Videogames and rock and roll 2: 01

Kevin ha conseguido huir de su cautiverio en Navidad, pero... No es que esté muy bien de la cabeza, ¿qué pasará ahora? No se lo pierdan...

¡Feliz navidad a todos! Aquí estreno el episodio especial de navidad de este año. Este año le toca el turno a Videogames and rock and roll! El año pasado lo hice de ¿Amor o Maldición? pero esa serie se acabó, aunque ahora que lo pienso también inauguré la temporada con un especial de navidad. Espero que esta serie no corra la misma suerte que aquella. Bueno, sin más dilación, aquí tenéis el primer episodio de Videogames and rock and roll!: Kevin’s revenge.

Si queréis, podéis comentar a través de email a la dirección de correo:

latumbadelenterrador@gmail.com

Videogames and rock and roll!:

Kevin’s revenge

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Un relato del Enterrador

KEVIN

10 interminables meses habían pasado desde que me metieron en aquel asqueroso agujero… Nadie vino a buscarme, nadie vino a ayudarme. Je… Supongo que a nadie le importaba realmente. ¿Qué más daba que un asqueroso friki muriera? Pues ahora ese asqueroso friki estaba muerto. Yo había renacido en su lugar, y me encargaría de equilibrar un poco todo el mal que había pasado.

Salí por la puerta como si nada, y los guardias intentaron atacarme. Sin apenas inmutarme, les reventé la cabeza a todos con el bate de béisbol. ¿Para qué definir el asqueroso estado en el que quedó su cráneo? Solo diré que parecían un pastel atropellado

Ninguno de los guardias supuso una amenaza verdadera. El verdadero problema vino cuando me apuntaron con pistolas. Si, he sufrido una transformación sorprendente y tal, pero no soy Iron man, si me disparan me muero.

Cuando me apuntaron miré los cuerpos que había dejado atrás. Una sonrisa se dibujó en mi rostro y rápidamente corrí a cogerlos. El guardia comenzó a disparar, pero solo destrozaba la carne de su antiguo compañero muerto. No pude evitarlo, aquello me pareció tan poético… Tan hermoso… No pude evitar reírme.

-¡Hijo de putaaaaaaaa!-gritó el guardia disparando con todas sus fuerzas.

-¡Jajajaajajajaja! Vaya… Si te cargas la carne el funeral va a ser bastante asqueroso-sonreí.

Se quedó sin balas y le tiré el cuerpo de su amigo a la cabeza, cayeron ambos al suelo y salté sobre la cabeza del que estaba vivo. Sonó un “crack” y me pareció mejor no pararme a comprobar su estado.

-Genial… Los zapatos se me han llenado de sangre-suspiré.

-¡Ahí está!-gritó un guardia al final del pasillo.

-Tsk…-chisté.

Empezaron a dispararme entre varios, así que cogí los dos cuerpos que acababa de matar y colocándomelos en la espalda como chaleco antibalas, corrí en la dirección contraria.

No tardarían mucho en alcanzarme, como ya he dicho antes, no soy flash… De repente encontré una puerta interesante: “sala de explosivos”. Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Miré a los cuerpos que llevaba a la espalda y les dije:

-¿No es genial, muchachos? Nos sonríe la suerte-me reí-¿Mmmm? ¿Cómo? ¿Que no me saldré con la mía? Jaja… ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

Le pegué una patada a la puerta y los dos guardias que estaban dentro me miraron sorprendidos. Sin darles tiempo a reaccionar, les reventé con el bate. Cogí las pistolas de sus cuerpos sin vida y cerré la puerta.

-Veamos… ¿Esto cómo va?-dije pensativo-¿No podrían venir unas instrucciones tipo: “pulse aquí para matar”? Bah, haré lo que vi en la tele, aprieto el gatillo y punto.

Los guardias que me perseguían estaban ya cerca, así que me senté en un rincón con las pistolas apuntando hacia la puerta, rodeado de bombas y explosivos.

La puerta se abrió de una patada, pero antes de que pudieran ver donde estaba les disparé con todas mis fuerzas. Sus cuerpos se agujereaban por segundos, la sangre no paraba de brotar de esos agujeros, y su cuerpo quedaba destrozado.

