Viejo asqueroso
Soy una ama de casa, común y corriente, dedicada completamente a mi marido y a mis hijos, acabo de pasar por un hecho por demás traumático pero creo que ha marcado mi vida, más no sé si para bien o para mal.
Viejo asqueroso
Soy una ama de casa, común y corriente, dedicada completamente a mi marido y a mis hijos, acabo de pasar por un hecho por demás traumático pero creo que ha marcado mi vida, más no sé si para bien o para mal.
Como ustedes saben la situación del país no permite que vivamos desahogados, todos tenemos problemas económicos, nosotros tenemos una casa modesta, con los muebles necesarios, pero un día, pasaron vendiendo unas mesitas encantadoras, el vendedor obviamente al ver que me gustaron hizo su labor de convencimiento para que me quedara con ellas, mi marido es muy cuidadoso en asuntos de dinero, pues sabe que para que podamos salir adelante con 3 hijos y sin pedirle nada a nadie pues así debe de ser, no le gusta comprar nada en abonos y menos algo que no es realmente necesario, pero también le gusta complacerme, aunque sea en las cosas más simples, como sé lo que batalla para ganar el dinero no me aprovecho de eso, pero como toda mujer, quiero tener mi casa bonita, total, que no dijo nada y acepto el hecho, de todos modos ya estaban las mesas ahí.
A partir de ahí cada 15 días iba un muchacho de una motocicleta a cobrar el abono de las dichosas mesas, era un niño muy amable, como de 22 años, he de decirles que yo tengo 42 años, tengo 3 hijos, todos aquí en casa salen muy temprano hacia sus escuelas y mi marido a la oficina, no regresan hasta como las 2 de la tarde y mi marido hasta la noche, así que siempre que podía me ponía a platicar con alguien, las vecinas, el que toma la lectura de la luz, pero siempre de forma respetuosa, mi manera de vestir es muy recatada, así que nunca nadie me ha faltado al respeto de ningún modo, menos el niño de la motocicleta porque yo podía ser su mamá. No faltaba el día que me pidiera agua y me preguntara alguna cosa trivial, que si no trabajaba, que cuantos hijos tenía, que si el calor, era muy agradable, así que no vi maldad en sus preguntas.
Sucedió que un día no fue él por el abono, llegó en la motocicleta otro hombre, como de 60 años, alto, macizo, ni flaco ni gordo, pero de una mirada que me hizo sentir como si estuviera desnuda, algo arrugado de la cara, moreno, de bigotes horribles, entrecanos y medio amarillentos como si fumara mucho, mientras regrese por el dinero sentí claramente su mirada en mi espalda, en mis posaderas, no sé porqué, pero casi sentí que me las tocaba, fue una sensación de asco, de coraje, pero a la vez mi cuerpo sintió algo contrario a lo que mi mente me decía, sentí un chorro de mis líquidos salir por mi vagina, oh! ¿Cómo podía ser eso? Regrese rápido le dí el dinero y se tardó una eternidad en anotar el abono, en cuanto me dio mi tarjeta cerré la puerta, como queriendo cerrar las sensaciones que me provocó.
Para la siguiente quincena ya había olvidado lo sucedido, puesto que no volví a pensar en ello, en ningún momento, esa mañana nos levantamos tarde, la noche anterior festejamos el cumpleaños de mi hijo mayor con una sencilla cena, nos desvelamos un poco y nadie se acordó de poner los despertadores, mi reloj fisiológico me despertó pero ya era tarde, fue todo un escándalo, bañarse, preparar los desayunos, los lonches, el correr de aquí para allá, cuando todos salieron me di cuenta, que la única que no se baño fui yo, que andaba aun con la bata de dormir, estaba sentada en una silla, casi tirada, viendo el caos en que se había convertido mi cocina, pensando por donde empezar, decidí ir a bañarme, que rico me cayó el agua fría, en este tiempo amanecen ya los días calurosos aun a esa hora de la mañana, pero mas rico porque me hizo despertar totalmente, al acabar me di cuenta que no había llevado ropa para cambiarme, eche mi ropa interior en el cesto de la ropa sucia y me puse mi bata encima, al fin nadie llegaría y además no era una bata transparente, ni sexi, era de franela, me quedaba exactamente si acaso un dedo arriba de las rodillas, así que no me sentía desnuda, no quería perder tiempo y me dirigí a la cocina a recoger todo.
