Vigilando a Nadia III
Espiar a Nadia me hacía desearla con demencia, después de cumplir mi promesa de hablar y motivar a su hija para que se aplicara en sus estudios, decidí comprar por internet el equipo que requeriría para conseguir interactuar más con mi maravillosa Diosa.
Después de bañarme y mientras comía me aventuré a monitorear el cuarto de Vianey maximizando la ventana correspondiente. En ese momento se estaba quitando su uniforme, en cuanto terminé de comer me animé a hablarle por teléfono:
-Buenas tardes ¿la señorita Vianey Rodríguez?-
-Eh… ¿de parte de quién?-
-Habla el Profesor Oscar Ramos, hace un rato estuve platicando con la Directora de tu colegio y me comentó que no vas bien en matemáticas.-
-¿La Directora? ¿La madre Rita?-
-¡Así es! la madre Rita está muy preocupada, comenta que está el riesgo de que no te puedas graduar de preparatoria, por eso te hablo, mira… yo tengo mucha experiencia en casos como el tuyo ¿Qué te parece si voy a tu casa para platicar con tus papás para ofrecerles unas clases particulares?-
-¡No! Mi papá es muy celoso, no permite que entre ningún otro hombre a casa.-
-Entiendo, bueno, en parte tiene razón en cuidar a su dulce chiquita.-
-No soy ninguna niña, ya mero soy mayor de edad.
-Siendo así ¿Qué te parece si te doy clases por FaceTime o por Skype?-
La jovencita se tardaba en responder, desde mi pantalla vi que abría su laptop para empezar a tontear en Instagram, era obvio que para nada le interesaban las clases.
-Bueno, piénsalo con calma, me hablas o me mandas un mensaje si te animas, este es mi número, adiós guapa.-
En cuanto colgué decidí enviarle un Inbox desde la cuenta de Facebook de su padre, el celular y la laptop de Vianey tenían un tono especial para reconocer la rarísima ocasión en la que su papá se tomaba el tiempo de escribirle; sus ojos se le dilataron mientras leía:
“Princesita, nada me encantaría más en el mundo que pudieras graduarte de la prepa.”
Bueno yo sabía que en realidad Héctor estaba muy ocupado “trabajando” con su nueva secretaria, pero a Vianey le había llegado este mensaje desde la cuenta de su papi, así es que pensando que era él de inmediato respondió:
“Gracias por darte tiempo de escribirme papito, solo estoy batallando con mate, lo que pasa es que la maestra es una sangrona, no le gusta explicar más de una vez, pero ya sé cómo estudiar, papi, no te preocupes más por favor.”
“Me tranquilizas mucho princesa, yo sé que vas a hacer hasta lo imposible con tal de aprobar matemáticas ¿Verdad que no me vas a fallar?”
“Por supuesto que no le voy a fallar a mi papito hermoso.”- Después envió muchos emoticones de besos y corazoncitos.
Su siguiente mensaje fue hacia mí a través de whastapp:
“Si me interesan las clases profesor, mañana viernes tengo examen, pero no sé si me pueda esperar para pagarle porque prefiero no decirle a mis papás.”
Conocía sus gustos y sus sueños, así es que le escribí:
“Si te parece me puedes pagar con un boleto para el concierto de Zoé.”
Desde mi monitor pude ver como Vianey esbozaba una tierna sonrisa:
“A mí también me encanta Zoé, le podría pedir a mi mamá que compre un boleto diciéndole que es para mí y yo se lo daría a usted.”
“Me parece bien, pero háblame de tú y espero poder confiar en ti, esto solo debe quedar entre tú y yo, aunque te estoy haciendo un favor no quiero tener problemas con tus padres.”
“¡Muchas gracias! Tranquilo que claro que puedes confiar en mí, este será nuestro secreto.” Me escribió agregando un emoticón de guiño de ojo.
“Eres tan linda, me caes muy bien bonita, espero que le eches ganas porque solo te voy a cobrar si pasas tu examen.”
Nos la pasamos estudiando toda la tarde, valió la pena porque el lunes siguiente recibió su calificación, Vianey sacó 9 en Geometría Analítica. Su madre estaba feliz, cuando le preguntó cómo le había hecho su nena le explicó que se había puesto a estudiar porque su papá la había motivado mucho; le pidió de premio un boleto para ir al concierto de Zoé el cual sería el siguiente sábado, mintió diciendo que iría con unas amigas.
