Viernes noche

Cristina pasa una noche loca con un desconocido.

VIERNES NOCHE

Ese viernes tenía un día un poco extraño, desde la primera hora de la mañana estaba un poco excitada, no sé si porque ya estaba aquí el fin de semana o porque hacía mucho calor.

Era un día de estos de mayo que ya se empieza a notar el cambio de estación y a mí me altera me encanta cambiar la ropa de invierno por mis camisetas preferidas o mis vestiditos de verano, pero sobre todo porque noto como se suelen clavar las miradas de los hombres en mi y siempre es algo que me pone un poco a tono. Hoy había sido un día de esos había notado las miradas de los hombres que me cruzaban como se volvían para mirarme el culo o como se le iba la vista a mi escote, no es que sea una mujer 10 pero creo que he tenido bastante suerte en lo que me ha tocado y también lógicamente porque me cuido, me llamo Cristina tengo 20 años mido 1,72 tengo una melena negra que se que es la envidia de muchas amigas mías y no me considero mal dotada, mis pechos yo creo que son los justos ni muy grandes ni muy pequeños, por lo menos a mi me gustan. Por detrás sé que lo tengo en su sitio porque yo lo cuido, y creo que bien porque hoy no han parado de mirármelo je je. Y por último mi cara tiene unos ojos y una sonrisa que según dice un amigo mío ilumina el día, que bonito verdad?, Pero creo que está enamorado de mí así que eso no debería contar. En definitiva que no creo estar mal, y hoy desde la mañana había sentido como provocaba a los hombres al pasar y eso como ya he dicho me excitaba.

Así que aquí estaba preparándome para salir por la noche con unas amigas mías, mientras me cambiaba me preparé una copa, lógicamente esta copa me calentó un poco más y como ya me sentía juguetona... estaba dispuesta a romper esa noche. Empecé por escoger la ropa interior y tenía clara cual iba a ser mi conjunto morado, por encima sin tirantes solo sujeto a la espalda y que realmente no oculta mucho es mas bien transparente y es muy suave tiene un tacto que hace que me sienta muy cómoda tanto que al rozarlo con los pezones se me endurecieron un poco, en la parte de abajo un tanga que más bien parece un hilo dental pero que deja mi culo preparado para la guerra. Luego me puse mi minifalda preferida que deja al descubierto mucho más de lo que tapa y un top que deja mi ombligo al aire y que se ajusta dé tal forma que mis pezones parecen querer romperlo. Por último me calcé con las sandalias de tiras y de tacón alto, sé que al final de la noche me dolerían los pies, pero a mucha gente le iba a doler la entrepierna solo de verme.

Sonó el timbre del portero, eran mis amigas que ya estaban abajo, me miré al espejo por última vez y no sé porque presentía que hoy triunfaría. Baje por las escaleras y cuando llegué ya estaban todas esperándome. También estaba esperando Juan el novio de una de mis amigas y vi como me devoraba con la mirada, me encantaba sentirme con ese poder sobre los tíos así que iba hacia el coche contoneándome casi como una puta y viendo la cara que ponía Juan.

El primer garito donde fuimos era una discoteca de moda, así que nos tocaba hacer cola y rezar porque nos dejaran pasar, yo estaba al final del grupo de mis amigos y cuando llegaron no querían dejarlos entrar, y yo estaba más que dispuesta a entrar en ella, ahí solían poner música que me encanta y además suelen ir unos tíos buenísimos. Pasé por delante de ellos como si no los conociera. Cuando llegué al portero me paro para no dejarme entrar

-Que quieres la entrada? Le dije

Y acto seguido, no sé porque reaccione así, pero me saqué sin levantarme la falda el tanga, se lo di y me metí para dentro mientras el se quedaba confundido, caliente y sin saber que hacer. Vi como a mis amigos no les dejaban entrar y se iban, así que ahí estaba en la discoteca que más me gusta, sola y sin braguitas, sin braguitas pufff... que sensación me daba, si ya estaba calentita..., habría que tomar algo por lo tanto tomé la directa hacía la barra. Me pedí mi primera copa mientras observaba el ambiente.

