Viendo una película junto a mi vecino

Maduro que sin dejar de hacerme, consigue dejarme desnudo, cosa que siento que le pone, pues su polla casi desencaja mi mandíbula… uuummm!!. Y en minutos y ahora si con molestias, siento un segundo dedo perforar mi orificio, llegando a pensar que son tres… aaahhh!!.

Viendo una película junto a mi vecino (maduro y dotado)

Eran mis padres quienes insistieron en que me compara el piso, no porque querían que me váyase, sino porque sabían de siempre que mi idea era independizarme en el momento que tuviera un trabajo estable. Pero también es verdad que mi padre, sobre todo, no dejaba de decirme que debía de tener un sitio donde llevar a mis conquistas, ya que no queda nada bien hacerlo en casa de los padres (sobre todo como saliera de chillona a mi madre, acababa por confesarme).

Pues no esperaron demasiado en ‘echarme’ de casa (bromas aparte), aunque se llevaron durante un tiempo viniendo a mi piso, ya sea mi padre en plan manitas para arreglar algo, como mi madre para darle ese punto femenino como tanto decía. Y en esos primeros años, fueron mis padres quienes conocieron de verdad a mis vecinos, sobre todo a los que era de su edad, a los cuales encomendaron si era posible echarme un ojo.

Y a raíz de uno de esto, cuento ahora lo que me ocurrió con uno de ellos, pues fueron mis padres… sobre todo mi madre. Quien me pidió echar un ojo a uno de mis vecinos, persona que había tenido un percance, no fiándose demasiado de él, no porque estuviera mal, sino que estaba solo.

Dándome por subir de vez en cuando hacia su casa, observando cómo estaba y marchándome tranquilo, yéndome con la confianza que lo podría dejar solo. Y nada más llegar a casa, dándome por llamar a mi madre, haciéndole saber que este se encontraba perfectamente. Y recuerdo un día que fue esté mismo hombre el que me pidió…

  • “Perdona, no te importaría algún día por la noche ver una película conmigo”.

Respuesta que se quedó… ‘en algún día’, pues no vi oportuno el ver una película con una persona que apenas conocía, además no era mi idea. Pero con el pasar de las semanas, comencé a sentirme algo mal, quizás al verle cada noche al dejarlo confiado. Dándome por decirle un día durante el transcurso de la semana, como le venía el quedar para ver esas películas el viernes noche.

Recuerdo que al principio el hombre se le veía reticente, pues quizás lo veía como una obligación por mi parte más que un deseo, pero finalmente acepto. Ese viernes subí temprano a su casa, pues mi idea era ayudarle a preparar la cena antes de sentarnos a ver la película, y durante la cena, esté hombre me pone al día de su vida. Contándome…

  • “Pues chico que quieres que te diga, la vida se ha comportado muy bien hasta que murió mi esposa, ella era una mujer muy ardiente y follábamos hasta tres veces al día”.

Comentarios que me sentí ciertamente incomodo, pero calle y no le mencione nada, deje que este prosiguiera…

  • “Y ahora mírame, soy un viejo quejica que apenas puede hacer las cosas solo, bueno si puedo, pero por un resbalón de mierda, ahora todos creen que soy un torpe”.

Me cuenta que está jubilado y que tiene sesenta y ocho años, fijándome mejor en él, viendo que para su edad aún se mantiene la altura (un metro ochenta al menos). Cuyo cuerpo normal no se nota el pasar de los años, cabellos grisáceos, pero abundando las canas, y una entrada que intenta disimular con cabellos de los lados. Persona educada, correcta, que no dejaba de hablar abiertamente, tocando todos los temas, cosa que me gustaba. Y tras la cena, preparamos algo de picar y de beber, sentándonos en el sofá el uno junto al otro, tomando el mando del televisor y le da por preguntarme…

  • “¿Qué pongo?”.

Contestándole… ‘lo que desee usted, para eso es su casa y le toca elegir’, momento en que me mira y ciertamente sonrojado me suelta…

  • “Si te digo lo que deseo ver, creo que te vas a enojar y que te marcharas de mi casa, pensando de mí que soy un pervertido o un degenerado”.

Momento en que se me pasa por la cabeza el tipo de películas que quiere ver, pero pecando de ingenuo me da por preguntárselo, diciéndole…

  • “Porque lo dice, no desea ver una del oeste, o de acción, cómica o de terror, o quizás es que quiere ver una erótica”.

Ríe y me dice… ‘me has pillado’, carcajada que tiene que echar mano al vaso de agua para tranquilizarse, explicándome que suele ver el resto de genero los días entre semana, pero dejando para los viernes y sábado alguna erótica o porno. Dándome por decirle…

  • “Bueno, pues si dice usted que toca de ese género, no voy a ser yo quien le quite la ilusión”.