Apenas acaba de lavar los trastes cuando oí el timbre, ¿Quién sería? Era muy temprano, que molestia sentí, tenía mucho quehacer no podía perder tiempo, fui a ver quien era cuando abrí la puerta me encontré con esos ojos asquerosos, me estremecí, en ese momento si me sentí desnuda ante esa mirada libidinosa.
El abono de las mesas señora. Lo dijo sonriendo.
Permitame un momento, lo dije de la manera más seria que pude.
¿Podría regalarme un vasito de agua por favor?
Claro. Lo que me faltaba, yo quería que se fuera inmediatamente. Me dirigía a mi recámara cuando me desvié a la cocina, mejor primero le doy el agua, así mientras se la toma voy por el dinero y no tengo que estarlo viendo, estando en la cocina oí que se cerró la puerta, ja, que bueno, que se quede ahí un rato afuera, al dar vuelta tire el vaso de agua al suelo, no esperaba verlo dentro de mi casa!!
No te asustes chiquita, ¿no me digas que no ibas a invitarme a pasar?
¿Qué le pasa viejo estúpido? ¡Salga de mi casa o llamo a la policía!
Y ¿Qué les vas a decir? Diciendo esto se acerco y me tomo de la cintura, no soy una mujer delgada, pero tampoco gorda, soy del tipo de mujer que volvía locos a los hombres en los 60s llenita de carnes pero todo en su lugar, tetas grandes, nalgas redondas y paraditas y cintura ceñida, piernas de muslos llenitos, y nada de panza a pesar de los hijos, por eso al tomarme entre sus brazos me rodeo completamente.
Suélteme, grite con todas mis fuerzas tratando de pegarle, y en el forcejeo la bata se fue para arriba, sus manos estaban en mis nalgas.
Ves, si tu hablas a la policía yo diré que siempre me provocabas, ya ves, no traes ropa interior, eso sólo lo hacen las putitas como tu.
No, no es verdad sólo me acabo de bañar y.... no me dejo terminar la frase
Ah que rico, tu coñito esta limpiecito, para comérmelo todo. Cuando dijo eso otra vez sentí que algo me escurría de adentro de mis entrañas, mi cuerpo me traicionaba.
Auxilio!! - Grité con todas mis fuerzas, pero me dio una cachetada que casi me hace perder el sentido, tomo un cuchillo de la mesa y me lo acerco a mi cara.
Mira putita, yo sólo quiero darte placer, serás buenita conmigo y todos contentos, pero si tu dices algo a la policía, yo diré que siempre me provocas, a ver que piensan tus hijos y tu marido de eso. Si eres complaciente conmigo no diré nada y todos en paz, aceptas? Yo sólo atiné a mover la cabeza aceptando esa propuesta, no tenía otra salida. Me llevo hacia una recamara, abrió la puerta y vio las camas muy pequeñas, me llevo a la siguiente y me dijo:
¿Esta es la recamara donde te coge tu marido?
Sí, esta es mi recamara.
Mmmm que rico mamita, aquí mero serás mía. -Me volteo hacia él y de un tirón rompió los botones de mi bata dejándome desnuda frente a él. Ay chiquita, así te imaginado siempre, tengo 15 días jalándomela pensando en ti. Me aventó a la cama y comenzó a desvestirse, se quito la camisa dejando salir un pecho aun fuerte aunque todo lleno de bellos blancos, y algunas arrugas, sentí deseos de vomitar, en eso se desabrochó el pantalón y saltó un miembro grande y grueso, abrí los ojos completamente, jamás pensé que alguien pudiera tener una verga de ese tamaño, se veía brillosa de la cabeza, señal de que estaba ya deseoso de metermela.
