Viernes caluroso, el inicio de una locura

Tras tumbarse y colocarme detrás, tome sus piernas a los hombros, y cuando iba a penetrarla, esta me detuvo, diciéndome... “Sin preservativo no me follas, eso es una guarrada y algo impropio de una mujer católica”, me dejó helado, nunca esperaría esto de una mujer tan abierta de mente.

Viernes caluroso, el inicio de una locura

El viernes pasado regresaba de haber hecho algunas gestiones, aun continuo en Sevilla a pesar de ser viernes, este año no toca verano aun, todo gracias al Covid. Tras haber sudado lo suyo en un atasco de ‘cojones’ en el Quinto Centenario (como se le llama aquí en uno de mis puentes de mi ciudad), me encamine a comprar algo, saliendo por la carretera a Carmona, tomando la vía de servicio hacia el Carrefour.

Pues fue entrar en la zona de aparcamiento, detener mi coche y aparcarlo, quedando con el morro hacia afuera, quedándome dentro del coche con el aire acondicionado. Dándome por mirar el móvil, mirando los numerosos whataspp recibidos, comenzando a contestar a estos, ya siendo de familiares, amigos/as o 'muy' amigos, grupos y demás.

Cuando me da por mirar hacia mi izquierda, viendo por el hueco de las ventanillas, como caminaba a la altura de dos vehículos en dirección al comercio, una pareja. Pareja que llamo mi atención, primero por la gran diferencia de edad, ya que él era bastante mayor, llegando incluso a pensar que podría ser su padre. Pensamiento que también lo base al verlos inicialmente cogidos de la mano, manos que al ver que los miraba, ella le soltó la mano.

Esta mujer, puedo deciros que era una cabeza mayor que él, rubia o eso aparentaba a pesar de las mechas, complexión normal, ni delgada ni rellenita. Y cuya vestimenta favorecía sus puntos fuertes, pues llevaba un mono de tirantas muy corto floreado, cuyo escote aguantaba esos senos que di por hecho que no llevaba sujetador, dándome la razón al ver que posiblemente por mi descarada mirada, comenzaron a notarse al endurecerse.

Y que mi vista no se quedó solo en sus senos, sino que recorrió el resto de su cuerpo, deteniéndome sobre todo en esas duras nalgas. Mirada que como he dicho descarada y que ella se dio por eludida, tanto que cuando la vi pasar, desapareciendo de mi vista hacia mi derecha. Cogí con rapidez mi móvil, volviendo mi vista hacia esté, y comencé a describí en el blog de notas del móvil estos momentos.

Momento en que me lleve un enorme susto, pues esta mujer apareció como si de la nada en mi ventanilla del conductor. Señora que no respetando la distancia se inclinó, mujer que precisamente al inclinarse, me dio la razón sin quererlo a lo dicho anteriormente, refiriéndome a que esta le falta de su prenda interior superior (o sea el sujetador). Vista que clave en esos senos, sintiéndolo sobre todo en mi entrepierna al sentir mi miembro endurecerse, si culpa mía, pues llevo semanas sin satisfacción. Mujer que me soltó groseramente y con descaro...

  • "No sabe usted que, no puede mirar así de esa manera a una mujer casada".

Y encima sin dejarme contestar, continúa...

  • "No es solo una falta de respeto, sino también una inmoralidad”.

Cosa que escuche sin mucha atención, pues mis ojos seguían clavados en esos senos, y sobre todo en ese sudado canalillo. Señora que continua, diciendo...

  • “Dándome a pensar que me está usted desnudando con la mirada, aunque ahora que veo sus ojos, creo que también con su mente".

Disculpándome, pero al mismo tiempo dándole la razón, respondiéndole...

  • "Más que desnudarla con la mente, me la estaba devorando, dándome por pensar que si lleva alguna prenda interior bajo esa prenda".

Me mira y me suelta...

  • “Usted es muy descarado, no se calla una... no”.

Y en esta ocasión, fui yo quien le interrumpió, diciéndole...

  • "Pues sí, sabes usted, al principio pensé que no llevaba sujetador, pero ahora ante estas maravillosas vistas que me está ofreciendo, puedo decir que me lo ha confirmado".

Ella apartándose la mascarilla me sonríe, diciéndome...

  • "Eres todo un pillín... no, un peligro con patas, supongo incluso que no podrás ni salir ahora mismo del coche por cómo está, o me equivoco".

Mi rostro fue mi respuesta, acabando esta por introducir su brazo con todo descaro por el hueco de la ventanilla, brazo cuya mano descendió hasta posarla sobre mi bulto, soltando una sonrisa burlona. Y soltar...

  • "Uuummm!!... esto es por mí, me siento halagada".

Y tras apretar su mano contra mi bulto, coge y dice...

  • “Pobrecito... no te puedo dejar así, debería de ayudarte”.