Mientras revisaba al persona no sé porque me llamó la atención un hombre que estaba sentado tomando una copa con una mujer. Me quedé mirándole un momento cuando levantó la cabeza y se me quedó mirando. No pude apartar la vista, su mirada me atrapó e hizo que me temblaran algo las piernas. Cuando logré apartar la vista del me fui a la pista de baile mientras notaba como a la vez me seguía con la mirada, una gotita de mis humedades se resbalaba por mi pierna, me encantaba me estaba poniendo bastante cachonda.

Me puse a bailar en un rincón un poco más oscuro para estar más tranquila y además creo que inconscientemente me puse allí porque desde ahí podía ver a ese hombre. No era nada del otro mundo, tendría unos 30 años era más bien alto 1,80 más o menos, los hombros fuertes y lo que me retuvo antes una mirada profunda y directa que sabe lo que quiere.

Me puse a bailar y de vez en cuando le miraba de reojo, vi como me seguía mirando cuando podía, así que el instinto empezó a actuar y sin darme cuenta estaba bailando para él, moviéndome un poco escandalosamente. Sabía que no era el único que me estaba mirando y eso me ponía cardiaca.

Seguí bailando y le seguía mirando de vez en cuando de reojo para asegurarme que estaba ahí, hasta que de repente ya no estaba, me desilusionó mucho pero bueno acabaría la canción y ya se vería que haría.

De repente noté unas manos que me agarraban por la cadera, unas manos grandes y fuertes. A falta de pan... pensé así que le seguí el juego, así que como estaba ya bastante caliente arrimé mi culo contra él y mientras bailaba empecé a rozarle. Rápidamente noté algo duro entre sus pantalones, y realmente me pareció que era algo grande. Este me acariciaba la espalda y el cuello hasta que me pilló descuidad y me sorprendió con un beso muy suave en el cuello, beso que hizo que se me escurriera otra gotita y se resbalara por mis piernas.

Me dispuse a verle la cara algo molesta porque se estaba pasando, aunque en el fondo me gustaba, y me quedé de piedra al ver que era él. Me quedé paralizada mirándole a los ojos mientras notaba como me encendía, mi corazón empezó a bombear con fuerza, mis pezones pedían a gritos salir y mi entrepierna empezaba a molestar por la mezcla de humedad y calentura.

Me quedé mirándole con la boca entre abierta viendo como se acercaba hacía mi y me besaba en la boca con una dulzura y una pasión que nunca había sentido, mis piernas flojearon y me agarré a él mientras le dejaba hacer con sus carnosos y suaves labios. Cuando empezó a bajar por la espalda con su mano fuerte pero delicado a la vez y empezó a acariciarme los muslos, subía suavemente hasta mí entre pierna sin llegar a tocar mi vulva, me quería morir cada vez que se acercaba, también notaba como las miradas de la gente de alrededor se clavaban en mí y en mi trasero que debía quedar al descubierto cuando subía las manos por los muslos y era increíble en vez de cortarme me encantaba, sabía que había mucha gente que se estaba calentando por mi y eso me hacía sentir una hembra en celo.

Estaba que no podía más, necesitaba su polla dentro de mí, así que sin dudarlo le agarré de la mano y me lo llevé al segundo piso que estaba lleno de sofás con poca luz donde las parejas subían a meterse mano, pero yo no pensaba quedarme en eso.

El se sentó mientras seguíamos besándonos y yo me puse encima de sus piernas, fue bajando con su boca, levantó mi top y empezó a mordisquear mis endurecido pezones a través del sujetador, sabía lo que se hacía. Empezaba despacio con la lengua pasando alrededor del y luego lo agarraba entre los dientes mordisqueándolo haciendo que se me escapara un gemido de placer, yo ya no podía mas me arrodille en el suelo y le desabroché el pantalón para que saliera su enorme y endurecida polla a recibirme, sí enorme! Creo que le vi sonreír satisfecho al ver mi cara de sorpresa, era la polla más grande que había podido tocar y era toda para mí.

