VIDAS capítulo 53 & 54

Iris de viaje con Marta y Pedro; Franco por fin regresa a casa

CAPITULO 53 ABRIENDO LAS IDEAS

IRIS

Resulto que unos meses después de la visita del papa a nuestro país nos dieron un fin de semana libre, ya había pensado que la pasaría con la nena solas en casa ya que mi hermano mayor había invitado a mis padres a visitar a la familia de su esposa en el occidente del país, entonces unos días antes de nuestro descanso Pedro nos propuso a Marta y a mí para ver si podíamos llevar a la nena a la playa, me hacía mucha ilusión ya que mi bebé no conocía el mar y Marta estuvo más feliz que yo.

Salimos un viernes por la mañana, después que se fueron mis padres con mi hermano, a una playa que yo no conocía y me dijeron que era muy hermosa, además de discreta ya que el acceso es un tanto difícil, me sorprendió el enorme vehículo 4X4 que Pedro consiguió, dijo que se lo había prestado un amigo, el espacio era enorme, pero se notaba que a Pedro le hacía falta pericia para maniobrar semejante armatoste en la ciudad, casi choca unas cuantas veces por no medir bien las distancias a los lados, yo por mi parte ni me acerque al volante tenía mi pequeño auto compacto que me servía para moverme que era como un tercio del volumen de ese, Marta manejo un rato mientras estábamos en la carretera pero igual se le dificultó.

Cuando por fin llegamos a la casa que habían alquilado empezaba a caer el sol y solo pudimos pasear un rato por la playa y comer algo por los pequeños locales, estuvimos un rato platicando y riéndonos de lo difícil que era andar con ese vehículo por sus dimensiones, más que nada, Pedro nos dijo que su amigo lo usaba a veces para ir al trabajo, pero que se arrepentía cuando estaba a medio camino, mi pequeña estaba cansada por el viaje y cuando la acosté tardo como 30 segundos en dormir, yo me acurruque a su lado y al rato seguramente caí también presa del sueño.

Me desperté de madrugada por lo incomodo de mi posición, tratando de acomodarme mejor y abrazando a mi beba escuche unos leves y ahogados gemidos, me quede quieta para tratar de poner atención, me reí de mí misma y del recuerdo de ver a gente follar, era evidente la razón de los gemidos, lo que no esperaba fue que estaban bien sincronizados, me pude imaginar a mi amiga abierta de piernas recibiendo enormes embestidas de parte de su futuro esposo y los besos que se daban.

Para ser sincera me estaba calentando la idea de ver a esa muy atractiva pareja teniendo relaciones, ambos habían cambiado muy poco desde que los conocí, Marta seguía con su cabello rubio, pero más natural y fruto de la constante actividad en el gimnasio, donde me arrastraba casi siempre, tenía un cuerpo estilizado y en forma, que siempre acompañaba a la manicura y pedicura semanal (a esas citas no me oponía para acompañarla), su rostro se conservaba fresco y todo era adornado con vestidos que le quedaban perfectos. Pedro por su parte también se mantenía en forma y el emanaba un aura de tranquilidad que atraía más que miradas de muchas mujeres, a mi amiga le tocaba espantarle arpías a cada rato y Pedro por su parte era del tipo que se daba a respetar cuando notaba algún avance de parte de alguna mujer que no fuera Marta ponía el límite claro a los avances de las susodichas que salían trasquiladas por este

Los estuve escuchando por un buen rato hasta que me venció de nuevo el sueño, a la mañana siguiente ambos se tiraban unas miradas de enamoramiento y alegría que daban envidia, me reí por dentro al recordar como los imaginaba. Pasamos la mañana en la playa jugando con la nena, la playa estaba con poca gente, pero como siempre había grupos, los que nos llamaron la atención fue uno de chicos que parecían universitarios y no fue por nada bueno, eran escandalosos y estaban empezando a beber cuando llegamos, de poco las miradas hacia nosotros pasaron de ser escasa y furtivas a descaradas y vulgares seguramente envalentonados por el licor.