Las dos sabían que Héctor jamás le daría permiso de ir pero a Nadia le había dado tanto gusto que su hija mejorara su calificación que se propuso recompensarla; era precavida así es que contaba con algún ahorro para este tipo de emergencias, con mucho gusto le compraría el boleto y la llevaría al concierto, era una suerte que por su trabajo Héctor viajaba a distintas ciudades todos los fines de semana.
Aunque me moría por volver a contactar a Nadia haciéndome pasar nuevamente por su esposo, consideré que era mejor hacerla esperar.
Para ser paciente me consolé contemplándola todo el tiempo lavando, sacudiendo, ordenando, barriendo y trapeando, en la intimidad de su hogar tenía la confianza de hacerlo en top y en algún ajustado leggings o shorcito, me encantaba dirigir un zoom en sus firmes glúteos y sus bien torneadas piernas mientras se agachaba al trapear o al tender la ropa. Cuando salía al mandado me recreaba viendo una y otra vez el video que guardé en mi disco duro en el que mi reina aparecía masturbándose desaforadamente. Me extasiaba verla al final completamente fuera de sí, sin importarle estar desaliñada, siendo que nunca estaba así, ni siquiera cuando se iba a dormir.
Me dio mucho gusto ver como en el transcurso de la semana Nadia se animaba a esbozar alguna ligera sonrisa, su familia atribuía su buen humor a que Vianey hubiera aprobado matemáticas, pero yo sabía que no era tan solo por eso, mi amor también se sentía alegre y satisfecha de poder ayudar a su “esposo”, además su comunicación con él había mejorado, aunque solo fuera por email. Nadia era muy comprensiva y para ella por el momento esto era más que suficiente.
También se mostraba aún más dócil y sumisa, quizás se sentía culpable por permitirse disfrutar, después de todo la culpa es el veneno más potente.
Decidí comprar por internet el equipo que requeriría para conseguir interactuar con más detalle con mi maravillosa Diosa, espiarla en su intimidad me hacía desearla con demencia.
El jueves casi en cuanto salió a dejar a Vianey al colegio, aproveché para llevarle su regalo a mi amor.
Vivía esclavizado al pendiente de todo lo que hacía, apenas llegué a tiempo a mi departamento para alcanzar a ver como Nadia se encontraba con la bolsa que le había dejado aventada en la cochera.
La recogió y la dejó arriba de la mesita de centro de la sala, entonces buscó su celular, permanecía de pie mientras le enviaba a Héctor o mejor dicho para enviarme a mí el siguiente email:
“Mi vida disculpa que no me había animado a escribirte antes, más que nada te quiero agradecer mucho por haber hablado con Vianey, era importante y necesario. (Después envió un emoticón de corazón.)
También te escribo porque llegó una bolsa como de regalo y tiene mi nombre, pero yo no he pedido nada.” (Después envió un emoticón de sorpresa).”
Aún era temprano, lo más seguro es que “su vida” estaría ocupado en el gimnasio, pero por si las dudas de inmediato borré este correo de su cuenta, no quería arriesgarme a que lo leyera. Decidí responder hasta poder monitorear a Héctor en su trabajo para estar seguro de que estaría un buen tiempo ocupado. A eso de las 11 de la mañana desde la cámara que monitoreaba el área de producción lo vi como siempre, atareado presionando a los operadores, era el clásico capataz así es que ahí se entretendría hasta casi la hora de comer.
Era el momento menos arriesgado para responder a mi amor:
“Fue un placer atender la petición de mi reina de que hablara con nuestra querida princesa, me dio mucho gusto que nuestra nena aprobara su examen de matemáticas. Acerca de la bolsa, es un regalo como agradecimiento por haberme complacido tanto la semana pasada.”
En ese momento Nadia estaba en el cuarto de lavado, planchando el uniforme de Vianey pero había estado todo el tiempo muy al pendiente de sus notificaciones, así es que en cuanto escuchó el tono que le notificaba que tenía un nuevo correo, hizo una pausa para leerlo estando de pie ahí mismo. Entonces se dirigió a su recámara; después de quitarse sus tenis y sentarse recargándose en la cabecera de su cama, contestó mi correo desde su celular:
Eres un amor, pero ay corazón, que pena, ya pasó exactamente una semana, hasta pensé que para nada había funcionado porque ya no me volviste a escribir.”