-¡Esto es muy divertidoooooooooooooooooo!-grité disparando sin control.

Una vez habían muerto todos cogí un par de bombas y salí al pasillo de nuevo. Corriendo llegué hasta el fondo, así que supuse que ese sería un buen lugar para salir, coloqué la bomba y salí corriendo. Una explosión destrozó parte del ala oeste del edificio. Comencé a oír gritos, pero los ignoré. Corrí al agujero en la pared y vi que estaba en mitad de la ciudad. Estaba nevado… El suelo solo estaba a un par de plantas, si me tiraba bien podía sobrevivir

Cogí varios cadáveres de guardias y los tiré a ver si aguantaban. Algunos se rompían algún que otro hueso, pero como el conjunto de cuerpos estaba abajo, saltaría sobre ellos y no me rompería nada. Así fue como salté sobre los cuerpos, no me hice nada, por supuesto… ¡Soy el protagonista de este relato! No puedo morir. Andé tranquilamente para largarme de allí. Miré hacia atrás y sonreí. Después el edificio explotó por la bomba que había colocado unos minutos atrás.

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Capítulo 1: Pesadilla vengativa antes de Navidad

MAX

Navidad… Nunca me ha gustado esa época. Desde que era un crío. Es la época del año en que todo el mundo desprende felicidad, ofrece regalos, finger ser buena gente, asqueroso

No sabía dónde estaba Kevin… La furcia esa, Melanie, me dijo que la última vez que lo vio fue al lado de una fábrica a las afueras de la ciudad, pero que se fue. Yo no era gilipollas, le llevarían a esa fábrica para pegarle, pero ya le haría pagar por eso… De momento no tenía nada

Los sucios cerdos que la secuestraron eran los guardias de Giovanni. Me envió una carta diciendo que si pagaba la deuda de mis padres lo soltaría, pero no fue así… Le hice una transacción a la cuenta que ponía en la carta, pero no me devolvieron a Kevin.

Y para colmo unos meses después de escaparme, el travesti me encontró y me obligó a volver al trabajo. No pude seguir buscándolo, pero qué más daba… Probablemente estaría muerto

-¡Maxyyyyyyyyyyyyy! ¡Prepárate para tu concierto de Navidad!-gritó Nicolás.

-Odio estas cosas… Siempre los hacía Cock, pero ahora que está fuera de servicio me toca a mí…-suspiré.

-Oh, Maxy. Ya verás como se te pasa todo cuando tires un par de condones con lacito para tus fans-sonrió el travesti.

-Vaya regalo de navidad… Furcias…-suspiré de nuevo.

-Últimamente suspiras mucho, Maxy. ¿Es por ese criajo muerto?-amplió su sonrisa.

-¿A ti qué te parece?-le atravesé con la mirada.

-Está muerto. Acéptalo y deja que yo te dé el placer que él ya no puede darte-me guiñó un ojo.

Suspiré más profundamente.

-5 minutos, cariño-se fue dejándome solo en el camerino.

Aunque quisiera escaparme no podría, hay guardaespaldas míos por todas partes. No podía buscar a Kevin… Pero seguramente ya no habría nada que encontrar

-¡Aaaaaaagh! ¡No me gusta este tono depresivo! ¡¿Qué me importa a mí ese?! ¡Soy Max Cool! ¡No necesito a un friki asqueroso!-grité autoconvenciéndome.

-Uuuuh…-soltó el travesti desde la puerta-¿Vas a llorar, Maxy?

Me giré para mirarle y reírme, pero… Algo raro pasaba. No pude. Al girarme, noté algo raro, algo en el pecho. Como un “crack”. No… No podía ser… ¡Estaba llorando! ¡MAX COOL ESTABA LLORANDO!

El travesti suspiró y se acercó a mí.

-Eres patético-me agarró de la barbilla.

-¡Cierra la puta boca!-grité llorando.

-Ahora te has convertido en lo que siempre has odiado… Un llorica-dijo lamiéndose la mano.

-(Creo que ese gesto era innecesario…) ¡No! ¡Jamás había llorado! ¡Ni cuando me abandonaron mis padres, ni cuando murió mi guardaespaldas! ¡Nunca!-grité indignado.

-Maxy…-susurró-No me importa. Sal ahí y da el maldito concierto.

