Viendo una peli X con mis amigas
Una de esas noches, Silvia nos invitó a una fiesta de pijamas en su casa y tras compartir algún porro nos dijo que nos había reservado una sorpresa para esa noche sacó una película X de debajo de una almohada y nos lo mostraba triunfante ante nuestros ojos
Para los que me leáis por primera vez os recomiendo una lectura previa a mis
, donde podréis saber un poco más de mí y donde podréis encontrar algunas de mis travesuras morbosas, mis fantasías y algunos juegos de complicidad que espero sean de vuestro agrado.
En mi último relato “ descubriendo mi cuerpo ” atendí algunas peticiones que recibí preguntándome a qué edad descubrí el sexo, y a la vista del éxito y de las respuestas recibidas voy a desvelaros más experiencias de esa época.
Mi amistad con Silvia me ayudó a superar algunos de mis miedos o temores, al ser un año mayor que yo y su especial carácter, alegre y extrovertida, me trasladaba seguridad y sobre todo nos contagiaba a mi ya mis amigas muchas ganas por descubrir cosas nuevas.
Nuestro tema de conversación siempre eran los chicos, Silvia ya salía con un chico algo mayor que ella y nosotras empezamos a tener nuestras primeras salidas, nada serio por supuesto, pero para nosotras era toda una aventura que luego compartíamos.
Muchas tardes después de clase, nos íbamos las cuatro a casa de Silvia. Ella compartía con nosotras las revistas de su hermano y mientras mirábamos las fotos, ella se hacía la mayor y nos explicaba cómo pajeaba a su novio y nos advertía que había que tener cuidado para que no nos mancháramos cuando llegaba el momento de la corrida.
También era algo habitual que pasáramos juntas la noche del sábado en alguna de nuestras casas. Nuestros padres se conocían y se sentían más tranquilos al saber donde estaban sus hijitas. Lo que no sabían eran cuáles eran nuestros temas de conversación y por supuesto no sabían nada de lo que sucedía en nuestras habitaciones.
Silvia siempre nos tenía reservada alguna sorpresa y cualquier pretexto era bueno para hacer algo especial… en esas noches con mis amigas fue donde probé mi primer porro o donde probé mi primer gin tonic….En ocasiones, nos maquillábamos unas a las otras con los estuches que todavía guardábamos de la “señorita pepis” o con maquillaje de nuestras madres… Nos reímos como tontas al ver nuestros labios de rojo carmín y nos sentíamos mayores al hacer esas cosas.
Una de esas noches, Silvia nos invitó a una “fiesta de pijamas” en su casa y tras compartir algún porro nos dijo que nos había reservado una sorpresa para esa noche… sacó una “película X” de debajo de una almohada y nos lo mostraba triunfante ante nuestros ojos…
Las cuatro estábamos emporradas y reímos con ganas por la nueva ocurrencia de Silvia. Ella misma bajó la luz de la habitación mientras nos acomodábamos en las dos camas pegadas que preparaba para nosotras.
Al poco rato estábamos viendo la película y haciendo bromas ante las primeras escenas que aparecían en la pantalla donde aparecían un grupo de mujeres bañándose desnudas en un río.
Se reían y jugaban con el agua hasta que aparece en escena un grupo de soldados montados a caballo. Los soldados llevaban como única prenda unas pequeñas túnicas con un cinto en la cintura, mostrando descaradamente sus fuertes piernas y brazos. La túnica era tan corta que dejaba paso a imaginar lo que podría ocultar…
Las chicas del río se asustaron al verlos y sus risas dejaron paso a un cruce de miradas retadoras con los soldados…que rápidamente se convirtió en una bacanal de sexo en el río.
Nuestras risas se apagaron cuando empezaron las escenas en las que las mujeres del río utilizaban sus armas de mujer para desarmar a los soldados. Sus manos y sus bocas se movían con rapidez descubriendo que bajo la túnica tan solo guardaban el secreto de su hombría ahora convertida en un juguete en las manos de las mujeres.
Las pollas que aparecían ante nuestros ojos eran de todos los tamaños y colores… pero aun mirando la más pequeña a mí me parecía enorme.