Las perversiones son adictivas, como cuando a un alcohólico le apremia beber y después de hacerlo solo se siente tan bien pero efímeramente, así es que al poco tiempo la necesidad de volver a consumir renace solo que con más intensidad:
“He tenido mucho trabajo pero me encantó que por fin te liberaras de tus prejuicios y que te permitieras disfrutar dándole rienda a tus impulsos.”
Gracias a la cámara instalada en su recámara podía admirar como mi amor suspiraba paralizada, se veía tensa, apeteciblemente indefensa.
“Ay amor, no creas, me parece que no está bien lo que hicimos.”
“Yo gocé viendo cómo te liberaste de querer siempre ser intachable y tener todo bajo control, cuando le hiciste caso a tus instintos fue cómo si hubieras liberado a la loba que sé muy bien que llevas en tu interior.”
“Que pena, bueno, no había luna llena pero sí que perdí completamente el control.” (Después envió varios emoticones de besitos).
No dudé en proponerle:
“¿Sabes corazón? En este instante me gustaría mucho volver a jugar pero ahora con una variante.”
Desde mi monitor la vi gratamente sorprendida, esbozaba una pícara sonrisa nerviosa.
“Bueno, me da algo de pena pero tú sabes que estoy dispuesta a hacer todo lo posible para que te recuperes.”- escribió esto y envió un emoticón de guiño.
“¿Vas a ser una chica mala?”
“¡Sí! Claro, si es que tú me ayudas a liberarme, haciendo esto te puedo llegar a ayudar a excitarte ¿Verdad corazón?”
Mi cielo se trataba de justificar pero más que nada ansiaba volver a “jugar”, después de todo habíamos experimentado una experiencia del tipo “una vez no es suficiente“.
“Tienes toda la razón mi amor, para empezar a liberarte como preámbulo necesito que te tomes un vinito.”
Una vez enganchado es casi imposible superar una adicción, es como si se le quitara su celular a alguien que no puede vivir sin este, pero hay adicciones más trágicas, como puede ser el caso de alguna mujer que intenta llenar su vacío y huir de su realidad refugiándose con frecuencia en algún casino, sin importarle perder su carro, su casa o incluso su dignidad, las consecuencias pasan a un segundo plano, lo relevante es satisfacer la necesidad de activar los químicos que en el cerebro que se generan al vivir la emoción de tener el valor de arriesgarse a perderlo todo.
Así es que en esta ocasión mi reina no se sorprendió, de inmediato bajó sin soltar su celular para dirigirse al bar, iba descalza, bueno, solo portaba sus tines de algodón.
Antes de que se comenzara a servirse la interrumpió el tono que le anunciaba un nuevo correo “mío”:
“Nadia ¿Por qué molestarse? nadie más que yo te está viendo, me gustaría que tomaras directamente de la botella.”
Ahora si se sorprendió un poco pero mi reina se fue a la sala con botella y celular en mano a sentarse en su sillón favorito, mi cielo no estaba acostumbrada a tomar así, tenía que agarrar la botella con sus 2 manitas. Después de unos 15 minutos le volví a escribir a mi amor:
“La vez pasada acordamos en que serías una esposita caliente ¿Lo recuerdas?”
Ella también me respondió escribiendo:
“Si corazón, claro que siempre y cuando tú me lo permitas.”
“¿Te acuerdas que en la peli Hot wives un esposo filmaba a su esposa follando con otro? Si en realidad eres una esposa caliente entonces me vas a tener que dejar hacer esto.”
Nadia aparentaba tranquilidad pero trataba de no evidenciar que le daba morbo la inmoral petición, esto es algo que muy difícilmente aceptaría, para nada iba con su molde de señora recatada.
“Hay que malo eres papi ¡No es justo! si te digo que sí lo más seguro es que al pasar la emoción del juego te llegues a molestar pues eres muy celoso y si te digo que no entonces no voy a cumplir mi promesa de ayudar en tu recuperación y te voy a quedar mal.”
Continuó bebiendo ligeros traguitos, aguardando impacientemente a que algún correo mío que la rescatara del dilema, pero al no recibirlo empezó a escribir con mayor velocidad, al parecer el alcohol comenzaba a desinhibirla y a ayudarla a que fluyeran más rápido sus ideas:
“Bueno, como te respondí, si soy una esposa caliente siempre y cuando tú así lo desees y siempre y cuando sea un juego, una fantasía, mira que llevarlo a la realidad es imposible, ya te tengo a ti mi vida, así es que no tengo por qué pensar en alguien más.”
