VIDAS capítulo 33 & 34

Sigue el encuentro de Iris con ella y nuevas situaciones se le revelan, Franco vuelve a su casa y de nuevo siente la soledad

NOTA: El dia de ayer por un error de mi parte el capitulo se publico en la categoria "hetro general" pido disculpas por el inconveniente que este error púdiera ocasionar a alguien y les dejo el capitulo hoy

CAPITULO 33 ELLA (II)

ELLA

Erick—No la asustes de más, necesitas calmarla, descuida Iris no tienes de que preocuparte—

Ella—Le quitas lo divertido al asunto—

Iris—Magdalena… ¿Qué haces aquí?, ¿Alguno me puede explicar? –

Magda—Descuida nena, ya te cuento todo por ahora solo mantén la mente abierta—

Me quitaron la venda y ella saco una botella de inyectable de dentro del baño, coloco un poco dentro de un vaso con agua y se me acerco caminando lentamente, si no hubiera estado tan asustada diría que, hasta seductoramente, levanto mi cabeza y me obligo a beber un poco, luego se paró al lado de Erick, pidiéndole que empezara.

Él se quitó la camisa y se me acerco a besarme los pies mientras me levantaba una pierna, en circunstancias normales eso me hubiera excitado, pero ahora no, sus caricias solo conseguían asustarme, luego empecé a sentir que me relajaba, les pregunte que me habían dado y ella me respondió que lo mismo del otro día, pero en dosis adecuada para que me soltara, disfrutara y sobre todo recordara todo lo que estaba a punto de suceder.

Sus labios se fueron deslizando por mis piernas hasta alcanzar mi sexo, el empezó a lamerlo y besarlo, sus voces empezaron a sonar como ecos en el cuarto, “ creo que ye le empezó a hacer efecto, solo recuerda que nada de sexo anal, lo necesitamos estrecho para mañana ” escuche que le decía Magda, mientras ella se desvistió y empezó a acariciarme el pecho y besarme el rostro de manera tierna mientras me hablaba.

Magda—Sabes Iris te tengo que agradecer en parte lo que me ayudaste con Miguel— ¿Qué tenía que ver Miguel con ella? —él y yo nos conocimos hace tiempo, luego que fallecería mi primer esposo, fue uno de los que se encargó que no me dieran la parte de herencia que me correspondía—

Erick—¿Vas a hablar de eso ahora? –

Magda—Tenias curiosidad ¿no? Ahora me apetece contarlo— Erick dejo su trabajo con la lengua y empezó a acariciarme mi sexo —verán, cuando murió el, quien yo considero el hombre de mi vida, sus hermanos no estaban conformes con lo que les heredo, lucharon por quitarme lo que me correspondía en los juzgados y Miguel mintió con el juez diciendo que me había visto siéndole infiel a mi esposo en más de una ocasión—

Erick—jajaja, era un idiota, ¿por eso te querías ensañar así? –

Magda—Si, era mi dinero, si bien es cierto estuve con más hombres durante nuestro tiempo juntos, siempre fue porque él quería compartirme y yo le dejaba hacerlo con cuanta mujer se le ponía a mano, era muy guapo y nunca le faltaban perritas dispuestas—

Erick—Ya, pero no decías que era muy generoso hasta con quien no lo merecía—

Magda—Si amor tu padre siempre fue un buen hombre, y un portento en la cama—

Iris—¿Tu padre? –

Magda—Si mi niña, alguna vez te dije que su mejor herencia fue hacerme disfrutar del sexo anal, pero te mentí, su mejor herencia es este adonis que dejo abandonado antes de conocerme y que, por cierto, te he dejado disfrutar más de lo que mereces, es hora que me pagues ese favor—

No entendía nada, ¿el padre de Erick? ¿Qué favor? ¿Pagar, cómo? Las dudas se agolpaban mientras mi cabeza se sentía mareada por todos los datos y el efecto de lo que sea que me dieron a beber, mientras tanto Erick regreso a besarme mi vulva ahora con rabia me estaba empezando a molestar y ella se dio cuenta, parándolo y haciéndole gestos que se calmara.

