Vida Virtual (9) -¿Yo? ¿Prostituta?
Abrí la puerta y me tiré en el asiento de atrás. Apenas cerré la puerta: -AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! RIQUISIMO. DELICIOSO. TE AMO ANDREA. TE AMO RAFA. GRACIAS POR ESTE SEXO.
Me agarré del tronco del árbol, y me empiné, lista para recibir aquella verga inocente. En el cielo solo se veía la luna, estrellas, parcelas y arboles alrededor. Sentí como entró la verga en mi panocha y empezó a bombearme. Gemí.
-Dame fuerte papi. –Le dije. –Dame.
Me tenía sujetada de las caderas y me jalaba con un ritmo lento, pero los golpes de sus piernas con mis nalgas eran fuertes. Me gustaba.
Vi como Rafa bajó de su auto, desnudo y detrás de él, mi hermana también desnuda, solo con sus tacones. Luego bajó Andy, también desnuda pero con una cámara en la mano.
Me hermana puso sus manos en el cofre del auto y se empinó, Rafa se puso detrás de ella y le metió su verga y Andy empezó a grabar la escena.
Relato anterior -->
http://www.todorelatos.com/relato/122355/
Dieron las 8 de la noche de ese sábado. Estaba ansiosa, quería salir de mi casa y ver qué pasaría esa noche.
Rafa no tardaría en llegar por nosotras.
Vi a mi hermana: traía una minifalda que le llegaba un poco arriba de las rodillas, realmente no dejaba nada a la imaginación. Se puso una blusa blanca, casi transparente, se le notaba su brassier rojo. Y tacones. Andaba maquillada y traía pintados sus labios de rojo. Se miraba muy hermosa.
Yo vestía un poco más sencilla: Una falda más larga que la de mi hermana. Una blusa de color rojo y zapatos, y claro, estrenaba tanga.
-¿Crees que a Rafa le guste mi atuendo? –Me preguntó mi hermana dándose una vuelta. Sabía que me estaba dando picones y casi le doy un golpe en ese momento. Pero debía tranquilizarme.
Llegó Rafa por nosotras y fuimos por Andy.
En cuanto vi a mí mejor amiga, recordé lo mismo que siempre pensaba cuando la veía: Era la mujer más hermosa del mundo con el cuerpo más escultural que jamás haya visto. Vestía un vestido de una pieza que le llegaba a la mitad de sus piernas. Sabía que tenía unas piernas hermosas y se las lucia a mi novio en ese momento.
En cuanto subimos al auto, Andy no pudo ocultar el amor que le tenía a Rafa. Y ya en este punto, no sentía celos para nada de ella, al contrario, me sentía halagada de que una mujer tan hermosa como ella se fijara en mi novio. Por eso permitía que ellos dos tuvieran sexo cada que podían.
En cambio, mi hermana, no soportaba que igual le aventara los perros a mi novio. La odiaba.
Fuimos a cenar algo ligero y a platicar. Mi novio, ante ellas dos, siempre me dio el lugar de su novia, como debía ser. Andy lo respetaba pero mi hermana le daba sus cariñitos cada que podía.
A pesar de estar enojada, no me atrevía a ponerle un hasta aquí.
Subimos al auto y empezamos a dar unas vueltas. Luego de un rato.
-Vi a unas amigas. –Les dije. –Son de la prepa. ¿Puedo ir un rato con ellas? Ándale. –Le dije a mi novio.
Me volteó a ver, luego miró a mi hermana y a Andy.
-Son las 10pm. –Dijo. –Nos vemos a las 11pm aquí mismo.
-A las 12, es que las quiero llevar a conocer el pueblo.
Se quedó un rato pensado, luego dijo:
-Está bien. Aquí mismo a las 12.
Dicho esto, le di un beso y bajé.
