VIDAS capítulo 55

Nuestros amigos se conocen

CAPITULO 55 ENCUENTRO

IRIS

Me encontraba entre comerciales durante el noticiero repasando las notas que faltaban, casi era hora de cerrar la emisión en directo, cuando llego Marta corriendo a hablarme desde la redacción.

Marta—Iris, nena, acaba de llegar información urgente, quiero que tu compañero de la nota y despida solo el noticiero—

Iris—Siempre lo despedimos juntos, pero si así lo quieres, no hay problema— me sorprendió ya que siempre cerrábamos juntos y la cara que ella tenía ella era de susto.

Marta—Creo que mejor lees la nota y después me dices si lo que te pido está bien—

Cuando repase la nota por poco me desmayo, decía que durante un operativo en el oriente del país se había capturado al buscado narcotraficante José Luis XXX, alias el Don, hubo un enfrentamiento armado y varios de sus escoltas habían sido abatidos, tenía orden de captura y solicitud de extradición por el gobierno de Estados Unidos.

No pude hacer otra cosa más que agradecerle a mi amiga que siempre me protegía, la mezcla de sentimientos y emociones fue rara sin llegar a sentirme mal, por un lado, estaba el gusto de saber que un prófugo por fin era apresado, por otro lado, me recordó mi vida y como era en ese entonces, poco antes de saber que estaba embarazada, antes de mi infierno y que desembocó en mi felicidad absoluta. Marta me saco de mis ideas, mientras que en otra parte del set mi compañero estaba despidiendo la emisión después de dar la noticia final.

Marta—Te recuerdo que te toco cubrir el domingo el mitin del partido del padre de Leticia—

Iris—¿Tu y Pedro también estarán allí? –

Marta—Si amiga, ya sabes que a Pedro lo quiere mucho esa familia—

Iris—Ya, me dijiste que Leticia participaría como candidata de algo en las próximas elecciones—

Marta—Así es nena, por eso Pedro quiere ir a darle su apoyo moral, aunque no comulgue con las ideas de ese partido, quiere mucho a Leti y está muy agradecido con los padres de ella—

Iris—Hace tiempo que no la veo, ¿Cómo lo está llevando? –

Marta—Ya sabes cómo es ella, imposible que no llame la atención, según Pedro en ese partido solo la usaran para atraer votantes masculinos—

Iris—jajaja, Si, siempre que llegaba a algún lugar era imposible que pasara desapercibida, hacia bajar la autoestima a todas las mujeres—

Marta—Aun lo hace, créeme— su mirada se puso seria de nuevo cuando uno de los investigadores de redacción le paso una nota que le trajo —nena, acaba de llegar más información—

Me mostro la nota diciéndome que era información sin confirmar, en ella aparecían los nombres de los policías y los escoltas heridos y abatidos durante la captura de don José Luis, entre los muertos figuraba el nombre de Fernando como uno de los escoltas, por el sí me sentí mal, no consideraba que fuera mal tipo a pesar de ser un cerdo, sexualmente hablando, me parecía que era solo una marioneta en manos de Erick y su padrino que lo movían con sexo y mujeres.

Luego nos fuimos a su oficina donde platicamos de los planes de boda, ya faltaba poco más de un mes para realizar el evento y ella se encontraba haciendo los preparativos, por más que Pedro y sus futuros suegros le sugirieron contratar algún servicio ella se negó, Pedro la apoyo y le ayudaba bastante, la otra ayuda incondicional que tuvo Marta fue la de mi madre, que de paso arrastraba a mi padre para que hiciera de chofer de ambas.


FRANCO

Había estado esa semana analizando apartamentos y ayudando a Quique a preparar su partida sin decirle nada a nadie aun, también por medio de las recientes redes sociales me entere de una especie de convención de otakus en una zona del centro de la ciudad (en realidad solo era un grupo pequeño de chicos que se reunían para intercambiar mangas y figuras de acción), el problema era que sería el domingo cuando se realizaría el mitin donde presentarían a mi hermana, había pensado presentarme para deshacerme de algunos de los mangas más viejos y quizás si aparecía algo interesante hacer algún cambio.

