VIDAS capítulo 13 & 14

Iris y Erick de fiesta, mientras Franco comienza una nueva aventura lejos

CAPITULO 13 FIESTA DE CELOS (I)

ELLA

Durante la semana acudí donde un ginecólogo a una clínica que me recomendó Mónica, la tía de Erick, no quería ir con el ginecólogo de mi madre por pena y temor que le mencionara algo a personas de mi familia, me hablo de que, si era probable que se alteraran algunas hormonas con la pastilla, debido a mi edad los efectos no duraban más de unos meses, que era seguro el uso de la pastilla y cualquier cosa él me atendía sin cita previa y demás amabilidades.

Ese fin de semana Erick me hablo de que su amigo Fernando nos había invitado a un chalet en una playa para el siguiente descanso largo en una semana, me enfade un poco ya que el acepto por ambos, pero unos días de playa lejos de la ciudad no me harían daño, empezamos con nuestros preparativos, yo me busque unos bikinis que no revelaran mucho y que le pudieran gustar a mi novio, no me agradaba la idea que Fernando fuera el anfitrión pero me dijo que llevaría una novia, lo que me tranquilizo, esperaba que con la novia presente controlara sus miradas lascivas a mi trasero.

El día que nos fuimos a la playa, pase casi todo el camino quitándome las manos de Erick de encima para que manejara con precaución, desde que salimos a la carretera venia juguetón, me gustaba que fuera así a veces y decidimos parar a un lado cerca de la carretera para darnos uno polvo rápido. Recostamos el asiento del copiloto y el me levanto la falda quitándome las bragas con una mano y con la otra magreaba mis pechos, los besos eran desaforados, se montó sobre mí y me penetro sus movimientos eran rápidos pero suaves, luego se levantó para que yo me diera vuelta, siguió con sus movimientos allí cambio el ritmo desde penetraciones fuertes que se pasaba a otras ligeras, hasta que de repente paso un dedo por mi orificio anal, eso me asusto y voltee a verlo, el solo me sonrió y dijo que lo disculpara, sus movimientos eran cada vez más rápidos hasta que en un movimiento fuerte y profundo se empezó a correr dentro de mí, era la primera vez que lo hacía, al recomponernos la ropa seguimos hacia nuestro destino platicando de lo ocurrido.

Iris—Erick, no sé si algún día esté preparada para el sexo anal—

Erick—Tranquila amor, es normal que estés nerviosa, déjame que te prepare yo—

Iris—Lo que no es normal es tu cosa, si costo que me entrara adelante por atrás lo veo imposible—

Erick—jejeje, Cielo tu déjame a mí, veras como lo disfrutas también—

Iris—Ya, ni que fueras el máximo experto en sexo anal del mundo—

Erick—Alguna experiencia tengo, ¿tú crees que estaría tan seguro si no fuera el caso? —

Iris—¿Con cuantas lo has hecho por allí? – en ese momento pensé, creo que no debí preguntar eso.

Erick—No preguntes si no quieres saber la respuesta— tenía cara de confusión por mi pregunta —mira hagamos un trato, tu no preguntas por mi experiencia antes de ti y yo no pregunto tampoco—

Iris—Tanto te apena o fueron tantas mujeres que no las recuerdas a todas— note que yo me estaba empezando a molestar mientras él estaba más confundido que antes.

Erick—Por cosas como estos celos no quiero que sepas y no quiero saber—

Iris—Lo siento es que me asusto tu dedo, prometo compensártelo este fin de semana, lo que no prometo es entregarte mi virginidad por ese lado—

Erick—Ok, no esperaba que lo hicieras igual, pero ya controla tus celos—

Cuando llegamos al chalet, mi sorpresa fue mayúscula al ver que la tal novia de Fernando era mi compañera del primer evento en la agencia, la mamadora legendaria, había más gente y entramos a saludar a todos, dejamos de ultimo a Fernando y su novia, entre ellos y yo el saludo fue frio y sin algarabías, lo malo era que aparte de mi novio solo los conocía a esos dos y ninguno me agradaba, en total éramos como veinte o veintiún personas en el chalet, con los chicos platicando y bebiendo, mientras que las chicas la mayoría tomaban el sol y otras se quedaban hablando con los chicos, los fui conociendo de a poco la mayoría de chicas eran amables, pero algo me decía que no confiara en ellas, mientras los chicos parecía que se la pasaban juzgándonos a ver quién tenía el mejor culo, las mejores tetas, la cara de más vicio, incluso escuche a unos apostar quienes serían los primeros en follar, la reunión me estaba pareciendo de lo más desagradable.