Magda—Veras, el favor que necesito pedirte es que complazcas a un amigo de tu novio, no el idiota ese con el que te vendió la primera vez— mi cara de sorpresa debió ser un poema –lo siento, olvide que tu no sabias de los tratos de tu novio con su amigo de la infancia—

Iris—Erick, ¿A qué se refiere? –

Erick—Si, Fernando pago una buena cantidad más su putita nueva para poder follarte por el culo, pero con su verguita creo que no sentiste nada— observo a Magda enfadado.

Magda—Pero ahora estamos hablando de ligas mayores nena, es el padrino de Fernando, aunque algunas personas dicen que es su padre biológico—

Erick—Fernando, como yo, no conoció a su padre y su madre trabajaba en la finca de su padrino—

Magda—Como veras no hay que ser muy inteligente, especialmente después que los veas juntos—

Iris—Suéltenme por favor— intente hacer fuerzas para quitarme de la posición en la que estaba, pero mi cuerpo no respondía.

Magda—Me hubiera gustado que fueras más valiente para denunciar a Miguel y divertirme con lo que le tenía planeado al estar encerrado, créeme ya había tenido contactos dentro del lugar que lo mandarían y algunos de esos tipos hacen ver la polla de tu novio pequeña—

Erick—jajaja, Nunca más se hubiera podido sentar—

Magda—Solo sobre las pollas de sus compañeros querido—

Erick—Pero ¿en serio solo por el dinero le odiabas tanto? –

Magda—No, cuando Mónica lo llevo como posible fotógrafo para la agencia, el muy hijo de puta no me reconoció, yo no era que estuviera igual o que nos hubiéramos conocido como amigos, apenas nos vimos en el juzgado cuando mintió, pero si habían pasado algunos años y no conforme con eso, quería llevarme a la cama, lo deje hasta que quiso empezar con eso de amarrarme, como te lo hizo a ti nena, pero yo no soy como tu—

Ella se subió sobre mi cuerpo quedando en posición de 69 y tomo mis piernas, retiro a Erick y empezó a hacerme sexo oral, no sé si por las drogas, pero me estaba empezando a gustar lo que hacía, era muy buena en eso, la paciencia con que recorría mi sexo con su lengua, como hundía su lengua dentro en los momentos justos, luego empezó a jugar con mi clítoris y su lengua, estaba empezando a calentarme y a los pocos segundos me vino mi primer orgasmo.

Instintivamente empecé a besarle su sexo y ella levanto la cabeza, Erick se acercó y empezó a penetrarme despacio, sentía su miembro y los movimientos que parece ser ella guiaba moviéndole las caderas, de nuevo me empecé a calentar, en un momento mientras Erick empezaba a acelerar sus movimiento ella de nuevo lamio mi clítoris que por la posición se encontraba completamente expuesto y jugaba con su lengua sobre él, de nuevo no tenía control sobre mis sensaciones y cuando estaba a punto de correrme ella para todo.

Magda—Nena, no quiero que pienses que todo será orgasmo tras orgasmo—

Magda se agacho a tomarle su miembro, “ déjame probar su profundo sabor ” cuando ella empezó a hacer su labor, Erick solo se dejaba hacer y disfrutaba, se le veía en su expresión más placer del que yo le había hecho sentir, luego empezaron a besarse como si yo no estuviera allí, ya no lo podía soportar, el a mí nunca me había tratado con tanta complicidad y evidente amor.

Empecé a llorar, no sabía si de rabia, de celos, de impotencia o por volver a sentirme traicionada, pero seguía sin poder moverme, ella me vio y le dijo que parecía que me sentía desplazada, se recostaron a cada lado de mi cuerpo y ella le indico que me podían soltar y empezaron a besarme desde mis manos, por mis hombros hasta que ella siguió en mis pechos y el me tomo de la cara para tomar mis labios y poner su lengua a jugar en mi boca, hasta en la forma de tratarme parecían cómplices de mucho tiempo.

