VIDAS capítulo 11 & 12

Relación seria de Iris y Erick y primeras impresiones de Franco

CAPITULO 11 CONSOLIDANDO LA RELACION

ELLA

Habían pasado unas semanas desde la sesión en la playa, Erick y yo éramos una pareja formal solo me hacía falta presentarlo a mi padre y hermanos, ese día mientras me maquillaban para una sesión, recordé lo que paso a la mañana siguiente en el hotel; al despertarme él estaba a mi lado apenas cubierto por una sabana y cuando vi hacia su entre pierna, me asuste en un primer momento pero no pude soportar la curiosidad y lo toque, tratando de no despertarlo, lo pocos segundos que pude sentirlo en mis manos note que estaba duro y grande, a mis hermanos ya los había pillado en esas erecciones matutinas y me había burlado de ellos, pero ninguno tenía una carpa como Erick.

Faltaba una semana para mi cumpleaños y la situación económica en mi casa había mejorado bastante, unidos a mis bonos en la agencia, mi hermano más grande había conseguido un ascenso que le trajo mucho mejores ingresos y mi padre por su buen desempeño había logrado un jugoso aumento por lo que pudimos organizar una reunión pequeña para mi mayoría de edad, ese era el momento perfecto para presentar a Erick, de mi familia solo mi madre lo conocía, pero no le agrado mucho, pensé que cuando se conocieran las cosas mejorarían, también me había pasado algo parecido con Marta ya que ella tampoco parecía mostrar simpatías con él desde que empezamos a salir, pero con ella pensaba que eran celos porque él era mi novio, nunca la había visto en pareja o coqueteándole a alguien por lo que me empecé a imaginar que quizás no le gustaban los chicos.

Para el día de la reunión Marta me pidió permiso de llevar a alguien y dijo que no estarían mucho tiempo debido a que partirían esa noche a Estados Unidos, se comprometió a llevar algo de comida, aunque trate de convencerla de lo contrario, al final por curiosidad le dije que ella podía llevar a quien quisiera que no debía pedirme permiso. Llego el día y presenté a Erick, mis hermanos y mi padre no le hicieron buena cara, pero de a poco la tensión se fue calmando los veía platicar con normalidad, sin ser muy cordiales, en un momento Marta llamo a casa para que le ayudáramos a bajar unas cosas del vehículo en que llegaban,  cuando salimos mi madre, uno de mis hermanos y yo, nos sorprendimos, el vehículo era un sedán de gama alta y al lado de la cajuela había un tipo enorme que resulto ser el guardaespaldas/chofer del novio de mi amiga, Marta se bajó y después salió un hombre alto, guapo, bronceado, se notaba unos pocos años mayor que mi amiga, se presentó como Pedro y fue la mar de amable y caballeroso, cuando le pregunte por el a Marta, me dijo que era catedrático en una universidad de la escuela de psicología, mi madre quedo encantada con el novio de Marta.

Durante la fiesta en la que se transformó mi pequeña reunión, había notado que mis primas y tías incluso las que tenían novio o esposo querían desnudar y comerse a mi novio y al novio de Marta, Pedro les daba platica muy amablemente y no parecía interesarse por nadie que no fuera mi amiga, pero mi novio me enfadaba por momentos ya que si reaccionaba positivamente a algunos de los coqueteos de mis primas, pero cuando ellas querían dar un paso más Erick parecía ponerse a su alcance, la verdad con algunas se traía un tira y jala que me ponía incomoda, EN MI PUTA FIESTA DE CUMPLEAÑOS. En un momento decidí hablar primero con mis familiares una por una y al final con Erick, todas ellas parecieron entender sin muchas palabras y algunas hasta se disculparon, una que otra me dijo que estaba alucinando y que no fuera tan celosa, Erick y yo hablamos en el patio.