Y aunque la cierta verdad es que no me apetecía ver una porno con este hombre, no me quedo otra que apechugar, comenzó a poner uno de los canales del Canal+ de adultos, donde no dejo de ver lo que había. Y en ese momento le dio por explicarme eso de ver porno, contándome…

  • “Mi afición en verdad viene de más joven, no tanto como tú, pero era más que ahora, viene más de mi mujer que de mí, pues por ella me aficione a ver las eróticas y porno”.

Dejando un canal demasiado explicito, y tras bajarle el volumen, le da por seguir con su explicación, no sin antes disculparse por el tema de la conversación. Tema que me da cosa decirle que me molesta, o que no me importa, continuando esté…

  • “Nos daba por verlas juntos, poniéndonos bastante a tono y comenzábamos a masturbarnos, primero cada uno por su lado y al final, yo le dedeaba a ella mientras ella me pajeaba, acabando por follar hasta quedar desechos”.

Cuenta y para esos momentos me sentía un poco incómodo, pues vi como mi vecino comenzaba a tocarse la entrepierna sobre el pantalón, observando por cómo iba tomando forma que de pequeña el hombre como que poco. Y ante su incomodidad, coge y le da por pedirme permiso para sacársela, pero sin tiempo para responderle, veo como este le da por bajarse el pantalón de pijama y sacársela fuera.

Cosa que me dejo avergonzado, verga que para nada era pequeña, miembro cuya longitud no iba a un hombre de su edad, pues le mediría al menos veinte o veinte un centímetro que me dejo con la boca abierta, no imaginándome a esta persona tan dotada la verdad. Y que esté al verme fijándome en su polla, coge y le da por animarme a hacer lo mismo que él, excusándome con no hacerlo, acabando por justificarme con lo lógico… “sentía vergüenza”.

Pero ante su insistencia, no me quedo otra que finalmente acabar por sacármela, momento en que le dio por cambiar de canal y poner uno de transexuales. Película que cuando me fijé, pude ver que en esta aparecía un chico con rasgos afeminados, comiéndole la polla a un viejo al tiempo que le follan el culo. Y me fije en la casualidad del protagonista, pues era de rasgos muy similares a mí, dándome cuenta que el viejo estaba más atento a mi miembro que a la película. Dándole por decirme…

  • “Sabes una cosa, la verdad sinceramente siempre me has parecido un chico bisexual, ya que es raro el fin de semana que no te veo llegar con una chica, pero que pienso que lo de traer hembras más lo haces para aparentar”.

Y cuando fui a responderle, me vi frenado al sentir como esté posa una de sus manos sobre mi muslo, palma que aprieta y desciende hacia la rodilla, volviendo a ascender sin dejar de mirarme. Continuando…

  • “Pero además tienes todas las papeletas para ser más un chico homosexual por tus rasgos afeminado... que bisexual, aunque eso a la hora de la verdad… ‘tanto monta, monta tanto”.

Dice y continua…

  • “Y ahora que me fijo bien, veo que eres muy parecido al chico de la película”.

Suelta en el preciso momento que se gira un poco más hacia mí, cambiando la mano que tiene sobre mi muslo izquierdo, sustituyendo su mano derecha por la izquierda, y colocar la derecha sobre la parte alta del respaldar del sofá, casi rodeando mi espalda. Y me anima a fijarme en la película, volviendo a decirme…

  • “Pero fíjate… si es igualito que tú, tan guapo y afeminado, pero tú tienes más de ganar, sobre todo con tus cabellos largos”.

Y cuando quise decirle algo al mismo tiempo de hacer el intento de levantarme, momento que siento la presión de su mano izquierda sobre mi muslo, evitando levantarme y notar como retira la goma de mis cabellos (cinta elástica que utilizo para recoger mis cabellos en una cola y mantenerlo sujeto, cosa obvia). Y al verme callado, aunque la palabra es más bien... cohibido, le da por decirme…

  • “Sabes, me lleve un tiempo antes de que falleciera mi mujer, manteniendo relaciones con chicos, y debo confesarte que ella siempre lo supo, pero vi que le daba igual, dándome fuerza para mantenerlas después de que ella falleciera”.

Y viendo que no me da la oportunidad de hablarle, y mucho menos de contestarle, eso por no decir el magreo constante que me estaba dando en mi muslo. Le da por decirme…

  • “Yo soy de esos que busca un chico a ser posible afeminado, me gustan que sean pasivo e incluso algo sumiso, cuya edad sea cuando más joven mejor, pero que me viene bien incluso similar a la que tienes, para que sea mi nena y que me satisfaga”.