La cosa se puso fea cuando algunos de esos chicos nos silbaban para llamar nuestra atención, me refiero a Marta y a mí, cometí el error de voltear a verlos y uno que parecía el líder del grupo o al menos el más payaso, empezó a acariciarse el paquete, por poco lo ve mi nena y le dije a mis amigos, Pedro los volteo a ver, sabía que él no era de atacar los problemas con violencia pero si era muy resolutivo y busco de reojo a algún miembro de la policía o alguna figura de autoridad, al no ver a nadie saco su teléfono y envió un mensaje no sé a quién.

Unos minutos después los chicos se reían de sus actos, mientras nos gritaban cosas como “ vénganse nenas acá las vamos a complacer ” o “ dejen al pijo ese que no tiene el valor ni la polla que ustedes necesitan ” Marta que es de carácter más violento que Pedro o que yo se disponía a encararlos, cuando se acercó una patrulla y les llamó la atención, invitándolos cordialmente a dejar la playa publica, los chicos se asustaron ya que el hombre que les hablo era enorme, moreno bronceado con mucha musculatura, me imagino que sumado al arma que estaba en su cintura los muchachos universitarios no tuvieron otra opción que retirarse sin voltear a ver.

Después de asegurarse que no estaban los muchachos esos el patrullero se nos acercó y le hablo a Pedro y este nos lo presento, ya ni recuerdo su nombre, él se portó muy amable con Marta y conmigo, la nena se acercó a él y este le dedico solo una sonrisa que yo definiría como amable a secas, se quedó un rato platicando con nosotros, era obvio que me miraba tras de esos lentes oscuros no lo pudo ocultar y después mi amiga dijo que le había causado la misma idea que me observaba directamente. Se retiro no sin antes invitarnos a un local para la noche donde decía que podíamos beber y pasarla “rico” mi amiga le señalo a la nena y este se disculpó diciendo que si queríamos su hermana la podía cuidar mientras salíamos esa noche, después cuando se fue Pedro se llevó a la nena para conseguir helados para todos.

Marta—¿Qué te pareció el policía? –

Iris—Guapo, pero no me gusto algo de el—

Marta—Te entiendo, pero debes admitir que su invitación es tentadora—

Iris—No me llama la atención dejar a María Enriqueta con alguien a quien no conozco—

Marta—Ok, pero este fin de semana es para relajarnos—

Iris—Tu lo que quieres es llevarte a Pedro de fiesta, parece que no les alcanzo la de anoche—

Marta—¿Nos escuchaste? – mientras se puso roja como un tomate y yo me reía a carcajadas.

Iris—Si nena, jajaja, pero no te preocupes que la beba ni se despertó en toda la noche—

Marta—Dios mío que pena contigo—

Iris—Descuida y mira si quieren irse de marcha tú y Pedro no se preocupen por nosotras—

Marta—Nena, no es eso, es que tu llevas tiempo sin… bueno sin eso y como a mí que me da pena hablar de eso, no sé cómo lo llevas—

Iris—Te digo que podría estar mejor, pero mientras mi hija este bien yo no necesito nada más—

Marta—Te prometo que voy a romper mis tabúes, por ti, por mí y por Pedro, así podremos hablar con tranquilidad, tengo mis propios demonios y necesito ayuda con eso—

Iris—Ya me has contado algo, sabes que tú siempre me has apoyado en todo, lo menos que puedo hacer por ti es apoyarte en esto también—

Marta—Si nena, tengo algunas dudas de cómo será mi relación con Pedro, en el sentido del sexo él es más liberado y puede hablar con paz y tranquilidad, si te contara las cosas que me ha dicho—

Iris—Ahora me cuentas, no me dejes en ascuas—

Marta—Algún día nena, cuando esté lista—

Iris—¿Ves a algún especialista? –

Marta—Si nena a la tía de Pedro, Olga es muy buena y me ha dicho que parte de mi terapia es hablar abiertamente con más gente de cosas sexuales, sin que sea necesariamente explicita la charla—

Iris—Ya sabes que acá estoy yo, para lo que necesites—

Esa noche decidieron hacer caso a la recomendación del policía y salieron, mi nena y yo nos quedamos solas en la casa viendo T.V. nos quedamos dormidas y al rato sentí que ya era tarde, me levante y acomode a la nena en su cama, termine de prepararme para dormir y un rato después con las luces apagadas los escuche entrar platicando y riéndose.