-¡No voy a salir así! ¡Max Cool no se rebajará a esto jamás!-grité de mal humor.

-Me temo que no tienes opción. Diles que estás llorando de la emoción de la Navidad-suspiró el travesti.

-¡Que no!-grité.

Suspiró de nuevo y sacó algo del bolsillo.

-¡¿Qué vas a…?!

Noté un pinchazo en el cuello y me desmayé.

-Ya nos has hecho perder mucho dinero, Maxy… Me temo que tengo que obligarte a dar el concierto sí o sí

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KEVIN

¿Por qué la gente me mira tan raro? Bah, tampoco es que sea tan diferente a como era antes… Tsk… Qué frío hace. Normal, esta ropa tiene muchos cortes y evidentemente no me calienta mucho.

-Mamá, ¿por qué ese niño tiene ketchup en la ropa?-dijo una niña señalándome.

-¿Ketchup?-dijo la madre girándose-¡Aaaaaaah!

La mujer echó a correr, vaya exagerada… Ni que un poco de sangre fuera para tanto…A un señor que corrió al verme se le cayó el periódico, así que lo cogí para ver a qué día estábamos.

-Mmm… 24 de diciembre. Vaya, mira tú por donde, voy a volver a casa por Navidad-sonreí.

-Señor, ¡las manos a la cabeza!-oí a mi espalda.

-¿Mm?-me giré.

Un policía me estaba apuntando con su arma, el pobre estaba temblando… Sonreí y alcé las manos.

-¿Ocurre algo, agente?-dijo de forma arrogante.

-¡¿Cómo dice?! ¡Se está paseando por la calle con la ropa hecha trizas y con un bate de béisbol con restos de carne y sangre! ¡¿Y me pregunta que si ocurre algo?!-gritó el policía.

-Oh, ¿esto? Lo siento, es que me he equivocado de fiesta. Creía que hoy era Halloween, y resulta que era nochebuena, qué despistado, ¿eh?-sonreí.

-¡No juegues conmigo! ¡¿Y los cortes de tu cara?!-gritó alterado.

-¿Esto?-dije lamiendo mi dedo y restregando luego este por los cortes-Son las marcas del dolor, del sufrimiento… De la desesperación.

-¡Una palabra más y disparo!-gritó.

Durante un momento miré el periódico, que estaba en mi mano alzada junto al bate y vi una noticia muy interesante: “Concierto de Max Cool en el estadio Cloud Strife”. No podía perderme eso por nada del mundo. En un movimiento rápido le tiré el bate al policía, que le dio en la cabeza y le aturdió haciéndole disparar a una farola. Corrí, cogí el bate y me puse en camino al estadio.

-Me da igual que me odie… Max Cool será mío. Si no lo puedo tomar por las buenas… Será por las malas-dije sonriendo arrogantemente.

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MAX

Una irritante música sonaba en mi cabeza. Parecía una de esas estúpidas canciones que componen estrellas del rock que se creen compositores. Patética… De una simpleza acojonante, la típica canción “mojabragas”. Abrí los ojos para que parara ese ruido infernal.

-¡Silencio!-grité-¡Callad, co…!

Estaba en una cama en mitad de un escenario. Miles de fans gritaban mi nombre pidiéndome que les hiciera cosas indecentemente sexuales, estaba… ¿En uno de mis conciertos?

-¡Atención todos!-gritó Tim, el secretario del presidente, que estaba presentando el evento-¡Nos alegramos de anunciar el regreso de Max Cool al mundo de la canción!

-Entonces esa canción… ¿Era una de las mías? ¿De las que yo compongo?-dije con cara de asco.

-¡Max!-sonrió Tim-Deléitanos con tu arte.

-No… No quiero esto… No quiero dar un concierto…-comencé a susurrar para mí-Sin él mi vida no tiene sentido. Ahora lo entiendo… Todo este tiempo he intentado llegar el vacío que me dejaron mis padres con sexo, mucho sexo… Pero no servía de nada. Lo único que necesito… Es alguien que me quiera… Y sin él, no merece la pena… No lo voy a hacer… ¡NO VOY A…!

Justo mientras gritaba vi una figura familiar entre el público, era Kevin. Llevaba una ropa… Peculiar y… Lleva un… ¿Bate? en las manos. Pero eso me daba igual, ¡estaba vivo!