Suelta y sintiéndome incomodo, quizás más cuando su mano a ascendido hacia mi miembro, y a pesar de estar flácido, esté no deja de magreármelo. Mano izquierda cuyos dedos le da por introducírmelos hacia mi perineo, mientras siento como la derecha acaricia mi cuello por detrás y desliza las yemas de los dedos por mi espalda… uuummm!!. No pudiendo más y explotar, acabando por decirle a mi vecino…

  • “Perdona que te corrija, pero yo no soy ningún afeminado, y si las causas de mi físico y mi complexión, te han hecho pensar eso... te pido disculpas”.

Le digo y ahora soy yo quien no le permite hablar, continuando por decirle…

  • “Si te ha dado por pensar que lo soy porque me vez depilado, debo decirte que por desgracia el no tener vello alguno tanto en mi cara como en algunas partes de mi anatomía, no es cosa mía sino por un problema hormonal de nacimiento”.

Hombre que calla y me deja hablar, y acabando por aclararle lo de mis amigas, pues le hago saber que con mis amigas no tengo que fingir nada y menos aparentar. Dejándole claro que no soy homosexual y que tampoco soy bisexual, aunque también es verdad que tampoco llegue a decirle que soy hetero.

Persona que sin quitar la película, y menos estar atenta a ella, no pude evitar bajar la vista de vez en cuando, y fijarme como esté continua teniéndola como mástil… uuuffff!!. Y darse cuenta que la miro y callo, esté aprovecha este para decirme…

  • “Sabes yo busco complicidad e incluso respeto, no deseando obligar nada que no quiera o desea, sino... soy más abierto, y deseo que surja por sí solo”.

Se justifica, y sigue diciéndome…

  • “Como lo de hoy, no he tenido nada planeado… y tú lo sabes, porque al final ha sido cosa tuya el venir a ver la película, pero lo demás ha surgido solo”.

  • “Yo solo busco a alguien que quiera ver una película de este tipo conmigo, pudiéndonos pajear llegado el momento, y si hay acuerdo… yo te pajeo a ti y tu si quieres a mí, o al contrario sin hacer ni obligar a nada que no nos guste”.

  • “Y si hay feeling, pues busco esa nenita que quiera mamármela y lo de comérmela bien, no tengo prisa… ya se aprenderá, pero además de polla, quisiera que me comiera los huevos y si es posible el culo, acabando el repertorio por dejarme follarte y finalmente preñarte”.

Ante mi cara de asombro, me dice…

  • “Comprendo por tu rostro que es mucho de asimilar, y que seguramente todo esto es muy fuerte, pero por favor si no te sientes atraído, o no te pica la curiosidad o simplemente no quieres”.

  • “Solo te pido que por favor que, no digas nada a nadie... no lo divulgues, pues pido ante todo discreción, pues como vez soy vecino modélico y deseo que siga así’.

Y fijándose en mi miembro aun flácido, le da por soltarme…

  • “No se te levanta nunca, o quizás no se te levante al estar con un hombre, aunque debo decirte que el momento es muy excitante”.

Dice y sin dejar de juguetear con mi miembro, suelta...

  • “No has pensado que quizás tengas más un problema eréctil... más que un problema de hormonas, aunque quizás tengas razón si me fijo por tu constitución, dado sobre todo tu aspecto tan femenino”.

Y no dejando de hablar al mismo tiempo que lleva tiempo dándose cuenta que, para nada he apartado sus dedos del masajeo que me ha proporcionado en la zona de mi perineo. Dedos que por esos momentos, sentí como se deslizaba en círculos alrededor de mi orificio anal... uuummm!!. Caricias que me hacía sentir un extraño cosquilleo que me hacía estremecer, no pudiéndolo evitar dar señales de sentir placer... uuuffff!!.

Y viéndome que no me muevo del sofá, sigue hablándome, viendo que quizás me pueda llevar al huerto, sigue con sus dedos jugueteando… uuuffff!!. Advirtiendo cómo se atreve a acercarse, no dejando de hablar y sentir su respiración en mi cuello, cuyos labios besan con ternura y me hace estremecer… uuummm!!. Acabando por decirme…

  • “Veo que tengo muchas posibilidades, si quieres pudríamos conocernos mejor o incluso más íntimamente, podríamos mantener relaciones esporádicas, pudiéndote instruirte en este campo poco a poco tan desconocido para ti”.

Le miro y no me lo creo, cuando este hombre toma mi mano y sin decirle nada, y aún más permitiéndoselo, acaba por tirar y llevarla hacia su tronco. Acabando por aferrarme contra ese pedazo de carne dura, sintiendo el calor que transmite y sentirla viva, pues no deja de vibrar… uuummm!!. Continuando este…

  • “Como vez soy un hombre muy viril y como notas… dotado, mi fantasía es encontrar un nene y a ser posible afeminado, no siendo esto necesario pues lo moldearía a mis deseos y antojos”.