Pedro—¿Crees que ya estén dormidas? —

Marta—Seguramente, la nena estuvo muy activa hoy y su mamá corriendo tras de ella—

Pedro—Me dan ganas de tener una hija para jugar—

Marta—jajaja, los niños son más que juguetes amor—

Pedro—Lo sé, es que solo me dan ganas—

Marta—¿Ganas de qué? –

Pedro—En este momento de hacerte de todo amor—

Marta—No te alcanzo con lo de anoche y lo hace un rato en el auto—

Pedro—Nunca tendré suficiente de ti, sabes que te amo—

Marta—Gracias cielo, las consultas con tu tía me han ayudado para animarme a hacer cosas así—

Pedro—Me alegro que estés superando lo de tu madre—

Marta—Deberíamos enviarle a Iris, quizás supere lo de Erick y Magda—

Pedro—No estoy seguro, parece que la religión y sus padres le han ayudado, es más fuerte de lo que tu o ella misma creen—

Marta—Pensé que quizás se animaría a salir hoy, el policía no le fue del todo indiferente—

Pedro—También me dijiste que ella vio algo en el que no le gusto, si ella confía en sus instintos no somos nadie para hacerla cambiar de opinión—

Marta—No creo que sean instintos, parece más bien miedo a que le pase algo de nuevo—

Siguieron hablando un rato más de mí, de ellos, de sus planes, hasta que sus voces se cambiaron a besos y suspiros, me volvió a dar curiosidad, pero sus palabras me habían dejado pensando que quizás necesitaba ayuda para poder relacionarme de nuevo, esa noche, aunque trataron de hacer menos ruido que la anterior igual los escuche y me dieron ganas de tocarme, pero no lo hice debido a que estaba cerca la nena y no sabría qué hacer si ella despertaba.

Lo de conseguir ayuda psicológica para que me ayudara en mis relaciones me estuvo dando vueltas en la cabeza por días, hasta que me decidí, contacte a la tía de Pedro y resulto que la señora era y es una eminencia con varias publicaciones en el campo dentro y fuera del país, había dado clases en universidades de prestigio por el mundo, pensé que no tendría tiempo y que sus tarifas serian caras, por muy bien que estuviera económicamente en ese tiempo.

Resulto que ella estaba empezando a retirarse de a poco y ya no realizaba viajes seguido por recomendación médica, cuando hable con ella me confeso que sus ingresos venían de las regalías de sus libros y de las inversiones de su familia, daba consulta a casos que le parecían interesantes o por hacerle favor a sus amigos y familiares, como el caso de Marta, pero que eran pocas a la semana, me dijo que me podría recibir y mis consultas las dejamos para viernes por las tardes y lo hacía solo porque yo le caía bien y también le gustaría ver a la nena ya que la veía como una nieta más.


MARTA

Ese policía estuvo pedante preguntando por mi amiga todo el rato aquel fin de semana, creo que después de todo Iris no se equivocó, aun así, me alegro que se decidiera por buscar ayuda, espero que no se entere que Pedro hablo con su tía para que la recibiera, si bien estaba enamorada de mi ahijada (como todos los que la conocen), ella es una mujer muy ocupada.


MAGDA

Necesito concentrarme en los impuestos, no sé si me están investigando en delitos administrativos, el abogado dijo que lo mejor era ponerme en un régimen conyugal que justificara los ingresos extra como si uno de los dos estuviera trabajando desde casa, pero ¿quién se casaría conmigo y que no fuera una carga? El único en este momento que se me ocurre es Joaquín, tenemos la misma edad, llevamos años conociéndonos, siempre que no se queje por follar con Erick o con quien yo quiera me importaran un bledo sus rollos con chicos, es más quizás hasta podamos follar entre él, yo y alguno de sus ligues, sé que lo hace bien, nada del otro mundo, pero bien, lo único que le pediría seria discreción con sus rolletes bisexuales como cuando estuvo casado con Mónica.


ERICK

Tuvo el valor de decirle que no a Magda, este idiota de Joaquín se quiere morir, jajaja, ahora quien será el pobre diablo al que busque seguro debe tener docenas de idiotas que se arrastrarían por casarse con ella, si yo estuviera en su lugar tomaría a quien tenga más dinero para casarme y después desplumarlo cuando me aburriera.