-¡Paren la música!-grité.

-Max… Más te vale que empieces a cantar-dijo Tim furioso.

Salté del escenario y sorteé a todas las fulanas que querían acariciar mi paquete, corrí hasta él. Él era lo que quería, lo que necesitaba. Me estaba mirando con una sonrisa… Una sonrisa rara. Demasiada sonrisa

-Max Cool-sonrió-Vas a ser mío.

-(Luego discutiremos su arrogancia, porque… Ejem… Eso no se lo permito) ¡Kevin!-grité emocionado.

Alzó el bate y apuntó hacia mí. Entonces cuando estaba a su lado, me dio en la cabeza con él.

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KEVIN

-Aaaagh…-dijo abriendo los ojos.

-Vaya… Parecía que no te ibas a despertar nunca-sonreí.

-¿Qué coño...? ¿Dónde estamos?-dijo sorprendido.

-Esta es la fábrica de las afueras de la ciudad. La antigua fábrica de muñecos de Bart Simpson-dije tranquilamente.

-Ya… ¡¿Se puede saber por qué me has atizado en la cabeza?!-gritó enfadado.

-Muy sencillo. Para hacerte mío-sonreí arrogantemente.

-Oye, estás muy cambiado, Kevin-dijo extrañado.

-Mira… Parece que te has aprendido mi nombre…-dije acercándome a él.

En ese momento se dio cuenta de que estaba atado a una silla de pies y manos. Su cara cambió a una de desconcierto.

-¡Tú! ¡Enano mental! ¡¿Cómo te atreves?! ¡Soy Max Cool, uno solo de mis pelos del culo vale más que toda tu vida!-gritó de nuevo.

-Tú me has obligado. Me odias, no quieres amarme, y he decidido que a partir de ahora cogeré lo que quiero sin importarme los demás, ¿entendido?-dije acariciándole la barbilla.

-Sucio frikazo… ¡Yo ya estaba enamorado de ti!-dijo de malas pulgas.

-¿Crees que voy a creerte? En ese caso me habrías buscado… Y no es el caso-le miré desde arriba.

-¡Pues claro que te he buscado, pero no he podido encontrarte! ¡Creía que estabas muerto!-gritó alterado.

-Bueno… Eso ahora mismo no tiene importancia-bostecé-Porque pienso tomarte en este mismo lugar.

-T-tienes la ropa con cortes y… L-llena de sangre…-dijo asustado.

Me agaché a su oreja y le susurré:

-Es lo que tiene huir de un edificio lleno de asesinos

-¡Estás chiflado!-gritó removiéndose.

-Estoy loco, chiflado, majareta… ¿Pero sabes qué? Las mejores personas lo están-sonreí.

-¡Eso es absurdo! ¡Suéltame o cuando salga de aquí me encargaré de que mis matones te descuarticen!-pataleaba.

Estaba harto de tanta charla insustancial, me bajé los pantalones y me saqué la polla. Su expresión cambió a una de furia absoluta.

-Una vez dijiste que una de tus fantasías era que te violaran, ¿no?-me relamí.

-Asqueroso perro…-dijo entre dientes.

-Si muerdes…-señalé el bate-No te haré simplemente un rasguño, ¿entiendes?

-Tsk… Primero un travesti y ahora un friki…-suspiró-Qué bajo he caído

Me miró desafiante y abrió la boca, entonces me acerqué a él y se la metí en la boca sin miramientos. Su técnica estaba tan pulida que el placer recorría mi cuerpo con cara subida y bajada de su boca. El cabrón iba rápido porque quería que me corriera cuanto antes. Pues si queria rápido, yo le daría rápido.

Empecé a follarle la boca a toda velocidad, aunque no tenía ni una arcada. El muy cerdo estaba acostumbrado a ser follado duro. En su mirada podía ver su arrogancia… Él creía que no había nada que yo pudiera hacer para sorprenderle… Pero había aprendido un par de cosas en mi cautiverio.

Alargué mi mano hasta él y le tapé la nariz. Una sonrisa malvada apareció en mi rostro, pero nada ocurría. Su boca se tragaba mi polla una y otra vez sin que notara la más mínima señal de que se estaba ahogando. Me miraba de nuevo con arrogancia mientras mi polla le follaba la boca.

