VIDAS capítulo 57

ACLARACION: por problemas personales no he estado enviando los relatos en la forma acostumbrada, lamento las molestias que esto ocasiona, prometo que la historia continua y de nuevo me disculpo, por cierto quiero agradecerle a todos los que han leído esta pequeña historia salida de mi mente

ACLARACION : por problemas personales no he estado enviando los relatos en la forma acostumbrada, lamento las molestias que esto ocasiona, prometo que la historia continua y de nuevo me disculpo, por cierto quiero agradecerle a todos los que han leido esta pequeña historia salida de mi mente tambien les agradezco a quienes han comentado y tambien me disculpo por los errores que he cometido durante tooodo este trayecto que de a poco se esta acercando a su final, mil gracias a todos y de nuevo sientanse libres de comentar, siempre con respeto,

CAPITULO 57 LA BODA

IRIS

Esperaba mi cita con Olga, mientras repasaba el día anterior y me culpaba por no haber platicado de lo que quería con él, quería decirle que podía contar conmigo, pero no me anime, la petición de mi amiga peso más y los días antes de verme con el pensé mejor el cómo se tomaría que yo supiera eso, y la opinión que tendría el respecto a Pedro como profesional, al contar algo que si bien no era un secreto no sabía si a él quería hablar de eso.

Olga—Bien Iris, cuéntame cómo llevas tu relación con hombres la última vez hablamos de Franco y las cosas que dice tu hija de el—

Iris—Si Olga, pero hoy quiero hablar de algo que no pude hablar con él, pero tengo miedo de cómo lo tome usted—

Olga—¿Yo? Dime que tengo que ver, ya sabes que lo mejor es hablar y en esta ocasión por favor trata de ser más clara que de costumbre y decirme sin rodeos que piensas—

Iris—Bien, yo me entere que él fue su paciente y también me entere de lo que le paso a su hermana y como estuvo el involucrado—

Olga—Creo que se cómo te enteraste, pero prefiero que me lo digas—

Iris—Marta me lo conto y me imagino que a ella se lo conto Pedro, le pido que no se enoje con ellos, solo creyeron que entre él y yo puede pasar algo y querían que estuviera al tanto—

Olga—No te negare que me decepciona un poco mi sobrino, pero te tengo que decir que fue Franco y su familia quienes nos autorizaron a poder hablar de eso, claro sin hacerlo público o noticia, solo entre los círculos cercanos, de hecho, a Franco le importaba poco, al menos en ese tiempo aunque ya tengo rato de no verlo como paciente, solo como el hijo de una amiga— no supe cómo reaccionar a lo que me decía mi psiquiatra —ahora quiero que me contestes una cosa ¿Por qué ellos piensan que entre él y tu puede haber algo? —

Iris—No lo había pensado, creo que son ilusiones de Marta hace tiempo que trata de conseguirme pareja, pero por mis experiencias con otros hombres no alcanzo ni a ilusionarme con nadie—

Olga—Ya, ¿Cuándo fue que no pudiste hablar con él? —

Iris—Ayer doctora, lo invite a un café con la excusa de devolverle una pequeña frazada, lo se fue una estupidez, pero quería hablar con él y decirle que lo sé todo—

Olga—Si consideras que fue una excusa tonta ¿Por qué crees que el llego a la cita? — no lo había pensado, pero cuando lo mención ella mi corazón se aceleró.

Iris—¿Usted cree que él también quería verme? —

Olga—Eso solo lo sabe el, si quieres averiguarlo pregúntale, ahora habíamos hecho muchos avances con respecto a una comunicación más directa ¿Cuál querías que fuera su reacción al decirle que sabes lo que le paso a su hermana? —

Iris—No lo sé, que me abrazara y me dijera que ahora podíamos hablar con más confianza— la pregunta de Olga me había descolocado y eso fue lo primero que se me ocurrió.