Erick—¿Magda que haces acá? –

Magda—Quería pedirte un favor—

Erick—Seguro, tu dime de que se trata—

Magda—Es muy grande el favor que necesito, estas seguro que puedes cumplirme—

Erick—jajaja, Mejor dime de que se trata a ver si puedo—

Magda—Vale, ¿sabes que Joaquín me rechazo? –

Erick—Si me entere, le admiro los huevos de decirte no, yo no sé si podría—

Magda—Entonces sabes por donde viene mi favor—

Erick—Te aseguro que conozco a varios idiotas que harían lo que fuera por ti, pero tú debes conocer más, me extraña que no te decidieras por uno—

Magda—Todos son unos imbéciles, que tratarían de aprovecharse de mi dinero, además son empresarios y políticos con buenos ingresos y por eso no me sirven para lo que necesito—

Erick—También los hay chicos jóvenes buenos para nada—

Magda—Esos son los peores no sabrían mantener las apariencias—

Erick—Espera… ya te estoy entendiendo, para tu cerebro Magdalena, ¿tú crees que yo soy lo que necesitas para tus problemas con impuestos? —

Magda—Exacto amor ese es el favor que necesito, sabes que te ira muy bien, mejor de lo que te va ahora, imagínate lo que podríamos arreglar con esa situación—

Erick—Déjame pensarlo, dame tiempo—

Magda—No tengo tiempo necesito una respuesta cuanto antes—

Erick—Vale, pero que gano yo con eso—

Magda—Amor sabes que no te negaría nada, solo sería un matrimonio de papel, es más ya arregle con el abogado que ponga una fecha anterior conveniente para legalizarlo—

Erick—Quiero una parte en tus negocios, los legales—

Magda—Ahora tú, por eso no quería casarme, por babosos que buscan eso de mi—

Erick—Nada te cuesta, es más para lo que necesitas debemos estar en régimen de bienes mancomunados y si quieres te firmo alguna especie de prematrimonial que tu abogado redacte—

Magda—Ok, ya hablare yo con él, mientras tanto hagamos el amor para cerrar el trato—


CAPITULO 54 VUELTA A CASA

FRANCO

Este es mi último día en Chicago, he terminado mi pasantía en el despacho de Andrew, durante todo este tiempo no he logrado tener una relación estable, Jenny se casó y según lo que hablamos con Andrew parece que le va bien con Chris, Mayra, mi querida Mayra, cada vez que peleaba con alguno de sus novios me visitaba en Ithaca, hasta que de repente se lio con los estudios y sus padres le pusieron un ultimátum ya se dedicó de lleno a terminar su carrera, no me ha visitado en casi un año.

Antoine continuo con sus negocios y sus clubes levantaron de nuevo, ahora que se viene otra crisis inmobiliaria espero que no le dé fuerte, Anton sigue siendo su custodio fiel, mientras Gaby y Jaqueline se mudaron a California en el área de San Francisco lo último que me dijeron hace poco más de año y medio era que se habían casado, les deseo que sean felices.

Aparte de mi amistad con Andrew, que se convirtió en mi mentor, no me queda nada en este país, me propuso trabajar con él que en pocos años los demás socios lo apoyarían y yo también seria socio, pero no he visto a mi padre en casi dos años, Leticia y mi madre me han visitado para nuestro cumpleaños, les encanta esta zona donde abundan los lagos y el ambiente es más relajado que en la ciudad, mi madre dice que se encuentra en paz acá.

Según mis tíos ya debería estar casado y empezando a formar una familia que tome el ejemplo de mis padres o de ellos “ pero no sé si encontrare alguna mujer que me aguante ” es lo único que alcanzo a contestarles. De momento el ultimo rollo que tuve y que podríamos considerar una relación termino hace tres meses con una morena amiga de uno de mis compañeros de la pasantía, parecía querer formalizar y todo se derrumbó cuando le escuche hablar con mi amigo de que la fortuna de mi familia era fruto de dos generaciones de corrupción y mi hermana era la tercera, que ella no le apetecía ir ni de vacaciones en mi país, me enojo tanto, no por los viejos, pero sabía que mi hermana era de otro tipo de ideas.