Erick—Nena lo siento, no me di cuenta que te incomodaba—

Iris—Ya, pero porque les respondes a sus coqueteos, mira a Pedro, el solo responde amablemente—

Erick—Amor, no me compares, quizás su novia a él lo tiene más cortito— parecía que se había enfadado —igual no sabes lo que piensa y quizás quiera montarse a todas las mujeres de acá—

Iris—Yo solo digo lo que veo, tu respondes a los coqueteos y el no—

Erick—Dime algo, ¿Qué haces tú viéndolo? –

Iris—No me cambies el tema Erick—

Erick—No estoy cambiando nada, contéstame—

Iris—Calmémonos mejor, no quiero pasar la fiesta enojada—

Erick—Tienes razón, y me disculpo de nuevo, pero es mejor que nos acostumbremos—

Iris—Acostumbrarnos, a que ¿a pelear acaso? – ya me estaba enojando de nuevo.

Erick—No amor, a que la gente quiera ligarse al otro, tú crees que no sentí celos el sábado cuando salimos— trate de recordar todo lo de ese día —cuando varios chicos que se te acercaron—

Iris—Recuerdo a los tipos y no es lo mismo—

Erick—Yo me sentí con celos, pero confié en ti, ahora tu no confías en mi—

Iris—Ya te dije que no era lo mismo, yo ni platiqué con ellos—

Erick—Si, hablaste con mi amigo Fernando ese que te devoraba con la mirada—

Iris—No recuerdo a ese— mentí, creo que bien.

En ese momento mi madre me aviso que Marta y su novio se retiraban y querían despedirse, me sentía confundida y enfada por la conversación que habíamos tenido, pero creo que al final Erick tenía razón, debería confiar más en él, respecto al sábado claro que recordaba al tal Fernando y como me desnudaba con la vista, me pareció asqueroso era un tipo con panza, más alto que mi Erick, peludo seguramente hasta donde no le daba el sol, sudaba bastante, llevaba una actitud y vestuario de narcotraficante de teleserie barata, dijo tener 25 años, trataba de disfrazar su calvicie, que para su edad era bastante notoria, con un peinado engominado, aparentaba varios años más.

Nos pasamos el resto de la fiesta abrazados, pero yo aun continuaba disgustada con Erick, lo cierto es que los acercamientos de mis tías y primas pararon y el parecía ignorar mi estado, al despedirse me recordó que al día siguiente teníamos una cita para festejar solos los dos y eso me animo, sería la primera vez que estaríamos juntos todo el día, ya habíamos tenido roces y tocamientos calientes, pero no habíamos pasado de allí, el siguiente día seria especial, al menos eso pensaba yo.

Nos juntamos a eso del medio día en la entrada de un restaurante, me dijo que comiéramos algo ligero y si teníamos hambre después podríamos comer más tarde y luego paseamos por la zona histórica de la ciudad, me recibió con un regalo inesperado, un precioso dije de oro con mi nombre y en el paseo me compro flores, caminamos un rato tomados de la mano luego me dijo ir al auto y una vez dentro nos enfilamos a un pequeño hotel en las afueras de la ciudad, la verdad era bastante romántico el sitio con vistas a la ciudad y la habitación era pequeña pero elegante, Erick me sorprendió con la decisión del lugar, era muy bonito todo y no me esperaba que tuviera tan buen gusto, ya me había calentado todo el día con sus palabras y sus gestos y solo de recordar lo que había visto en su entrepierna me ponía nerviosa, no sabía bien el tamaño de su cosa y si era como me la imaginaba quizás costaría que me entrara, si quería darme fuerte seguro me dolería, pero estaba tan excitada que creo no me importaría un poco de violencia de su parte.

Cuando entramos a la habitación me sentía un poco nerviosa, y se lo dije, me ofreció algo del mini bar, se me hacia un poco temprano para beber pero quería estar calmada por eso le pedí un chupito de tequila que no me calmo pero si me envalentono, empezamos a besarnos con más calentura de lo habitual sus caricias por mi espalda y mi cintura me dejaban casi sin aliento, mientras yo le acariciaba todo su torso, podía sentir sus músculos marcados a través de la camisa de seda que portaba, para ese día yo llevaba una blusa blanca sin escote ajustada a mi cuerpo sin mangas, con una chaqueta de mezclilla encima, abajo llevaba unos leggins grises y sandalias de tacón, de ropa interior busque un conjunto blanco de sostén y tanga el más bonito que tuviera y no me marcara demasiado con la ropa, de a poco me acerco a la cama y cuando caímos sobre ella el me empezó a besar desde mis labios hasta mis pies sin babearme, en este punto mis pezones los sentía durísimos.