Vi que se perdieron en la ola de autos. Avancé hacia una escuela que quedaba un poco alejada y en total oscuridad. Estaba parado un auto en la orilla con vidrios polarizados. “¿Será él?” , pensé. Me acerqué decidida y toqué la ventana del auto. Se bajó la ventana.
-Hola. –Me saludó el chavo.
-Hola. –Saludé.
Nos quedamos en silencio. Abrí la puerta del auto y subí.
-¿A dónde vamos? –Me preguntó.
-Tú decides. –Le dije.
-Tú eres la reina de la noche, tú decides. –Me dijo. Me gustó el gesto, se me hizo muy tierno.
-Vamos a dar unas vueltas y después vamos a perdernos por ahí.
-Está bien.
Y dicho esto, avanzó el auto.
No dijimos nada durante un rato. Yo me dedicaba a buscar el auto de mi novio y luego de un par de vueltas, los ubiqué.
-Y ¿Tienes mucho tiempo haciendo esto? –Me preguntó. Me tomó por sorpresa su pregunta.
-Poco.
-Imagino que tienes mucha experiencia y con muchos hombres.
Lo volteé a ver y me sorprendió encontrarme con un niño. No lo había visto bien hasta ese momento.
-¿Qué edad tienes? –Pregunté.
-15 y ¿tu?
-A una mujer no se le pregunta la edad. –Dije.
-Perdón.
No le respondí. Seguía viendo el auto de mi novio. “¿Qué irán haciendo? ¿Qué irán platicando?”
De repente vi que salieron de la fila de autos y salieron rumbo a la carretera. “¿A dónde van?” , pensé tontamente, sabia a donde iban. Mi corazón latió muy de prisa. Les di una vuelta de ventaja. Luego:
-¿Vamos? –Le dije. –Salte y yo te digo a donde ir.
Salió de la fila de autos y avanzó hacia la carretera principal saliendo del pueblo. Conocía los lugares que “frecuentaba” Rafa y hacia allá íbamos.
-Ahí donde está el canal, metete. –Le dije. Nos adentramos como 100mts y luego una curva y casi al terminarla había un espacio donde se podría acomodar un auto y los arboles tapándolo.
Llegamos pero no estaban ahí.
El chavo siguió avanzando. A unos 500mts había otro espacio. Este lugar me traía muchos recuerdos ya que aquí fue donde vine la primera vez con mi novio. En ese momento era muy inocente, era todo muy diferente. Llegamos y no estaban ahí.
-Detente. –Le dije.
-¿Aquí? –Me preguntó.
-No, regrésate a la carretera.
-Está bien.
Fuimos a otros 2 lugares un poco más escondidos pero no estaban. “Quizá no vinieron” , pensé.
-Regrésate al pueblo. –Le dije. –Vamos a otro lugar un poco más alejado.
Iba a un último lugar que conocía y que ahí podían estar. Ese lugar estaba muy alejado, se llegaba por otra salida del pueblo, se avanzaba unos 2 km y luego nos metíamos entre las parcelas unos 3 km más.
En la noche el lugar estaba muy bonito. Era un cuadro rodeado de árboles, y había pasto muy cortadito. Y al estar muy alejado y escondido, uno se podía bajar y hacer el amor en el pasto, era rico.
Avanzamos los dos kilómetros, luego se metió entre las parcelas.
-Apaga las luces, como quiera se mira y en la carretera no hay muchos pozos.
Obedeció.
Cuando calculé que estábamos cerca, le dije que se parara en un espacio que estaba como a 100mts del lugar.
-Apaga el auto.
-¿Aquí lo vamos a hacer? –Me preguntó viendo para todos lados.
Si. –Le dije.
Se quedó en silencio y me miró. Yo lo miré esperando a que hiciera su movimiento pero no lo hizo.
-¿Eres virgen? –Le pregunté.
-Si. –Me respondió apenado.
-En serio ¿Nunca has estado con nadie?
-No, tú serás mi primera vez. –Me dijo.