Olga—Espero que a la próxima tengas una mejor respuesta para eso último, por hoy terminamos, necesitas pensar más en lo que sientes, otra cosa, Franco nunca fue paciente formal mío, en su caso solo asesoré a Pedro, pero de eso ya han pasado muchos años—

Me fui de la consulta con una nube en la cabeza, por lo último que me pregunto, debía llegar pronto ya que el sábado pasaríamos todo el día probándonos los vestidos para la boda y quería estar descansada, las ultimas veces que había estado probándome mi vestido de dama de honor me quedaba algo ajustado del pecho y no quería que se me saliera alguno de mis pechos.

Otra cosa por la que quería estar descansada, era porque al fin conocería a la madre de Marta, al vivir en otro país era muy difícil que viniera a verla, Marta salía a visitarla poco y en más de alguna ocasión me invito a verla, pero no me sentía de humor de pasar horas de vuelo hasta California y no quería representar más gastos para mi amiga muchas de las primeras veces yo me sentía como una carga con ella y después ya no teníamos tiempo para hacer el viaje juntas.


FRANCO

Ya había llegado la invitación para la boda de Pedro y Marta, me sorprendió que al verla decía para 3 personas, me imagine que eran mis padres y mi hermana, después me entere que éramos mis padres y yo, mi hermana recibió la suya aparte diciendo que llevaría de compañía a un posible novio, sentí pena por el pobre chico.

Quique ya había terminado de arreglar su papelería y hecho todos los trámites para irse una temporada larga a España, cada día mi tía Miriam se le veía más triste y mi madre la invitaba a cualquier cosa de sus grupos religiosos, por mi parte estaba bien, ya me estaba empezando a quedar sin escusas para no acompañarla, y pronto yo empezaría a trabajar y mis ausencias serian de todo el día, al menos se harían compañía, ella y toda la congregación millonaria de la célula del opus dei  que rondaba a mi madre.

Para la hora del almuerzo se me había hecho costumbre ver el noticiero de Iris y aunque en general lo consideraba malo, por el bajo presupuesto que se notaba desde lejos, ella y su compañero parecían hacerlo de forma dinámica y hasta las noticias muy feas las trataban con tranquilidad, pero el carisma que tenía Iris no lo tenía el sujeto que la acompañaba.

Ese día en particular había comido solo, ya que mi madre salió con el chofer y la señora que atiende la casa, además no le toco llegar al jardinero, cuando me entro una llamada de uno de mis socios diciéndome que ya había consenso respecto a la oficina y querían hacer un pequeño coctel para inaugurarla, les dije que por mí no había problema, el problema vino después cuando me dijo que invitáramos a la familia más cercana así de paso me presentaba a una su cuñada para apaciguar mi soltería, solo alcance a reírme pero no me gustó la idea, ya tenía la amenaza de mi madre de hacerla de casamentera conmigo y mi hermana, ahora también mis socios.

Durante este periodo que nos decidíamos por donde poner el despacho para nuestra comodidad, habíamos empezado a trabajar en varias cosas, yo por ejemplo había estado realizando planos para la construcción de un muro de contención en una ampliación de una carretera secundaria, sería el primer proyecto que trataríamos de obtener y aunque no esperábamos lograrlo, al menos esperábamos que los contactos políticos de algunos de nuestros familiares nos dieran a conocer como una opción nueva para proyectos, mientras tratábamos de colocarnos en proyectos privados.

Estaba tan entretenido que no me di cuenta cuando sonó mi teléfono y cuando vi las llamadas perdidas encontré una de Quique y otras más de mis socios, llame a mi primo y me dijo que por la tarde pasaría por mí, que tenía algo que proponerme.

Su propuesta se me hizo de lo más inverosímil, quería comprar la propiedad donde estaba el club, ¿Por qué? No tengo forma de entenderlo, menciono algo de los recuerdos, mío y suyos, pero lo hizo de forma tan vaga que apenas pude entenderlo, el dinero para financiar su locura vendría de la venta de sus autos, el 4X4 y el Audi, por suerte mi tía puso el grito en el cielo y lo hizo entrar en cordura, para ese tiempo la propiedad estaba sobrevalorada y la venta de esos autos representaba como el 35% del precio, tiempo después logro vender el 4X4, pero ese dinero fue para otros gastos. También me menciono algo extra, se enteró que Carmen vivía en la misma comunidad autónoma a donde tenía planeada su estancia, me dio algo, pero no tenía que ver con celos.