Hablando de los viejos, pensaba que mi abuelo moriría pronto, pero primero falleció mi tío Mauro fruto de sus constantes borracheras, según me conto mi madre desde que el murió el pueblo de donde ellos eran estaba sin ley y varios grupos de narcotraficantes querían apropiarse de la zona, esa era una de las razones que mi padre esgrimía cuando se trataba de visitarme.

Mañana sale mi vuelo en la madrugada, Leticia dijo que me esperaría junto con Quique ambos tenían noticias para mí, ignoro por completo de que se tratara.

Quique—¿Cómo fue el vuelo? –

Franco—Normal, con tan poca diferencia horaria no te afecta el jetlag—

Quique—Sigues haciéndote el macho, jajaja—

Leticia—Déjalo que el vuelo desde allá por mucho que no esté en distintas zonas horarias es cansado por los transbordos e imaginar que tuvo que salir de madrugada—

Quique—Si, pero es lo que hay—

Franco—Cállate que tú puedes tomar el avión de tu padre y salir cuando quieras—

Quique—jajaja, Crees que don Álvaro me dejaría usar su juguete preferido, hay ocasiones que parece quererlo más que nosotros seis y si sumas a mi madre seriamos siete—

Leticia—¿Quieres saber las noticias? –

Franco—Pues sí, la curiosidad no me dejaba dormir, jajaja—

Leticia—Te odio yo tan ilusionada y tu tan apático—

Quique—Dile ya mujer que te mueres por hacerlo—

Leticia—Ok, estas frente a la candidata numero 4 para el consejo municipal de esta ciudad—

Franco—¿¡Que!? –

Leticia—Lo que escuchaste, en las próximas elecciones estaré participando dentro como candidata por el partido para conformar el consejo municipal—

Franco—Ok, pero como demonios le permitieron a alguien tan joven participar—

Leticia—Que poco conoces a nuestro padre y al padre de Quique, sabes bien que la última elección el primo de don Álvaro fue electo alcalde y se postulara de nuevo, si se alcanzan los suficientes votos es casi seguro que arranque mi carrera política—

Franco—Ok, y tus estudios de posgrado, decías que querías estar preparada y no sé qué choradas—

Leticia—Puedo seguir estudiando la maestría en derecho mercantil igual es solo la primera vez que participo y no es seguro que quede—

Franco—¿Y tu trabajo en el despacho? –

Leticia—Nunca ha sido de mi agrado, y había pensado dejarlo para unirme a una ONG o algún lugar donde no acosen tanto a las mujeres, yo por ser hija de quien soy y sobrina de don Álvaro me dejaban en paz, pero escuche de casos en la oficina, solo porque mi padre me lo pedía si no, hubiera entablado como 100 demandas allí dentro—

Quique—Eso no es todo, yo también quiero decirles algo, me voy a España—

Mi hermana y yo nos quedamos como piedras, nos explicó que estaría haciendo unos cursos de arte barroco/colonial, pero si le gustaba quizás se quedaba más tiempo, quería que fuéramos los primeros en saberlo por ser los familiares más cercanos, cabe destacar que la razón que éramos tan unidos fue que teníamos edades similares, si Ana estuviera viva tendría unos 8-9 años más que Leticia y yo, mientras que Quique la diferencia entre su hermano más próximo era de 6 años, por lo que ellos pasaban olímpicamente de él y de nosotros.

Nos pidió que no le dijéramos a nuestros padres y él se encargaría de los suyos, mis padres me recibieron con alegría y muchos abrazos, sentí bien como no me había sentido en mucho tiempo, la paz que irradiaba en esa casa era acogedora, aun con todo y el tamaño, mi madre desde hacía un tiempo no le gustaba tener mucha gente de servicio y por eso en ese tiempo aparte de un chofer y alguien de limpieza/cocina solo había un jardinero que venía dos o tres veces por semana, además de los guardaespaldas que tenía asignado mi padre como legislador.

Me sorprendió ver lo poco que había cambiado mi habitación en esa casa, solo había sido removidos los posters de “Saint Seiya” y demás animes, las sabanas habían sido reemplazadas por unas blancas sobrias, mi ropa desde que era niño siempre estuvo ordenada, ahora era poca en el closet solamente los pesados abrigos de invierno y una que otra t-shirt que hubiera olvidado en las visitas, pero hacía más de dos años que no estaba por allá.

