caer en su espalda y respiré profundo tratando de recuperar fuerzas, me alcé nuevamente y Drew se dejó caer sobre la cama, forcejeó para darse la vuelta y quedar boca arriba y dejarme entre sus piernas, mientras me sentaba sobre mis piernas y arrodillado me quitaba el condón y hacia un nudo con él, alcé la mirada y Drew me miraba complacido y satisfecho, yo le regresé una sonrisa más pequeña y corta y volví la mirada el condón mientras jugaba con el borde de este y lo ubicaba en un extremo de la cama, vi como las piernas de Drew se recogían y una mano pasaba frente a mis ojos y sostenía mi mentón, levantándolo y guiándome hasta su mirada.

-No eres parte del montón, Harvey- su semblante cambió.

-Ya me lo habías dicho, Drew, ¿A quién intentas convencer? ¿A mí o a ti?- alcé  mi cabeza y la hice hacia atrás para retirar su mano.

-¿No me crees, cierto?- me encogí de hombros y desvié la mirada -¿y qué hay de tu novio?

-Xander no es mi novio, Andrew- me senté en el borde de la cama y tomé mis bóxers, cuando me disponía a ponérmelos una mano sostuvo mi muñeca.

-¿Qué dijiste?

-Alexander y yo no somos pareja- dije sin mirarlo.

-Pero me dijiste…

-Yo nunca lo dije, tú saltaste a esa conclusión solo, y de cualquier forma eso no importa ya- me incorporé y me puse la ropa interior caminando hacia la puerta; abrí y salí del lugar, me acerqué a la puerta de la habitación donde se supone encontraría a Brett y Xander, toqué y Brett me abrió, tenía una sábana alrededor de su cintura, descubriendo un torso perfecto, desprovisto de vello, me miró de arriba abajo poniendo cara de asombro, él no me había visto en el bar ya que estaba detrás de mí, solo pudo verme la espalda; estaba seguro de que pretendía hacerme sentir deseado pero me sentí por el contrario incómodo.

-¡Hey!- dije cubriendo mi pecho con un brazo, mi ombligo con la otra mano y subiendo una pierna para que cubriese mi entrepierna, con cara de disgusto, él alzó su mirada hacia mi cara y me sonrió divertido, tenía una hermosa sonrisa, era un derroche de testosterona, un macho en todo el sentido de la palabra, o al menos eso aparentaba.

-¿Cómo te fue?- haberme incomodado lo divertía en sobremanera.

-Bien- respondí algo cortado -¿Y Xander?- Brett se apartó y encontré a Xander, sentado sobre la cama, con la espalda en la cabecera, sacudió su mano en el aire en señal de saludo, lo que interpreté como una invitación a pasar.

-Permiso- dije pegando mi cuerpo contra el espacio opuesto al que él se había movido, no le quitaba la mirada de encima con el ceño fruncido dando pasos alargados, ni él apartaba sus ojos de mí, hasta que me lanzó un mordisco en el aire y abandonó la habitación entre risas; di unos pasos hasta la cama y me senté junto a Xander.

-¿Cómo te fue?

-Bien… y no voy a preguntarte porque sus gemidos fueron muy dicientes.

-Claro… ¿Activo o pasivo?

-Activo.

-¿Tu gemelo cumple o no cumple?

-Mi gemelo cumple.

-¿Fue tu primera vez, Xandy?

-Sí, pero no te preocupes por eso Harvey, en la primera vez de un hombre, no te preocupas por que sea especial, te preocupas porque esté dura el tiempo suficiente- dijo con un sonrisa con el propósito de tranquilizarme, rompí a reír con el comentario.

-¿Y… lo estuvo?- dije entre risas.

-Mi orgullo está entero, cero complejos. ¿Y Drew fue tu segunda vez, cierto?

-Mi cuarta vez- Xander abrió los ojos sin pronunciar palabra, supongo que no esperaba eso viniendo de alguien tan inmaduro e irracional como yo, no quería ahondar en eso, y el silencio de Xander me ayudó a cambiar conversación.

-¿Y qué tal estuvo el desempeño de Brett?

-Bueno, un ocho en la escala del diez.

-¿Ocho? ¿Le descontaste por qué? ¿Los senos?

-Por la barba, además usando una lógica retorcida, Brett también tiene senos, son más duros que el común pero eso es todo, tiene más senos que muchas de nuestra clase.