Quique—Pensé que te afectaría en algo ¿quieres enviarle saludos? —

Franco—Si, porque no, solo te pido una cosa, evita meterte en líos, ya sabes cómo es ella y no sabemos cómo es que lleva su vida ahora—

Quique—Descuida ya le he hablado y es otra persona, no se ha casado y ahora trabaja en una revista de turismo, seguro ya no tiene la misma vida alocada, pero tienes razón con o sin ella debemos tener cuidado, recuerda la casa y lo que hablamos ese día—

Termine contándole del coctel de apertura y que quería verlo allí, me abrazo y me dijo que estaría sin falta, probablemente sería la ultimas vez que nos veríamos en años, ya que salía un día después a su aventura por España. Al final me pregunto a quienes había invitado.

Llego el día de la apertura oficial y me encontraba platicando con la cuñada de mi socio, la chica resulto ser bonita, de platica alegre y fluida, media alrededor de 1.75 metros, rubia de salón, ojos color café, trasero levantado y pechos normales, pero por la forma en que estaba vestida no pude hacerme una mejor idea de estos, ya que llevaba un pantalón negro que le marcaba el trasero, una blusa roja  floreada con mucha tela que se levantaba con cualquier movimiento y dejaba un hombro al aire, pero sin escote, lo que más me llamo la atención era el tatuaje de un dreamcatcher en el brazo izquierdo, en ese tiempo los tatuajes no eran tan comunes como ahora.


QUIQUE

Estaba estacionándome, había decidido que el Audi sería más cómodo para esa noche, no podía creer que mis primitos estuvieran madurando más que yo, tienes un alma bohemia me dijeron alguna vez y yo no entendí que quisieron decirme, pensé que eran el par de porritos que llevamos encima esa noche con esos chicos en Nueva York, cuando me baje del auto la vi, tenía razón mi primo era más bonita en persona además de un lindo cuerpo, en otros tiempos ya hubiera intentado ligármela pero por lo que decía Leticia seguramente me hubiera mandado por un tubo.

Me sonríe mientras me ve y deja su invitación, será que pronto mi primito se convertirá en uno de esos snobs como mi padre o mis hermanos, espero que no, este detalle de las invitaciones con recepcionista pudo ser cosa de alguno de sus socios o talvez una medida de seguridad ya que mi tío Rodolfo se presentaría esta noche y todo el mundo buscaba su favor y el de mi padre, me gusta esta chica, como dije en otros tiempos…

Quique—Hola Iris, ¿Cómo te trata la vida en la televisión—

Iris—Hola, seguramente no es como crees, jajaja, ¿Qué hay de nuevo contigo? —

Quique—Normal, preparándome para salir de viaje, si este no fuera un compromiso familiar seguro no nos vemos en quien sabe cuánto tiempo—

Iris—¿Te vas? No lo sabía ¿Hacia dónde iras? —

Quique—Voy a España, quiero tomar unos cursos de arte barroco, así puedo decir que hay alguien en mi familia que entiende de eso, aparte de Franco—

Iris—jajaja, No me extrañaría que también sepa algo de eso—

Entramos por fin a la pequeña casa modificada para servir de oficinas en el sector, se notaba una propiedad vieja y que muy antaño estaba fuera de lo que le decimos hoy centro histórico, ahora estaba absorbida por parqueos privados y edificios enormes de oficinas. La recepcionista nos abrió la puerta, por mi parte me dedique a buscar a mi primo o si había algún conocido por allí, mejor si era alguna conocida, aunque preferiría alguna desconocida de buen ver.


IRIS

Quique se estaba portando muy caballeroso por un instante pensé que quería coquetearme, idea que se fue cuando dijo que se iría de viaje, cuando entramos vi a Franco en una mesa sosteniendo una coca cola, hablando y riéndose con una chica rubia, le señale a Quique hacia la dirección donde estaban y nos encaminamos.