-Bájate del auto. Sígueme.
Bajamos y caminamos en medio de todos los árboles. Era mi última oportunidad de encontrar a mi novio con mi hermana y mi amiga. Nos acercamos despacio y casi al llegar, vi el auto de Rafa parado en ese lugar. “Aquí están” , pensé.
-¿Esos del auto también estarán haciéndolo? –Me dijo el chavo con una sonrisa muy inocente.
“Yo espero que no” , y me imaginé a mi hermana y a mi amiga mamándole la verga a mi novio. Una a cada lado, completamente desnudas.
Me calenté rápidamente, agarré al chavo y lo recargué en un árbol, de espaldas al auto. Me agaché y le bajé el pantalón. El chavo cooperó completamente. Saltó una verga sin erección de tamaño normal. Se la agarré y me preparé para metérmela a la boca. Eché una mirada más al auto de mi novio, sus vidrios estaban empañados. “Espero que estés disfrutando de la verga de mi novio, hermanita” .
Me metí la verga de mi cliente a la boca, empecé a mamar. 5, 10, 15 segundos… recibí el primer chorro de leche en la boca, luego el segundo, tercero. El chavo me llenó la boca de leche que recibí con gusto.
Miré al chavo, mientras lo masturbaba con la mano y tragaba la leche; miraba hacia el cielo, agitado.
-Eres increíble…Eres la mejor…Lo haces muy bien. –Me dijo.
Volteé a ver el auto de Rafa, se estaba moviendo. Sentí un nudo en el pecho.
“¿A quién se estará cogiendo?” , pensé. Había visto mucho porno como para imaginar que Rafa se estaba cogiendo a una de perrito y esa misma le estaba mamando la panocha a la otra.
Conocía mucho a las dos mujeres que en ese momento estaban con mi novio; mi mejor amiga, Andrea, a pesar de ser una mujer tan deseable, tan hermosa, con el mejor cuerpo que podría tener una mujer, no se atrevería a tocar a otra mujer. En cambio, mi hermana menor, Olga, ella me había demostrado que para el sexo no tenía límites. Le gusta mi novio y el sexo y mi novio tenía las dos cosas.
Sin duda, Rafa se estaría cogiendo a mi hermana y ella, se estaba comiendo la panocha de Andrea.
De repente sentí celos. Pero celos de Andrea. Celos de Olga y Andrea. Celos porque mi hermana y mi amiga se estaban comiendo la verga de mi novio y la panocha de la otra.
De repente sentí como se encendió algo dentro de mí, algo que nunca había sentido. Andrea era tan hermosa y estaba buenísima, sus pechos eran enormes y duros, se le veían hermosos. Y sus nalgas estaban redondas y paradas y con el ejercicio que hacía, sin duda estaban duritas. Y me llegaron celos, pero celos de mi novio, celos porque se estaba cogiendo a una mujer como Andrea. Yo también quería cogérmela.
Me levanté, con la última gota de leche en la boca y tomé de la mano a mi cliente.
-¿Te dura mucho tiempo la verga parada? –Le pregunté.
-Este… Si. –Respondió.
-¿Cuánto tiempo? –Íbamos rumbo al auto.
-¿Cómo?
-¿Cuánto tiempo te dura parada?
-Este… a veces me la jalo hasta 5 veces en un mismo ratito y mi verga no se me baja.
Calcule más o menos y era como media hora. Me parecía muy bien. Llegamos al auto y abrí la puerta y lo subí casi aventándolo.
-¿Por… por… porque la pregunta? –Me dijo casi asustado.
-Porque ando bien caliente, estoy ardiendo y quiero cogerte y disfrutar de una verga como nunca lo he hecho. –Y dicho esto, me levanté la falda y me quité la tanga. –Te la regalo. Acuéstate, me voy a poner encima de ti.
El chavo obedeció, me subí y me clavé. Su verga no era muy grande pero estaba en un buen punto. Empecé a brincar y a moverme de forma brusca.
