Viendo a loli: los mejores momentos.

Siempre me gustó que los hombres mirasen a mi chica con ojos de deseo, y enseguida empezó a atraerme mucho la idea de verla jodiendo con otros hombres. Pero eso era solo una idea, una fantasía. El azar hizo que cuatro parejas, Mari y Alfredo, Luisi y Toño, Cristina y Ramón y nosotros Loli y Jandro, seamos muy amigas y que salgamos juntos. El azar también ha hecho que casi todos los fines de semana nos juntemos, que practiquemos juegos eróticos y que nos intercambiemos de pareja, jodiendo todos delante de todos. Yo estoy encantado con esta situación. Si me gustaba que mirasen a mi mujer no tengo ni que decir que ver como otros la tocan y la joden me gusta aún más. Sí, me encanta ver como cuando vamos a follar va con ropa superprovocativa, y como se morrea con otros, y como la tocan las tetas, y como la tocan los muslos y las nalgas, y como la tocan el coño y como otra polla entra en su raja. Lo que sigue a continuación son impresiones de los mejores momentos de ese proceso, de los momentos que se me han quedado más grabados, de los que me han producido más impacto, de los que me han puesto y me ponen más cachondo. Estos relatos van dirigidos a aquellos que como yo disfrutan viendo como su mujer lo hace con otros, aunque la verdad es que como más disfruto es jodiendo con ella después de haberla visto gozar con otros hombres y recordando y hablando de lo ocurrido. Espero que les guste.

VIENDO A LOLI: LOS MEJORES MOMENTOS.

S iempre me gustó que los hombres mirasen a mi chica con ojos de deseo, y enseguida empezó a atraerme mucho la idea de verla jodiendo con otros hombres. Pero eso era solo una idea, una fantasía.

El azar hizo que cuatro parejas, Mari y Alfredo, Luisi y Toño, Cristina y Ramón y nosotros Loli y Jandro, seamos muy amigas y que salgamos juntos. El azar también ha hecho que casi todos los fines de semana nos juntemos, que practiquemos juegos eróticos y que  nos intercambiemos de pareja, jodiendo todos delante de todos.

Yo estoy encantado con esta situación. Si me gustaba que mirasen a mi mujer no tengo ni que decir que ver como otros la tocan y la joden me gusta aún más.  Sí, me encanta ver como cuando vamos a follar va con ropa superprovocativa, y  como se morrea con otros, y como la tocan las tetas, y  como la tocan los muslos y las nalgas, y  como la tocan el coño y como otra polla entra en su raja.

Lo que sigue a continuación son impresiones de los mejores momentos de ese proceso, de los momentos que se me han quedado más grabados, de los que me han producido más impacto, de los que me han puesto y me ponen más cachondo.

Estos relatos van dirigidos a aquellos que como yo disfrutan viendo como su mujer lo hace con otros, aunque la verdad es que como más disfruto es jodiendo con ella después de haberla  visto gozar con otros hombres y recordando y hablando de lo ocurrido.

Espero que les guste.

Confianzas.

Un día, en casa de Luisi  y Toño, empezamos a ver una película porno. Entre risas y comentarios más o menos cachondos las cuatro parejas empezamos a meternos mano descaradamente, las manos de los hombres anduvieron  claramente por el coño y las tetas de sus respectivas mujeres. Yo estaba maravillosamente alucinado, las tetas de alguna salieron casi al aire, ese fue el pretexto que tuve  para que una teta de Loli saliese al aire del todo y se quedase allí  (yo noté como los otros la miraron bien), las mujeres lucieron  los muslos generosamente y todos terminamos corriéndonos. Todos coincidimos en que había sido muy divertido y muy agradable. Era la primera vez que se daba esta situación.

A mi me impactó muchísimo, a Loli también. Hablamos sobre lo ocurrido y los dos coincidimos en que nos  gustaría que se repitiese. Para mí era la situación perfecta para que mi mujer se luciese totalmente, para que los otros la miraran y la desearan y para que la pudieran sobar muy claramente. Para ella era una situación muy divertida, muy excitante y muy halagadora pues ella notaba que los otros hombres se la comían con la mirada y con ojos de deseo. Decidimos que en las próximas reuniones  los dos íbamos a intentar que jodiésemos unos  delante de los otros.