Al acercarnos no pude evitar sentir algo que no había sentido en años, celos, pero no eran los que me hacían perder la compostura y me enojaba hasta el punto de que se me salían las palabras más torpes que podía sacar, conforme nos acercamos y él nos saludó entendí que no solo yo tenía esa sensación de celos, la chica resulto ser la cuñada de uno de los socios de Franco y las miradas que lanzaba en mi dirección como queriendo advertirme algo, me dije que era solo mi imaginación cuando ella saludo a Quique de forma no muy cordial, se conocían de hace tiempo y por la mirada de incomodidad que tenía el, parecía que se conocían muy bien.

La pequeña reunión de los cuatro estaba bastante tensa y entre Franco y yo nos veíamos divertidos tratando de adivinar como había sido la historia de ellos, la tensión por la mirada despectiva de ella hacia Quique y hacia mí se disipo cuando entro en el coctel una nueva imagen, era Leticia y lucia espectacular con ese vestido rojo con negro apenas por encima de la rodilla y sin mangas, además ese peinado hacia un lado y el maquillaje justo para resaltar sus labios, zapatos de tacón rojos no muy altos, la chica se le quedo viendo con cara de pocos amigos y se sorprendió aún más cuando abrazo no muy fraternalmente a los chicos, yo ya sabía cómo era ella cuando se trataba de protegerlos a esos dos, lo había hablado con Marta antes y últimamente con Franco, la chica estaba por pedirle a Franco que le acompañara  a cualquier lado cuando Leticia se le adelanto pidiéndole a Franco que le llevara un Martini y que se preparara que en cualquier momento llegaban sus padres, después me pidió que la acompañara al baño.

Iris—¿Crees que fue buena idea dejar a Quique con esa chica? —

Leticia—Buena no sé, divertida sí que lo fue, además debe aprender a hacerse cargo de los desastres emocionales que deja, ya no es un crio adolescente ya casi tiene 30 años—

Iris—¿Conoces algo de ellos? —

Leticia—No, pero no hace falta ser muy listo para saber que algo paso allí y no termino bien, al menos para la chica y aunque sea mi primo debo hacerlo confrontar sus errores—

Iris—¿Harías lo mismo con Franco? —

Leticia—Sin dudarlo, pero ese es muy inocente para ser tan malo o es muy bueno ocultándome sus idioteces, que si le llego a conocer un solo desliz yo misma lo despellejo—

Iris—jajaja, Me parece que eres muy de armas tomar y no quisiera ser tu enemiga—

Leticia—Solo con lo que no me gusta, por ejemplo, a ti de momento me agradas y no hay razón para hacerte algo— en ese momento acarició mi cara con la parte exterior de sus dedos índice y medio, la verdad me hizo temblar por dentro, solo alcancé a sonreír tímidamente mientras me alejaba de ella y empecé a salir del baño, por el espejo la vi con una sonrisa que no pude interpretar y pensé “ estono me puede pasar de nuevo ”.

Para cuando llegué de nuevo donde estábamos ya se encontraban los padres de Franco platicando con los tres, y unos segundos después se unió Leticia quitándole de la mano a Franco lo que le había solicitado, la plática se interrumpía a cada rato ya que llegaba gente a saludar a don Rodolfo, vi que Franco estaba incomodo y yo también lo estaba ya que Leticia se comportó como si no hubiera pasado nada en el baño y eso me dio cierto temor. Ignoro qué cosas hacían o decían los demás, en ese momento yo solo podía observar a Franco y Leticia, uno con suplica y a la otra con miedo, en un momento Franco me vio y me pido que le ayudara a tráele unos tragos al grupo.

Franco—¿Estás bien? Te noto rara desde que volviste con mi hermana del baño—

Iris—Si, no es nada, creo que no me siento bien, no debí venir—

Franco—Quédate ya hablare con mi hermana—

Iris—Estoy bien, será mejor que regrese a mi casa con mi beba—

Franco—Me gustaría que te quedaras, pero si sientes que te debes ir no soy nadie para detenerte, solo quiero que sepas que te agradezco el detalle de venir y acompañarme en uno de los momentos más importantes en mi vida— tomo mi mano y me la beso, para después darme un tierno abrazo, sentí que mi corazón latía a mil por hora cuando regresamos y me despedí de todos.

El me acompaño hasta mi auto disculpándose por lo que fuera que me hizo su hermana, honestamente yo tampoco estaba segura del todo acerca de la situación en el baño.