Al siguiente día me levante tarde, poco después mi madre me aviso de comer, comimos los dos juntos en la cocina y a nuestro lado estaba la señora que hacia la limpieza comiendo algo también antes de continuar con su trabajo, mi madre me dijo que solía comer al medio día acompañada por ellos dos y si jardinero no se había retirado aun también solía acompañarles, me extraño cuanto había cambiado la dinámica en casa, pero entendí que debido a que mi padre se mantenía ocupado en la asamblea y mi hermana en el despacho que decía odiar, mi madre recurrió a este cambio para no morirse de soledad. Una de las nuevas costumbres era la ver las noticias en la T.V. mientras se almorzaba la verdad apenas puse atención a las noticias recordando las veces que había vivido allí, y pensando que tan buena idea era quedarme, ya que estaba acostumbrado a tener mi espacio, pequeño y nada comparado con esa enorme casa, pero mío al fin, lo otro que me preocupaba era el trabajo, no quería depender de mi padre.

Sabía que una llamada de él era suficiente para que prácticamente cualquier estudio me recibiera con los brazos abiertos, pero de haber querido jefes mejor me hubiera quedado con Andrew. Durante las últimas semanas en Chicago había estudiado la posibilidad de abrir un estudio pequeño, pero sin cartera de clientes no prosperaría demasiado y esa era otra cosa con la que mi padre seguro querría meterse, visto mis opciones tarde o temprano requeriría de él o de mi tío Álvaro, seguramente de alguno de sus contactos. Decidí tomarme tiempo para analizar el mercado local en cuanto a las oportunidades, seguía divagando en mis pensamientos cuando mi madre me llamo la atención ya que apenas había probado bocado.

Doña Ana—Hijo come, te aseguro que las ideas que tienes se te aclararan con el estómago lleno—

Franco—Gracias madre—

Doña Ana—Nada de “gracias madre” tu solo come, no sé si sabias pero el domingo hacen oficial la candidatura de tu hermana y la de tu padre, quieren que estemos allí—

Franco—Algo me menciono Leticia ayer, pero no sabía que serían tan pronto las elecciones—

Doña Ana—Falta poco más de un año, pero ya sabes cómo son en el partido les gusta adelantar esas cosas para tener toda la documentación necesaria y los requisitos validados en cuanto se abran las inscripciones para los partidos—

El aparato seguía encendido y me quede un rato viéndolo, eran notas rojas, otras notas sociales y políticas algunas internacionales, en total había estado poco más de media hora frente a la pantalla y lo único bueno que había visto era la presentadora, una chica de cabello castaño claro, ojos verdes que me llamaron la atención al parecer tristes a pesar de la seriedad con la que hablaba y el carisma que irradiaba, la verdad no pude quitarle la mirada, como dije era lo único bueno de la emisión.

Le pregunte a mi madre si había llegado el servicio de mensajería con mis cosas que había enviado desde mi piso en Chicago y me dijo que no, luego le dije que iría a la cochera donde estaban mis cosas que aun poseía desde niño para hacerle espacio a las que venían, seguramente sería una tarea tardada y al levantarme tan tarde había perdido mucho tiempo, unas horas después y con bastante espacio desocupado llego mi madre a ofrecerme un refresco para el calor vespertino y a informarme que el servicio indicaba que en 24 horas mis cosas estarían en casa, me enojo ya que me había apresurado por gusto, pero eso me daba tiempo de ordenar mejor todo y dejar más espacio.

Avanzada la tarde me distraje bastante releyendo viejos comics y mangas, mi colección que tenía allí no era valiosa en el sentido monetario, pero si era especial para mí, pronto serian acompañados por otros tomos y ejemplares que algunos si valían algo de dinero, pero que desde hace más de tres años no tenía nada nuevo, parece ser que uno de los pasos siguientes seria encontrar un lugar en mi país para ver si conseguía nuevas lecturas de ese tipo.

Leticia—Algún día te desharás de eso— no la escuche cuando entro a la cochera.