Apenas hacíamos algún comentario entre nosotras excepto los que hacía Silvia que siempre encontraba alguna tontería que decir ante cualquier escena…y que lograba rebajar un poco el ambiente caldeado que respirábamos.
Poco a poco, también ella dejó de hablar y las cuatro nos sumergimos en nuestra propia nube inmersas en las imágenes que se mostraban en la pantalla…
Yo me quedé hipnotizada ante una escena en la que una esclava era entregada a un gladiador… Su cuerpo era como el de un gigante comparado con el de la esclava, y su polla, sin estar erecta, ya me pareció enorme y muy gruesa…parecía un animal dispuesto a comerse a su presa…
La esclava retrocedía al ver a semejante bestia que parecía que nunca hubiera visto a una mujer. Al ver que no tiene escapatoria decide quitarse la única pieza de ropa que llevaba, una túnica semitransparente dejando su cuerpo totalmente desnudo frente a los ojos del gladiador…que ante la belleza de la esclava parece turbado sin saber reaccionar…
Ella entonces se le acercó para empezar a acariciar su cuerpo musculado con sus suaves manos… El gladiador se siente indefenso ante las manos y labios de la esclava, que arrodillada frente a él, le estaba haciendo una mamada desterrando cualquier otra opción que no fuera disfrutar de ese momento…
Yo tenía las mejillas encendidas al igual que me ocurría cuando me ponía calentita en mi casa y sentía ese cosquilleo que tanto me gustaba sentir en la intimidad de mi soledad.
Miré de reojo a mis amigas, había muy poca luz en la habitación, pero Ana Mari y Bea estaban con los ojos bien abiertos viendo como la esclava le estaba chupando la polla al gladiador… Silvia se había colocado de lado dándome la espalda y no pude verla…
El gladiador en ese punto ya se le veía muy excitado y obligando a la esclava a que se pusiera en pie, la volteó en el aire como si fuera un juguete, y la dejó sobre la cama, de cuatro patas como una gatita en celo…
La esclava se dejaba llevar por la fuerza del gladiador y sin resistirse se preparó para ser penetrada como si estuviera esperando ese momento…
El gladiador la embistió, penetrándola con fuerza con su enorme polla. Lo hizo con tanta fuerza que nos hizo estremecer a las cuatro… pero que la esclava respondió con un gemido de placer al que le siguieron muchos más como respuesta a las continuas embestidas del gladiador…
Creí oír un gemido en la habitación o quizás los confundí con los de la pantalla. Mire de nuevo de reojo a mis amigas y me pareció ver la mano de Silvia escondida entre sus piernas… quizás fueron imaginaciones mías, pues yo también sentía la necesidad de sentir mis dedos entre mis piernas…
Me tapé con una sábana y me puse de costado dando la espalda a mis amigas que seguían hipnotizadas con las embestidas del gladiador y los gemidos de placer de la esclava.
Me sentía muy caliente y no pude evitar colar mi mano por debajo de la goma del pantalón del pijama, no sin antes asegurarme que era imposible que mis amigas se dieran cuenta…
Intenté que mi cuerpo pareciera una estatua bajo la sábana y que el movimiento de mis dedos entre mis piernas pasara totalmente desapercibido. Mordía mis labios apagando cualquier gemido de placer y mis ojos miraban a la pantalla llevándome a imaginar que yo era la esclava que estaba siendo follada por el gladiador…
Sentía como mi deseo seguía creciendo y que deseaba sentir esa ola de placer que había descubierto.
De nuevo me pareció oír un nuevo gemido en la habitación, pero no pude prestar mucha más atención porque en ese momento el gladiador se echó hacia atrás, entre profundos gemidos y sacó su enorme polla que no dejaba de sacar chorros de leche sobre las nalgas desnudas de la esclava…
Con esa imagen, tuve un orgasmo entre mis amigas que no creo que se dieran cuenta aunque también creo que no fui la única.
Y con esa imagen tan sensual os dejo hasta un próximo relato…o con mis
Espero que os gusten mis relatos y que me hagáis llegar vuestros comentarios a
lynda.bcn@hotmail.com