-Seh- dije con una sonrisa –Igual que tú, supongo.

-Y ni que decir de ti- dijo apretándome el pecho con una mano.

-¡Oye!- dije sacudiendo mi brazo algo arisco.

-¿Qué es eso?- dijo retirando mi brazo, descubriendo cuatro líneas verticales rojas en mi pecho.

-¿Esto? A es que… aparentemente, tuve una reacción alérgica al… lubricante de Drew- mentí. Xander entrecerró sus ojos.

-Por supuesto- dijo asintiendo con una poderosa descarga de sarcasmo en cada letra.

–Sólo se ve aquí porque… tenía sus dedos llenos de él y… los pasó por mi pecho… mi verga está bien, me puse el lubricante en el condón, así que…

-¿Te pusiste?- me interrumpió.

-Sí.

-Déjame ver tus manos-  dijo estirando su palma.

-¿Mis manos?- dije guardándolas entre mis piernas.

-Debiste tener una reacción alérgica en tus manos también- dijo con una sonrisa triunfante; Xander nunca tuvo la necesidad de afirmar que Víctor o yo mentíamos en algo, él siempre desenvolvía la situación con una lógica espeluznante hasta que confesábamos el engaño, era algo que me frustraba y a la vez envidiaba.

-No… en mis manos no tuve alergia… es que…

-Te pusiste el lubricante con guantes.

-¡Exacto!... ¿Nos estabas espiando?

-No, sólo que… antes de que llegaran, vi una caja de guantes en la habitación desde la sala, entré y le pregunté a Brett para qué eran, y me dijo que era en caso de que el compañero de Andrew fuese alérgico al lubricante.

-Piensan en todo, lo sé.

-Aunque es raro, ¿sabes? Porque para que te hayas puesto los guantes, debiste saber que eras alérgico al lubricante.

-Lo sabía.

-Pero tú dijiste hacía un momento que lo ignorabas.

-Yo nunca dije eso.

-Sí lo hiciste, dijiste “aparentemente” lo que sugiere que no tenías conocimiento prev…

-¡MENTÍ! Lo admito, son arañazos, fue salvaje, intenso, brutal- le interrumpí –maldita sea, ¿cómo lo haces?

-Tardaste en confesar, Víctor hubiese sucumbido al pedirle sus manos- dijo con una sonrisa -¿Y cómo cubrirás ese moretón en el cuello, Harvey?

-No lo sé aún, y son dos, uno en cada lado- dije mostrando el otro lado de mi cuello –Vístete ya Xandy, nos iremos- me incorporé y me aproximé a la salida de la habitación.

-Vale- alcancé a escuchar antes de encontrarme totalmente fuera del lugar, crucé la sala con el peso de la mirada de Drew y Brett en mi espalda, entré en la habitación y cerré la puerta para vestirme, al terminar, salí de la habitación y me aproximé al sofá con Brett y Drew para notificarle que nos íbamos.

-Nos vamos- dije mirando a Brett.

-¿Se irán? ¿Por qué?

-En mi caso, no notifiqué que no dormiría en casa, es mejor que me encuentren allá por la mañana.

-Entiendo, bueno, al menos déjennos llevarlos- Drew sólo se limitaba a mirarnos hablar.

-No, yo creo que ya han hecho bastante.

-Pues yo creo que no tienes opción, las llaves del apartamento están en mi pantalón, iré a vestirme- se puso de pie, dejándome solo con Drew.

-No, tienes que irte, Harvey, Elaine no va a darse cuenta, las escaleras están por fuera de la planta- empezaba a sentirme culpable por tratar a Drew de la forma que lo hice.

-No puedo quedarme, Andrew, no es por la Sra. Elaine…

-Estoy listo, Harvey- dijo Xander irrumpiendo en la habitación.

-Tenemos que esperar a Brett, dijo que nos llevaría.

-Vale- dijo sentándose en un mueble próximo al sofá, yo caminé al balcón del apartamento a esperar por Brett; al rato sentí una pesada mano sobre mi hombro, era Brett, para notificarme que todos estaban listos.

En el auto me senté con Xander en la parte trasera, y Brett levantaba la mirada hacia el espejo retrovisor como al principio, pero en esa ocasión cuando lo hacía le mostraba la lengua o le sacaba el dedo medio acompañado de una sonrisa, muecas que lo hacían sonreír y desviar sus ojos de regreso al camino; Xander guio a Brett desde el parque en el que nos encontramos, dejándolo en unos edificios, nos hicimos un ademán con la mano y nos despedimos.