Al llegar a mis pies me saco las sandalias y empezó a besármelos mientras yo me quitaba la chaqueta él se quitó la camisa dejándome ver sus marcados abdominales, luego me ayudo a quitarme mis leggins y acerco su boca a mi entrepierna hizo a un lado mi tanga dejando mi sexo expuesto a su boca con la que empezó a besarme los labios de mi vulva, luego con su lengua empezó unos ligeros masajes sobre mi clítoris que me hicieron suspirar, sentir su respiración sobre mi zona púbica me estaba llevando a la gloria, tuve mi primer orgasmo con él.

Mientras realizaba esta operación empezó a sacarse sus pantalones quedándose en bóxer de esos finos que le marcaban todo su bulto, me levante y se lo acaricie por encima notando que estaba más duro de lo que pensaba, el me quito la blusa quedándome en ropa interior, hizo que me parara y diera una vuelta sobre mí y me acerco a su cuerpo, pude sentir en mi vientre toda la dureza de su pene y eso me éxito más de lo que ya estaba, luego me levanto besándome mis pechos por encima de mi sujetador mientras yo abrazaba su torso con mis piernas y con mis brazos me sujetaba a su cabeza, estuvimos así por unos minutos, luego me deposito suavemente sobre la cama y recorrió hacia debajo de mi cuerpo sus besos rumbo a mi sexo de nuevo, quitándome la tanguita de paso.

Poso sus labios sobre mi clítoris llenándome de besos y suaves chupetones, se levantó y se colocó de rodillas haciéndome señas para que sacara su pene del bóxer, creo que me acerque demasiado porque al bajárselo su pene salto chocando con mi cara, di un pequeño brinco hacia atrás riéndonos ambos por mi reacción, lo tome con una mano y empecé a pajearlo, mientras lo hacia el me miraba con expresión suplicante para que me lo metiera en la boca, cosa que me costó trabajo por lo ancho y duro que lo tenía.

Me estaba empezando a molestar mi mandíbula por el trabajo que realizaba y mientras metía su pene en mi boca él me retiraba el pelo de mi cara pidiéndome que lo observara directamente a los ojos, la parte que no podía meterme a la boca la pajeaba tratando de darle el mayor placer que me fuera posible, el me recostó sobre mi espalda y enfilo su miembro a mi conchita mientras me besaba me quito la última prenda que tenía aun puesta, antes de seguir le pedí que se pusiera condón, el rio y me dijo que tenía algunos pero que no sabía si le quedarían, saco uno de su pantalón que le quedo apretado de nuevo puso su pene sobre la entrada de mi vagina y empujo, me dolió bastante ya que nunca me habían metido un aparato de tales proporciones, con trabajo y paciencia me fue introduciendo su miembro, por momentos quería pedirle que se detuviera pero no me atreví, cuando sentí que tenía una buena parte adentro empezó con su mete saca y eso me empezó a dar placer.

Sentir como su pene como de a poco me llenaba completamente me estaba llevando al orgasmo más fuerte que había sentido en toda mi vida, en ningún momento tuvo prisa, ya había pasado la frontera de los dolores iniciales y ahora sentir su piel y sus besos sobre mis pechos y nuestras caderas chocando en movimientos sincronizados, me tenían en un punto que no había estado hasta entonces ni siquiera en mi primer orgasmo, decidió cambiarme de posición para penetrarme por detrás, su miembro ya entro con mayor facilidad debido a la lubricación que emanaba desde mi ser, así que pude sentir más fuertes sus envestidas y con cada choque de su cuerpo con el mío sentía como de nuevo se acercaba a mi orgasmo.

Esta vez saque un pequeño grito que no pude contener acompañado de fuertes jadeos cuando me corrí, incluso creo que saque un poco de pis el empezó a acariciar mis pechos y pellizcar mis pezones, lo que me regreso del pequeño trance, seguíamos en la misma posición y el cogió mis brazos llevando mi cuerpo hacia atrás, sujeto mis pechos desde abajo mientras seguía con sus fuertes envestidas, el aprovechaba la posición para besar mi cuello y preguntarme al oído como me sentía y si quería cambiar de posición, le dije que sí y el paso a recostarse de espaldas en la cama esperándome para que lo montara.