Erick, me dijo que saldría con algunos de los chicos a comprar más bebidas, yo me quede tratando de encontrar a alguien con quien hablar, me quede con una chica morena de bikini negro que me pareció la más tranquila de todas, la plática era de lo más cordial hablamos de los chicos presentes, la chica hablaba de temas sexuales con naturalidad y soltura, me pregunto cómo era mi novio en la cama y cuantas veces lo habíamos hecho, con cuantos chicos lo había hecho antes y más cosas que yo consideraba personales, algunas las trataba de responder y otras mejor me las callaba.

Cuando volvió mi novio con sus amigos trajeron montones de cerveza y varias botellas de licores variados, Erick me ofreció una cerveza la cual acepte,  pero no me la bebi de inmediato, el parecía venir más alegre que cuando se fue, la fiesta siguió y el licor fue fluyendo, la gente se empezó a poner más desinhibida, y la algarabía subió mucho cuando mi “amiga” del bikini negro se empezó a besar con la novia del anfitrión, creo que después de mi la persona más sobria de la fiesta era Fernando y eso pareció darle ánimos para acercarse a platicar con nosotros.

Fernando—Como la están pasando chicos—

Erick—Tranquilos y alegres bro, como siempre haces buenas fiestas— solo era un montón de licor y un par de chicas sexis besándose, ¿serán así todas sus fiestas?

Fernando—¿Qué me dices tú, Iris? Espero que no te moleste el espectáculo de mi novia—

Iris—¿Yo? No, estoy tranquila con mi novio cerca no me preocupo por nada— me di la vuelta y le clavé un enorme beso a Erick que lo sorprendió.

Fernando—Bien allí, tengo entendido que mi novia te conoce, que trabajan juntos los tres—

Iris—Asistimos a un evento juntas hace un tiempo, pero casi ni nos miramos en la agencia—

Erick—Yo trabaje con ella hace tiempo y todo bien— eso no me lo había mencionado Erick.

Fernando—Ok, chicos los dejo debo ver a mi novia y su amiga, sigan pasándola bien— no creía que mi novio me ocultara eso —si se cansan o quieren privacidad arriba están las habitaciones—

Trate de no enojarme con lo que acababa de decir Erick, no quería que me dijera celosa de nuevo, durante el espectáculo de las chicas (que mi novio pareció apreciar demasiado), empezamos a besarnos y a dar la nota para que mi novio se olvidara de las chicas, luego le dije que nos escapáramos a alguna de las habitaciones que nos dijo Fernando, me respondió que esperáramos a que se fuera algo de gente, seguimos besándonos y nos dimos cuenta que las chicas ya no estaban, pero había más gente tocándose y besándose, no localice ni a Fernando ni a mi compañera de la agencia, la chica del bikini negro estaba devorándose la boca con uno de los chicos que fue con mi novio a comprar bebidas, se tomaron de la mano y salieron por la puerta principal.

Luego de un par de horas la gente se empezó a retirar, unos chicos le dijeron a Erick que si los acompañábamos a una fiesta en la playa y cuando parecía que quería decir que si, le di un codazo en el estómago y luego les dijo que mejor nos quedaríamos, después que se fueran los chicos, nos enfilamos hacia las habitaciones, las primeras tenían seguro puesto y mejor nos fuimos directo a una que estaba al final del pasillo que por suerte estaba vacía, solo puse el seguro y Erick me saco el top de mi traje de baño empezando a besar y acariciar mis pechos, yo me acerque a la cama y me deje caer bocabajo invitándole a que me sacar la parte de abajo, cuando me lo quito el me hizo sentarme sobre la cama para que acariciara su miembro que ya lo tenía afuera, me lo metí a la boca y empecé a hacerle sexo oral, era difícil por el tamaño pero creo que le gusto, luego me separo las piernas y se puso a meterme su miembro en mi vagina, sus envestidas eran rápidas y furiosas parecía querer terminar rápido, estuvimos varios minutos en esa posición, cuando el empezó a correrse me lleno toda de nuevo, me levante y me asee lo mejor que pude.