Empecé a acariciársela de arriba abajo con respeto porque ya me deshacía pensando lo que ella haría por mí, estaba dura y rígida como una barra de hierro y al acariciarla podía notar sus venas hinchadas a punto de estallar. Cada vez que subía y bajaba notaba como se estremecía y suspiraba, eso estaba bien empezaba a tomar el control. Me acerqué para verla mejor y su fuerte olor me atrajo como un imán y empecé a lamerla como si me fuese la vida en ello, desde sus huevos hasta la punta del glande, rodeándolo con la lengua, era tan gruesa que pensé que no iba a poder metermela en la boca. Pero sí, pude saborear ese exquisito manjar, me estaba comportando como una vulgar puta y me encantaba, y por los gemidos que él daba también le gustaba. Seguí comiéndosela hasta que saboree las primeras gotas de semen, paré porque no todavía no quería que se corriese.

Con esas gotitas aún en mi boca me levanté me puse con las piernas abiertas encima de él y le bese en la boca para que el también saborease su sabor y mientras le comía su boca con fuerza fui descendiendo e introduciéndome su polla despacio muy despacio, sintiendo a cada centímetro como mi cuerpo se amoldaba a ella, era increíble su tamaño y la sensación de calor penetrándome y abriendo mis carnes. Cuando llegué al final hoy a mi voz decir

-Dios me encanta-

Sin percatarme de que no estábamos solos, ya éramos él y yo, mejor dicho esa polla que me rompía y yo. Estaba llena, no me había sentido tan llena nunca, no cabía nada más y llegaba al fondo de mi matriz, pero necesitaba notarla más así que empecé a moverme arriba y abajo, al principio despacio siguiendo el ritmo de sus suspiros. Era impresionante el vacío que dejaba cuando se salía y la plenitud cuando estaba dentro.

Fui acelerando el ritmo y él empezaba a empujar. Notaba como poco a poco iba perdiendo el control de mi cuerpo, estaba a punto, veía que se acercaba mi orgasmo y gritaba

-Me muero... damela entera-

-Tómala toda para ti-

Me jadeaba él mientras sentía como se corría dentro de mí. Lo que produjo una pequeña descarga de placer en mi cuerpo. Era un pequeño orgasmo pero todavía necesitaba más. Así que dejé que se saliera y me eché en el sofá dejándole toda mi concha a la vista mientras le decía jadeando

-Cómemelo cómemelo...

Ni corto ni perezoso acercó la boca a mi coñito y empezó poco a poco a lamérmelo, todo entero de arriba abajo pasando por mi otro agujerito, yo quería más necesitaba llegar rápido y suspiraba

-más rápido, más rápido

pero no estaba dispuesto a que me corriera rápido y seguía despacio lamiéndomelo haciendo que me muriera de ganas por llegar, era increíble yo estaba furiosa con él y le gritaba

-Cabrón más rápido-

Pero seguía manteniendo el ritmo, me retorcía en el sitio de ganas, le clave las uñas en la espalda a ver si así aceleraba y cuando creía que nunca cambiaría de ritmo se incorporó y de golpe me sentí ensartada por su enorme polla de nuevo, había estado recuperándose. Creí que me rompía en dos y me moría de placer al mismo tiempo, mientras me jadeaba

-Ahora vas a saber lo que es bueno zorra-

Y empezó a clavármela con una violencia y una fuerza increíble, me estaba deshaciendo de placer con sus envestidas, no podía ni articular palabra. Cuando veía que me venía fue cuando me percaté de que todo el mundo nos estaba mirando y muchos hombres se masturbaban mirándome, y esto fue el cúlmen que hizo quedara a punto de estallar, cuando de repente hubo un estallido de placer en mi cerebro, me quedé en blanco mientras me recorría todo mi cuerpo y sentía como él se volvía a correr conmigo y yo gritaba por encima de la música

-yaaaa.....

Notaba como descargaba toda su leche otra vez dentro de mí y yo era como si me meara de la cantidad de jugos que solté, me estaba mareando del orgasmo que estaba teniendo.

Antes que terminara la cogí y la lamí, besé y mime era increíble el placer que me había dado, yo continuaba con los últimos coleteos del orgasmo y agarrado a la polla que me lo había proporcionado así durante unos 5 minutos.

Esta es la primera historia que tuve con este hombre, que luego supe que se llamaba Alberto, luego nos lo montamos muchas más veces pero nunca como ese día.

Si quereis mandar vuestra opinión hacerlo a_t_71@hotmail.com