Cada vez que alguno pasaba sus labios por alguna parte de mi cuerpo la tristeza aumentaba, no sabía que era peor, si la tristeza o el hecho que en ocasiones parecían arrancar suspiros de gusto de mi interior, trataba de esconderlos, pero ella se sonreía como si supiera que de apoco me estaba entregando a ellos y a todo lo que me ofrecían.

El sexo durante el resto del día y parte de la noche fue casi solo entre ellos, a mí me dejaban de lado y a cada rato me daban de beber más de lo mismo para tenerme en permanente estado de sopor, de a rato me ponían atención, pero ella era quien me veía con gesto maternal, me recordaba cuando mis padres querían complacer mis caprichos por encima de los de mis hermanos.

Al entrar la noche, se cansaron y Erick, se quedó dormido casi al instante sobre un sofá donde decían estar más cómodos y yo los podía ver, ella se levantó y lo tapo con una de las sabanas que estaba en el suelo, luego cogió otra y se recostó a mi lado hablándome entre susurros.

Magda—Lamento no poder estar contigo mañana, pero tengo negocios pendientes— me lo dijo mientras estaba siendo presa del cansancio —y son muy importantes para mis consorcios hoteleros, no sé si puedas entenderlo— ¿tú crees que yo se algo? Fue lo único que alcance a pensar —pero si tú colaboras será una relación muy provechosa para los tres—

Iris—¿Por qué a mí? –

Magda—Nada en especial, solo estuviste en el momento y lugar adecuados para mí— mis ojos reflejaban mis pensamientos cuando sentí que una lagrima recorría mi mejilla —no te sientas mal, agradece que fui yo quien te encontró, si hubiera sido algún otro como Fernando o su padrino, en este momento serias poco menos que un agujero donde los hombres depositan su semen— mientras soltaba esas palabras limpiaba mi mejilla y acerco su rostro al mío para besarme tiernamente en los labios —créeme nena he conocido a gente mucho peor—

Continúo besándome con ternura ahora no solo por mis labios, lo hizo por mis ojos, mejillas, oreja, cuello, mientras lo hacía acariciaba con suavidad mis pechos, y mientras bajaba su cabeza para posar su boca en mis pechos, sus manos acariciaban mi vientre y mis caderas con suavidad.

De apoco pasaba su lengua por mis pezones y después bajo una mano para acariciarme en mi vulva, lo hacía con delicadeza, la suavidad de sus manos era algo que yo nunca había experimentado, su toque cálido y casi maternal me hacía tener un cumulo de sensaciones contradictorias en mi sexo y mente, cuando pensé que no se podía poner más extraño, ella se incorporó para levantar una de mis piernas dejando mi sexo completamente expuesto a su vista.

Ella se colocó en medio con la pierna que me levanto sobre su hombro y coloco su sexo junto al mío, empezó a mover sus caderas y eso al principio me pareció extraño, pero conforme mantenía sus movimientos, nuestros chochitos chocaban y se rozaban, lo que aumento las sensaciones de placer, ella sonreía al escuchar mis leves gemidos y gestos que le indicaban que estaba pasándola bien.

Luego de estar así por unos minutos y llevarme al borde del orgasmo, empezó a besarme, esta vez no eran besos tiernos, eran besos desaforados como queriendo devorarme la boca y moviéndose para que nuestros sexos de nuevo se rozaran, empezó a recorrer mi cuerpo con sus labios hasta legar de nuevo a mi clítoris y se entretuvo acariciándolo con su lengua de forma circular y con mucha paciencia, cuando me encontraba de nuevo al borde empezó a meter sus dedos en mi vagina, y acaricio por dentro, después de unos segundos no pudo evitar mi orgasmo, cuando me corrí, se levantó de nuevo por el vaso y me lo empino, trague todo el contenido, “ eso es para que no te puedas mover ni huir ” después de decir esto nos cubrió con la sabana para dormirnos.

El sol ya inundaba la suite cuando desperté y los escuche en la ducha follando, trate de incorporarme, pero de nuevo mi cuerpo no respondía como yo esperaba, tan mal estaba que todo me daba vueltas y caí al piso haciendo un gran ruido, los gemidos y el agua de la ducha pararon y salieron ambos visiblemente cansados y excitados, Erick tomo unas toallas y le paso una a ella.