Y así ocurrió. A la tercera o cuarta noche sucedió algo nuevo: cuando terminamos de joder cada uno con su pareja, nos quedamos todos desnudos, charlando sobre lo ocurrido y  coincidiendo en que es muy agradable joder en compañía.

¡Qué gusto me daba ver a Loli desnuda  allí en medio de los hombres! ¡Era la que estaba más buena y más cojonuda!

Y mientras estamos desnudos  nos movemos de un lugar a otro para coger bebida o algo de comida, decimos y hacemos  bromas sobre como jode uno u otra, como jadea, cómo se agarran  y cosas por el estilo. Y las manos no se están quietas. Con el pretexto de ver como tienen de grandes y de firmes cada una de las mujeres las tetas, todos se las tocamos a todas. ¡Yo estaba más pendiente de las de Loli que de las que estaba tocando! ¡Qué bien se las soban! ¡Qué pellizquitos la dan en los pezones! ¡Qué regusto me da en la polla ver todo ésto!

Y como jugueteando, con el pretexto de ver qué tal de babosito tienen el coño las chicas,  Toño pone la mano en el coño a Loli y le da un discreto sobo. Es la primera vez que se lo tocan. Después de verlo la polla ya se me puso como para echar otro polvo. Y después de Toño vienen Alfredo y Ramón que no se quedan atrás en cuanto a sobo. ¡Y todos tocamos el coño de todas! ¡Cómo disfruto viendo a Loli ligeramente espatarradita dejando que le toquen el coño!

¡Me parece que aquí pronto acabamos intercambiándonos!, dice Cristina.

Nadie dice nada y esta frase me suena a música celestial.

En casa, mientras jodemos otra vez, hablamos de lo ocurrido y de la frase de Cristina.

- ¿Qué te parece eso de intercambiarnos?

- A mi bien. Estos tres amigos están buenísimos y no me importaría nada joder con ellos. ¿Y a ti?

- A mi no me interesa mucho joder con las chicas. Están buenonas y tienen un buen polvo, pero a mi lo que me interesa es verte joder con otros.

- Pero si me ves de verdad luego no te andes mosqueando. ¡A ver si lo dices solo de boquilla!

- No creo que me mosquee. Hasta ahora cuando he visto como te lucías y como te han tocado las tetas y el coño me ha gustado mucho.

- Bueno, pues cuando surja ya sé como darte gusto

- Y de paso también te lo das tú ¿o es que a ti no te va a gustar?

- Imagino que sí. Pero si no fuera por ti creo que no lo haría.

Y Cristina acertó. A la semana siguiente acabamos intercambiándonos. Pero eso viene ahora.

La primera metida.

Esta noche cenamos,  contamos chistes, nos desnudamos y cada uno se pone a joder con su pareja. Loli y yo lo hacemos en el sofá y al lado están Luisi y Toño en la mesa. Terminamos antes que ellos y Toño nos llama bajito para decirnos que sobemos a Luisi. Es la primera vez que nos propone algo así; nos miramos Loli y yo y con un gesto accedemos. Yo sobo las tetas de Luisi  y Loli le soba el clítoris, y al cabo de un poquito me mira, me guiña un ojo y veo como una de sus manos va a la polla y a los cojones de  Toño mientras que con la otra sigue sobando el clítoris a Loli. Es algo que me gusta. Esto se anima.

Toño y Luisi se corren con grandes espasmos y quejidos. Después de unos últimos movimientos, él saca la picha. Dirigiéndose a mi mujer la dice:

- “¡Joder, que bueno ha estao! Nos has sobao de puta madre. Me has puesto la polla a cien y el coño de Luisi a otro tanto. ¡Qué bueno me ha sabido”.

- Solo he sido obediente y he hecho lo que nos has mandao.

- Sí, pero no te había dicho que me tocases los huevos y la picha.

- Como estaban ahí al lado se me ocurrió que a lo mejor te gustaba que te los tocase. No íbamos los dos a tocar solo a Luisi.  ¿O es que te ha molestado?