FRANCO

¿Por qué me siento así? ¿Acaso debí haberle insistido que se quedara? ¿Leticia que demonios le había hecho? Si hay alguien con quien no me gusta discutir es con ella, esta vez algo me dice que es necesario, pero no la veo ni a la chica con la que estaba platicando al inicio, solo está mi primo hablando con uno de mis socios y mis padres. No ceo que fuera capaz hoy con los viejos tan cerca.

Resulto que solo acompaño a la chica a otro lado para hablar y consolarla por la aparente indiferencia de mi primo, al menos eso me dijo después, respecto a Iris me dijo que no tenía nada que decirme y que se disculparía con ella en cuanto tuviera la oportunidad, pero que no me metiera que eso era entre las dos.


IRIS

Ya estaba en casa acostada para dormir y estaba pensando en el sábado y las pláticas entre la novia y las damas de honor que desencadenaron en mi presencia para la apertura de la oficina de Franco y sus socios.

Marta—Iris nena ¿Franco te invito a la inauguración del despacho? —

Iris—Si, pero es el miércoles unos días antes de tu boda, por lo que no pienso ir—

Alicia—¿Franco? El hermano de Leticia ¡Prima! que bien escondido te lo tenías, jajaja—

Iris—Somos amigos y a veces creo que es más amigo de la nena que mío—

Marta—No digas eso, que he visto las miradas que te lanza—

Alicia—Bien por ti nena ya era hora que te echaras un rollete, aunque sea—

Marta—Ya déjala, sabes bien que lo intento, pero casi todos los hombres solo piensan en una cosa y apenas ven más allá de eso—

Alicia—Si, la mayoría son así, pero como mujer una también tiene sus necesidades y creo que un hombre como Franco o el primo, tienen pinta que las cubren muy bien—

Iris—¡Chicas!

Desde los probadores se escuchó la voz de doña Deby, la mamá de Marta “ chicas déjenla tranquila, seguramente Iris sabe lo que hace y escuchándolas pareciera que las que no tiene pareja son ustedes ” las tres reímos al escucharla, luego apareció con su vestido para el sábado la señora a sus 50 años tenía una mirada como de aquellos a los que el mundo les paso por encima, estaba un poco por encima de su peso, pero eso le ayudaba a parecer una mujer maciza sin ser obesa, su cabello corto canoso le ayudaba a darle un aire de tranquilidad a pesar de su mirada, en general se veía bien, pero siempre mantuvo ese semblante triste, cuando Marta me conto su historia (después de mucho tiempo), el alma se me fue y no había pensado que alguien pudiera pasar por lo que ella paso, nunca pude decidirme cual historia era peor, si la de la muerte de la hermana de Franco o la forma en que por años abusaron de doña Deby.

Doña Deby—¿En serio tan guapos son? Dudo mucho que sean más guapos que mi yerno—

Alicia—jajaja, Si están buenos los muchachos y en general la familia, lo de estar buenos parece que lo traen en los genes todos y todas—

Marta—El sábado los conocerás a todos mamá, aunque creo que en el caso de Alicia hablan más la calentura y las mimosas que se ha tomado—

Todas nos reímos incluso la chica que nos ayudaba con los vestidos, la respuesta de mi prima fue empinarse el trago que tenía en la mano y levantarse a pedir otro. Luego que terminaron de darle los últimos retoques en los vestidos nos los llevaron para probárnoslos de nuevo, al ser el mío y el de doña Deby los primeros en estar listos pasamos juntas al probador.

Mientras ella se ponía su vestido pude ver, tratando de disimular, algunas viejas cicatrices que tenía en la espalda, ella lo noto y aunque mantenía la mirada triste sonrió de forma resignada, luego me trato de dar charla para distraerme.

