Vida Virtual (2) -La cámara web y mis vecinos.
-¿Verdad que si quieres? Insistió el hermano. Vi como llevó su mano a la entrepierna de su hermana y la metió por debajo del pantalón.
Entré a la página Latinchat, no entendía mucho a simple vista. Empecé a leer toda la página de arriba abajo. Leí “Salas de Chat” y en esas encontré “Amor y Amistad”, vi sus categorías y encontré “Amigos”.
Tecleé mi nombre de usuario “Julia” y esperé a que cargara.
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http://www.todorelatos.com/relato/113867/
En el centro de la página salían comentando las personas, en la orilla aparecían los usuarios que estaban conectados, no tardé mucho en aprender.
Los comentarios iban de “Alguien de x lugar”, “Alguien para platicar”, etc.
No me animaba mucho a escribir, me daba miedo.
Hasta que lo hice. Escribí: “Alguien de México para hablar”, pero no me atreví a enviarlo. Pasaron un par de minutos hasta que me animé a enviarlo. Casi corrí del miedo que me dio.
De repente aparecieron un par de ventanas frente a mi pantalla. Tres para ser exactos. Dos hombres y una mujer. Les respondí y empezamos a hablar; Nombre, de donde éramos, edad, a que nos dedicábamos.
Los 3 me preguntaron por mi MSN. “¿Qué es eso?” , pensé.
Uno de los chavos me explico, hice mi correo y abrí mi MSN. Agregué a mis primeros 3 contactos. Esa noche no hablamos nada más, me fui a dormir.
Al día siguiente me fui a la escuela pensando en el MSN y en el chat. Como eran los días finales y yo había pasado todas mis materias, regresé temprano a la casa. No había nadie, para mi tranquilidad. Encendí la PC y entré a mi MSN. No estaban en línea mis 3 contactos. Pensé: “Necesito más gente”.
Entré a Latinchat y puse mi MSN “Agréguenme” , y en un minuto me llegaron muchas solicitudes de hombres y mujeres. Mis contactos subieron a más de 50 personas. Me sentí feliz.
Los días siguientes me olvidé un poco de mi vida real y me concentré en mi vida virtual. No miraba a Rafa, y evitaba a mi hermana y a mi tía. Me desvelaba mucho chateando.
Llegaron las vacaciones de verano. Mi familia acostumbraba a hacer un viaje, yo lo disfrutaba mucho, pero este año a mi no se me antojaba ir. Como excusa puse que tenía que quedarme para hacer un curso de verano. Aceptaron sin decir nada.
Mi papá y mi mamá fueron a hablar con los vecinos (su familia estaba compuesta por ellos dos, un niño de 15, una niña de 13 y otra niña de 10). Les dijeron que me cuidaran. No me gustaba mucho eso, quería estar sola, pero dijeron que me pagarían si ayudaba a la niña de 13 a estudiar ya que ese año entraba a secundaria. Acepté.
Mi familia se fue de viaje. Ese día Rafa me envió un mensaje para vernos, le dije que iba a pasar unos días con unas amigas. Estuvimos un rato enviándonos mensajes hasta que nos despedimos.
Cerré la puerta de mi casa, encendí mi computadora y me dediqué a disfrutar de mis nuevos ciberamigos.
Abrí mi MSN, eran más o menos las 2pm. Al instante me aparecieron 3 ventanas, 3 hombres. Empecé a hablar con ellos. Buena onda. Perdí la noción del tiempo y cuando abrí los ojos, eran las 9pm. Hablaba con muchas personas, entre hombres y mujeres. De todo y de nada.
Me levanté, me fui a bañar y a comer. Alrededor de las 11pm regresé. Chatear se estaba haciendo un vicio. Mis papás me hablaron por teléfono y les dije que todo bien. De nuevo me senté.
1-2 de la mañana.
Desde que inicié mi vida virtual, había hecho una buena amistad con dos hombres y una mujer. Nos contamos nuestras intimidades. Les dije de mi novio pero no de mis aventuras, les hablé de mi familia y ellos también me contaron todo.
3am, me quedé hablando con Isabel (la chava) y con Jack (uno de los chavos).