Me empezaba a sentir más cómoda ya que podía controlar el ritmo y la profundidad de las penetraciones, mientras el solo seguía mis movimientos tomándome por la cintura o acariciándome mis pechos y mi cara, la sensación duro unos minutos ya que el me tomo por la cadera y parte de mis glúteos para tomar el control de mis movimientos haciendo más rápidas y profundas las penetraciones, los movimientos eran cada vez con mayor fuerza y rapidez, hasta que el exploto dentro de mí, sentir como explotaba me hizo alcanzar mi tercer orgasmo de la tarde, cuando terminamos solo me recosté sobre su pecho y nos besamos jugando con nuestras lenguas.

Estuvimos así varios minutos y me dijo que iría la baño recuperarse, yo aproveche para revisar mi teléfono y ver la hora, ya que no tenía idea de cuánto tiempo había pasado, vi que había un mensaje de mi madre preguntándome si llegaba a la cena, ya se nos había hecho tarde y había oscurecido, entre a buscarlo al baño y verlo como la caía el agua y se llevaba el jabón por sobre su hermoso torso provoco que me mojara de nuevo, de alguna manera logre decirle que debíamos marcharnos porque me esperaban en casa, él me dijo que estaba bien que el salía para que yo también me quitara el olor a sexo, luego en el auto hablamos de camino a mi casa.

Erick—Amor quiero decirte algo que me preocupa—

Iris—Claro, ¿Qué ocurre? –

Erick—¿Qué opinas de la pastilla? –

Iris—¿Para el control de natalidad? No sé, es que tienden a alterar el periodo–

Erick—Pasa que en un par de oportunidades sentí que el condón se rompería— pensé que era broma pero el fue quien los trajo.

Iris—Ya, me hubieras dicho así nos acomodáramos mejor, o bajar el ritmo o que lo cambiaras—

Erick—Lo siento es que sentía muy rico en ese instante y no quería parar—

Iris—Para mí todo estuvo rico, jajaja, pero no quiero algo que altere mis periodos y mis hormonas—

Erick—Ya, pero no quiero depender de condones que ya te dije que casi lo reventamos—

Iris—Déjame pensarlo y preguntar, como te digo no quiero muchas alteraciones dentro de mi—

Erick—Eres mayor de edad, puedes ir a ginecólogo sola y que te recete algo sin que decirle a nadie—


ERICK

Había quedado de juntarme con ella después de unos días y contarle todo, deteste usar ese condón tan pequeño, había sido sugerencia estúpida e incomodad de ella “ que me pusiera uno así a ver si era tan tonta de creer que no habían de mi talla y follaramos sin usarlo ” pero no pico en esta ocasión por suerte nadie es tan estupido para creersela, según ella, si la niña se embaraza de mi seria el tiro de gracia para Miguel, pero no le he dicho que no quiero tener hijos, me encanta meterla sin condón, pero hijos jamás, lloran todo el tiempo, alimentarlos y cambiarles el pañal, y cuando crecen todo empeora, mejor le hago saber lo que pienso para que cambie sus planes.

Ella—Eres un idiota, destapaste la botella entera y solo un trago tomo, sabes que igual la cobran—

Erick—Cállate, haces tus planes sin contar con la opinión de los demás—

Ella—Lo dices por lo del embarazo, jajaja, tú me hubieras hablado antes que no querías hijos—

Erick—Pero si casi no me dejas hablar a mí, te encanta el sonido de tu voz—

Ella—Ya, déjame pensar que puedo hacer, igual era embarazarla y luego que abortara o algo así—

Erick—Vale, pero hijos no, lo del aborto me da igual a ella no creo— ella pensaba y me miraba seriamente —si quieres me la follo delante de el—

Ella—Esa es buena idea déjame pulirla, tu encárgate que ella acepte—

Erick—¿Acepte qué? Hacerlo en público lo dudo mucho—

Ella—Ya te dije, tu encargate y luego que acabemos con Miguel ya veremos— puse cara de hastió y mejor cambié de tema.

