Vigilando un búho sale un vecino indiscreto

vigilando a una pareja de buhos reales, descubro que alguien nos está vigilando con total impunidad.

De cómo se inicia una historia, vigilando a un búho real y termina en una maravillosa experiencia.

Somos una pareja muy real y muy conjuntada, nos llevamos… bastantes más años de los que suele llevarse la gente, yo Claudio soy … digamos mayor que ella Loreto. No tenemos hijos y felizmente gozamos, por nuestros trabajos de un status económico saneado, lo que nos permite vivir en una casa independiente en las proximidades de Madrid.

Se ha dado el hecho poco frecuente, de que una pareja de búhos reales ha anidado en el tejado de una caseta de mi jardín, cobijados bajo un gran árbol pegado a ella. Guiado por un ornitólogo amigo y con el ánimo de obtener imágenes inéditas de estos búhos, he colocado en casa un complicado sistema de observación, con visores infrarrojos incluidos y varias cámaras que dirigidas por mi ordenador van grabando todo aquello que día a día le programo, permitiéndome en un momento dado el control manual a voluntad de todo el sistema. Diré que dicha caseta está ubicada en un rincón de mi parcela, colindando con la finca de al lado, y también próximo a mi piscina, y todo a su vez frente a nuestro dormitorio que está separado por tan solo un tabique con puerta todo de cristal. Justamente encima del dormitorio, tengo mi gabinete de trabajo con el ordenador de marras.

Una noche en la que salimos a cenar, a la llegada a casa, un poco alterados por el vino y el calor de unas conversaciones algo subidas de tono, no pudimos evitar echar un buen polvo, en el que para no variar, destacaron los gemidos de Loreto y su capacidad para sentir múltiples orgasmos, como es habitual lo hicimos todo con mucha luz, nos gusta ver nuestra desnudez y jugar con nuestros cuerpos, y también con la cortina totalmente abierta por la que podíamos disfrutar con la noche que se nos obsequió. He de decir, que una vez más esa noche no tuvimos límites ni fantasías que no realizásemos, incluidas alguna que otra masturbación de Loreto dedicada a mi (eso creíamos ambos, ignorantes de que otra persona nos estaba viendo).

El caso es que cuando terminamos de hacer el amor y ya algo más relajados, subí a mi estudio para ver que habían hecho nuestros búhos favoritos, había dejado programado el sistema infrarrojo y el normal, pues había una gran luna y sabía que la luz de mi jardín y la de mi cuarto daría mucha iluminación, siempre mejor que la infrarroja. Voy a las imágenes de unas horas antes, (he de decir, que el sistema se pone en marcha cuando el sensor volumétrico detecta movimiento parándose unos segundos después de parar el sujeto que sea). Mi cara casi se desencaja, cuando veo que pegado a la valla de mi vecino, se mueve una silueta que identifico como la de su hijo, un joven de unos catorce o quince años, que trepa hasta el tejado de la caseta y se queda observando a mi mujer que en ese momento está en la habitación masturbándose y llamándome, pues acabábamos de llegar y ducharnos Jugando con el zoom puedo ver perfectamente la cara de excitación del muchacho, aunque no de sorpresa, está claro que no era la primera vez que nos espiaba. El muy ladino se camufló perfectamente en el tejado con una gran rama del árbol, lo tenía muy estudiado, pues de no ser por los visores míos jamás le podría haber descubierto, como el ángulo de visión desde mi estudio le dejaba sin protección posible, tenia de él una completa visión de casi toda su silueta.

Como imagináis, en una situación así un muchacho de esa edad, se excitó como un potro salvaje, no tardó en sacar su verga, de un tamaño más que razonable para alguien tan joven, y comenzó a acariciarse intensamente, denotando en los gestos de su cara la tremenda excitación que estaba sufriendo, movía la cabeza de un lado a otro para no perderse detalle y lógicamente no tardó en correrse, vi como recogía en su mano todo el semen que podía y para sorpresa mía se lo extendía por la cara, olfateando su olor y probándolo con la lengua, el espectáculo no podía ser más excitante.

Bien, la sorpresa no terminó ahí, el muy cabrón lejos de quedarse con la verga fláccida la mantuvo en una desafiante erección, continuando acariciándose durante todo el tiempo que duró nuestra "acción", Cuando llegó nuestro final, poniendo cara de rabia y de excitación se completó una nueva paja, con nueva prueba de su semen.

Llamé a Loreto y le advertí: prepárate para una tremenda sopresa, Loreto se quedó boquiabierta y sin ocultar un acceso de rabia, me dijo, que estaba excitada como una colegiala, me pidíó comprobar si seguía en su puesto el espía, y al ver que Rodrigo (le llamaré de alguna manera ocultando su nombre real) seguía esperando ver algo más, pues la luz del dormitorio continuaba encendida, urdió un plan maquiavélico para darle una sesión de sexo salvaje dirigida a él, quería lucirse al máximo y excitarle hasta la locura

Esta historia, no termina aquí, si la cuento entera será larga porque dió origen a una nueva historia que afectó por completo a nuestra vida y que no os la podeis imaginar, felizmente ocasionó una circunstancia que nos sigue colmando de felicidad.

Si tengo tiempo continuaré con ella