Magda—Veo que ya despertaste y la droga aún tiene algo de efecto, será mejor que te deje así por ahora, necesito que estés despierta para poder prepararte—

Erick—¿Quieres que arregle todo para dejar el hotel? –

Magda—No, quiero que vuelvan acá al terminar, sin importar la hora—

Erick—Ok, pero te advierto que puede ser bastante tarde—

Magda—No importa, quiero saberlo todo después—

Erick me levanto y de nuevo me deposito sobre la cama con suavidad, ella se acercó y empezó a inspeccionarme el cuerpo para ver si me había hecho alguna marca “ todo está bien no se hizo nada, por suerte ”. Saco una bolsa de ropa nueva desde un rincón cercano a la puerta y al sacar el contenido vi que era un vestido rojo de tela elástica, unos zapatos a juego de tacón no muy alto, además de un conjunto de lencería blanca, ellos procedieron a ayudarme a vestirme, noté que la tela de la lencería apena cubría mi cuerpo y cuando me pusieron el vestido este también era extremadamente corto. Ella se puso un vestido elegante, y el solo se colocó una t-shirt con bermudas.

Salimos hacia el auto de Erick y cada empleado que nos encontrábamos saludaba a Magda con temeroso respeto, cuando llegamos me dieron a beber otro poco del elixir y me dejaron tranquilamente en el asiento, ellos se despidieron con un beso en la boca y nos encaminamos.

Ignoro cuanto tiempo trascurrió, Erick casi no hablo en el camino ni me volteaba a ver, él me debía respuestas y decidí que ese era el momento de obtenerlas, pasamos a recargar combustible y allí le hablé, aunque quería llorar no tenía lágrimas.

Iris—Dijiste que me amabas, ¿Por qué me haces esto? –

Erick—No te confundas, si te amo, pero sé que disfrutaste el otro día con Fernando y Aura también, aunque digas que te morías de celos, disfrutaste bastante nuestra noche con Rosario, me di cuenta cuando me mordiste, tu rabia estaba mezclada con placer—

Iris—No pensaba en ese momento, solo me deje llevar por mis sensaciones—

Erick—Eso deberías hacer hoy también, déjate llevar por las sensaciones—

Iris—Por cierto, ¿qué me dieron ese día con Aura? Magda dijo que era lo mismo que hoy—

Erick—Éxtasis líquido, lo llama Fernando—

Iris—Nunca lo había oído—

Erick—Yo tampoco hasta que lo llevo Fernando ese día y luego Magda me dio una gran puteada por haberlo mezclado con alcohol, dijo que era peligroso hacer eso—

Iris—¿Desde hace cuánto empezaron ustedes? —

Erick—Nena, no sé si debas saber eso, pero hace mucho, cuando yo tenía poco más de 15 años—

Iris—¿Fue la primera? –

Erick—Si, la primera de varias, incluyéndote—

Ya no quería saber más, ella se había encargado de tomarlo muy joven fue su primer amor y por lo que vi ha sido su único verdadero amor, sin embargo algo en sus palabras me dejo pensando por el resto del camino, en serio debía abandonarme a mis sensaciones para pasar este nuevo trago amargo que estaba frente a mí, logre superar la experiencia con Miguel y había encontrado un rumbo, pero en aquella ocasión tenía mi mente en un objetivo claro, mi carrera de modelo, pero ahora lo único que veía claro era mi tristeza.

Llegamos a la casa que de Fernando donde fue la fiesta, este nos abrió la puerta, yo aún estaba aturdida, Erick continúo dándome de la botella mientras viajábamos, y Fernando estaba feliz pero lleno de nervios por la visita que según él era muy importante, estábamos solo los tres esperando a más gente cuando sonaron una bocina desde afuera.