- De eso nada. Ya te he dicho que me ha encantao.

Acto seguido coge de la mano a Loli y se la lleva al sofá. Yo me quedo con Luisi, sobándola discretamente y mirando, con algo de asombro y curiosidad, lo que está ocurriendo.

Medio se sientan y medio se tumban en el sofá y rápido Toño empieza a tocar las tetas a mi mujer. Y el sobo de tetas no es un sobo normal, no es un sobo como los que le ha dado ya en alguna ocasión mientras jugueteamos. No se anda con chiquitas, le agarra las tetas pero bien. Se las masajea, se las echa hacia un lado y otro y le pellizca los pezones.

- ¡Qué buenísima estás tía! ¡Qué tetas más buenas tienes!

- Sí, sí. Ya veo que te gustan.

- ¿No te importará que te las toque?

- ¿Por qué me iba a importar? No, no. Tú toca.

Y a continuación le dice algo al oído bajito. Ella le responde en del mismo modo, acompañando las palabras de risitas; risitas que ella sabe que me ponen a cien, que me gustan y excitan mucho.

Pronto Toño deja de hablar porque enseguida  ocupa su boca en chuparla los pezones, en mordisqueárselos, en darles unos lengüetazos ansiosos, llenos de deseo. Su polla se empieza a enderezar y la mía también; y  luego ocupa la boca en besar a Loli por el cuello y  continuar con un morreo en toda regla en el que uno al otro se meten la lengua hasta dentro.

Pero el cabronazo no se conforma con eso, sino que la echa mano al coño y se lo empieza a sobar a base de bien. Mi mujer me mira con una mirada picarona, me sonríe y relamiéndose con un gesto de picardía, se espatarra lentamente para facilitarle la labor. ¡Lo que veo cada vez me gusta más! El tío no pierde el tiempo: por arriba la morrea, la besuquea las tetas, le chupa y mordisquea los pezones, la besuquea por el cuello y le soba una teta con una mano; por abajo la toca el chocho con la otra mano y la va echando una pierna por encima. ¡Cómo siga así termina montándose encima de ella!

Si a mi me gusta lo que está ocurriendo parece que a Loli también. Los sobos en el chocho van produciendo su efecto. De vez en cuando da “tripazos”, y pone sus morritos característicos de cuando se va excitando.  Toño tiene su  polla tiesa, encima del muslo de mi mujer; ella se la agarra y empieza a sobársela de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba como si le estuviera haciendo una paja a cámara lenta. De vez en cuando le acaricia los cojones.

¡Vaya sobo que se están pegando! ¡Este cabrón bien que la disfruta! Una de las veces en que  la mete los dedos por el coño ella lanza un quejidito de dolor y le dice bajito:

- ¡Ten cuidado! ¡No seas bruto! Deja de meterme los dedos y ándame por la porrita.

- ¿Y cómo quieres que te ande?

- Con cuidadito, con mimo. No a lo bruto.

- ¿Te doy pellizquitos así, suaves?

- Sí, así. Pero cállate y no hables tanto.

La polla de Toño está tiesa, tiesa. Loli la sigue acariciando. Con este sobo que se están pegando mi esposa tiene una cara de salida que no puede con ella. Poquito a poco, como el que no quiere la cosa, mi mujer se va tumbando en el sofá y él, también poco a poco, se va montando encima de ella. Llega un momento en que ella, totalmente espatarrada, le tiene encima, le suelta la polla y le abraza. La mano de él también abandona la raja de mi esposa. Se abrazan y se besan. Mi polla se   imagina lo que va  a pasar y está en la gloria. Va a reventar de gusto. En el coño de Luisi encuentra donde calmarse un poco.

El tío empieza a darse un restriegue fenomenal por todo el cuerpo de ella. Restriega el pecho contra sus tetas, la mordisquea y besuquea por el cuello y tetas, restriega su polla por su coñito, la soba los muslos, ¡vamos, que no deja un sitio sin catar! ¡Y ella no hace ascos! ¡Menudo que le abraza y menudo que se mueve ella también para restregarse más y mejor!