Erick—¿Cómo te va con el cornudo? –

Ella—No me lo menciones aún tengo que sacarle más dinero y cosas antes de dejarlo—



QUIQUE

No podía creer que al fin lo detuviéramos, ni me imagine que el supiera las cosas que hice con Leti el día de su fiesta de bienvenida, fue toda una odisea que Pedro lo sedara, yo necesito algo más fuerte de lo habitual, no podía creer que esas fueran las últimas palabras de Ana, ¡ahhhggg! Me siento mal, según Pedro ese no era el, pero joder, no tuvimos tiempo de saber quién era o que era el, por poco lo mata.

Lastimosamente solo el inútil gigante de Fernando me ofreció algo interesante y lo suficientemente fuerte para calmarme los nervios que me provoco mi primito, ¿Leticia estará consciente de que él sabe lo nuestro?, igual ya habíamos quedado en terminarlo, no era sano para su futuro que eso saliera a la luz, primero Carmen y luego ella, definitivamente no tengo suerte en el amor.

Vi cuando llego Fernando y me acerque, se me hizo raro que saliera a mi encuentro, pero cuando me fije en su auto entendí, en el asiento de atrás había una parejita en plena escena porno, no pude distinguir sus caras solo sabia por los gemidos que era un chico y una chica.

Fernando—¿Qué onda vato te llama la atención? Por una buena lana puedo conseguir que te la chupe la morrita esa, seguro a mi compadre no le importara— había olvidado que a este bestia le encantaba hablar con acento del norte de México, o paisa colombiano, o de cualquier serie que estuviera viendo en esos días, valla espécimen decía Carmen.

Quique—Déjalo, no estemos mucho tiempo, si llega la policía será difícil explicar lo que llevo sin receta —igual con el susto no creo que se me pare —acá esta tu dinero—


CAPITULO 12 CONFUSION

EL

Desperté en una cama de hospital, esta vez no reconocí el lugar, grité pidiendo ayuda al darme cuenta que estaba amarrado, entro un hombre alto y fuerte vestido de blanco me hizo un pequeño interrogatorio, preguntándome si recordaba cosas, la finca, al inicio me hablo con cautela y al ver que respondía de forma rápida y serena, se calmó un poco, antes de salir me dijo que en un rato vendría mi doctor a verme, no me desamarro. Estuve unas horas esperando, solo veía las paredes algo sucias y una ventana polvorienta donde entraba una tenue luz que no me permitió distinguir la hora del día.

Conforme pasaron los minutos me hacia las mismas preguntas una y otra vez acerca de cómo había llegado allí, donde estaban mi padre, Quique, Pedro, mi tío Mauro, no encontraba respuesta a ninguna y esperaba que ese doctor, que me imaginaba seria Pedro me ayudara, no me había encontrado tan confundido desde el día que desperté en el hospital luego de la muerte de Ana, la sensación era parecida, de repente se abrió la puerta y entro un viejo con bata que se identificó como el jefe de ese hospital y al poco entro Pedro acompañado de…¿mi madre?

Pedro—¿Cómo te encuentras? – empezó el que menos pensé que lo haría.

Franco—No lo sé, confundido creo que sería lo primero que me viene a la mente—

Jefe—Parece que ha respondido bien físicamente, pero no es por eso que estamos acá—

Doña Ana—Ya veremos doctor, hijo ¿qué recuerdas? – parecía estar regañando al doctor.

Franco—Pues no sé, que bajamos Quique y yo, seguramente tropecé y me desmayé—

Doña Ana—Hijo, tu primo ya nos contó que era lo que querían hacer por ese lugar a esa hora—

Franco—Lo siento mamá— estaba sorprendido y triste, pensando que había decepcionado a mi familia —no quería que supieras que…—

Doña Ana—Eso no importa hijo, dinos lo que recuerdas—

Franco—Ok, pues eso Quique y yo bajamos escuche ruidos en el despacho de mi tío— trate de recordar que clase de ruidos, pero no pud e—luego seguramente tropecé, me caí y me desmaye—

Pedro—¿Estás seguro que no recuerdas algo más? –

Franco—Seguro, pero ¿qué paso? – empecé a reaccionar sobre mi situación ya que aún estaba amarrado —¿Dónde estamos, donde están Quique y mi padre, el tío Mauro? ¿Cuánto tiempo llevo acá? – las dudas empezaron a caer de golpe.