Fernando se paró y fue a abrir la puerta, entro una camioneta aparentemente blindada de color blanco, de los asientos de adelante se bajaron dos sujetos armados tenían cara de pocos amigos a pesar de que los lentes oscuros que se las cubrían casi toda, después de saludar a Fernando y cerciorarse que no había nadie más cerca, abrieron una de las puertas trasera, en ese momento le pedí a Erick que me sirviera de la botella y me prepara un tequila, me vio sorprendido, y luego sonrió levantándose a preparar lo que le solicite.

Escuché las voces que se acercaban y al voltear de nuevo a ver el auto solo vi a los dos que se bajaron primero y se quedaron fumando y platicando esperando al pasajero, cuando Fernando abrió la puerta me sorprendí al comprobar que Magda tenía razón, parecían padre e hijo el único detalle era que el señor que se presentó como don José Luis era mucho más pequeño que él, incluso más pequeño de estatura que yo.

Venia acompañado de dos chicas que se les veía mucho más jóvenes que yo, no llegaban al 1.60 de altura aun en tacones, las presento como las primas de Fernando que querían verlo, ambas venían vestidas con short de tela negros muy pegados, botas altas, peinados altos y maquillaje para hacerlas lucir mayores, una era rubia teñida y tenía un top azul transparente donde apenas se le veían dos pequeños pechos, la otra morena vestía un top dorado metalizado, ella estaba más desarrolladita que la rubia pero igual me recordaron cuando mis primas me vestían con ropa de ellas o de mis tías para hacerme lucir mayor y entrar en los clubes cuando salíamos a bailar.

Al entrar ambas saludaron cortésmente y cuando vieron a Erick ambas se voltearon a ver como diciéndose algo en un lenguaje que solo ellas entendían, el señor me vio como suele hacerlo Fernando, hasta en eso se parecían.

Don José Luis me abrazo pasando con una mano acariciándome toda la espalda hasta casi tocarme el trasero y la otra enfrente sacudiéndola hasta rozarme los pechos, Fernando empezó a preparar los tragos para todos y les pidió ayuda a sus primas mientras el señor se puso a platicar con nosotros de cosas de su pueblo, dándole noticias a Erick de su madre.

Él se mostró incomodo con la plática, pero no hizo nada por cortarla, el señor le hablaba que aún estaba tan guapa como en sus años de juventud, que vivía con sus padres y trabajaba siempre en una fábrica de un poblado cercano, me imagine viendo a Erick y recordando lo que decía Magda del padre de este, una pareja muy bella follando en todos los rincones posibles y todas las posiciones imaginables parecido a como habíamos sido Erick y yo hasta hace poco tiempo.

Cuando llegaron con las bebidas las chicas y Fernando sugirieron salir a la piscina yo me negué diciendo que no tenía traje de baño y las chicas solo se rieron, pidieron permiso al señor y subieron a las habitaciones seguidas de Fernando, unos minutos después Erick dijo que los acompañaría, dejándome a solas con don José Luis.

Al estar solos me tome el trago que me sirvieron de sopetón luego me pare para servirme otro, él se ofreció a servírmelo, pero me negué, sabía que ese era el momento en que trataría de tomarme como la mercancía que había comprado y aunque negarme seria problemático y hasta peligroso, trataba de atrasar el momento lo más que podía.

CAPITULO 34 NEW YORK, NEW YORK

EL

La platica que teníamos me estaba dejando cansado, ella me había dicho que no olvidaba a su ex y para más suplicio en ningún momento dijo amarme, no sabía hasta donde nos llevaría esa conversación o si quería seguir teniéndola y haciendo caso a los consejos de la abuela, pregunte.

Franco—Anwara ¿tú me amas? –

Anwara—Quiero que te quede claro que nunca me ha pasado por la mente acostarme con otra persona desde empezamos a salir, pero no estoy segura de lo que siento por ti, el recuerdo de Tony aún es muy fuerte— en ese momento empezó a llorar —y tú lo has sentido—

Franco—¿A qué demonios te refieres? –

Anwara—Nunca te preguntaste porque me gusta el sexo rápido y fuerte—

Franco—No, pero lo has dejado claro, será mejor que regrese a Nueva York, acá no se si tengo alguna razón para estar—

Anwara—No por favor, no me dejes, saldremos de esto—

Franco—Tu abuela me dijo que fuera fiel a mis sentimientos y en este momento es lo que siento—

Me levante dejándola a ella visiblemente confundida y llorando, me recosté en la cama y me quede dormido tratando de contener mis lágrimas, no sabía si mentía con lo de pensar en acostarse con otros después de lo del spring break.