Por el rápido polvo me quede con sed y le dije que iría a buscar agua a la cocina, al salir note que una de las puertas no estaba del todo cerrada y me acerque para ver, solo se veían las siluetas, pero eran tres personas, a una la reconocí era Fernando, estaba de frente a otra silueta femenina que estaba en posición de perrito, mientras por atrás había un chico dándole fuertes embestidas, por delante Fernando la tenía tomada por el cabello y guiaba su cabeza para que le hiciera una felación, parecía más bien que estaba masturbándose con la cabeza de la chica, pensé que sería mi compañera la que tenían allí, pero cuando baje a la cocina escuche ruidos en el patio de atrás y me acerque a ver quiénes eran (dios nunca en mi vida había visto gente follando en vivo), mi compañera estaba con un tío haciéndole sexo oral, la cara del chico era de tanto placer que hasta se le transfiguraba.

Regrese y quería contarle todo lo que había visto a mi novio, pero no estaba, unos minutos después regreso y me dijo que había ido por nuestras cosas al auto y al baño, solo entro y empezó a besarme y desvestirme de nuevo pero esta vez me puso en cuatro sobre la cama y me penetro con suavidad, luego empezó a tomar ritmo sin ser lo violento que fue en el primer polvo, estuvimos así por algunos minutos, me cambio de posición para que lo montara dándole la espalda, así me tomo los brazos y tiro suavemente hacia atrás de ellos mientras él se acomodaba y estaba dirigiendo mis movimientos me pidió que echara mi cabeza hacia adelante, luego de pocos minutos así, decidimos que lo siguiera montando ahora de frente, levanto su torso y empezamos a besarnos, le pedí que acelerara sus movimientos me acercaba al orgasmo, justo cuando empezaba a correrme el empezó a besar y luego a morder suavemente mis pezones, luego me volteo para quedar en posición de misionero, desde esa posición sus envestidas volvieron a hacerse violentas por varios minutos y los dos acabamos teniendo sonoros orgasmos unos minutos después.

Nos dormimos un rato después mientras el me abrazaba, al amanecer me desperté cuando sentí la mano de Erick en mi entrepierna haciéndome un masaje en la entrada de mi vulva me empecé a excitar y tomé su miembro haciéndole una paja yo también, sentía tan duro su pene que lo desee dentro mío en ese instante, me voltee y el me coloco en posición para hacer un 69, me costó metérmelo en la boca, el pasaba de darme lengüetazos por toda mi vulva para luego masajear mi clítoris con un dedo, cuando me volteé para montarlo vi que de la puerta se separó una sombra, me asuste, brinque y di un enorme grito que nos desconcentro.


PEDRO

Ahora entendía porque doña Ana quería enviarme a Quique, parece que la muerte de Ana había trastornado no solo la vida de sus familiares más directos, este chico también la quería como a una hermana mayor, quizás por eso tomo el camino de las drogas cuando ella nos dejó, entiendo usar cannabis y otras cosas leves, pero lo que le provoco la sobredosis era algo que yo pocas veces recetaba para pacientes con graves casos de ansiedad me daba miedo usarlo por los efectos adictivos y este chico tomo más del triple de la dosis normal, ¿de dónde lo habrá conseguido?, ya no importa ahora será mejor que nos apresuremos para visitar a Franco hay muchas cosas que contarle.


CAPITULO 14 NUEVAS VIDAS

EL

Ya llevaba más de un mes encerrado en la clínica, con visitas diarias de mi madre, Leticia solo vino a visitarme unas pocas veces más decía que mamá no la dejaba acompañarla tanto como ella quería, ese día recibí la visita de Quique y Pedro, al fin podía ver a mi primo desde su sobredosis, nos abrazamos como hermanos que éramos y lloramos juntos, Pedro nos miraba con aprobación y nostalgia, al calmarnos empezamos a platicar.

Franco—¿Cómo te encuentras? –

Quique—Mejor, esa porquería que me vendieron me dejo muy colocado—

Franco—¿Qué tomaste? No recuerdo que tuvieras problemas antes—

Quique—La situación me sobrepaso y pensé que necesitaba algo más fuerte—

Franco—¿El atentado? Mamá me conto que tu diste la voz de alarma— me vio confundido.