Doña Deby—¿Te gusta ese muchacho? —

Iris—Nos estamos conociendo y a diferencia de otros se lleva bien con mi hija además a ella parece gustarle, de hecho, cuando lo conoció le pregunto si era alguna clase de príncipe—

Doña Deby—jajaja, Los niños, siempre tan inocentes, pero el hecho que a tu hija le guste, ¿cómo lo tomas? —

Iris—¿No entiendo a qué se refiere Deby? —

Doña Deby—Me refiero a que hay muchas mujeres que ven como competencia por los hombres a sus hijas, incluso si son tan pequeñas como la tuya—

Iris—No me imagino pensar así de mi hija—

Doña Deby—Aun no me contestas si te gusta—

Iris—Es que no se, nos llevamos bien, platicamos mucho y a gusto cuando nos vemos—

Doña Deby—Creo que deberías ir a esa cosa del miércoles, allí quizás podrías aclararte un poco, por lo poco que te conozco y lo mucho que habla mi hija sobre ti, creo que te mereces darte la oportunidad y no parece que este chico te vaya a lastimar—

Cruzamos miradas a través del espejo y nos sonreímos, en ese momento tome la decisión de ir esa noche, lo que no pensé en ese instante fue que mi corazón se aceleraría tanto, que su hermana hiciera lo que fuera que hizo para removerme por dentro y que al buscar auxilio encontraría sus ojos color miel como un puerto salvador.


FRANCO

No recuerdo la última vez que me había arreglado tanto para algo, por suerte ni mi madre ni Leticia lograron obligarme a usar ese traje azul tan aburrido que querían, por alguna razón escogí este tan llamativo a cuadros, Leticia me dijo en su tono de broma que se alegraba porque ya estaba empezando a aprender como vestirme solo, ninguno estaba para bromas, recién regresábamos de dejar a nuestro primo en el avión, la despedida fue corta y sin mucho humor, a Quique no le gustaban así, sus padres ya habían llorado en casa y nos pidieron llevarlo y despedirlo, prometió ponerse en contacto en cuanto llegara

Cuando llegamos a la iglesia estaba ella corriendo arreglando la entrada del cortejo empezando por su hija, que según me conto se había empeñado en ser la “nena de las flores” estaba muy hermosa, cuando se distrajo de su labor me vio y la sonrisa que me dedico me ilumino la tarde.


IRIS

No vi a qué hora llegaron, pero si note que Leticia no venía con ellos, me gusto como se veía con ese traje, no pensé que fuera capaz de ponerse algo así de llamativo, luego de que termine de arreglar el orden de entrada recibí la noticia que Marta venia con retraso para la ceremonia, entonces la nena lo vio y corrió a saludarlo, él se acercó también con una enorme sonrisa para levantarla y cargarla caminando hasta donde me encontraba.

Franco—Hola Iris ¿Creo que se te escapo a alguien? —

Iris—Kiki, hija recuerda que debes quedarte en tu lugar mientras viene tu madrina—

Kiki—Si mamá, chau Franco—

Franco—Ciao Kiki, ¿Estas muy atareada Iris? —

Iris—Algo, ya ves que todas las novias siempre se atrasan y toca retocar todo, pero mírate, te queda bien ese traje—

Franco—Gracias tú luces muy guapa, prométeme que bailaras conmigo en la recepción—

Iris—jajaja, No prometo nada, soy un desastre para bailar— en ese momento creo que me puse más roja que un tomate y no pude contenerme.

Franco—Yo no soy un profesional y de hecho hace años que no voy a una boda para bailar ni a nada, solo será para divertirnos ya verás que la pasaremos alegres—

Iris—Ok, ya veremos, te dejo que ya no tarda en llegar Marta y debemos estar listas—

Nos dijimos que hablaríamos al rato, yo regrese con a ordenar de nuevo el cortejo y me llego el mensaje que mi amiga llegaba en 15 minutos y debíamos prepararlo todo, dentro de la iglesia se encontraban doña Deby y mi prima verificando que todo estuviera listo.

La entrada a la iglesia de Marta fue preciosa “ todo de manual ” me comento Franco después en la recepción, lo que más recordare fueron las lágrimas de Pedro cuando mi amiga se acercaba al altar y las de ella al dar el sí definitivo. Durante la ceremonia busque a Franco ya que no sabía dónde lo había sentado mi prima, pero se me dificulto y me resigne a no verlo.