Y es soltarla, y veo como está con rapidez da la vuelta al coche, abrir la puerta y meterse dentro. Sonriente me mira y da miedo, comenzando por bajarme la cremallera y sacar mi miembro fuera, miramos ambos de derecha hacia izquierda, cerciorándonos que nadie nos mira. Y cuando esta se dispone a mamármela, coge y me suelta cuatro gilipolleces, advirtiéndome un par de cosas, como nada de besos ni de marcas, finalizando por avisarla en cuanto me venga. Y acto seguido se me inclina, tomando mi miembro y comenzar a chupar mi glande, mientras se ayuda con su otra mano en pajeármela.

Si os soy sincero, no pude contenerme, comencé con mi mano derecha a acariciar su espalda e ir descendiendo hasta llegar a sus nalgas, comencé a tocársela con cuidado y minutos después a magrearle los glúteos con ganas. Debió de gustarle, pues vi como separaba sus piernas, como si me diera permiso para hacer otras cosas, cosas como introducir mi mano por el pernil de esa prenda. Mano cuyos dedos roce sus labios vaginales, húmedos y cálidos, esto debió de notarlo ella, pues mi polla se me endureció un poco más. Comenzando por hacerle un dedo, escuchando como esta soltaba algún que otro ahogado gemido, ayudándome con mi mano izquierda en magrear sus pechos. Sacándose mi polla de su boca, y soltarme...

  • “Cabrón como sigas así vas a hacer que me venga, o hacer una locura, como la de montarme sobre tu polla”.

Aquella advertencia más que inquietarme me dio por acelerar, sintiendo mis dedos cada vez más encharcados, dedo corazón que movía a lo largo y en círculos, mientras ella emitía gemidos y suspiros. Aumentando cuando comencé a rozar con mi dedo gordo su orificio, dándome que pensar que esto no es nuevo para ella. Y en no más de cinco o quizás siete minutos, esta mujer exploto, dejándome la mano impregnada de sus fluidos. Mujer que acelero y que, llevado por el placer, no pude advertirla, comenzando a correrme como un loco. Mujer que más que molesta o enfadada, continúo chupando y absorbiendo hasta dejarme vacío, incorporándose con cuidado, no me quedo otra que ofrecerle unos clínex y agua.

Con cautela me enseño sus enormes pechos y con mayor cautela se los chupé, ambos atentos a no ser visto por nadie, cogiendo su mano y llevármela de nuevo a mi entrepierna. Mano que preste sobre mi bulto, dándose cuenta ella de cómo estaba de nuevo, sonriente apretó y cuando me disponía a que volviera a inclinarse, sonó su móvil. Viendo como esta recibía la llamada, respondiendo...

  • “Ya voy amor, voy de camino, ya estoy llegando”.

Colgar y decirme...

  • “Lo siento chico, otra vez será, me debo marchar que mi marido se está impacientando”.

Pero antes de salir del coche, coge y la muy cabrona me da ‘piquito`, quedándome un poco pillado, quizás más ante la advertencia de que no haya besos. Luego coge y me da su número de móvil, marchándose mientras me dice al tiempo que sale del coche...

  • “Ya hablamos”.

Pero para ser sincero, no creí que se pusiera en contacto conmigo, pues el martes recibí una serie de whatsapp desconocidos, mensajes que tras hacerme recordar que era ella. Comenzó a soltar guarradas y cosas que deseaba hacer, comenzando por proponerme que la recogiera en un punto concreto, recogerla pues ella no tenía carnet de conducir.

Continuo por sugerirme que la llevara a un local de copas llamado Mare Asian Food que hay en Dos Hermanas, local donde debía de invitarla a almorzar y luego tomar copas, proponiéndome que fuera sobre todo Ron. Licor que hace que se encienda y se desate, finalizando por acabar en el hotel Mare y que se dejaría hacer de todo. La conversación fue de lo más caliente, elevando esta la temperatura con cada una de las fotos que me mandaba, no solo en prendas femeninas bastante picantes, sino fotos clasificadas ‘X’. Pero dejándome claro que no íbamos a medias, pues ella no podía pagar nada, ya que debía evitar levantar sospecha de su marido, dejando claro que debía de pagar todo yo. O sea que más me sonó que iba a hacer mi puta, y aunque dude al principio, finalmente acepte, quedando para el martes, o sea ayer.

Quedamos en un sitio concreto como dijo ella, lugar bastante alejado, suponiendo que habría llegado ella allí en autobús o en taxi, quizás más en lo segundo más por como venía vestida. Apareció con un vestido cortísimo de color blanco, prenda que se le notaba que llevaba un tanga de hilo, fue recogerla y en el mismo coche nos besamos, dejándome comerle la boca con lengua incluida.

Y mientras le besaba y comía el cuello, descubriendo que era uno de sus puntos débiles, mi mano izquierda comenzó a acariciar sus senos, deslizándose por su silueta hasta sus nalgas. Continuando por sus desnudos muslos hasta las rodillas y ascender por entre sus piernas, separando esta los muslos, dejándome adentrarme en ese volcán, cuyas yemas mías rozaron su vulva. Finalizando esta por detenerme, diciéndome...