Desperté algo tarde y me sentía como con resaca, me levante a buscar si había gente y me encontré con la abuela tomándose un café en la cocina, me vio y me pregunto qué era lo que haría en ese momento, dude, pero le dije que partía hoy hacia Santo Domingo a buscar un vuelo de vuelta a mi casa en Nueva York, solamente agacho la mirada haciendo un gesto de negación.

Regrese al cuarto a ordenar mis cosas y ella me siguió, pensé que me hablaría para convencerme de no irme, solamente entro a su cuarto y salió con una caja.

Abuela—Mira chico, me has caído bien, pero sé que mi nieta está confundida y quizás el único que la aguante será Tony, como te dije yo siempre quise que el fuera su compañero de vida, pero no de esta forma— extendió la caja para dármela —quiero que conserves esto, había planeado dárselo a Tony cuando se casara con Anwara, pero creo que tu no lo venderás y le darás su verdadero valor, es un recuerdo de mi difunto esposo y en cierta forma me lo recordaste—

Cuando la abrí era un antiguo reloj de bolsillo como los que usaban antes los maquinistas en los viejos ferrocarriles, en la contracara tenía una foto de Santo Domingo y atrás tenía una inscripción que decía “ para que no me olvides” la voltee a ver confundido.

Abuela—Mi difunto esposo y yo pasamos por una situación similar, nos separamos antes de casarnos como por un año, yo también tenía un viejo amor que no había olvidado del todo y cuando nos separamos el me regalo esto, decía que era de un su tío que abandono la isla y nunca supieron más de él, me lo dio por si no volvíamos a vernos—

Termine de arreglar mis cosas y me di cuenta que Anwara no se había aparecido en todo ese rato, le pregunte a la abuela y me respondió que para su nieta era mejor así, el verme partir la destrozaría, me dijo que ella se encargara que se aclarara su mente y si su decisión era volver conmigo se aseguraría que de por vida ella me hiciera el hombre más feliz de la tierra.

Cuando llegue a Santo Domingo conseguir vuelo de regreso resulto ser toda una odisea, al menos tratar de hacerlo tan rápido como quería, lo más rápido que me ofrecieron fue un vuelo con transbordo en Miami hacia Atlanta y de allí esperar la conexión hacia Nueva York, decidí tomarlo hasta Florida, yo sabía que allí sería más fácil conseguir vuelo hacia mi destino. Cuando llegue a Miami y busque los vuelos hacia Nueva York, me vi en la tentación de cambiar de planes al ver que también había uno con rumbo a Chicago y otro con destino a mi país con conexión en Panamá.

No sabía bien que quería hacer, en ese punto creo que me hubiera caído bien un vuelo a China, Australia o Japón, pero no tenía tanto dinero ni visa para ir allá, decidí que lo mejor era relajarme y pensar estando solo y el mejor lugar para eso era Nueva York.

Estando en casa solo tire la maleta y me prepare un té de tila para tratar de dormir, entre mi cansancio mental y el físico me tenían molido, pero no podía dormir por todos los pensamientos que me inundaban al cerrar los ojos, la tristeza y los celos al pensar que ahora que ella estaba sola, Tony se acercaría y ella caería en sus brazos.

No podía dormirme y no quería tomar ninguna pastilla, decidí tomar el auto de Quique y salir aunque eso, por mis habilidades al manejar, seria estar buena parte de lo que quedaba de la noche conduciendo, empecé sin rumbo fijo y cuando me fije andaba por las calles donde fuimos a buscar a Quique, a lo lejos divise la calle donde estaban los indigentes y prostitutas, pensé que no había tenido una noche decente de sexo en todo el viaje, pero no quería pagar por sexo, decidí cambiar el rumbo y descubrir más calles hasta que llegue a Times Square, aun a esa hora de la noche había algo de gente en el sitio turístico.