FRANCO

Mi hermana entro justo después que la novia y mi madre la vio severamente, al lado tenía a un chico desconocido para mí, era de cabello castaño, ojos verdes, estaba muy formal, pero se notaba incomodo, mi hermana por el contrario se había esmerado en su atuendo, con un vestido verde largo espalda descubierta y un escote que apenas ocultaba sus pechos.

Durante la ceremonia vi que Iris volteaba a ver seguido a la gente, como buscando algo o a alguien, sonreí por dentro pensando que quizás a mí, pero seguramente seria a alguien más como sus padres o a la pequeña Kiki, jajaja me dio risa recordar cuando me protesto porque la nena quería que le dijeran así, luego parece que les gusto y ya no lo cambio nunca más.

Al finalizar la ceremonia, Leticia nos presentó a su amigo, era sobrino de un general retirado y muy famoso años después por razones nada buenas, el chico parecía un carnero listo para el sacrificio cuando mi padre le hablaba saltaba como asustado y no soltaba la mano que mi hermana que le dejo tomar, mi madre lograba calmarlo un poco al hablarle, por mi parte yo solo me dedicaba a reírme mientras todo eso pasaba.

Llegamos antes al salón de la recepción y de nuevo solo pude ver a Iris a lo lejos preparando todo para la llegada de los novios, junto a ella estaba una señora de cabello corto muy elegante, que después me enteré que era la madre de Marta, por lo que había escuchado de ella no parecía haber tenido la clase de vida que menciono Leticia, hasta que la tuve de frente y pude ver la mirada en sus ojos, si la mirada de Iris me pareció triste cuando la vi por primera vez, lo de esa mujer era un profundo agujero, nunca supe su historia de vida, Iris solo me dice que ella hace su vida superando el pasado.

Después de la cena, clásica de boda que no complace a nadie y unas bebidas, mi hermana y su posible novio se levantaron a bailar, a mi padre lo acorralaron aduladores y oportunistas, mi madre, a quien note aburrida en cuanto mi padre se puso a platicar con estos, le pedí que bailara conmigo se sorprendió ya que creo que fue la primera vez que yo le pedía que lo hiciera, estuvimos un rato bailando hasta que note que una pareja se acercó y nos hablaron.

Iris—Creo que lo tenías bien escondido estas habilidades para el baile, te quiero presentar a mi papá, papá ellos son Franco y su madre doña Ana—

Franco—Hola Iris ¿Cómo te trata tu día de dama de honor? —

Iris—Estresante, jajaja, pero feliz por mi amiga—

Doña Ana—Chicos será mejor que bailen ustedes, caballero si no le importa que le parece si dejamos que ellos platiquen mientras bailan—

El padre de Iris solo asintió con una sonrisa no muy conforme y tomo la mano que le ofrecía mi madre para ponerse a bailar, Iris sonrió y me tomo de la mano alejándonos un poco más de ellos dos.


IRIS

Franco resulto ser mejor bailarín de lo que pensé, especialmente cuando empezaron a sonar ritmos como la bachata y el merengue, recordé que mis anteriores novios ninguno tenía un gusto particular por bailar y ninguno era tan bueno, especialmente Erick.

Me sorprendió la madre de Franco al dejarnos bailando, unos minutos después note que el padre de Franco se acercó a la pareja y tomo el lugar de mi padre, imagino que se puso celoso, aunque mi papá no hacía nada más que platicar, pero doña Ana lucia muy bien en ese vestido azul marino largo que caía casi hasta el suelo lo que más llamaba la atención era un escote en V no tan pronunciado, pero que a ella le lucia muy bien.

Le hice ver la situación a Franco y el solo se rio distrayéndose del baile, me dijo que saliéramos a alguno de los jardines a refrescarnos un poco, en el camino pasamos por la barra yo pedí una cerveza y un agua mineral para él, estuvimos alejándonos un poco del salón caminando, yo estaba tomándole el brazo mientras hablábamos y de repente escuchamos algo cercano.

Nos acercamos cautelosamente y eran Leticia y su pareja que estaba dándose unos besos de campeonato, pero eso no era todo por debajo logre ver la mano de la chica entre la bragueta del chico, yo me sonroje y le dije a Franco que me regresaba, me dijo que lo hiciéramos, lo que escuchamos después nos asustó a todos incluyendo a la pareja, era la voz de mi hija por todo lo alto llamándome, corrimos hasta alcanzarla y evitar que viera el espectáculo que seguro montarían esos dos.