Estaba imaginando la forma de hacer las dos cosas el mismo día, el mitin era a media mañana y difícilmente seria de menos de 3 o 4 horas, por otro lado la “reunión” se llevaría a cabo todo el día y en teoría podría ir a un lado antes y al salir al otro, pero yo sabía que mis padres querían que pasara todo el día con ellos acompañándolos en las reuniones de después del mitin y en la sede del partido se había organizado un coctel para después que seguramente se alargaría hasta la noche, lo que prácticamente anunciaba estar todo el día domingo con la familia.

Según mi primo me podía escapar como lo hacíamos de jóvenes, que encontraría la forma de hacerlo y que el me ayudaba cuando estuviéramos por allá, también hablamos de su departamento, la verdad me gustaba estaba bien ubicado pero el alquiler era realmente exorbitante, según mi criterio, pensé en pedirle que me lo subarrendara mientras estuviera de viaje, pero como él dijo serian varios meses y si le gustaba serian años y me imagine que el grupo que era dueño del edificio no querrían entrara en este tipo de líos fiscales.

Igual lo del departamento no era mi prioridad, también empecé a agendar reuniones con los que buscarían ser mis socios y por sugerencia de mi padre había empezado a leer las propuestas y también me puse a averiguar de sus vidas, en general todo lucia en orden, ninguno de los participantes parecía tener algo que ocultar y las ideas que proponían para los negocios, aunque mejorables y con algunos detalles por pulir, estaban bien.

El sábado antes del mitin la casa de mis padres se volvió un manicomio, gente del partido algunos los conocía a la mayoría no, todos de un lado a otro, mi padre era el más tranquilo organizando y dirigiendo a la gente, autorizando y denegando solicitudes, por primera vez vi al hombre decidido que mencionaba Leticia y entendí un poco porque ella lo admiraba tanto, aunque a veces no estuviera de acuerdo con sus formas. La otra que me asombro era mi madre, también organizaba al servicio de catering que habían contratado para atender al montón de gente que estaba allí.

Mi hermana era otra historia la vi histérica como cuando no le salían sus planes en el colegio, quería proyectar una imagen de seriedad y profesionalidad a pesar de su juventud, había contratado a una chica que le ayudara con el maquillaje, la pobre la estaba pasando mal ya que a Leticia se le había salido lo niña pija inherente a su condición social, la chica del maquillaje lo estaba pasando mal y decidí pasar de largo antes de que me cayera algo de ese humor aciago que se estaba cargando.

Al final de la tarde me encontré comiendo algo en una mesa de buffet que estaba en el patio y allí estaba la chica del maquillaje que parecía estar cansada y aburrida, no la culpo, cuando Leticia se ponía en ese plan era difícil lidiar con ella.

Franco—Parece que estas pasando un mal día, ¿ya te había tocado trabajar con ella? —

Maquillista—Si, he trabajado con ella antes y la veo muy nerviosa, pero también he trabajado con clientes peores creme, me llamo Alicia y ¿tú quién eres? –

Franco—Soy Franco—

Alicia—jajaja, ¿franco en tus respuestas o en tus ideas? –

Franco—No ese es mi nombre, jajaja—

Alicia—Lo sé solamente quise subir un poco mi animo a costa tuya—

Franco—Lo sabía, no eres la primera persona que lo hace—

Alicia—Tu cara se me hace familiar, a que te dedicas—

Franco—Soy arquitecto, pero por ahora estoy en “paro” y me dedico a ser quien soy—

Alicia—¿Te contrataron para alguna obra acá? Pensé que eras de alguien de servicio por lo relajado que te vez, aunque ya viendo de cerca tu ropa se me hace de marca—

Franco—jajaja, No acá vivo—

Alicia—Espera— tomo mi rostro y me volteo para un lado y para otro, cuando se dio cuenta de quien era se llevó las manos a la boca —perdón señor, no era mi intención—