Y poquito a poco el hijo puta empieza a concentrarse en el chichi. Empieza a restregar lentamente toda la polla entre la entrepierna de Loli. Y lo hace una vez y otra y otra, y lo hace hacia arriba y hacia abajo, y lo hace  hacia un lado y hacia otro, y el cabrón lo hace con una calma y con un gustazo que casi me corro de gusto sólo de verlo. La pelvis de Loli no se está quieta, con sus movimientos creo que procura que los de Toño sean más eficaces y gustosos para ella. ¡Qué gozada ver ese restriegue tan largo, tan intenso!

¡Ellos disfrutan, pero yo no me quedo atrás! En un determinado momento mi mujercita me mira, me dirige una sonrisa picarona y picaronamente me hace un guiño y se relame los morritos. Yo le correspondo con otro y con una mirada  y un gesto indicativo hacia mi polla ¡está para reventar! ¡Es la mejor manera que tengo de decirle que me está encantando lo que está haciendo!

Llega un momento en que Toño separa un poco su cuerpo del de ella y puedo ver como su tiesa polla empieza a buscar la entrada del coño de mi mujercita. Se separa, se mueve un poquito hacia un sitio u otro,  empuja suavemente y así lo intenta una y otra vez. Parece que no tiene prisa. Loli empieza a ayudarle moviéndose ella también. Están así un ratito. La polla aparece y desaparece una y otra vez entre los muslos de Loli en su intento de meterse en el chocho. Yo espero que él o ella la agarren  y la lleven al sitio indicado, pero no es así. Insisten en el juego que vienen haciendo. Mis ojos no se apartan de la polla de Toño. Ahora no me interesa si le toca las tetas, los muslos o el culo. Ahora lo único que me interesa es ver como su polla entra en el chocho de Loli. Ahora lo único que me interesa es ver donde va la picha.

Una de las veces veo como la polla desaparece entre los muslos y no vuelve a aparecer. Veo como la pelvis de él se  queda pegadita a la de ella y no se separan. No he podido ver si le ha entrado la polla, pero me imagino que ahora ha acertado y se la ha metido hasta el fondo.

- ¡Uff! ¡Por fin te la he metido! ¡Qué ganas tenía! ¡Qué raja más rica tienes!

- ¡Aaaah! ¡Qué gusto! ¡Qué polla más rica tienes!

- ¿Te gusta como te la he metido?

- ¡Sí, sí, pero calla y sigue así!

Mi deseo de que en la raja de mi mujer entre otra polla se ha cumplido.  ¡Por fin se la han metido! ¡No sé como mi polla no revienta de gusto!

¡Cómo la jode el cabronazo de Toño!  El rabo de este mariconazo bien que saborea el coño de mi mujer, tan suavecito, tan babosito y que sabe agarrar el capullo de una manera que es una delicia. Unas veces le da pollazos amplios, sacándola y metiéndola casi del todo, con calma; otras veces la deja totalmente metida y mueve el culo hacia arriba y abajo; y siempre disfrutando del cuerpazo de la hembra que tiene debajo. La agarra por un sito, por otro. Le pone las manos en la cintura, en los muslos, en el culo, en las tetas. Disfruta de hembra pero bien. Y mi hembra, que ya no es sólo mía, que ya ha probado otra polla,  bien que disfruta de macho. Se abre bien de piernas, las sube hacia arriba, le abraza por la cintura, le pone las manos en las nalgas, aprieta bien  y mueve el chocho a su manera.

¡Cómo joden! Están mucho rato haciéndolo. Como habíamos estado jodiendo hacía poco no se corren enseguida. Pero cuando se corren, ¡hostias, como lo hacen! Mi mujer cierra los ojos, al principio  pone el morrito característico de ella en esa situación y luego abre la boca y  jadea y vocea con una intensidad como pocas veces la he visto hacerlo.

- ¡Aaaah! ¡Síííí! ¡Asííí! ¡Aprieta más! ¡Másss!

- ¡Uuuf! ¡Toma toda la que tengo! ¡Toma!

- ¡Síiii, así! ¡Métemela más! ¡Apriétame bien! ¡Asiii, así!

- ¡Aaah cabrona! ¡Qué buena estás!

- ¡Sigue así, asii,  aprieta más!