-Que rica verga tienes. ¿TE GUSTA COMO ME MUEVO? ¿TE GUSTA? AGH AGH AGH AGH. –Gritaba de forma rara, estaba vuelta loca.
-Mas. Mas. –Me decía. –Cierra la puerta del auto, nos van a escuchar. La cerré.
Sentí mojado en mi panocha.
-¿Ya te viniste? –Asintió con la cabeza. –Eres un repartidor de leche. SIGUE COGIENDOME ANDREA, DAME MAS ANDREA.
Mis brincos eran muy bruscos, pero mi calentura hacia que los diera de esa manera, solo así podría disfrutar. Seguimos cogiendo de esa manera un rato más y a los 5 minutos sentí de nuevo leche en la panocha y tuve mi primer orgasmo.
-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!
Los dos estábamos agitados. Mi cuerpo se tranquilizó un poco pero quería seguir cogiendo más.
-Vamos al árbol de nuevo. –Le dije. Bajé de la verga y me escurrió muchísima leche entre las piernas. –Préstame la tanga. –Y me limpié. Se la regresé.
Lo tomé de la mano y lo llevé hasta el árbol. De alguna manera tener a un chavo así, que pudiera manera a mi antojo me gustaba.
Me gustaba la inocencia, y la poca experiencia que tenía. Y aunque no me diera mucho placer sexual, me sentía satisfecha.
Llegamos al árbol de nuevo y mi novio, mi amiga y mi hermana seguían dentro del auto.
Me agarré del tronco del árbol, y me empiné, lista para recibir aquella verga inocente. En el cielo solo se veía la luna, estrellas, parcelas y arboles alrededor. Sentí como entró la verga en mi panocha y empezó a bombearme. Gemí.
-Dame fuerte papi. –Le dije. –Dame.
Me tenía sujetada de las caderas y me jalaba con un ritmo lento, pero los golpes de sus piernas con mis nalgas eran fuertes. Me gustaba.
Vi como Rafa bajó de su auto, desnudo y detrás de él, mi hermana también desnuda, solo con sus tacones. Luego bajó Andy, también desnuda pero con una cámara en la mano.
Me hermana puso sus manos en el cofre del auto y se empinó, Rafa se puso detrás de ella y le metió su verga y Andy empezó a grabar la escena.
De nuevo me llegó esa sensación que había sentido momentos antes: yo cogiendo con Andy. Lo que sentí en mi panocha provocó que pegara mi cuerpo al de mi cliente. Pasé mi mano alrededor de su nuca y nos besamos. Seguía bombeándome. Me perdí, me olvidé completamente de todo lo que pasaba a mí alrededor y solo pensaba en comerme la panocha de Andy.
A los pocos segundos de nuevo me agaché y me agarré del tronco del árbol y luego tuve el orgasmo más rico que había tenido hasta ese momento. Apreté con mis uñas el tronco del árbol, apreté los labios de mi boca y los de mi vagina, me quedé quieta y disfruté de aquel orgasmo delicioso. Al instante pude sentir como se hinchaba la verga de aquel niño dentro de mi panocha… más leche.
Quería gritar pero no podía.
-Vamos al auto. –Le dije al chavo. Y sin voltear a ver la escena corrimos.
Abrí la puerta y me tiré en el asiento de atrás. Apenas cerré la puerta:
-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! RIQUISIMO. DELICIOSO. TE AMO ANDREA. TE AMO RAFA. GRACIAS POR ESTE SEXO.
Estaba agitada, cansadísima. Volteé a ver al chavo y estaba igual pero sentado, viéndome. Me levanté y lo besé.
-¿Te gustó?
-Sí, mucho. ¿Cuánto será?
-Nada. Vámonos. –Le dije. Encendió su auto y arrancó.