Franco—¿En serio vas a empezar a hablarme de usted? –

Alicia—Perdón, es solo que vi fotos tuyas y de tu hermana en su habitación, pero como que son de hace bastante tiempo aun eran niños—

Franco—Ok, te perdono, pero deja de pedir perdón a cada rato—

Alicia—Tratare, pero no prometo nada—

Franco—¿Te trata mal mi hermana? –

Alicia—No, bueno esta algo pesada, pero me imagino por los nervios, pero como te dije he tratado con gente peor que si eran pedantes y exigentes—

Franco—Ok, no quisiera tener que enfrentarme a ella para que se porte bien contigo, siempre llevo las de perder contra ella, jajaja—

Alicia—jajaja, No seas malo, entiende que no todos los días te postulan para algún cargo público—

Franco—¿Cómo llegaste acá a trabajar con ella? –

Alicia—Mi prima es conocida de Leticia y por ella estoy acá, además me recomendó una amiga llamada Marta que es mi jefa en una televisora—

Franco—Conozco a Marta, según me dijeron pronto se casará con Pedro—

Alicia—Si ella misma, desde hace años es muy amiga de mi prima—

Se despidió diciendo que debía terminar con mi hermana y después se retiraba, me quede terminando el mini sándwich y tomándome una soda, para después volver a terminar de ordenar las cosas que llevaría a deshacer en la reunión de otakus del día siguiente.


IRIS

Me había levantado con toda la flojera que podía tener un domingo la anterior noche gracias a una broma pesada de mi hermano más joven me había comprometido a conseguirle un nuevo juguete a la nena, esa serie de chicas que se transformaban había resultado una obsesión para ella, más cuando apareció una niña como de su edad, María Enriqueta había tenido la osadía de pedir pintarse el cabello de rosa igual que la niña, recuerdo que cuando tenía esa edad nunca me obsesione así, pero según mi madre sí que lo hice con las muñecas rubias de medidas irreales.

Debía prepararme para ir al mitin ese, por lo regular habría tratado de escabullirme durante la semana, pero al ser un favor pedido por Marta, para no aburrirse, tome la asignación que varios de mis compañeros no querían, decían que las próximas elecciones ese partido de gente ricachona si no ponían a otro pelele para candidato a presidente seguramente ganarían, las legislativas se aseguraban desde ya a tener una buen cantidad de escaños para el siguiente periodo, mientras que las mayoría de alcaldías que habían conseguido para las elecciones anteriores, incluida la de esta ciudad prácticamente las tenían ganadas.

Como sea, era un compromiso con Marta y debía cumplírselo, ya después miraba como conseguir la dichosa “luna pelota” pero no evitaba que fuera un dolor de cabeza horrible pensar de estar varias horas allí metida y para colmo por tener que estar temprano preparando el guion y el equipo no pude ir a misa esa mañana, repondría en la tarde, como lo había hecho antes.

Ese día mi trabajo era hacer pequeñas entrevistas a gente importante del partido, entre ellos don Rodolfo, el padre de Leticia, un señor agradable al que ya había conocido algún tiempo atrás, a su lado estaba su esposa mientras era presentada su hija como candidata al consejo municipal de esta ciudad a ellos se les veía orgullosos, cuando termine mi trabajo aún quedaba tiempo para que se terminara el mitin y me puse a buscar a mis amigos Pedro y Marta, cuando los encontré estaban hablando con unos chicos, ambos me parecieron muy guapos, uno era de cabello negro alto ojos azules, piel ligeramente bronceada tenía una apariencia de estrella de rock, pero de esos que solo se visten así por moda y el otro era más blanco de ojos café claro estaba vestido más elegante pero sin llegar a ser formal, este era un poco más bajo que el de ojos azules, ambos portaban chalecos con los logos del partido.

Pedro—Hola Iris quiero presentarte a mis amigos, este es Quique ( refiriéndose al de ojos azules ) y él es Franco ( señalando al blanquito )—

Iris—Hola mucho gusto— les dije sin enfocarme en ninguno.