Franco—Cuando tú te deshagas de tus vestidos que usabas en el colegio—

Leticia—Ridículo, te estamos esperando para cenar, papá quiere proponerte algo—

Me dejo intrigado lo que dijo mi hermana y me apresure a guardar las cosas que aún tenía en el suelo, pase lavándome y llegue a la mesa, abrace a mi madre y a mi hermana sentándome frente a mi padre, hacía mucho tiempo que no estábamos los cuatro sentados así en una cena familiar común y corriente de nuevo sentí paz dentro de mí. Cuando me senté mi padre hizo que nos tomáramos de la mano y realizo su oración, Leticia y yo siempre habíamos jugueteado con los dedos mientras nuestros padres se concentraban.

Franco—Papá, Leticia me dijo que tenías algo que proponerme—

Don Rodolfo—Así es hijo, pero comamos antes, después vamos al estudio y te cuento—

La cena transcurrió tranquila con ellos invitándome a compartir anécdotas de Ithaca o Chicago, rieron de algunas, igual no podía contar las más graciosas ya que incluían componentes sexuales, pero eso no impidió que mi hermana insinuara algunas de las que ella sabía, dejándolos en ascuas y a mi queriendo cortarle la lengua. Al terminar la cena mi padre pidió que nos llevaran el café al estudio cerca del balcón que allí estaríamos los cuatro.

Mi padre tomo del brazo a mi madre mientras se sostenía de su bastón y unos pasos atrás estábamos mi hermana y yo, me pareció una imagen bastante ceremonial, solo que mis padres estaban vestidos para la ocasión, mientras mi hermana estaba en su ropa de ejecutiva y yo en camiseta sin mangas y bermuda.

Don Rodolfo—Hijo, antes de proponerte algo quisiera saber cuáles son tus planes, te quedaras definitivamente acá o estas son solo unas vacaciones largas—

Franco—Me gustaría quedarme acá, he pensado en ver en alguna universidad si puedo seguir haciendo cursos de algún posgrado y buscarme un trabajo mientras—

Don Rodolfo—Si no consigues nada, ¿Cuáles son tus planes? —

Franco—Quizás regresar a Chicago, antes de venir Andrew me ofreció algo en su despacho, pero también me advirtió que sus socios no me la pondrían fácil para que en unos años yo también lo fuera, pero que por ahora no era posible, y la verdad no me apetece pasar años así, si fuera por el ya entraría como socio, pero hay más gente aparte de el—

Doña Ana—Entonces prefieres quedarte, mira que tu tía y yo te buscaremos pareja, en cuanto le encontremos al hombre ideal a Leticia, seguimos contigo—

Leticia—¡Mamá! – todos reímos con la ocurrencia de ella.

Franco—Me temo que será cierto y no lo podre evitar, jajaja— mi padre tomo la mano de mi madre.

Don Rodolfo—Por cosas como esta soy feliz a tu lado, pero ese no es el tema, veras Franco unas personas que conozco quieren abrir una oficina de construcciones, pero les falta un arquitecto, tienen el plan de convertir esa empresa en algo grande con el fin de ser proveedores del estado, ya hablé con ellos y les explique tus estudios y tu experiencia, quieren que participes en eso como socio, el dinero necesario yo mismo te lo puedo prestar para que arranques—

Franco—Espera, ¿me has conseguido un negocio que tu financiaras con amigos tuyos? – esta era una de las cosas que temía al llegar, que él se hiciera cargo de mi vida.

Don Rodolfo—Parece que has entendido mal hijo, no te voy a financiar nada, estamos hablando de un préstamo a largo plazo, tu hermana se puede encargar de redactar el contrato— su seriedad contrastaba con la de mi hermana tratando de evitar reírse —lo de amigos, pues apenas los conozco, son un grupo de pequeños empresarios que me hablaron de esto un día y yo les hable con orgullo de mi hijo que es arquitecto—

Franco—Ok, acepto, la verdad no tengo mucho que pensar, no quería perder el tiempo y había pensado en algo así, en caso que decidiera quedarme en el país—

Doña Ana—Entonces no se diga más, esto hay que celebrarlo—

Mi madre me abrazo y mi hermana al fin pudo reírse a gusto de la situación, cerramos el trato con un estrechón de manos seguido de un fuerte abrazo con mi padre, parecía que la familia se uniría como creo que nunca estuvimos antes.