Decidí no responder hasta que bebiera un poco más, después de ingerir algunos tragos más, mi Diosa en lugar de seguir escribiendo empezó a mirar hacia la cámara de la sala y a la del pasillo que estaban a escasos metros, como si estuviéramos jugando a las escondidas elevando su tono de voz dijo:
-Amooor… ¿Qué creees? que ya me terminé la botellaaa… ahora regresooo… voy al baañooo…-
Solo entonces le escribí:
“Antes quiero que abras el tu regalo, en la bolsa encontrarás 3 paquetes, quiero que primero abras el más pequeño”.
Nadia no dudó en levantarse a buscar un exacto para después abrir el paquete indicado, usando como de costumbre su manita izquierda.
En cuanto lo vio se le quedó viendo completamente extrañada, entonces le escribí instruyéndola:
“Tu regalo es un juguete sexual, un vibrador a control remoto, se llama lush, la batería ya está cargada y lo configuré para poderlo activar por Internet desde donde yo esté.”
-Ay amooor… no entiendo muy bien ¿Qué tengo que hacer?-
“Introduce la forma del huevo del lush en tu orificio vaginal, la antena va afuera de tu lindo cuerpecito”.
-Ay pero que penaa… antes lo voy a lavar.-
Lo hizo con prisa, después de secarlo a conciencia en la cocina se bajó lo suficiente su pantalón de mezclilla strech. Después se bajó su body cremita sin botones, dejando sus incitantes pechos al descubierto. Solo entonces pudo introducírselo fácilmente, sin saber que más hacer me preguntó:
-Cielo ¿No pasa nada si me vuelvo a poner el body y me subo el pantalón? ¿O me los tengo que quitar?-
“Te puedes volver a poner tu linda ropita, pero se me olvidó decirte algo, saca tu juguete para que ubiques el botón de encendido.”
Me sentí feliz admirando como dócilmente me obedecía, haciendo un zoom en la cámara de la cocina también me sentí excitado al descubrir que el vibrador en forma de huevo ya mantenía una muy adecuada humedad.
En cuanto mi amor se volvió a acomodar el pantalón y su body desde mi iphone activé una vibración en modo bajo.
-¡Ay amooor…! ¿Fuiste tú?
“Si, no te asustes, fui yo corazón.”
-¿Es como si me pudieras tocar desde la oficina de tu trabajo?-
“Así es corazón ¿Sabes? Creo que ya me estoy aliviando, me siento muy emocionado al saber que te puedo controlar desde cualquier lugar, además me cautiva que seas tan contradictoria porque eres guarra y preciosa al mismo tiempo.”
-¡Síiii¡- Nadia permanecía de pie, acercándose y dirigiendo su mirada hacia la cámara instalada en la cocina preguntó:
-¿En serio puedo ser guarra y preciosa a la vez?-
“En tu caso por supuesto que sí corazón, pero dime que prefieres ser en este momento ¿un ángel anticuado o una diablita sexy?”
Con el tono de voz de una niña consentida mi Diosa reconoció:
-Mmm… Ahorita prefiero ser una diablita sexy.-
En cuanto respondió esto activé una vibración aun en modo bajo pero de mayor duración.
-Ay corazooón, siento rico pero ya me dieron más ganas de hacer pis… ¿Ahora si me das permiso de ir al bañooo?-
“Antes dime ¿Prefieres ser una mujer intelectual o una hembra en celo?”
-Ay mi vida, tú sabes que prefiero ser una hembra en celo más que nada para tratar de complacerte.-
Recompensé su sinceridad y apertura con una nueva vibración, ahora en modo intermedio con un patrón de terremoto, conforme aumentaba la intensidad mi reina no evitar empezar a orinar, en cuanto vio cómo su pantalón se mojaba un poco se empezó a contrariar, asustada trató de aguantar pero solo interrumpí las vibraciones hasta que finalmente terminó por mearse completamente.
Entonces mi nena exclamó completamente alterada y avergonzada:
-Ay mi vida pero que penaaa… ya no me pude aguantar más… estoy toda puercaaa….-
“No pasa nada cielo, de esto se trata mi amor de que reconozcas que eres una guarra, pero a la vez eres un sol. Créeme que así como estás te ves muy mona.”
-Ay no lo creo corazón, por lo menos dame permiso de ir a limpiarme y cambiarme.-
“Aún no quiero que te limpies, pero si te voy a dar permiso de que te cambies, siempre y cuando te pongas uno de los atuendos que te regalé, vienen en el paquete más grande.”