Marta—Franco es el hermano de Leticia y Quique su primo— por un acto de reflejo me le quede viendo a Franco hasta que me pareció que se puso incómodo.

Quique—Mucho gusto ¿eres presentadora en el noticiero del medio día? –

Iris—Si lo soy, me alegra que gente joven vea el noticiero—

Franco—Mucho gusto Iris, sé que así no nos parecemos tanto, pero quítale todo el maquillaje y veras como ella tiene cara de hombre— aunque reímos todos no me pareció tan gracioso y le conteste algo que hasta el día de hoy me arrepiento.

Iris—Te podrías maquillar tú y veríamos que en realidad tienes cara de mujer—

Todo nos reímos de mi “gracia” incluso el, seguimos allí platicando hasta que en un momento Quique dijo que debía irse y le pregunto a Franco si le acompañaba a donde tenía que ir. Él le dijo que aún era muy temprano para él y debía quedarse más tiempo, luego se quedó hablando con Pedro mientras Marta y yo hablamos por nuestro lado.

Marta—Creo que te pasaste hablándole así, pero nos reímos bastante de él— me dijo entre susurros.

Iris—No sé qué me dio por contestar eso, será mejor que me disculpe en cuanto pueda—

Marta—No te preocupes tanto, lo poco que conozco de Franco es bastante relajado—

Iris—Igual siento que fui bastante mala con el sin conocerlo—

El chico vi que tenía una mochila algo grande y Pedro, que también lo había notado, le pregunto por esta, con voz algo apenada le dijo a Pedro que eran mangas y otras cosas que tenía desde niño y quería deshacerse o quizás intercambiarlas, de inmediato me recordé del juguete de la nena y me atreví a preguntarle si conocía algo de esa serie que tenía loca a mi hija.

Franco—Si la conozco, no es mi genero favorito, pero es muy popular acá en este lado del mundo—

Iris—Entonces quizás me puedas ayudar—

Franco—Claro, si puedo con mucho gusto—

Le expliqué cómo pude el juguete que quería mi niña me conto que él quería ir a una especie de feria/convención donde había gente que era asidua a esas cosas y quizás allí podría haber alguien que tuviera lo que me pidió la nena, estábamos en esa platica cuando nos interrumpieron.


FRANCO

Joder con la chica, no me creía que tuviera una hija de esa edad, la verdad se veía mejor en persona que en la televisión y aparte parecía tener carácter, tanto como para voltearme la broma que había soltado de mi hermana.

Le explicaba que ese juguete acá en nuestro país era algo difícil de conseguir, al menos el original, sé que existían copias chinas que eran de muy mala calidad que se podían conseguir en cualquier supermercado o juguetería, cuando llego mi madre a decirme que debíamos irnos para el coctel de la presentación.

Doña Ana—Recuerda que también debemos ir a la misa después—

Franco—Esta bien madre, me preguntaba si podía hacer algo antes— mi cara de fastidio por tener que ir a ese dichoso coctel era memorable, la misa no me generaba ningún sentimiento de repulsión, pero ese dichoso coctel, sabía que habría más de alguien que me preguntaría cuando me lanzaría yo a algún puesto como mi hermana, pero sucedió algo que no me esperaba.

Iris—Doña Ana discúlpeme, pero yo no sabía y acabo de comprometer en algo a su hijo, y es que el me acompañaría a comprar unas cosas, pero me dijo que tiene que ser hoy—

Doña Ana—¿Qué clase de cosas Franco? –

Franco—Cosas de manga y anime para un regalo y hay una reunión cerca de acá—

Doña Ana—Hijo, espero que no uses a esta niña para escaparte del coctel y de la misa—

Iris—No doña Ana, fui yo quien lo metió en este lio, le prometo que será rápido, quizás al coctel no lleguemos, pero a la misa seguro, es más le prometo que yo misma lo meto a la iglesia, además no he ido aun a misa y quiero ir esta tarde—

Doña Ana—Ok, pero después le explicas a tu padre y a tu hermana el motivo de tu ausencia—

Mi madre se fue con un leve disgusto diciéndole a ella la hora y la iglesia donde seria la misa, nos quedamos hablando otro rato y después nos dirigimos al lugar de la convención, cuando salimos del sitio donde estábamos me pregunto si la guiaba en mi auto y ella me seguía, se me quedo viendo extrañada cuando le dije que yo no tenía auto y que había llegado con mis padres y su chofer, noté que se rio por lo bajo de la situación.