FRANCO

Chingada madre con Leticia, no se pudo aguantar hasta más noche, jajaja, de no haber sido por la nena que la llamaba quizás nos hubiéramos quedado a ver y de paso ver si le ponía una situación así, unos segundos después se asomaron los dos con cara de asustados y arreglándose como podían, aunque eso no evito que mi hermana me viera por unas milésimas de segundo muy enojada.

Seguimos con la fiesta, bailando y las presentaciones adecuadas, me presento a sus padres y hermanos, también a la madre de Marta, además estaba Alicia su prima que me presento a su esposo y a sus hijos, dos pequeños mozalbetes incomodos como escozor en las bolas durante una presentación del trabajo, un rato después estaba bailando con Iris y la nena, cuando mi hermana se acercó con un cabreo evidente y pidió bailar conmigo, Iris y la nena se retiraron a su mesa, pero antes Kiki se le quedo viendo a mi hermana y le pregunto algo “¿ tú también eres una princesa como mi mami? ” lo que sea que viniera a hacer mi hermana en plan bélico se derrumbó ante la dulzura de la nena, mi hermana se presentó y le dio un gran beso en la frente y una caricia en la cara, ambas se fueron dejándome con mi hermana.

Leticia—¿Se puede saber qué hacías espiándome junto a tu novia? —

Franco—Joder hermana, no te podías aguantar, seguro encontraban un hotel cercano para hacer sus cosas, y no es mi novia—

Leticia—No, pero después nos iremos a un hotel ya tenemos la reservación y todo—

Franco—¿Entonces por qué no se aguantaron? — con un enorme suspiro y una mirada vulnerable me empezó a hablar.

Leticia—Este chico me gusta, porque es como yo bisexual, nos conocimos en el trabajo y de a poco nos fuimos enterando como somos—

Franco—Ya, pero no me contestaste, jajaja, estas dando rodeos como dices que lo hago—

Leticia—Lo siento, pero esta es la primera vez que salimos así en público y además es el primero que creo que les gustara a nuestros padres—

Franco—Ya, entonces para calmarse decidieron follar al aire libre—

Leticia—jajaja, Básicamente si, ya estas aprendiendo— dijo con una sonrisa sincera —ahora respecto a ustedes, si no hubiera gritado la nena, seguro se quedaban viendo, a nosotros no nos hubiera molestado, jajaja—

Franco—Ya, hubiera sido la primera vez que te veía, ya te había escuchado y pues no se si Iris quisiera verlos, igual se arriesgaron demasiado—

Estuvimos bailando un corto rato hasta que los novios se fueron, luego de un rato vi que Iris se preparaba en su mesa para irse, me acerqué para hablar por última vez con ella.

Franco—¿Se van? — pregunta estúpida lo sé.

Iris—Si, ya es tarde para la nena y como ves ya se quedó dormida sobre mi madre— me señalo con la cabeza hacia donde estaba visiblemente cansada la señora.

Franco—Déjenme ayudarlas— me acerque a la señora levantando a la nena y ella me dio una sonrisa de agradecimiento.

Iris—Gracias— luego me dijo en un susurro— a mi mamá no le gusta admitirlo, pero a veces se cansa más que la nena y pues quiere mostrarse fuerte—

Franco—Me imagino— le conteste también con un susurro.

Iris—Mira allí está mi papá haciendo señas que ya tiene el auto cerca—

Franco—Ok, vamos las ayudo cargando a Kiki— nos fuimos los tres hacia el auto donde acomode a la nena y los señores subieron a las plazas delanteras.

Iris—Ok, supongo que hasta otro día—

Franco—Espera ¿Puedo decirte algo? —


IRIS

No podía creer que le costara tanto invitarme a salir y tampoco podía creer como me latía el corazón cuando me lo pidió, nos despedimos después de un fuerte abrazo, demasiado largo según mi padre, demasiado corto según mi madre, yo solo tenía una enorme sonrisa.