Quique—Si estuvo muy fuerte la situación, aún estoy algo confundido—

Pedro—Eso no lo venimos a discutir, Quique te tiene noticias— Quique pareció sobresaltarse.

Quique—Cierto, me aceptaron en una escuela de arte en Nueva York— mi cara era de sorpresa.

Franco—No me imagine que tuvieras vocación de artista o algo que se le pareciera—

Quique—Pues ya ves, fue lo mejor que me ofrecieron, también quería decirte otra cosa— su tono cambio a uno dudoso —según tu madre estabas analizando escuelas de negocios por allá también, quisiera saber si tienes algo en mente cerca de donde voy—

Franco—Me sorprende que recuerdes eso, creo que te lo había mencionado en algún punto—

Quique—Lo sé, quizás estábamos volando muy alto cuando lo hiciste, jajaja—

Franco—jajaja, Probablemente— no me parecía tan mala la idea, si me pondrían un chaperón nadie mejor que mi primo.

Las risas y el buen humor siguieron por un rato me parecía que la mano de mis padres estaba muy metida en todo esto, las escuelas de negocios cercanas a Nueva York me parecían de las más adecuadas y presentaban un buen reto, solo esperaba que al enviarme con mi primo no les diera por mandar a más “espías” que me mantuvieran controlado, sabía que mi madre tenía muchos conocidos allá y le sería fácil conseguir que alguien nos vigilara sin que supiéramos.

Pasaron otro par de meses hasta que me dejaron volver a mi casa, no entendía cómo era que el tratamiento por la contusión fuera tan prolongado y los medicamentos no eran para deshacer posibles coágulos en mi cabeza, ahora que estaba afuera pude investigar un poco de que tipo eran, casi eran las fiestas de navidad y ahora podría ver a mi padre que me decían que aún estaba convaleciente.

Al llegar note que estaba en silla de ruedas y me recibió de una forma muy fría al contrario de mi madre y Leticia que casi me desarman en los abrazos, como cosa rara no hubo una gran reunión en la sede del partido, ni casa de alguno de mis tíos o socios de mi padre.

Después de la cena mi padre seguía con su trato distante y hasta temeroso hacia mí, decidí contarles la propuesta de Quique y averiguar hasta donde estaban ellos metidos en esto, no me creía que fuera idea solo de mi primo.

Franco—Familia quería comunicarles que he decidido irme a estudiar a Nueva York—

Leticia—¿Te quieres separar de nosotros de nuevo? —

Doña Ana—Deja a tu hermano, bien sabes que lleva tiempo pensándolo—

Leticia—Lo sé, pero no quisiera separarme de mi hermanito otra vez—

Franco—Hermanito, por 12 minutos de diferencia, jajaja—

Leticia—Lo siento, solo es joda, pero si te extrañe todo ese tiempo que te fuiste—

Franco—Yo también te extrañe ese tiempo, pero podemos seguir visitándonos— el ambiente en la mesa parecía relajado, exceptuando a mi padre— no me voy para morir allá, las visitas las podemos seguir haciendo como cuando estuve en la academia—

Doña Ana—No será igual, apenas tendrás tiempo sea a donde sea que llegues, será más difícil—

Leticia—¿Te piensas ir solo? –

Franco—No, decidí ir allá porque estará Quique cerca estudiando también—

Doña Ana—Ya lo sabemos, de hecho, fue idea mía—

Franco—No pensé que me lo dirías tan de frente mamá—

Doña Ana—¿De qué me sirve ocultártelo? Seguramente también sospechabas algo—

Franco—Papá ¿tú no dices nada? –

Don Rodolfo—En mi estado actual, es poco lo que puedo decir, solo desear que tengas éxito y prometerte mi ayuda incondicional para que tu primo y tu no puedan quejarse de nada—

Franco—Gracias padre— sus palabras me sonaron como si estuviera deseando no verme de nuevo.