Cuando estuvimos en su auto tire la mochila en el asiento de atrás y nos encaminamos, el recorrido fue corto y apenas hablamos de pocas cosas, cuando nos bajamos vimos que había un pequeño grupo de locales donde llegaba la gente, la mayoría se les veía muy jóvenes y uno que otro como de nuestra edad pocos asistentes eran más viejos.

Yo me distraía en alguno de los locales, la verdad la mayoría de mangas que llevaba en la mochila los tenían todos y uno que otro pude vender a precio bajo, hasta que llegamos al lugar de un chico disfrazado como un pokémon que tenía el juguete que ella necesitaba, pedía por la dichosa pelota un ojo de la cara, al verla comprobé que era un producto original licenciado y todo, pero ni de coña valía lo que el pedía por lo que negociamos sin éxito, ya ella estaba resignada a no poder comprar el objeto de deseo de su hija, cuando una idea se me ocurrió.

Me dio pena que ella hiciera el viaje por gusto, además le debía el favor que me hizo para escaparme del coctel ese, pensé en pagar yo por el juguete o ayudarla a cubrir la diferencia, pero por lo poco que había platicado con ella me pareció que si hacia esa oferta seguro que me tomaba por un sujeto machista y se negaría en redondo a aceptar.

Se me ocurrió sacar una de las cosas que había empacado y no quería del todo deshacerme de eso, se trataba de los primeros tres tomos en ingles de un manga que había sido la sensación en Japón hace unos años y ya estaban emitiendo en Europa la versión anime, pero no había planes de sacar la versión latina de este y que de hecho nunca salió, era de las cosas que me acababan de mandar de Estados Unidos. El chico babeo de la sorpresa al ver que le ofrecía para hacer el cambio de la pelota por mis mangas, los mangas no alcanzaban a cubrir el precio que él quería y lo sabía, por eso se puso duro en una nueva negociación, pero entre las miradas dulces y coquetas de ella y que no era tanta la diferencia acepto el cambio, aunque con resignación.


IRIS

Me daba pena que él se tuviera que deshacer de esas historietas, viendo la cara del chico disfrazado me parecía que eran algo que codiciaba, pero me ayudo a seguir consintiendo a mi hija, algún día dejaría de hacerlo.

Iris—Te agradezco que intercambiaras tus cosas por el juguete de mi hija, te prometo que voy a pagarte todo el valor de tus comics—

Franco—No tienes por qué hacerlo, además igual me quiero deshacer de la mayor parte de lo que tengo en casa de mis padres… otra cosa, se llaman mangas no comics—

Iris—Es lo mismo, para mí al menos—

Franco—jajaja, Para ti y para mucha gente, pero para las personas que están acá no lo es—

Iris—Qué te parece si te invito a unas cañas o algo como pago por haberme salvado de esta—

Franco—No bebo, pero si quieres te dejo que me invites a comer, igual aún faltan un par de horas para llegar a la misa que prometiste meterme—

Iris—jajaja, Tienes razón, vamos a buscar algún lugar yo también tengo mucha hambre—

Este chico me estaba sorprendiendo a cada instante, desde que vi la mala cara que le hacía a doña Ana cuando quería llevárselo al coctel, lo tome como la oportunidad de disculparme con él por mi chiste aunque después cuando me dijo que no bebía entendí porque no quería ir con ellos, también me sorprendió el hecho de que no tuviera auto cuando la mayoría de tipos de su nivel económico de lo primero que presumían eran sus potentes deportivos europeos o enormes camionetas americanas, espero que no notara que me reí, pero no estaba acostumbrada a hacerla de chofer de alguien.