-Tsk… Estás muy entrenado-dije enojado sacándole la polla de la boca.

-Je… Asfixia autoerótica, Keroro-sonrió-Estoy entrenado.

-¿Keroro?-dije cabreado.

-Nadie gana a Max Cool en cuanto a sexo se trata-sonrió arrogantemente.

Miré el bate y sonreí ampliamente.

-Eso ya lo veremos…-cogí el bate.

-Oh, ¿en serio? He tenido sexo con caballos, Kamisama, eso será como si me metieras un palillo-se rió.

-Ahora no sé si tengo ganas de follarte el culo…-suspiré-A saber si el caballo te pegó algo

-Pues suéltame de una vez-dijo cabreado.

-¿Y si te meto helado?-dije pensativo.

-Eso lo hice en el primer año de instituto-dijo él bostezando.

-¿Electrodos?-dije nervioso.

-En el último año de primaria-levantó una ceja.

-¿Una espada?-dije desesperado.

-Por favor… La primera que tuve sexo fue con una espada… Y luego un melón entero…-dijo pensativo.

-¡Tsk! ¡Da igual! ¡Pues una mezcla de todo!-grité furioso.

Coloqué unos electrodos en sus pezones, mientras untaba de helado el bate y me coloqué para que me chupase la polla. Activé la electricidad y empecé a meterle el bate con helado. Su cuerpo sufrió una explosión de placer. Pude notar cómo temblaba mientras me chupaba la polla. Pero aún así seguía controlando la situación… Le metí el bate de una vez y puse el interruptor de los electrodos al máximo.

-A-agh…-gimió-No es muy diferente a lo q-que hacía ha-hace algunos m-meses

-¡Aaaaagh!-grité cabreado.

Me dejé de jueguecitos, me coloqué delante de él en la silla, le cogí las piernas y empecé a metérsela sin piedad.

-Kuro… ¿Crees que puedes competir con un bate en tamaño?-se rió.

-Entonces tendremos que fiarnos de mi potencia-sonreí.

Le embestí de la forma más brutal que podía. Su cara era de placer absoluto, se retorcía de placer cada vez que mi polla conseguía rozar su próstata. Su cuerpo se arqueaba pidiendo más, a pesar de que él solo gemía sin parar, sin decir una palabra. Iba a destrozar ese culo como que me llamaba Kevin.

-Kazama… Me… Me corro…-dijo entre gemidos.

Con la mano agarré su polla desde la punta para hacer imposible que se corriera. Su expresión era de placer absoluto, de no poder aguantar más.

-Déjame… C-correrme…-dijo mientras yo seguía embistiendo.

-Di que este es el mejor polvo de tu vida…-dije entre gemidos.

-Este es… ¡A-aaah! El mejor…-le solté la polla y se corrió-¡Pooooooolvo de mi vidaaaaaaaa!

Una vez se hubo corrido, me corrí yo en su interior.

-Buaaah… Ha sido brutal…-gimió

En ese momento le golpeé en la cabeza con el bate de nuevo.

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MAX

Desperté sentado en una silla de ruedas, llevaba una manta en los pies y estaba siendo llevado por alguien en mitad de la calle por la noche. Por suerte llevaba gafas de sol y una gorra.

-¡¿Pero qué coñ…?!-grité.

-Shhh… Es nochebuena, vamos a hacer algunas visitas…-dijo Kevin, que me llevaba.

-¡¿Estás chiflado?! ¡Yo me largo!-dije intentando levantarme.

No podía… Al parecer la manta era para esconder que estaba atado a la silla, no para calentarme.

-Oh, vamos, Max. Solo vamos a ver a unos amigos-sonrió-Bueno… “Amigos”...

-Tsk… Puto loco-suspiré.

Llegamos a una casa que me era familiar… La casa en la que ahora vivía DJ COCK… Kevin tocó al timbre y el tipo ese que estaba con Cock abrió la puerta.

-¿Sí?-dijo sin mucho interés.

-Hola, señor-dijo Kevin-Verá, mi hermano está en silla de ruedas y no tenemos dinero para una cena de nochebuena, ¿podríamos cenar con usted?

-Oh… Claro…-dijo sin pensárselo mucho-Pasad.

Este tío era tonto… ¡Si no había reconocido a Kevin por su evidente cambio físico, ¿para qué le abre?! Entramos y Cock y su hermano estaban sentados en la mesa.

-Sigo pensando que no es apropiado cenar helado en nochebuena…-suspiró Cock.

-¡Pues a mí me encanta!-dijo su hermano feliz.

-Cenan con nosotros-nos señaló Sergio.

-¿Quiénes son?-dijo el hermano de Cock pensativo.

-Ni idea-asintió Sergio.

-¡¿Y se puede saber por qué les dejas entrar?!-gritó Cock enfadado.

-Oh, discúlpennos. Es que no tenemos donde cenar, y este amable caballero nos ha dejado entrar-sonrió Kevin.

Lo que hace un cambio de ropa… A saber lo que había hecho para conseguir ropa nueva y limpia

-Bueno, ¡cuantos más mejor!-dijo el hermano de Sergio feliz.

-A propósito… ¿Cómo es que viven ustedes juntos?-sonrió Kevin sentándose a la mesa y colocándome a su lado.

-E-eh…-dijo Cock avergonzado-¡No es asunto suyo!

-Él es mi hogar, no puedo vivir sin él-afirmó Sergio.

-Oh, ya veo, son ustedes homosexuales-dijo Kevin pensativo.

-Hermanito, ¿qué es eso de “hombresexuales”?-dijo el hermano de Cock confuso.

-No es hombresexuales, sino homosexuales, ¡y no somos eso!-dijo Cock indignado.

-Ya veo…-dijo Kevin comiendo del plato.

-Oiga, si le dice esas cosas a mi hermano es mejor que se vaya-dijo Cock enfadado.

-Lo siento mucho-comió helado-Por cierto, ¿han oído hablar de un chico que desapareció hace poco? Un tal

-Kevin-dijo Sergio mirando fijamente a Kevin.

-Eso tengo entendido-sonrió Kevin.

-Era mi amigo… Pero una estrella del rock lo está buscando ya, así que no hay mucho que yo pueda hacer-dijo Sergio.

-Osea que no lo has buscado, ¿no? Qué más da que esté muerto, sufriendo… O que esté siendo violado…-sonrió Kevin.

-¡Oye! ¡¿Cómo te atreves?!-se levantó Cock a darle un puñetazo.

Kevin le agarró del puño y sonrió “No volverás a pegarme, DJ COCK…” dijo mirándole.

-¿Q-quiénes sois?-dijo Cock nervioso.

Antes de que pudieran reaccionar, Kevin cogió la cuchara con la que se estaba comiendo el helado y se la hincó a Cock en la garganta. Todos nos quedamos paralizados, rápidamente murió asfixiado.

-¡J-j-j-j-j-j-j-joseeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!-gritó Sergio.

-¡Hermanitooooooooooooooooooooooooooo!-lloró el hermano pequeño.

-N-no puede s-ser…-dije asustado.

-Soy yo, Sergio. Soy Kevin-sonrió como un psicópata.

-¡Me da igual quien seaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!-se lanzó a por él.

Justo cuando Sergio iba a alcanzar a Kevin, éste último le agarró del cuello y se lo retorció, matándolo.

-Más que unas navidades blancas, parece que serán rojas, ¿no Pablo?-miró al niño riéndose como un loco.

-¡Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!-gritó el hermano pequeño de Cock.

Le calló rápidamente, de un pisotón en la cabeza que lo aplastó. El miedo recorrió mi cuerpo como nunca antes lo había hecho.

-E-eres… Un… M-monstruo…-dije asustado.

-No soy un monstruo, soy un demonio, juajuajuajuajuajuajua-se rió.

Estaba totalmente ido, se subió en la parte de atrás de la silla y la llevaba a toda velocidad por la calle, al poco rato llegamos a otra casa. También había estado allí antes, era la casa de la fulana esa que le pegaba a Kevin

Se colocó un gorro de Santa Claus y llamó a la puerta. La puerta se abrió una y mujer sesentona apreció al otro lado. Sería la abuela de la cría.

-¿Sí?-dijo la vieja.

-¡Merry christmas!-le hincó un cuchillo en el ojo.

-¡Aaaaagh!-chilló la vieja.

-Ahí va… Se me ha quedado enganchado...-dijo tirando del ojo.

La señora cayó al suelo y salió la fulana esa con los ojos como platos.

-Feliz navidad, Melanie. Espero que te traigan muchos regalos. Eso sí, ponte una máscara como el fantasma de la ópera-sonrió.

Dicho esto alzó el cuchillo y de un movimiento rápido le cortó la piel de la parte derecha de la cara, quedando al aire una retahíla de músculos que empezaron a soltar sangre.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAGH!-gritó la muchacha.

-Qué mal humor… ¿No será que te ha venido la regla? Jajajaja-dijo hincándole el cuchillo en su… Eh… Esa parte asquerosa de las mujeres ahí abajo

-¡Oye! ¡No me robes los comentarios machistas!-dije indignado.

-¿Quieres tener la regla tú también, Max?-sonrió de forma muy perturbadora.

-N-no…-dije asustado.

-Entonces cállate…-dijo subiéndose de nuevo en la silla y echando a correr de ahí.

La chica esa chillaba porque se estaba desangrando, pero a Kevin no parecía importarle… Después de eso estuvimos en muchas casas, de los chicos que solían pegar a Kevin y el resto de chicas que se metían con él. Incluso a la casa de un profesor con un nombre tan horrible que me abstendré a pronunciar. A todos ellos les hizo cosas horribles, cosas que sería mejor que no supierais.

-¡Max, Max! ¿Estoy guapo llevando la cara de Melastandrio?-dijo subido en la silla tras mí.

-M-muy g-guapo…-dije nervioso.

Llegamos a la última casa de su itinerario de venganza… Su casa… Tocó el timbre con una amplia sonrisa.

-¡Abre, Aarón!-se oyó al otro lado.

-Ahora él es su nuevo esclavo…-se rió Kevin.

La puerta se abrió y un niño pequeño de aspecto cansado apareció al otro lado.

-¿Puedo ayudarles?-dijo suspirando.

De repente, la sonrisa de Kevin se perdió. En su lugar, empezó a llorar.

-¡Aaaaaarón, buaaaaaaaah, buaaaaaaaaaaaaaah!-lloró.

-¿Q-quién eres?-dijo nervioso el niño.

Sin responder le hincó el cuchillo en la frente de forma que murió en el acto.

-¿Q-qué haces?-dije nervioso.

-Es mejor esto a que vea a su hermano hacer lo que va a hacer…-lloró.

-¿Quién es?-se oyó desde el salón.

-Mamiiiiiiiii-volvió su sonrisa.

Corrió al salón y allí había una mujer bebiendo champán.

-Has vuelto, ¿eh?-bostezó.

-¿Me has reconocido? Qué guay-sonrió-He venido a matarte, zorra.

-Mucho has tardado… Eres tan patético que me has dejado atormentarte durante años… Bien…-se levantó de la mesa-¡Que comience el combate pokémon!

-¡¿Qué?!-dije descolocado.

-¡Adelante, Charizard!-gritó Kevin echando una pokéball.

-¡Adelante, Blastoise!-gritó la madre echando una pokéball.

-Espera, espera, ¡¿qué coño es esto?!-grité con cara de no entender qué pasaba.

Dos… Bestias gigantescas aparecieron ante mí. Una especie de dragón y una tortuga gigante.

-¡Digievolución!-gritó Kevin.

El dragón se transformó en un dragón casi igual solo que más grande y en negro.

-Esto... -dije suspirando.

De repente la madre sacó una espada que era una llave gigante y corrió a por su hijo ignorando a las bestias.

-¡Kame…-empezó Kevin-Hame…!

-Oh, ¿en serio?-suspiré.

-¡Haaaaa….!-gritó Kevin soltando una onda desde sus manos.

-¡Todo puzzle tiene solución!-gritó la madre.

-¡PROTESTO!-gritó el hijo.

La madre sacó unas cuchillas de su mano y siguió acercándose a Kevin. Entonces a éste le salió nariz de topo y sacó un pico.

-¡¿Has apagado sin guardar?!-gritó.

-¡BASTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!-grité con todas mis fuerzas.

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KEVIN

Abrí los ojos y estaba atado a una cama, Max estaba a mi lado visiblemente enfadado. Un médico me miraba con miedo y varias enfermeras se reían.

-¡Friki asqueroso! ¡Recupera la cordura!-gritó Max abofeteándome.

-¡Auch! ¡E-espera, espera, espera! ¿Dónde estoy?-dije confuso.

-¡Ha respondido a un estímulo exterior!-gritó el doctor sonriendo.

-¿Qué?-dije confundido.

-Gracias a Dios…-suspiró Max.

-¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí?-dije aturdido.

-Mira chaval, te encontré hace un mes en uno de los edificios abandonados de la ciudad…-dijo Max pensativo-Al parecer cuando pagué el rescate por ti esos tipos te abandonaron donde pillaron y te dejaron allí a tu suerte.

-¿Y…-dije asustado-Cuánto he…?

-9 meses en ese sitio-dijo Max tajantemente-Verás, resulta que un vagabundo te estuvo alimentando.

-¿U-un vagabundo?-dije sorprendido.

-Dijo no sé qué de un bate de béisbol-dijo Max algo nervioso.

-Oh, Dios…-dije suspirando.

-El caso es que después de algunas investigaciones fui a tu casa y hablé con tu madre. Ella me dijo que tenías un chip localizador, así que seguí el chip y te encontré allí-dijo Max serio-Pero se ve que para aguantar aquel martirio tu mente creó una realidad paralela para ti.

-Espera… ¿Por qué mi madre no me buscó antes? Si tenía localizador...-dije triste.

-Mmm… Es mejor que te lo diga ella directamente cuando la veas-dijo Max nervioso.

-Y… ¡¿Por qué tardaste nueve meses en ir a mi casa?! ¡¿No deberías ser el primer lugar al que vas?!-dije enfadado.

-Nadie sabía dónde vivías…-suspiró-Eso de ser un friki antisocial solo te trae problemas… Pero gracias a Cock y a su hermanito pequeño, que sabía donde vivía tu hermano, pude encontrar el lugar. Lo siento… Mucho…-apartó la vista-Quería encontrarte lo más rápido posible

-P-pero… ¿Tú no me odiabas?-dije sorprendido.

-¡Lee entre líneas, idiota!-dijo enfadado.

-No hay nada que leer, no hay quien te entienda…-suspiré.

-Da igual, toma-me dio una bolsa.

Se levantó y salió al pasillo del hospital.

-¡No lo abras hasta que yo me vaya!-gritó-¡Asegúrate de recuperarte! ¡Y cuando estés listo para irte te llevaré conmigo!

Dicho esto, se fue rápido. EL doctor y las enfermeras salieron con él. Me quedé solo y abrí el regalo. Dentro había una tablet. La encendí y había un mensaje.

“Has estado perdido diez meses, diez interminables meses que se me han hecho eternos… ¡Ni se te ocurra volver a alejarte de mí! ¡Eres un friki asqueroso, pero eres mío! ¡Que no se te olvide nunca! Aquí tienes guardados todos los animes esos raros que tanto te gustan que han salido mientras estabas perdido. Disfruta de ellos durante tu recuperación, así tienes algo con lo que entretenerte… Feliz Navidad

Max Cool”

Unas lágrimas brotaron de mis ojos, esas fueron sin duda las mejores navidades de mi vida. Las que me hicieron pasar de una vida desgraciada y cruel a la felicidad más absoluta. Debajo de la tablet había una nota escrita a papel.

“PSD: Si quieres, te ayudaré a cumplir tu venganza”

Una sonrisa se dibujó en mi rostro, una sonrisa de felicidad porque al fin no estaría solo… Tenía a alguien con quien contar y hacerme más fuerte

-Si…-dije sonriendo arrogantemente-Después de todo yo no soy de las personas a las que les roban… Ahora soy de los que roban

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¡Y hasta aquí le especial e inicio de temporada de Videogames and rock and roll: Kevin’s revenge! Si, me pareció que al final lo más sensato es que todo aquello fuera una locura de Kevin. Lo del vagabundo y los bates lo dejo a vuestra imaginación… En fin, nos vemos en el próximo capítulo. ¡Felices fiestas a todos!

OS SALUDA

EL ENTERRADOR