Las actitudes y palabras de mi padre me tenían triste y confundido, no sabía porque se comportaba así, por momentos me hacía pensar que yo le debía algo, pero no sabía que, trate de hablar con él a solas pero Leticia y mi madre me lo impidieron, decían que el aún estaba muy afectado emocionalmente por lo del atentado, que ellas se encargarían de su cuidado que yo me preocupara por prepararme para mi nueva vida, en ese momento sentí que no solo mi padre quería que me fuera  de sus vidas, decidí que en cuanto pasaran todas las fiestas me mudaría para preparar mi ingreso a la universidad le comunique mi decisión a Quique y él dijo que me acompañaría, el ambiente en su casa no debía ser muy distinto al de la mía, aun con las lágrimas de mi madre, mi hermana y mi tía Miriam, decidimos partir mi primo y yo, desde que bajamos del avión nos dimos cuenta que el invierno era brutal, nunca había sentido tanto frio en mi vida.

Nuestros padres nos consiguieron un piso pequeño en Manhatan con baño compartido, los alquileres acá eran una pasada de locura, sin ellos hubiera sido imposible conseguir algo así en este sector para dos chicos adolescentes. Pasamos varios meses preparándonos para ingresar a nuestras respectivas escuelas, mi primo se había inclinado por restauración e historia del arte, al mismo tiempo ya estaba presentando mis exámenes, que no fueron tan fáciles como yo esperaba, eran finales de primavera y el clima empezaba a tornarse muy caluroso, me imagino que esos calores hicieron que saliéramos más seguido al parque y mi primo ya había empezado a salir de nuevo, aunque ahora no se desaparecía por días y me avisaba cuando llegaría más tarde de lo habitual.

Empezó a salir con una chica llamada Sally de su misma edad que conoció en la biblioteca pública, era de piel blanca con el cabello teñido de azul y ojos marrones, parecía interesarse en las mismas lecturas de mi primo acerca de arte y le estaba enseñando a tocar varios instrumentos, no se vestía de forma atractiva, siempre con ropa deportiva/holgada y llevaba un piercing que pretendía hacerla lucir más ruda de lo que era, en casa nunca tuvieron relaciones o al menos nunca los escuche hacerlo, pero ya sabía que mi primo no se podía aguantar si tenía a una chica a mano, lo que si me paso un día, fue que al levantarme pase por el baño camino a la cocina y escuche que alguien se estaba bañando, pensando que era mi primo abrí la puerta sigilosamente para hacerle una broma y me sorprendí cuando la vi a ella por el espejo, solo le vi el torso, sus pechos tenían unos pezones rosados y el derecho tenía un lunar, ella  lucia espectacular con su piel blanca, estaba enjabonándose la cabeza por lo que pensé que no me había visto y salí de allí lo más discreto que pude.

Por la noche ellos llegaron con comida china para la cena y estábamos platicando de lo más tranquilo entre los tres cuando ella soltó la bomba.

Sally—¿Te gusto lo que viste en la mañana Frank? — nunca pudo decir Franco.

Franco—Lo siento, no pensé que te dieras cuenta— me atraganté con el pollo a la mandarina.

Quique—jajaja, Te dije que se pondría así—

Franco—Fue idea tuya que me lo dijera sin anestesia—

Quique—Claro, cuando regreso a mi cuarto me pregunto si fui yo quien había entrado al baño—

Sally—No te apenes ya eres un hombre, ya sabes que encontrar cuando una mujer se baña—

Franco—Pero en mi defensa, pensé que era mi primo el que estaba allí—

Sally—Ok, pero aún no me contestas, ¿te gusto lo que viste? –

Franco—Como dicen las películas de mafiosos de acá, me acojo a la 5ta enmienda—

Sally—Cobarde, jajaja—

Quique—jajaja, eso no me imagine que dirías, pero igual eres un cobarde como dice ella—

Esa noche los escuche y valla si los escuche, parecía que querían que los contrataran para una peli porno, tuve que hacerme justicia por mi propia mano recordando los bonitos pechos de Sally, la verdad no pensaba que detrás de esa ropa holgada se escondiera una chica así, me pregunte como seria el resto de su cuerpo si sus caderas y glúteos se verían así de bonitos, pensé en si sus piernas eran igual de estéticas y si tendría más lunares así de sexis, en medio del polvo de mi primo y su amiga junto con mi propio cansancio me quede dormido hasta que me despertó el ruido de la puerta que hicieron cuando salieron a la calle.