No había comido mayor cosa desde que me fui de la casa y me estaba dando hambre, decidí pasar a algún lugar que estuviera abierto y en el camino me encontré con una pequeña cafetería, que tenía poca gente, parecía de esas que salen en las películas que quieren aparentar ser de los años 50´s, incluso hasta en el menú quería aparentarlo.

Después de pedir una hamburguesa con papas y malteada de fresa, me puse a revisar un periódico que alguien había dejado olvidado, justo cuando alguien me saludo por la espalda “ tiempo sin verte, como has estado Frank ” era una voz suave y afeminada.

Cuando me di vuelta para ver quién era, resulto ser la amiga de Sally, la que nos ayudó a encontrar a Quique, me levante y la salude con un beso en la mejilla, ella me correspondió el saludo y la invite a sentarse, llego un momento incómodo para mí, puesto que yo no sabía su nombre y ella si conocía el mío, es más cuando la conocí en el club me la presentaron como Little G y nada más, ella se percató de mi confusión sonrió tiernamente preguntando qué pasaba y admití lo de su nombre, soltó una fuerte carcajada “ llámame Gaby, así me dicen todos mis amigos ”. Le pregunte si quiera algo de comer y me dijo que sí, siempre pasaba por ese lugar y esa noche se sorprendió al verme sentado allí, estuvimos platicando mientras ella pidió una orden de panqueques y tocino

Pasado el momento incomodo me pregunto por mi primo y por Sally a quienes no veía desde aquel día y le conté donde andaban ambos y como habíamos terminado así, luego ella me comento que Sally la extrañaban algunos clientes del club, seguimos platicando y comiendo hasta que notamos que había amanecido y cuando salimos me ofrecí a llevarla a su casa, dijo que era cerca que no sería necesario ir en un vehículo, pero insistí y ella al final acepto. En el camino se rio de mis casi nulas habilidades al volante y los pocos minutos que duró el viaje a su casa los paso entre risas y preguntándome más cosas ahora sobe mi situación, al final se animó a preguntar algo que no quería responder y me dejo sorprendido.

Gaby—¿Cómo te va con tu novia? –

Franco—Pues no se si tengo una, quedamos en una situación un tanto rara—

Gaby—¿Quieres hablar de eso? No te preocupes si no quieres, parece una de esas cosas que hablas cuando tienes confianza con alguien—

Franco—Si no te molesta prefiero saber más de ti—

Gaby—Mira ya llegamos a mi casa y por lo que veo necesitas llegar a la tuya antes que empiece el tráfico o causaras algún accidente—

Franco—Ok, dame tu número y quedamos para salir otro día—

Gaby—¿Salir? ¿No te molesta que yo… sea como soy? –

Franco—Sera en plan de amigos a comer o tomar un café—

Gaby—Ok, apunta—

Llegue a la casa algo más cansado que cuando me fui y me acosté para ver si me podía dormir, tarde un rato, pero al final lo logre, desperté a eso del medio día, el calor en verano me decía que debía tomar algo helado con urgencia, vi en la nevera y comprobé que habían falta muchas cosas y me enfile al mercado para abastecerme, al estar repasando mentalmente lo que debía comprar entre en otro estado de tristeza al ver que la lista que siempre armábamos con Quique era para dos o tres personas y ahora todo lo que tenía que comprar era para mí solo.

Me quede pensando y decidí llevar solo lo indispensable para mí, pero sin darme cuenta llevaba cosas que compraría aconsejado por Anwara y de nuevo me sentí triste, regrese a casa y llame a Gaby para quedar esa tarde, me contesto medio adormitada y dijo que no había problema, quedamos a eso de las 17:00 en su casa.