Tras dejar a Xander, nos dirigimos hacia la casa de la Sra. Elaine, no tardamos mucho, alrededor de dos minutos.

-Gracias a los dos, por todo, hasta otra ocasión- abrí la puerta y bajé del auto.

-Harvey, espera- escuché a Drew bajarse del auto y correr por el frente de este hacia mí –Gracias, por haber aceptado nuestra invitación- dijo con una sonrisa, que colmó todo, ya no podía tratarlo con indiferencia.

-A ti, Drew y… discúlpame por arruinarlo todo al final, fui algo inmaduro, no debí… involucrarme en la forma en que lo hice, lo siento.

-Sí, yo… supongo que ninguno de los dos lo planeó así- asentí y me volví a las escaleras, cuando sentí que Drew me sostuvo del brazo.

-Harvey, espera, yo… no he sido enteramente honesto contigo.

-¿Eso qué significa?

-Al principio, en la playa, sí te vi como uno más, pero… en el bar, eso cambió, de todos los hombres con los que estuve durante mi estancia aquí, tú fuiste el único que se interesó en saber sobre mí, en conocerme, mientras que los demás sólo me pedían que les dijera qué les haría cuando estuviésemos solos en la habitación o decirme cuanto querían saltar a la parte del sexo en la cita, Harvey, yo también… me involucré de más, fue inevitable no conectarme emocionalmente cuando estuvimos en la cama, y tengo miedo, porque, no sé si esto fue una buena idea; Harvey, nos iremos este miércoles y tal vez ahora no lo sienta tanto, pero cuando me encuentre a días de aquí, sé que voy a odiarme por dejar esto inconcluso, o más bien por haberlo iniciado, pero muy en el fondo no me arrepiento de nada de esto, sólo de no habernos encontrado antes- escucharlo decir eso, me hizo sentir aún peor; lentamente abrió un poco sus brazos y me sonrió forzadamente, queriendo ser invadido por esa falsa felicidad que me mostraba en ese momento, aún cuando no había abierto sus brazos completamente, me metí entre ellos y lo abracé por el cuello, con mucha fuerza, lo sentía hundir su rostro en mi cuello y apretarme con sus bíceps por la cintura.

-Pienso volver por ti, Harvey, espero poder hacerlo.

-No quiero que vuelvas, Andrew, quiero que te quedes- mi voz empezaba a cortarse, y mi garganta se rasgaba al hablar.

-Bueno… hay una forma de hacer que me quede- dijo acomodando su cabeza en mis hombros.

-¿Cuál?- no pude evitar mostrar algo de interés.

-Casándonos.

-¿Eso no funciona con parejas homosexuales, o sí?

-Sólo hay una forma de averiguarlo- dijo apartando un poco su cara, como buscando mi mirada, sin dejar de abrazarlo, lo miré entrecerrando los ojos, con algo de frustración tras arruinar el momento, sonreía, trataba de animarme y aunque no funcionaba, sonreí para no preocuparlo.

-No creo que funcione de cualquier modo, soy menor de edad, y para el miércoles aún lo seré así que…- dije girando mis ojos con una mueca en la boca.

-¿Es eso un… “quiero pero no puedo”?- dijo mostrando esa vez una sonrisa verdadera, con todos los dientes.

-Es un “suena bien ahora, pero tú tienes 22 y yo 17, y nos conocemos hace una semana”

-¿Y eso qué, Harvey? Me gustas, te gusto, funcionamos en la cama, no ronco, subo el asiento del inodoro para orinar, me cepillo tres veces al día, uso seda dental, no arrojo basura en la calle, no pego la goma de mascar debajo de los asientos, no orino en la ducha, estoy suscrito a Green Peace- se veía emocionado, me apretaba a él con más fuerza, yo sólo reía tras los argumentos que me había presentado.

-Y en caso de que acepte, que no lo he hecho aún, ¿En qué cambia eso las cosas? De cualquier forma te irás.

-Sí, me iré, pero tomaré la clase de español en la universidad- planteaba soluciones flojas a problemáticas de amplia envergadura, como yo lo hacía todo el tiempo, pero no podía igualar su posición, alguien tenía que ser centrado y racional de los dos.