Dice y vuelve a besar mi cuello, viendo que es mi punto débil y que por ahí me puede entrar, hace al mismo tiempo que siento su mano derecha acariciar mi espalda sin dejar la izquierda de tallar su polla con mi mano. Sonríe, como viendo que me va pudiendo, continuando…

  • “Deseo tener a ese nene y poderlo convertir, no te digo en una maricona, pero sí que te diría en una crossdreser, algo que gracias a tu figura tan delgada será fácil, y quisiera que te sintieras mujer conmigo, pudiendo cumplir contigo todas mis fantasías de este viejo moribundo”.

Acabando…

  • “Te juro y garantizo que, te hare disfrutar al máximo”.

Y no sé cómo, pero me deje llevar y más aún, cuando esa mano derecha presiona mi cuello, obligándome en cierto sentido a inclinarme sobre su glande. Sentirlo en mis labios y esté deslizarlo, mientras me instruía como debía de actuar, mientras sentía ahora su mano tirar de mi prenda hacia abajo.

Prendas que rápidamente abandonaron mis piernas y cayeron al suelo desde mis pies, sintiendo esas manos curtidas y llenas de experiencias, ascender hasta mis nalgas… uuummm!!. Como le da por chupar sus dedos y acto seguido por juguetear con mi orificio… ooohhh!!, sintiendo como uno de ellos con cierta facilidad me penetra hasta los mismos nudillos, dejando escapar un grito, aunque en verdad era más de placer que de dolor… uuummm!!.

Hombre mayor que se sorprende al sentir como mis labios enfunda su glande, y como poco a poco, aunque con cierta dificultad trago su glande… uuuffff!!. Maduro que sin dejar de hacerme, consigue sacarme la camiseta y dejarme desnudo, cosa que siento que le pone, pues su polla casi desencaja mi mandíbula… uuummm!!. Y en minutos y ahora si con molestias, siento un segundo dedo perforar mi orificio… aaahhh!!.

Y como si nada, coge y me levanta sacando su pollón de mi boca, sintiéndome libre de sus dedos en mi orificio, levantándose él y tras tomarme, colocarme sobre el sofá de espalda a él (no hace falta imaginar mucho más). Escucho primero y siento después como escupe en mi orificio, mientras me acaricia con una mano y besa mi espalda, no esperando que con dos dedos de su otra mano me penetre con violencia, dedos que me follan y en minutos son tres los que entra... ooohhh!!. Siendo el dolor insoportable, intentando como es lógico apartarlo, pero viéndome al sentir como este me sujeta mis muñecas a mi espalda, y me silencia con mi prenda inferior... uuummm!!. Y en minutos, sustituye esos dedos por su glande.... ooohhh!!, sintiendo que me está destrozando, mientras que este no deja de decirme...

  • “Relájate”.

Y su glande me ha entrado ya, sacándolo para volverlo a introducir, una vez tras otra, mientras siento su boca besar, lamer e incluso morder mi cuello... uuuffff!!. Y cuya mano derecha no deja de acariciar mi pecho, pellizcar y tirar de mis pezones, no dejando de decirme...

  • “Tienes tetillas de chica, ¡te las voy a chupar durante horas hasta que te salgan gotas de leche... eeehhh!!”.

No dejando de moverse, sintiendo su polla cada vez más dentro, dándole por soltar mis muñecas y quitarme mi prenda de la boca, manos liberadas que me dio por sujetarme mejor al sofá, soportando con mayor fuerza sus embestidas... ooohhh!!. No dejando de embestirme, clavándomela por completo dentro de mí, mientras llego un momento que unísono gemíamos. Dándole por chupar mi cuello e incluso pezones, diciéndome al oído...

  • "Esta noche eres mi nene, pero no te acostumbres que, desde mañana, serás mi nena, ¡vale putita... ooohhh!!".

Decir eso y sentir cómo nos corríamos, dejando él en mi interior una abundante cantidad de semen a pesar de decir que es muy activo, mientras yo manche su sofá, mancha de lefa que más tarde me toco recoger con la lengua... uuummm!!. Y para resumir, debo decir que esa noche dormí en su casa y en su cama, despertándome por la mañana con una sorpresa, pues llevaba puesto unas braguitas y un camisón. Prendas que no recuerdo en qué momento me las coloqué, y que esté tras darme un ‘piquito’ de buenos días, me soltó...

  • “¿Cuándo prefieres el mañanero, antes o después de desayunar?”.

Dice y me fijo en su verga, cuyas dimensiones eran como recordaba de anoche... larga y muy dolorosa, pero bueno ya os contare. Y antes de dejaros, debo decir hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma.

No me tengo que excusar porque un día me dio por ahí, y desde entonces vivo y disfruto mi vida con pasión, y de una forma de libertinaje, dándome por compartirlo con vosotros como manera de desahogo. Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto).