Vidas Paralelas I: Apariencias
Las cosas no son lo que parecen ser... [Capitulo introductorio]
Vidas Paralelas I: Apariencias
El torrente de aire que entraba por la ventanilla de mi auto me impedía respirar con libertad. Iba casi a 100 k/h, veía con el retrovisor las luces de la ciudad que dejaba atrás poniéndome sumamente nostálgico. No quería volver allí, ni recordar nada de lo que pase en ese lugar los últimos meses… Los mejores y a la vez los más miserables de mi existencia. Cambie a sexta y pise el acelerador a fondo. El auto rugió con fuerza mientras sentía como todo temblaba dentro de la cabina; De pronto, una luz brillante me cegó por completo causando que perdiera la estabilidad del volante.
Lo ultimo que recuerdo fue escuchar el crujir del metal estrellarse contra algo mas… Vi mi vida pasar frente a mis ojos hasta llegar al día en que conocí a Julio, tener la imagen de su rostro en mi mente anestesiaba mi agonía.
Sentía algo bajar desde mi frente hasta mi barbilla y repentinamente el olor a sangre inundo mi nariz mientras escuchaba a lo lejos la sirena de una ambulancia acercarse a toda prisa; Arrastre mi brazo como pude y comencé a buscarla por todos lados hasta que la encontré cerca del asiendo del copiloto… Una foto desgastada con Julio del día en que nos hicimos novios, era mi mayor tesoro y el tenerla conmigo me hacia sentirlo cerca de mi. Acerque la fotografía a mi rostro y le di un ultimo beso mientras mi vista se nublaba dejando en mi cabeza esa ultima imagen de Julio y mía antes de que todo acabara, cuando aun estaba a su lado. Una lágrima rodo por mi mejilla y una inmensa obscuridad se apodero de mí.
6 meses antes
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Damián:
Regresaba de la aburrida jornada del trabajo, de la cual, debía asistir obligatoriamente para que me dieran todo lo que necesitaba. A pesar de que mi padre era el dueño de la empresa y me costeaba todo lo que yo quería, tenía como condición trabajar como un empleado más para que según él, aprendiera a valorar el dinero y lo que cuesta ganarlo.
No podía quejarme, tenia solo medio turno y podía arreglármelas para faltar cuando se me diera la gana ya que era el hijo del “Jefe” y podía pagarles muy bien a los otros obreros cuando necesitaba que me cubrieran en el puesto. Creo que mi padre hacia todo esto por mi por que le preocupaba mi actitud y sobretodo mi futuro…
Hace unos años era un buen chico, tenia excelentes notas en la Universidad y no me metía en ningún problema, pero después de lo ocurrido con la negligencia medica que ocasionó el deceso de mi madre y la terrible depresión en la que calló el viejo, mande todo a la mierda y me propuse a vivir la vida como se me diera la gana.
Deje la universidad y comencé a perderme en los excesos y en las fiestas, la única figura de autoridad que tenía en ese entonces era mi hermano mayor, pero como el viejo no estaba en condiciones de manejar la empresa, Claudio tuvo que hacerse cargo de ella durante casi un año, así que a nadie le importaba en lo absoluto que hiciera con mi vida.
Casi un año después de lo ocurrido, el viejo superó la muerte de mamá y regreso a su empresa con una nueva actitud y con esa estúpida idea de hacerme trabajar para él a cambio de que me siguiera manteniendo. Después de un tiempo el viejo volvió a rehacer su vida con una señora que en lo personal, me daba náuseas su forma tan gentil y cariñosa de ser con todo el mundo, cosa que no toleré por mucho tiempo y tuve que independizarme.
Iba camino a mi departamento cuando el claxon de un automóvil hizo que me girara en esa dirección.
-¡Ey!, guapetón… ¿Quieres que te lleve? –Reconocí de inmediato la voz de mi mejor amigo Oscar.
-Mira nada mas lo que tenemos aquí, ¿Hace cuanto te quitaron la correa eh?... Ten cuidado amigo, pueden multarte por contaminación visual si te llegan a ver a la cara, es mejor que no salgas a menudo, enserio Oscarín –Dije en tono divertido mientras veía la cara de Oscar contenerse la risa.
Me gustaba bromear con el de esa manera aunque la verdad, Oscar esta bastante bien: alto, moreno, ojos color avellana y un cuerpo similar al mio debido a las horas que pasábamos en el gimnasio, lo cual le hace todo un donjuán con las mujeres, además, posee una actitud envidiable que lo hace encajar rápidamente con las personas.
-Que chistosito me saliste cabrón, mira que no soy nada feo y para demostrártelo, quiero que me acompañes a recoger a una preciosura con la que he estado saliendo, anda tarado, sube rápido que por estar mal estacionado si me ponen la multa – Me urgió mi amigo mientras abría la puerta del copiloto.
No puedo decir que estaba cansado del trabajo, pero si muy enfadado, así que salir con Oscar me distraería un poco.
-Vale, vale, que ya estoy subiendo, y bien, dime ¿Donde se supone que te vas a encontrar con tu susodicha “preciosura”? –Dije esto en un tono como de burla.
-No te rías bastardo –Exclamo Oscar rápidamente siguiéndome el juego.
-Vale, tío, no te alteres… Trabaja por aquí cerca, ¿O algo así? –Dije mientras observaba por la ventanilla, pues nos adentrábamos en una zona rodeada de negocios, escuelas y tiendas comerciales.
-No, no… ella, amm… –Comenzó algo dubitativo, como si se avergonzara de lo que estaba a punto de decir.
-Ella esta por salir de la universidad, y si, antes de que me lo preguntes como idiota, es universitaria… Sabes que no es mi estilo, esas chicas suelen ser muy engreídas por su nivel económico y eso, pero ella no es así… ¡Anda, anímate! le diré que si tiene alguna amiga para que te presente y por fin tengas algo de acción, ya es momento de que olvides a...
-Cierra la boca animal, no tienes que recordarme nada –Lo interrumpí de inmediato –Además, tampoco necesito que me consigas a nadie… Yo solito se buscar cuando me entran las ganas de follar, así que cierra el pico, ¿Quieres? –Finalice suspirando y restregándome en el asiento con enfado.
Oscar se refería a Natalia, el primer y único amor de mi vida… Un día sin decir nada se fue de la cuidad y no volví a saber nada de ella. Quizás no le agradó mi nuevo yo, ya que no dejaba de cuestionarme el por qué había dejado la universidad y mi cambio tan radical de actitud, la verdad nunca supe que paso con ella, ni si quiera la he vuelto a ver desde ese entonces.
Me dolió mucho su partida y me resentí tanto con las mujeres que comencé a tener encuentros con chicos, y así fue creciendo mi afinidad por los de mi mismo sexo, al fin y al cabo sea con un hombre o con una mujer… el sexo es el sexo.
-Vale, vale, es muy tu problema, igual tienes razón, con esa carita de niño guapo que te cargas ellas son las que van detrás de ti, pero en fin… Oye Damián, solo te pido que no la vayas a cagar, ella me interesa y no quiero que hables de mas… ¿Estamos? – Sentencio Oscar con voz seria.
Él se refería a que suelo ser algo pesado con las personas sin importarme quienes sean, y aunque no hacia falta que mencionara lo de mi actitud, lo había hecho, todo parecía indicar que si quería algo serio con esta chica.
-Deja de preocuparte inepto, mira que solo estaré junto a ti y sonreiré como tu perrito fiel y así todos felices ¿Ok?
-Mas te vale baboso, mira ya llegamos, no debe tardar en salir –Decía ahora con un tono amigable y estacionando el auto cerca de donde se suponía saldría su novia.
Bajamos de su auto y nos sentamos a esperar a su chica en una inmensa jardinera cerca de la entrada de la escuela, al parecer era de “Niños bien”… Me recordaba a la universidad en la que solía asistir, llena de gente superficial que no paran de hablar de cuanto tienen, cuando lo que en verdad importa es hablar de cuanto valemos como persona.
Al poco tiempo comenzaron a salir oleadas de estudiantes, todos muy bien vestidos y presumiendo infinidad de cosas que tenían, relojes, celulares, autos etc… Me sentía asqueado, en realidad detestaba a esa clase de personas, incluso las chicas que volteaban hacia nosotros lo hacían de una manera tan desesperada e inmoral, que en vez de causarme interés me causaban lastima.
-Allí viene, allí viene, cerca de aquel auto rojo, ¿La ves? –Señalo Oscar de pronto, devolviéndome a la realidad.
Fije mi mirada en la dirección que me indicaba Oscar, la oleada de estudiantes era menor en ese momento así que pude apreciar perfectamente a un grupo de chicos que se acercaban mirando hacia nosotros. Una linda rubia un poco alta levanto su mano y saludo a Oscar, este me miro como indicándome que esa era su novia y se incorporo con entusiasmo de la jardinera.
Aproveche entonces para escanear con la mirada las demás personas que venían con la chica cuando de pronto… alguien llamó mi atención.
Julio:
Venia casi arrastrando los pies a causa del estrés y el cansancio que me producían las extenuantes horas de clase. Estaba un poco intrigado ya que mi mejor amiga Paulina nos presentaría a mis otros amigos y a mí a su nuevo novio. Mis otros amigos son Mariana , Karla y… Manuel – Suspiro .
La verdad, me gusta mucho Manuel y no solo por su físico, él es un chico muy querido y respetado por todos en la universidad y le tengo gran admiración, ya que me gustaría mas como el… sabe como divertirse y sacar buenas notas en la escuela y se relaciona con todo el mundo de una manera tan fácil, que no creo exista persona alguna en el planeta que pueda llegar a ódialo, además, se ganó mi corazón desde el primer día en que nos conocimos… es simplemente perfecto.
Lo malo es que no me atrevo a confesarle lo que siento, Paulina me dice que se le ve en los ojos que siente algo por mí y que me anime a decirle lo que siento, dice que esta segura de que el me corresponderá, aunque yo prefiero esperar a que se de un buen momento. Ojala sea pronto y que el también ponga de su parte, ya que yo soy exageradamente tímido en ese tema de las relaciones y sobretodo, con mi homosexualidad.
Estábamos a punto de llegar a la salida de la universidad cuando repentinamente Paulina levantó su mano y comienzo a sacudirla en el aire como saludando a alguien. De la nada se puso como loca y comenzó a gritar que viéramos a la jardinera que se encuentra afuera de la universidad, ya que allí se encontraba su novio.
Al levantar la mirada me sorprendí de lo que vi; Había dos chicos muy guapos mirando hacia nosotros, uno morenito solo tenía ojos para Pau, así que de inmediato deduje que ese era su novio, mientras que el otro chico nos observaba detalladamente con una mirada muy soberbia.
-Miren, miren… El chico de la camisa azul, el morenito, es mi novio, ¿Es muy guapo verdad?, el otro debe ser amigo de él o algo por el estilo, vengan quiero que lo conozcan –Explico Pau muy alegre, en verdad se le veía enamorada y eso me ponía muy feliz.
-¡¡No mames Paulina!! –Arremetió Mariana con su engreído tono de voz –Esos tipos son unos vagos, ¿Ya viste como vienen vestidos?, se ven como de barrio de mala muerte, no puedo creer que andes con alguien así, al menos yo paso, luego me lo presentas si quieres, tengo un poco de prisa ahorita –Finalizó señalando a los chicos y poniendo una cara burlona.
Todos la miramos con cara de fastidio mientras caminaba hacia su auto, a pesar de que en ocasiones es una buena amiga, no nos gusta su forma de ser y como trata a las personas con menor nivel económico que ella, Karla al contrario es una chica muy relajada y comprensiva… y Paulina es lo mejor de lo mejor, por eso es mi mejor amiga y la única a la que le he contado que soy gay.
Regrese mi mirada hacia los chicos y note como el amigo del novio de Pau no me quitaba la mirada de encima, lo que ocasionó que me ruborizaba al instante. Desde esa distancia podía apreciarlo a la perfección, era alto, mas que yo al menos y se veía con un excelente cuerpo de gimnasio, era muy blanco de piel con cabello totalmente negro, un poco alborotado y peinado en punta que lo hacia lucir muy bien.
Vestía una playera negra de cuello en V que se ajustaba al contorno de su cuerpo y dejaba apreciar a la perfección su blanco pecho que poseía unos pectorales muy bien marcados. También traía puestos unos jeans azules algo desgastados y unas botas desert de esas que parecen de trabajo, todo eso en conjunto con unos enormes ojos grises que no se porque extraña razón, le daban una muy buena pinta de chico malo.
-Hola hermosa –Dijo el novio de Pau plantándole un tierno beso en los labios.
-Hola guapo, mira quiero presentarte a mis mejores amigos, ellos son Karla, Mane y Julio –Decía esta mientras nos señalaba a cada uno.
-Mucho gusto –Respondimos los tres al unísono.
-El gusto es mio, yo soy Oscar y este arrogante de aquí es Damián –Se presentó el chico gentilmente y presentó a su amigo, quien mantenía una cara de pocos amigos.
Damián nos vio de arriba abajo de la misma forma en que lo había echo desde que lo vi por primera vez, muy frío y pedante como si desde antes de conocernos ya le calleáramos mal. Después, suspiro fuertemente y esbozo una hermosa sonrisa que cambio toda su imagen en un segundo.
-Mucho gusto Paulina, Oscar me ha hablado mucho de ti.
Terminamos de presentarnos y charlamos un poco de trivialidades, Damián apenas y abría la boca solo se limitaba a sonreír y hacer pequeños comentarios. Después de estar un rato congeniando con Oscar, Manuel recibió una llamada y dijo que debía irse, a lo cual Karla se disculpo y dijo que tenía que irse también pues no quería irse sola.
Yo siempre me iba con Pau al salir de la escuela ya que su casa me queda de camino a la mía, pero como no quería incomodarlos decidí marcharme también pero Paulina no me lo permitió, pues comenzó a insistirme en que me quedara y Oscar se ofreció amablemente a “acercarme” a mi casa. Sabía que no podía ganarle a Paulina, así que no insistí más y me quede con ellos.
Cuando Manuel se acercó a nosotros para despedirse algo llamó mi atención por completo, noté como Damián se lo comía de pies a cabeza con la mirada y cuando se despidieron se tomaron fuertemente de la mano… y no se si fue mi imaginación, pero juraría que Damián le giño un ojo a Manuel y este le correspondió con una sonrisa picarona.
Ya en el auto no paraba de pensar en lo que había visto y me ponía nervioso el tener a un lado y tan cerca a Damián, ya que Paulina se había cambiado al asiento del copiloto y Damián tuvo que sentarse atrás conmigo. Anduvimos paseando un rato por el centro hasta que Oscar detuvo el auto frente a un supermercado y nos dijo que compraría algunas cervezas y que si no queríamos encargarles algo, Damián rápidamente encargo unas frituras, cerveza y algo de comer.
No quise ser grosero y le encargue solamente un jugo, nos dijo que no se tardaban y que aguardáramos en el auto por la inseguridad y un discurso mas que Damián prefirió no escuchar y yo no le creí mucho. Voltee a ver a Paulina algo aterrado y esta cabeceo en dirección a Damián y me guiño un ojo, yo le saque la lengua y la vi alejarse con una sonrisa de la mano de Oscar.
Estaba muy nervioso… No hablábamos de nada y Damián me ignoraba por completo, pues tenía su mirada fija al frente y actuaba como si yo no existiera. Después de un rato suspiro fuertemente y su varonil voz me hizo brincar del susto.
-Y bien Julio, ¿Qué me cuentas, eh? –Dijo con una mirada desafiante y con su típica cara de malo, como queriendo asustarme.
No quería parecer intimidado, así que tome un poco de aire y me prepare para “conversar” con el.
Continuara…
Buenas tardes, días o noches. Antes que nada, quiero pedir una disculpa, de nuevo… Ya tenía la mitad el capitulo VII de la saga y lamentablemente algo le paso a mi UBS desde el día en que estuve fuera de mi casa y tuve que conectarme desde un ciber-café para publicar un capitulo de “Perdido en su mirada”. Creo que tiene un virus o algo así, porque me borro todo, absolutamente todo lo que tenía de esta y de mis otras sagas. Estoy algo triste y ya ni ganas de escribir tengo con esto. Es frustrante, ya tenia comenzado el capitulo, y los que son escritores saben que ya cuando tienes una idea es prácticamente imposible retomarla cuando no la plasmas en su momento. Me gusta mucho escribir Vidas Paralelas, por eso es que he decidido comenzar desde cero, otra vez. No tengo una mejor opción ya que no quiero perder más tiempo sin publicar y espero mientras vaya reorganizando la saga en una nueva USB, se me venga la inspiración y la energía que ya he perdido por escribirla. Una disculpa de nuevo, y los que ya han leído los capítulos pues, espero sirva para refrescarles la memoria, y a los que no, pues ojala que les guste la trama, un fuerte abrazo y que pena, de verdad… no sé que mas decirles, perdón. Disfruten los capítulos, los iré subiendo y tratare de corregirlos. Sorry, espero que no defraudarlos de nuevo.
-Inexperto18 :/