En el camino me fui arreglando. Tuve que repetirle el camino porque en una se desvió mal. Llegamos de nuevo al pueblo.
-Metete de nuevo a la fila. –Le dije.
Pasaron 30 minutos, 30 minutos que se me hicieron eternos, que no dejaba de pensar en las dos mujeres y el hombre que estaban cogiendo a lado de mí. Hasta que los vi dando la vuelta.
Le dije a mi cliente que me bajara en el mismo lugar donde me subió.
-Oye…
-¿Qué pasó? –Le pregunté.
-Me gustas y quiero que seas mi novia. –Me dijo rápido.
Se me hizo muy tierno. Le di un beso en la boca.
-Dame tu número y te hablo después. –Se emocionó.
Nos besamos por última vez y me bajé.
Esperé en una esquina a que llegara mi novio por mí. Cuando pasaron, se detuvieron y me subí.
-¿Qué tal te fue? –Me pregunté mi novio dándome un beso.
-Bien, nos la pasamos muy bien. Y ¿A ustedes?
-Bien. –Dijo mi hermana rápido. –Algo aburrida. –Y estiró los brazos en señal de cansancio. –Solo te esperábamos. Vámonos a la casa.
Y nos fuimos. Nadie dijo nada en el camino. Llegamos a la casa.
-Bueno… -Dijo mi amiga Andrea tomando de la mano a mi hermana. –Nosotras vamos para dentro de la casa un rato. Los dejamos. –Y me guiñó el ojo. Sonreí débilmente.
Rafa me jaló del brazo hacia él. Nos besamos. Rápidamente sentí como las manos de mi novio se fueron hasta mis pechos, los apretó, los masajeó. Hacía mucho tiempo que no estaba con mi novio, hacía mucho que no sentía una caricia de aquel hombre que amaba y que me amaba.
Por un momento me sentí segura. Instintivamente bajé mi mano en busca de la verga de mi novio, Rafa hizo lo mismo.
-No traes ropa interior. –Me dijo dejándome de besar y tocando mi panocha.
No supe que decir. Había estado cogiendo con un niño y como regalo le dejé mi tanga llena de su leche.
-Es que… -Tartamudeé. –No traigo porque… -Después de tanto tiempo, me di cuenta que todavía amaba mucho a Rafa y lo respetaba. –Quería hacerlo contigo hoy. Y era así como sorpresa.
Me vio, me acerqué para besarlo pero me detuvo. Por primera vez me negó un beso. Sacó su mano de mi entrepierna y se la llevó a su nariz.
-Esto es… ¿Semen? –Me preguntó.
Mi mundo se derrumbó en ese momento. Me había descubierto, fui descuidada y me descubrió. Iba a perder al hombre que amaba por una calentura.
Se me quedó mirando fijamente. Yo no pude sostenerle la mirada y me bajé del auto corriendo a mi casa. Abrí la puerta y entré, vi como saltó del sillón asustada mi hermana y a lado estaba mi amiga.
-¿Qué pasa? –Me preguntó Olga. No respondí y seguí mi camino hasta el cuarto. Abrí la puerta de golpe y entré. Me tiré en la cama.
Estaba destruida totalmente. Pero ¿Por qué? ¿Por qué había engañado a Rafa y me había descubierto? Pero si Rafa me engañaba con mi mejor amiga y mi hermana, y yo lo sabía y él andaba como si nada. Pero yo no era así. Estaba muerta de la vergüenza y del miedo que me daba perder a mi novio.
Estuve llorando como 10 minutos hasta que entró mi hermana al cuarto.
-¡Hey! –Me gritó. –Despierta.
-Vete, no quiero hablar. Solo quiero dormir.
-Ten. –Me dijo aventándome algo en la espalda. Estaba pesado. –Te lo dejo. Me voy a la sala.
Cuando cerró la puerta, me volteé y tomé la cámara de video que había dejado. Mi corazón latió a mil por hora.
La encendí.
Continuará.