Durante la comida le comenté que se me hacía raro que alguien con esa edad y nivel económico se pusiera a intentar hacer trueques con unos chicos tan frikis, me sentí como pez fuera del agua cuando llegamos y vi que la mayoría de asistentes eran chicos mucho menores la mayoría no pasaban de los 20 años, si bien había gente mayor que nosotros a mí me pareció que estaban allí esperando o acompañando a los más jóvenes, sonreía con amable resignación cuando le planteaba mis comentarios.

Estábamos en una cadena de restaurantes de comida rápida y después de sentarnos y platicar otro rato me di cuenta que este chico era muy inteligente, me conto que había terminado la escuela de administración de empresas y además era arquitecto, yo había escuchado a Marta y Pedro mencionar que era muy inteligente y que también había pasado una infancia difícil por haber padecido un tipo de cáncer.

La platica se nos prolongó y cuando notamos la hora nos fuimos un poco rápido hacia la iglesia que estaba algo alejada de donde estábamos mientras hacíamos el viaje seguimos hablando de todo un poco, conociéndonos.


MARTA

Marta—Cielo, ¿viste que se hicieron Iris y Franco? –

Pedro—Parece que fueron a comprar unas cosas, al menos eso escuche que Iris le dijo a doña Ana hace un rato—

Marta—¿Cosas? —

Pedro—No me preguntes, pero si te puedo decir que Franco tenía una cara de sorpresa y de alivio cuando Iris hablaba con doña Ana y esta se retiró—

Marta—Quería despedirme de ella, recuerda que debemos ir a ver unos adornos para la boda—

Pedro—Lo recuerdo, cuando quieras nos vamos—

Se me hizo raro que Iris quisiera que Franco la acompañara, quizás era algo de ese juguete de mi ahijada, se lo hubiera comprado yo en cuanto tuviera la oportunidad, pero pensándolo seguramente dijo eso para disculparse por haberle tirado su broma, en serio la vi apenada con él.

Aunque… no me imagino a Iris con alguien como Franco, creo que Quique es más su tipo, pero por lo que me ha contado Pedro, Quique no está muy por la labor de mantener una relación y posiblemente solo use a mi amiga como juguete, pero de Franco no sé nada más de lo que hablo con Leticia, mi futuro esposo es más cerrado que una ostra cuando se trata de él, según me dijo es porque ese chico fue su paciente y él quiere mantener el secreto profesional, pero Quique creo recordar que también fue paciente suyo, mejor dejo de pensar en esas cosas y me concentro en la boda.


IRIS

Llegamos por lo justo a la misa, cuando estacionaba el auto pudimos ver a la gente ingresando, al menos a la familia de Franco y otros importantes del partido, cuando ingresamos a la iglesia noté a doña Ana buscándonos antes de que empezara, le hice señas y cuando me vio me sonrió con un gesto de agradecimiento, me imagine que fue porque mantuve mi promesa.


FRANCO

La expresión de alivio de mi madre al verme con Iris me dejo con una sensación rara, pero lo que ocurrió después de la misa fue peor, cuando se terminó la misa Iris se despidió de mi con un abrazo y un casto beso en la mejilla, no espero a que llegaran mis padres ya que según dijo era algo tarde y quería ver la cara de su hija cuando recibiera su regalo.

Cuando llego mi familia, mi padre tenía una mirada seria y mi hermana estaba como más relajada y viéndome burlona por lo que seguro se me venía encima en la casa.