Ja ja ja, - voltee a verlo por los ojos que pusiste mamita se ve que nunca habías visto una como la mía, ¿te gusta? preguntó- con la cabeza le dije que no. Enseguida se echo encima de mi, con su cabeza a la altura de mi monte de venus, metiendo la nariz completamente entre mi mata de vellos, no soy una mujer velluda pero como no me depilo ahí si tengo un monte bastante pachoncito. Mamita con lo que me excitan las viejas peludas!! Y que comienza a lamerme. Pero mi vida si tu también ya me traías ganas mira como estas de mojadita. Era cierto, con todo y el asco y el miedo que sentía mi cuerpo estaba reaccionando a lo que sucedía. El sentir la lengua ahí hizo que abriera más mis piernas para recibir toda su lengua. Te esta gustando verdad? Desde que vi ese culo que te cargas me di cuenta que eras una puta encerrada en un cuerpo de señora seria. Me enderece ayudada de los codos para ver como metía su cabeza en mi panocha, no es que mi marido no me lo hiciera, pero era de una forma más tranquila llevándome suavemente al orgasmo con su lengua, pero este tipo no, se quería comer todo, hacía que mis piernas temblaran, mi cabeza cayo hacia atrás con un grito de placer.
No te reprimas mamita, grita, jálame los pelos, disfrútalo, ¿quieres que te siga comiendo la panocha?
Sí, oh si, más. -No podía creer lo que estaba diciendo, mi mente ya no reaccionaba, era mi cuerpo el que respondía. El viejo asqueroso tenía abiertos mis labios vaginales y paseaba su lengua por toda mi pucha, lamiendo y relamiendo mi clítoris y cada que hacía eso todo mi cuerpo temblaba. Dejo de hacerlo y gruñi.
Calma mamita, ahora vas a disfrutar más. Se puso de pie y se subió arriba de la cama, abriendo mis piernas. Qué vista! Que rica se ve tu panochita abierta y toda mojada.- Diciendo esto y colocó la cabeza de su miembro en la entrada de mi vagina. Ahora vas a saber lo que es un macho mamita. ahhhh, me enterró toda su verga de un solo golpe. Chiquita, se te fue toda. Comenzó a moverse de una forma rítmica, deliciosa, haciéndome gemir que parecía perra en brama, cualquiera que me hubiera escuchado no creería que estaba siendo violada, pero ¿ lo estaba? El viejo se acostó arriba de mi hasta alcanzar con su boca mis tetas, me las mordisqueo, me dolía!!
Por favor, me duele, despacio. me hizo caso y las lamió, utilizando sólo la lengua, cuando sentí un chorro que me escurría dentro de mi vagina, pero no fue él, era yo.
Cabrona puta, te viniste, sentí el chorro caliente en mi verga. Deja pruebo tus mieles y sacándome su palo se bajo a lamerme de nuevo, que asqueroso pensé yo, pero mejor no lo hubiera pensado porque venía algo peor para mi que nunca lo había hecho, se paro y me beso, su boca tenía un sabor algo agrio y a la vez dulce, eran mis jugos. Prueba tus juguitos zorrita, estas deliciosa, y seguía besándome, no podía creerlo, yo estaba reaccionando dándole mi lengua y lamiendo sus labios, quitándole todo el sabor de mi panocha. Ahora vas a limpiarme la verga pendeja. Me puso su miembro en la boca y no lo pensé siquiera la lamí como jamás lo hice con mi marido, muchas veces mi marido me pidió que lo hiciera y sólo la metía y la sacaba de mi boca, pero ahora era diferente, quería comérmela, la lamía, la chupaba, incluso la mordí, me gane una cachetada de ese viejo asqueroso.
Cuidado estúpida, que quieres arrancármela? Mámala bien. La seguí mamando cuando vi que la puerta de la recámara se abrió. Me paralice, pensé que era mi marido o mis hijos y me encontrarían con la boca llena de verga!! Pero no, era el muchacho de la motocicleta, el otro cobrador.