Con Jack:
-¿Siempre te desvelas? –Le pregunté.
-Estamos de vacaciones. –Me respondió. –Estuviste toda la tarde aquí, no viste a tu novio. ¿Está de vacaciones?
-Sí. –Mentí.
-Y ¿Cómo eres físicamente? –Me preguntó.
No estaba preparada para esa pregunta. “¿Conocernos físicamente?”, pensé. ¿Qué debía responder?
Con Isabel:
-¿A ti te han preguntado cómo eres físicamente? –Le escribí.
-Sí. –Me respondió. –Es normal, para conocernos.
-Y ¿Qué le digo?
-La verdad. A veces se mandan fotos o se ven por cámara.
-¿En serio? –Me sorprendí.
-Solo hay que tener cuidado, hay algunos que solo quieren sexo.
-¿Cómo? –Pregunté. –Vivimos lejos.
-Cibersexo. Se ven por cámara, se desnudan y se masturban viéndose.
Me quedé pensando en lo que dijo. No podía negar que se me pasó por la cabeza una idea muy caliente, pero la deseché. No quería que mis “nuevos amigos” pensaran mal de mí pero el pensamiento ahí estaba, imaginaba a un hombre y una mujer masturbándose.
Con Jack:
-Soy bajita, piel café clara. Pelo largo.
-Ok. –Me dijo. Luego preguntó. –Y ¿tu cuerpo, como es?
Pensé en el cibersexo. No respondí.
Me apareció una foto en mi MSN.
-Este soy yo. –Me dijo.
Era un chavo muy guapo, su cuerpo bien trabajado, solo traía un short y llevaba lentes. Me gustó y me embobé viéndolo.
-Y ¿Tú no tienes fotos? –Me preguntó.
-No. –Y lo siguiente lo respondí en automático. –Tengo pechos grandes y mi trasero es chico pero paradito.
-Jajajajaja!
Me olvidé de la plática con Isabel y me concentré en Jack totalmente.
-¿Quieres verme por cámara?
-Sí. –Ni lo dudé.
Se trabó un poco mi computadora pero al final pude poner la cámara. Apareció el rostro del chavo, guapísimo. Tenía 27 años.
-¿Qué te parece? –Me preguntó.
-Estas muy guapo. –Le dije sin pensarlo.
Bajó su cámara hasta su pecho. Estaba muy bien trabajado.
-Y ¿Qué hay más abajo? –Le pregunté, no supe porque.
-¿Quieres ver? –Me dijo.
-Sí. –Ya no podía controlarme. Mi imaginación me ganó.
Traía un bóxer, pero no se le notaba nada.
-¿Quieres ver que hay abajo? –Me dijo.
-Sí. –Respondí rápido. No quitaba la mirada de la pantalla.
Se bajó el bóxer y saltó una verga enorme, la más grande que había visto hasta ese entonces. Estaba flácida pero aun así se veía enorme.
No dije nada, solo veía y estaba caliente.
-¿Estás viendo? –Me dijo.
-Sí.
-¿Quieres más?
-Quiero mamártela.
Jack empezó a masturbarse, con una mano agarrándose los huevos y con la otra jalándose la verga. No perdí detalle. Me moje imaginando ese pedazo dentro de mí. Creció y era enorme. Necesitaba una verga en ese momento. Pero a las 3am no había nadie. Estaba sola y caliente.
Jack dejó de masturbarse y me escribió.
-¿Te gusta la leche?
-Sí, quiero leche.
Vi como se la jaló más rápido, luego puso su mano izquierda en la punta de la verga y con su mano derecha apuntó la verga hacia su otra mano. Descargó todo el semen. Me lo imaginé en la boca. Mi calentura y excitación estaban al máximo.
-Lástima que no te tenga cerca, se me antoja esa verga dentro de mí. –Le escribí sin pena.
-Podríamos ponernos de acuerdo…
No respondí pero solté un chorro de solo imaginar que aquella persona podía venir hasta acá solo a coger conmigo.
-Voy a limpiarme. –Me dijo.