Jefe—Sera mejor que lo dejemos descansar, le pondré otra dosis de sedante—

Franco—Contéstenme algo por lo menos que alguien me diga que paso—

Los tres se vieron por unos segundos y por sorpresa, fue mi madre quien tomó el control de la situación sin dejar que alguno de los otros dos dijera algo.

Doña Ana—Fue un atentado creemos que, contra tu tío, tu padre estaba en el despacho y cuando tu pasaste seguramente uno de los intrusos te golpeo— Pedro y el otro se vieron las caras.

Franco—Pero ellos están bien, no recuerdo nada de intrusos—

Doña Ana—Parece que pensaron que era tu tío quien estaba en el despacho y lo atacaron, al darse cuenta de su error se fugaron, además tu primo ya había alertado a todos—

Franco—Eso quiere decir que Quique está bien— sentí alivio al escuchar eso.

Doña Ana—Si, a ti te golpearon fuerte, pero a tu padre no le fue bien— me sorprendió esa noticia.

Franco—Papá, ¿Qué le paso? –

Doña Ana—Esta mejor sale del Hospital en unos días, lo golpearon más fuerte en las piernas y el rostro, parece que usara ayuda para caminar por bastante tiempo— el tono de su voz era neutro —será mejor que le hagamos caso al doctor ya fue suficiente por hoy—

El jefe paso una sustancia clara a través del catéter que tenía en mi brazo por orden de mi madre y me empecé a sentir mareado y me pesaban los parpados, caí en un profundo sueño.


DOÑA ANA

No podía creer que mi niño hiciera algo así, por mucho que se lo mereciera su padre, ya sospechaba que para sobreponerse al luto por la muerte de Ana había vuelto a acostarse con otras mujeres y dios quiera que solo con mujeres, no soportaría que también buscara placer sexual con cualquiera. Eso de meter a esas dos chicas hace unos meses era porque seguramente debajo de mi techo aprovecho para hacer sus cosas, pensé que sería con la chica alta, pero como cualquier hombre le pudieron más un par de tetas, será mejor que me explique con Pedro y el otro doctor del porque le dije eso a Franco, además tengo que pulir los detalles con mi cuñado para que la historia coincida espero que algo tan improvisado fucione.

La chica también debo de pensar que hacer para deshacerme de ella por suerte solo recibió un golpe que la noqueo al instante, parece que no vio a su atacante, me dijo una vez que tenía familia en España y que su sueño era irse a vivir allá, creo que se lo cumpliré a cambio de su silencio, y los trabajadores, ellos han demostrado lealtad a mi cuñado, seguro los controlara, pero yo debo controlarlo a él, aún hay demasiadas cosas en que pensar y hacer antes de que la prensa se entere.

Lo más importante es que la prensa no se entere de todos los detalles, espero que el tonto drogadicto de mi sobrino no le hable antes a alguien, le pediré ayuda a mi cuñada para controlarlo, y mi Leti, no le puedo decir todo a Leticia a ella no, aun no sé qué decirle a mi niña, es demasiado lista y quizás se dé cuenta sin que se lo digan, tal vez eso sea lo mejor con ella.


PEDRO

En qué diablos pensaba doña Ana, era una mujer que tenía todo mi respeto, pero no sé si después de esta actuación tan inverosimil aún se lo merezca, decía cosas de no hablarle a la prensa, que cuando encontraran a Quique me lo mandaría, pero que clase de gente piensa que soy no le voy a mentir ni a Franco, ni a la prensa, ni a nadie, pero era la familia de Ana, después de todo este tiempo aún me trataban bien, aun y cuando sabían que estaba saliendo recientemente con otras chicas para  rehacer mi vida amorosa, Leticia me respetaba como hermano mayor y sus padres me hablan seguido y se preocupan por mí, fue la carta de don Rodolfo la que me ayudo a obtener mi plaza de suplente en la facultad, incluso ayudaron a mi familia en el divorcio de mi hermano, demonios no sé qué hacer, doña Ana y yo creemos que Franco no recordaba nada, que era sincero en ese sentido, pero no sabemos cómo tratarlo.