Gaby—¿Por qué me has llamado tan rápido? –

Franco—La verdad me sentía solo, me he dado cuenta que es la primera vez que voy vivir solo en mi vida y no era algo que tuviera planificado, me callo así de repente—

Gaby—Ya, ¿en serio nunca habías vivido solo? O tan solo no la habías soñado de niño—

Franco—No, en realidad si pasaba muchas horas solo, pero en hospitales o centros de recuperación, pero ya hace tiempo de eso—

Gaby—A que te refieres con hospitales y centros de recuperación—

Le conté toda mi primera infancia hasta antes del accidente de Ana, no había calculado cuantas horas pasaba solo de niño y parece que fueron más de las que imaginaba al verlo todo así en retrospectiva tratando de explicárselo a una completa extraña, mi historia como que le encendió una chispa maternal y me abrazo como cuando un niño abraza a un cachorro.

Seguimos platicando otro rato, sentí que algo había cambiado en la forma que me miraba, ahora lo hacía como estando más atenta, me hizo sentir un poco incomodo, por lo que decidí cambiar el rumbo de la conversación y le pregunté por ella, solo rio y empezó

Gaby—¿Qué quieres saber? –

Franco—Te he hablado de muchas cosas de mí, cuéntame lo que quieras—

Gaby—Ok, como sabes soy chica trans y no sé si mi historia es una que quiera contarte aun, pero me has dado confianza, pero antes dime algo ¿sabes que es lo que hago en el club? –

Franco—No tengo idea, y ahora que lo mencionas me da curiosidad, solo fui una vez al club a acompañar a Sally, y es lo único que he visto—

Gaby—Ok, entonces ¿no sabes qué tipo de actividades se hacen allí? –

Franco—Veo que no quieres hablar de ti, porque no me hablas de lo que haces y porque extrañan a Sally, me ha picado el gusanito de la curiosidad— me observo con mirada picara y rio.

Me conto primero que lo que hace Sally solo lo buscan clientes muy específicos y dispuestos a pagar importantes sumas de dinero, aunque ella solo recibe una parte de lo que cobran, es lo que podríamos denominar una dominatrix, pero enfocada en acciones específicas, como lo es la completa sumisión física del hombre y que la mayoría de hombres no buscan eso, lo que buscan es todo lo contrario, allí es donde entra ella o alguna de las otras chicas o chicos del club.

Me dijo que la especialidad de ella era el sexo oral, sabía bien como nos gusta a los hombres, le pregunte a que se refería y empezó a contarme que en su caso la mayoría de hombres la prefieren arrodillada en el piso y ellos de pie al frente.

Por lo regular le piden que empiece por lamerles el capullo y que les pase la lengua desde el escroto hasta la punta, luego empieza a introducirse el pene del hombre de poco en la boca, mientras lo hacía observaba a los ojos del sujeto de turno, la mayoría quieren sentir que ahogan a la persona y provocarle arcadas, sin importar el tamaño del miembro, otros prefieren sentir como unos labios envuelven el pene y el gusto que provoca una lengua alrededor de este.

Con lo que me contaba y la forma que me lo decía, empecé a sentir una erección, y me moví para evitar que ella lo notara, luego siguió con su explicación contando como algunos les gustaba largar sus corridas dentro de la boca y que a la chica en cuestión no se les saliera nada, otros prefieren terminar de correrse por fuera sobre la cara y la chica solo debe abrir su boca para ver si algo le cae, ella en lo personal dijo que prefería lo primero, ya que no le gustaba ensuciarse de afuera y a veces los tipos sacaban tanto semen que debía darse un tremendo baño para estar limpia de nuevo.

Con todas sus explicaciones y detalles se me termino de poner dura y ella lo noto, sonrió pícaramente y me dijo que ella había quedado con un cliente para dentro de un rato y acariciándomela por encima del pantalón dijo que debía irme que necesitaba empezar a arreglarse.

Ya en la puerta me dio un tremendo abrazo y un beso en la mejilla mientras me tocaba sobre el pantalón acariciado mi pene de nuevo. No pude hacer otra cosa que correr a mi piso a cascármela como mono en un árbol recordando sus palabras e imaginándome a todas las mujeres que había conocido desde que me empecé a fijar en ellas.