  • “Bueno, mejor nos ponemos en marcha, venga vamos deprisa que tengo hambre”.

Dice y acato, llevándola a almorzar, observando como devoraba y sobre todo bebía, dejándome un pellizco, continuamos en el local de copas junto a la piscina, viendo que era verdad que el Ron la ponía bastante cachonda. Viendo la hora le propuse irnos al hotel, cuya habitación la tenía reservada previamente, y de camino a esta, no perdimos ocasión de comernos la boca y meternos mano, sobre todo en el mismo ascensor, cuando me dejo comerle el coñito... uuummm.

Tras entrar en la habitación, me demostró que es toda una fiera, tras quedarse con tan solo el tanga, vino como una gatita hasta mí, comenzando a comerme la polla nuevamente. La mujer sabe bastante bien lo que se hacía, pero evite correrme, ya que la aparte y me tocó a mí, haciéndola disfrutar y más cuando esta me confesó...

  • “Mi marido nunca me lo ha hecho, dice que eso es una guarrada y algo impropio de una pareja católica”.

Colocándome encima y cuando iba a penetrarla, esta me detuvo, diciéndome...

  • “Sin preservativo no me follas”.

Me quedé helado, nunca esperaría que esta mujer tan abierta de mente, no me dejara follármela sin condón, no quedándome otra que ponérmelo, aunque le hice saber que yo estaba operado. Aun así, ella se negaba, no dejando de mentar que era por posibles infecciones, como si el comerme la polla, no le pudiera pegar algo también. Aun así, acabe por colocármelo, no me iba a echar atrás, y más después del dineral que llevaba gastado, y tras penetrarla aquello parecía más una película porno que otra cosa.

La penetré yo encima, colocando sus piernas en mis hombros, embistiéndola con fuerza y diciéndole cochinadas, como tanto me pedía. Tras veinte minutos al menos me detuve ante la cara de sorpresa de ella, pues quizás esperaba que me corriera antes, cogiendo y tras tumbarme, pedí que se pusiera ella ahora arriba, aceptando de malos modos. Observando que no disfrutaba ella tanto como el estar abajo, deteniéndose ella a los diez o quince minutos al menos y colocarse a cuatro patas, pidiéndome que se la metiera por detrás. En esos momentos de penetración, me da por sacarla e intentar metérsela por su culo, cosa que me detiene, como la vez anterior con los condones, soltándome...

  • “Que haces?... eres tonto, por ahí no se mete nada”.

Le quise explicar que creía que le gustaba, recordándole lo del viernes pasado cuando me dejo meterle un dedo, haciéndome ella saber que eso era algo diferente. Ya que un dedo es fino y no duele, mientras que una polla es gruesa y duele, no deseando ver estrella, dejándome claro que, si seguía por esa línea, íbamos a acabar cada uno en su casa.

Por lo que nos llevamos unas cuatro o cuatro horas y media follando, dejándome jugar con ella con mis juguetes, embistiéndola en la ducha, corriéndose unas cuatro veces yo mientras ella alcanzó al menos ocho orgasmos, confesándome en un momento dado que es ‘multiorgasmica’. Obviamente no soy Superman, pero el viagra sirve para todos, quizás esa fue mi ‘Kryptonita’.

Tras terminar, descansar un poco y ducharnos, nos preparamos para marcharnos, viendo como está se había cambiado de vestido, pues si vino un vestido blando súper corto, ahora se marchaba más modosita. Y durante el viaje, conversamos de todo, contándome algunas de sus locuras, locuras como enrollarse con chicas e incluso proponiéndome hacer un trío con ellas. Dejándome en blanco cuando me dijo...

  • “Sé que te has tomado viagra, no te preocupes no me ha molestado, ya que no esperaba menos de un hombre que quiere estar a mi altura”.

Antes de dejarla ayer cerca de su casa, me hizo saber que le podía hablar por el whatasapp o por el Facebook, como también me dijo que los fines de semanas y los festivos no podía quedar, pues esos días pertenece a su familia. Agradeciéndome todo lo que había hecho por ella, pues era un gesto muy profundo, no solo por todo lo que ha sido, sino por el gran coste. Proponiéndome el quedar el viernes si no tengo planes, pidiéndome que llevara más juguetes sexuales, unas esposas, pañuelos de seda y vaselina, soltándome...

  • “Te lo debo, te dejaré que me hagas lo que quieras, pero eso que tienes en mente, tienes que hacerlo con cuidado y si hacerme daño”.

Y ahí ha quedado la cosa, quizás os cuente en como acaba, no asegurando nada, ya que el viernes aún está muy lejos, y tengo en la cabeza quedar para mañana y echar un rapidito, no me refiero a un folleteó sino a una mamada, pues como os he dicho... ‘la chupa de la ostia’. Bueno os dejo, espero que os haya gustado, ya me decís que os ha aparecido. Estaré esperando vuestra respuesta, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).