Desperté de nuevo, esta vez ya me encontraba libre y en otro cuarto, me levanté hacia la puerta y allí vi al sujeto del primer día, me vio y me pregunto de forma muy amable si necesitaba algo, yo le respondí que ir al baño ( solo quería salir un rato y hablar con alguien ), mientras me dirigía hacia el baño el me siguió, empecé a platicar con él y me dijo que estaba en una institución psiquiátrica, que no sabía quién era yo, ni que ocurría con mi padre, me dijo que no me sorprendiera en lo absoluto por el secretismo de la institución, que él había visto cosas y gente de las que no puede hablar fuera de la institución por contrato, a mí me decía pocas cosas porque era paciente y su contrato no decía nada de no hablarlo con los pacientes dentro del hospital.

La mañana siguiente me visito mi madre junto a mi hermana, les pregunte por mi padre y me dijeron que aún no me visitaría por estar muy golpeado, luego me dijeron que Quique estaba bien y pronto tendría noticias suyas, Leticia parecía muy nerviosa y tratando de quedarse a solas conmigo, le pedía a mamá cosas raras hasta que obtuvo lo que buscaba.

Leticia—¿Recuerdas tu fiesta de bienvenida? –

Franco—Claro que sí, allí conocí a Carmen—

Leticia—¿Qué más recuerdas? –

Franco—¿Te refieres a lo que hablaron tú y Quique? –

Leticia—Si, a eso ¿Qué fue lo que escuchaste? –

Franco—Que tú crees que me exiliaron y algunas cosas más del día que murió Ana—

Leticia—¿Solo eso? – había cambiado su mirada, como estudiándome para ver si yo mentía.

Franco—Si cuando les escuche lo del exilio me retire lentamente a pensar y luego estuve platicando con Carmen— se me hacía raro que preguntara sobre eso —¿Qué sabes de Quique? –

Leticia—Pues… parece que tuvo algún tipo de sobre dosis, se recupera y Pedro le está ayudando—

Me puso nervioso saber que mi primo había tenido una sobre dosis, espero que se recupere pronto y saber que Pedro se estaba haciendo cargo de él me tranquilizaba, después de todo me ayudo bastante con mi depresión luego que muriera Ana, mi madre regreso preguntando de que habíamos hablado, Leticia no le dio detalles, y me conto que al día siguiente Pedro junto al  jefe del hospital iniciarían con mi tratamiento por una contusión que me detectaron seguramente por el golpe que recibí, aun debían contarme que paso con mi padre.


DOÑA ANA

Mi cuñado acepto el plan para la prensa, logramos hacerlo parecer un atentado contra ellos y ahora tienen la simpatía de muchos sectores, incluso algunos ministros aparecieron ante los medios pidiendo justicia y que se resolviera el caso con prontitud, claro que hubo una equeña ayuda y promesas politicas. Aun me falta saber qué hacer con Franco según lo que estuve leyendo en sus cosas escogió unas escuelas de negocios en Nueva York, tenemos conocidos allá que podrían ayudarme a tenerlo vigilado, quizás pueda convencer a mi cuñada que envié a Quique, cuando se recupere, para estudiar algo por allá así no se siente solo ni vigilado.


LETICIA

No me pareció que supiera lo que hicimos Quique y yo aquel día, pero según Pedro había algo más adentro de él y Quique también me lo menciono, además dijo que fue difícil someterlo, desde el día de la fiesta en el colegio supe que ya no era el chico débil que se fue a Estados Unidos, pero que entre varios hombres les costara detenerlo, eso no lo imagino.

Mi padre, mi infiel padre, ya me había imaginado que follaba con las chicas del servicio lo que no me imagine fue que mi madre lo supiera y aun así fuera capaz de orquestarlo todo para que pareciera un atentado contra los líderes del partido sin que nadie sospechara de la verdad.