- ¡Toma, toma, zorrona! ¡Qué estás más buena! ¡Toma!

- ¡Anda, dame bien cabrón! ¡Aprieta más! ¡Dame más! Ssiiii métemela más, más! ¡Ahhhh, ahhh, ahhh

- ¡Tómala toda zorrona! ¡Tenla! ¡Toma! ¡Ufffff! ¡Aaay quee riica estáss!

Y cuando se está corriendo Toño se apoya  sobre sus brazos y aprieta la polla con ganas contra el chocho de Loli  y le da unos cuantos pollazos con energía.  Luego se deja caer sobre ella y se está moviendo con calma un rato ¡Menudo gustazo que le debe dar joder a Loli y echarle la leche dentro!

Pero el cabrón no la saca tan rápido como se la había sacado a su mujer. Se está un buen rato encima con la polla metidita y moviéndose lentamente. Imagino que está saboreando el chochito tan suave y tan rico que tiene mi Loli. Y el mamonazo se está así hasta que la polla se le arruga y se sale sola.

¡Qué bien la disfruta el cabrón! ¡Lo hace hasta el último momento en que está sobre ella! Además de  disfrutar del chochito de Loli  hasta que la polla se le sale sola, el  mamonazo bien que disfruta restregándose contra las tetas, restregándose contra la tripita, morreándose y  metiéndole la lengua hasta que ya no tiene más.  Y ella parece que no le hace ascos.

Pero este tío la tiene ganas de verdad. Cuando ya se le ha salido la chorra y la tiene toda arrugada no se levanta y se va. Se queda al lado de Loli, bien arrimadito a ella, acariciándole un muslo, una teta, la barriguita, el chochete y dándole besitos en los morros, en una teta, por el cuello.

- ¡Qué buena estás tía! ¡Qué ganas tenía de joderte! ¡Que bien me ha sabido!

- A mi también me ha sabido muy rico, qué quieres que te diga.

- ¡Qué buenas tetas tienes!  ¡y que coño!

- ¡Pues tu rabo y tus huevos tampoco están nada mal!

- Estás tan rica que ya estoy pensando en cuando volveré a joder contigo.

- Todo llegará, todo llegará. No seas ansioso ni impaciente.

A Toño le ha debido dar tanto gusto que no debe querer desperdiciarlo, y mientras habla,  toca o se morrea con Loli se soba la punta de la polla para aprovechar el último regusto. Y esto se debe pegar pues Loli tampoco hace intención de moverse y bien espatarrada  sigue sobándose con mimo su clítoris.

Pero si a este cabrón  le ha dado gustazo joder a mi mujer, yo creo que a mi me ha dado más ver como la ha  jodido.  Mi polla ha estado todo el tiempo a reventar. Seguro que Luisi se ha ido bien contenta, pues polla tiesa no la ha faltado.

Ya en casa, a solas, Loli con voz mimosita me dice:

- Este bruto de Toño poco a poco se me ha ido  echando encima, y cuando me he querido dar cuenta ya  no he podido quitármele, y poco a poco, como a lo tonto ha empezado a restregarse contra mi y a abrirme de piernas y al final me ha metido la picha.

- Ya, ya lo he visto.

- ¿No te importará que me haya echado un polvo? ¿Has disfrutado viéndome con él encima?  ¡Yo lo he hecho sobre todo por ti!

- ¡Huy, no, chata! Me ha gustado mucho. ¿Y a ti?

- No ha estado nada mal. Es muy agradable. Es una experiencia nueva y diferente a hacerlo contigo.

- ¿Y en qué se diferencian?

- Pues en que contigo lo hago porque te quiero y hoy con éste por el placer del sexo y por darte gusto.

- Pues el próximo sábado repetimos ¿no?

- ¡Sí, sí! Por mí sí. A mí no me importa. Me ha dado mucho gusto y es muy agradable.

Mi gran fantasía sexual y mi gran deseo se han cumplido. Ya he visto como joden y como gozan con mi mujer. De ahora en adelante podré seguir disfrutando de tan maravilloso espectáculo.  ¡Ah!, y me imagino que ella también goza.

Ya seguiré contando más de estos goces y disfrutes.

Jandro.