-¿Entonces, Harvey? ¿Te casarías conmigo?

-Consigue un anillo primero- dije con una sonrisa.

-¡¿En serio?!

-Drew, ya te lo dije, no creo que ninguno de los dos sea consiente de todo el compromiso que trae un matrimonio, porque ni tú ni yo hemos estado casados antes y tampoco tenemos amigos casados, o al menos yo no, además, no sé si ronque, me cepillo en la mañana y en la noche, lo que da un total de dos veces, y sólo uso seda dental cuando voy al odontólogo.

-¡Y todavía me gustas!- sí, eso sonó como una respuesta que yo daría, era como hablar conmigo mismo.

-Drew, ya vámonos- dijo Brett detrás de él.

-Ya me voy- dijo algo resignado.

-¿A qué hora sale el vuelo?

-Mediodía, ¿irás?

-Veré que puedo hacer.

-Vale- dijo dándome un beso y alejándose; me despedí de Brett sacudiendo mi mano en el aire y esperé a que la camioneta doblara la calle, me volví a las escaleras y abrí los candados tratando de no hacer ruido, subí las escaleras pausadamente y al llegar a la puerta de Sandro, escuché la cama mal ajustada, sonando, pero no se oían gemidos “tal vez esté teniendo una pesadilla” giré hacia la otra habitación y vi que la puerta estaba abierta, la posibilidad que fuese una pesadilla fue inmediatamente descartada, “Por Buda, ¡son las tres de la mañana!”, lentamente caminé hasta la habitación, me quité la ropa, me puse unos shorts, tomé el cepillo de dientes y me lavé, al salir del baño, me encontré con Camilo tratando de cerrar la puerta con mucho cuidado, al darse la vuelta pegó un pequeño salto al verme.

-Hola.

-Hola.

-¿A qué hora llegaste?

-No tengo mucho tiempo de haber llegado.

-Entiendo- se veía algo avergonzado, y siendo sincero yo también estaba algo incómodo porque era evidente que lo estuve evitando esos días y encontrármelo de frente, seguido de lo que acabó de suceder, no me ayudaba.

-Nos vemos en unas horas- le lancé para alejarme.

-¿En unas horas?

-Son las 3:00, Cami.

-¿Las 3:00?- preguntó con asombro.

-Sí, cuando follas el tiempo vuela- comenté sarcástico. Él no dijo nada -Bueno, hablamos en un rato, Cami- dije dándole la espalda; caminé hasta la habitación cerrando la puerta detrás de mí, me acosté en la cama hasta que fuese sábado oficialmente.

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La próxima semana...

~ (...)A propósito, me encontré con tu novio(...) ~ (...)él me dijo que él sólo tenía ojos para ti, que niño tan divino(...) ~ (...)Siempre que estamos solos en la sala o en el patio, me empieza a coquetear, es muy pesado, no me gusta quedarme sola con él en un lugar(...) ~ (...)¿Vamos a mi habitación?(...) ~ (...)¿Cómo en una cita?(...) ~ (...)¿Así que de eso se trata? Lo usas para provocarme(...) ~ (...)Bueno… podemos quedarnos aquí y así yo podría quedarme en toalla todo el día(...) ~ (...)Esa es una reacción involuntaria por tu cercanía(...) ~ (...)espérate, te lo puedo explicar(...)

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Octava entrega, no puedo dejar de pensar que el capítulo quedó un poco largo, pero... no podía dividirlo, así que pensé "eso va" sin mencionar que no pude evitar notar que en esta hubo más sexo que argumento pero bueh..., de cualquier forma espero que haya sido de su agrado y pues... no dejen de valorar y comentar sobre este, sus opiniones y críticas son bien recibidas, ahora... necesito un favor particular, sólo les tomará unos segundos... olvidé hacerlo en la nota al pie del relato previo, sin mencionar que ya era bastante extensa en sí, en vista de que ya se iniciaron las escenas de adultos, quisiera que me dieran su opinión acerca de estas, dos palabras serían suficientes algo como... "muy meticulosa" o "poco morbosa" o "pobremente descrita" o "me gusto"... sólo eso sería suficiente para que yo pueda darles mejores escenas en entregas futuras, obviamente no creo que sean tan prolongadas como estas, personalmente encuentro las del capitulo ocho algo extensas... así que, agradecería mucho su opinión y... pues... no siendo más... Los veo en ocho días ^^