Te dije pendejo, que estas señoras recatadas son las más necesitadas de verga, mira como la tengo con el hocico lleno. Yo no sabía que hacer, lo tenían planeado, pero ya era muy tarde el joven se empezó a desvestir también mientras el otro le decía, cógetela, tiene la panocha apretadita y bien mojada, se viene bien rico, mientras que a mi me siga mamando. No ví la verga del joven, pero sentí cuando me la metió, parecía que nunca había cogido, lo hacía de forma desesperada, esos movimientos hicieron que dejara de mamar, para empezar a gemir con todas mis fuerzas, me estaba llevando a un orgasmo, nunca lo había tenido así de esa forma, eran unos movimientos deliciosos, cuando grite más fuerte, sentí una explosión en mis entrañas, me vine a chorros pero también el chico se vino, su leche estaba hirviendo, era mucha la que le salió, se me empezó a escurrir hacia el culo. Claro que esto fue bueno porque el viejo se acostó en la cama y me jalo hacia él, me puso de ladito y me abrió las nalgas, nooo, yo jamás había sido penetrada por el culo.
No te preocupes mamita, no te va a doler y te va a gustar. Puso la cabeza en mi pequeño orificio, iniciando movimientos leves de entrada y salida sin meterla realmente, el muy cabrón sabía lo que hacía porque empecé a relajarme, mientras el joven se puso delante de mi para besarme las tetas, el pecho, el cuello, la boca, era una sensación indescriptible estar entre dos hombres, la boca del joven me gusto mucho, suave, carnosa, de una lengua rica y traviesa, cuando un grito escapo de mi boca, me había desvirgado el culo el viejo asqueroso, era un dolor muy fuerte, sentía deseos de ir al baño, algo me rasgó dentro de mi ano, pero él no se detuvo, siguió metiéndomela toda, me abrió más las nalgas y yo a gemir más. Era otro tipo de orgasmo el que me estaba haciendo sentir, jamás pensé en tener la verga en mi culo, pero lo estaba disfrutando, mientras el joven importándole poco que tenía la panocha llena de su semen comenzó a lamerme mi pucha, yo estaba llegando al cielo con una lengua en mi panocha y una verga en el culo.
¿Quieres sentir dos vergas dentro de ti putita?
Oh si, por favor, si, quiero las dos. el joven se acomodo en la cama y yo sin ningún pudor me subí encima de él, cabalgando de inmediato, estaba muy caliente, muy excitada de tener el mando, de darme placer yo sola, cuando sentí que me jalaron los cabellos.
Cálmate puta culera, no te muevas hasta que te ensarté mi verga. El viejo asqueroso me trataba como una puta, pero lejos de sentirme mal me excitaba, ahhhhh, me dejo caer toda su verga en mi culo, me volvió a doler, pero al sentir que el niño que tenía abajo se movía volví a hacerlo yo, que delicia, sentir dos vergas en mi, el viejo me lamía la espalda el cuello sin dejar de mover su verga en mi culo. El joven chupaba mis tetas de una manera suave, deliciosa, después me decía, ay seño, siempre fue mi sueño tenerla bien ensartadita de mi verga, pero usted ni un lazo me echaba, eso hizo que me escurriera, él sintió cuando lo llene de mis jugos y él no pudo soportarlo y se vino también. El viejo empezó a moverse más rápidamente y me lleno mi culo de leche. Las vergas se hicieron flácidas y salieron de mi cuerpo todas llenas de leche.
El joven seguía besándome toda. Pero el viejo le dijo, - vístete pendejo y vámonos, la otra quincena te la podrás coger tu solo, a lo mejor te pide que vengas por abono cada semana, jajajaja, se vio que le encanta la verga a la muy cabrona. Me dejaron ahí, toda llena de leche, desnuda, con mi culo y mis tetas adoloridas. En ese momento me puse a llorar, ¿como pudo pasar? Deje que me trataran como una ramera, me fui a bañar y al lavarme mi vagina para quitar todo resto de semen, sentí mi clítoris aun duro, aun estaba caliente yo, tuve que masturbarme rico, para descansar, no había llenado, lo hice pensando en el joven, pero me vine cuando recordé como me excito el viejo asqueroso con su lengua en mi panocha. Al terminar fui a la sala y vi mi tarjeta con el abono anotado, pero nunca les di el dinero. Me puse a limpiar la casa después a preparar la comida, pero ahora estoy deseosa de que sea la quincena, aunque debo confesar que si viene antes, no podré resistirme y lo volveré a meter a mi recámara.