Leticia—Mamá, Papá, ¿cenaremos algo en casa? Les recuerdo que hoy no hay nadie del servicio, solamente está el chofer y debemos pasar a comprar algo—

Doña Ana—En lo personal no creo poder cenar hoy querida, estoy muy cansada y solo quiero darme una ducha para después dormir—

Don Rodolfo—Igual que tu madre, quizás solo llegaría a prepararme un café antes de acostarme—

Leticia—Ok, entonces no les molesta si me llevo a Franco por una pizza antes de dormir—

Franco—¿Mi opinión no cuenta para ti o qué? —

Leticia—No y será mejor que te vuelvas a acostumbrar a eso, jajaja—

Una vez dentro de su auto, un sedán de gama alta que a ella le gustaba porque decía que así podía tener más libertad de movimiento para hacer sus cosas, me ametrallo con preguntas de la chica y del porque me había escabullido así de “su” coctel, ya que varias de sus amigas estaban presentes preguntando tanto por Quique como por mí. Solamente levante las cejas para demostrarle mi cada vez más pronunciado hastió con sus amiguitas.

Leticia—¿Acaso no te gustan mis amigas? –

Franco—En lo físico, las que vi en nuestra última fiesta de cumpleaños todas estaban de muy buen ver, pero me imagino que después de este tiempo muchas cosas han cambiado—

Leticia—Serás idiota, obviamente todas cambiaron, muchas para mejor créeme que si no tuviera que guardar las apariencias con la mayoría ya me las hubiera tirado—

Franco—Vas a empezar con tus indiscreciones—

Leticia—Contigo, siempre, eres la persona en la que más confió, mi mejor amigo—

Franco—Yo también te quiero hermanita, no sabes cuánto extrañe nuestras platicas—

Leticia—Entonces me vas a decir ¿Cómo te fue con tu amiguita hoy? —

Franco—Bien solo le ayude a conseguir un juguete para su hija—

Leticia—Ya, ¿no te pareció atractiva? Porque a mí sí me lo parece—

Franco—Vas a seguir, jajaja, si me parece que es muy guapa y me agrado estar platicando con ella—

Leticia—¿Qué opinas de ella? —

Franco—Ya te dije muy guapa y me gusto hablar con ella, pero hubo un detalle que me llamo la atención cuando la vi la primera vez y ahora que estuve platicando con ella—

Leticia—Cuenta y después te cuento lo que se de ella—

Franco—Estas hecha una mujer de chisme, cada vez que vuelvo al país me sorprendes, jajaja—

Leticia—Idiota, habla ya—

Franco—Ok, la cuando la vi en la T.V. me pareció que tenía una mirada triste igual que cuando la vi hoy en persona, pero cuando la escuchaba hablar de su hija esa mirada y expresión desaparecían de golpe—

Leticia—Ya, jijiji, creo que te gusta, si no, no te hubieras fijado en ese detalle—

Franco—Talvez, pero tú no me tenías que contar algo si te respondía—

Leticia—Ok, pero no es mucho solo sé que ella tiene tiempo sin salir con ningún hombre en plan de relación, desde que el padre de la nena que la dejo abandonada con el paquete, la razón por la que dicen que no sale con nadie es por su hija, pero solamente eso puedo decirte—

Franco—Te lo repito, eres toda una mujer de chisme—

Terminamos la plática de mis actividades de ese día en el auto con ella dándome un leve zape y cuando llegamos a la pizzería ordenamos solo para los dos, cenamos contándonos anécdotas de nuestras parejas durante todo este tiempo y riéndonos de los enormes ridículos que yo hacía o de lo mal que ella hacia pasar a algunos de sus pretendientes y el asco que le daban algunos viejos rabo verde conocidos de nuestros padres, cuando llegamos a casa me di cuenta de un pequeño detalle que se lo hice ver de inmediato a mi hermana, la puta mochila se había quedado en el auto de Iris.


LETICIA

Espero que mi hermano no se acobarde y empiece a tener alguna relación antes que yo, así mi madre me deja de observar y pueda salir con alguna chica, si no es Iris le presentare a las menos zorras de mis amigas, tampoco se trata que lo lastimen, me gusta para él… o para mí, pero su historia no se si deba contárselo o mejor que sea ella, creo que esa última es la mejor opción.