Me quedé sola, pensando en lo que había pasado. Me llegó el sentimiento de culpa, no podía creer lo que había pasado. Apagué la computadora y me fui a la cama.
Estaba caliente y enojada. Pasó una hora antes de que pudiera dormir.
Escuché que tocaron la puerta, me levanté asustada y vi la hora. Eran las 8am. Abrí y eran mis vecinos.
-Hola Julia, ¿Cómo estás? –Me preguntaron.
-Bien.
-¿Te desvelaste mucho anoche?
Solo sonreí.
-Vamos a salir. –Me dijeron. –Llegamos hasta la noche. Te dejamos a los niños aquí. ¿Está bien?
-Sí, yo los cuido, no se preocupen. –Les dije.
Me dieron instrucciones. Solo me dejaron al de 15 y a la de 13. Los dos niños eran bien tremendos. Les dije que me iba a dormir y que esperaran hasta que despertara y haríamos algo. De nuevo dormí.
Cerca de la 1pm me levanté. Lo primero que pensé fue en lo de anoche con Jack. “¿Qué pensará de mi después de lo de anoche?” . Bajé las escaleras de la casa. Estaba en silencio, hasta que se rompió por un sonido que me asustó. Eran unos gemidos. Caminé despacio hasta la sala, asustada.
Mientras más me acercaba a la sala, mas fuerte eran los gemidos. Escuché voces:
-Estas bien sabrosa, mami. –Escuché la voz de mi vecino de 15 años.
Solo se escucharon los gemidos de mi vecina de 13 años. “¿Lo están haciendo?” , pensé. Mi excitación y curiosidad crecieron al máximo. Me acerqué despacio y me pegué a la pared, asomé un poco la cabeza para verlos; estaban acostados en el sillón, la niña estaba boca arriba, y el niño encima de ella, los dos con ropa.
-Vamos a hacerlo sin ropa. –Le dijo mi vecino.
-No. –Casi gritó, asustada.
-¿Por qué no? ¿No se te antoja?
Mi vecina no dijo nada. “Si quiere” , pensé sorprendida. “Tan chica y calenturienta” .
-¿Verdad que si quieres? –Insistió el hermano. Vi como llevó su mano a la entrepierna de su hermana y la metió por debajo del pantalón.
-No. –Quitó rápido la mano mi vecina.
-¿No quieres?
De nuevo silencio por parte de la niña.
-Jálamela. –Dijo su hermano.
Yo estaba más que caliente, viéndolos, escuchándolos, desesperada esperando que lo hicieran. “ Pero no pueden ni deben hacerlo” , pensé. Tenía que detenerlos pero sin que se enteraran porque los descubrí.
Vi que mi vecino se levantó y se empezó a bajar el short.
-Y ¿Si viene Julia? –Dijo mi vecina.
-Entonces hazlo rápido para que no nos descubran.
Corrí hacia las escaleras, las subí rápido y desde arriba:
-Niños, ¿Dónde están? –Les grité. -¿Quieren comer?
Bajé tranquilamente las escaleras y llegué a la sala. Los vi a los dos sentados. La niña estaba un poco nerviosa, se le notaba en su rostro. El hermano estaba tranquilo, con los pies cruzados encima del sillón, para tapar su erección.
-¿Qué hacen? –Pregunté divertida.
-Nada. –Dijo la hermana rápido. –Viendo la tele. –Y me echó una sonrisa nerviosa.
Entre el juego, lo que vi y lo que pasó anoche con Jack, estaba muy caliente. Necesitaba coger y quitarme estas ganas pero no iba a estar sola hasta las 8pm.
-¿Saliste anoche? –Me preguntó el vecino.
-No. –Respondí.
-¿Por qué andas desvelada?
-Me quedé en la computadora toda la noche. –Recordé lo que vi. –Por cierto, vecino, ¿Tienes una cámara web?
-Si. –Dijo la niña rápido.
-¿Me la prestan?
-Es de mi papá. –Dijo la niña.
-Tráiganla, yo se la regreso mañana.
-Ve por ella hermana. –Dijo el niño.
Se levantó enojada la niña, salió de la casa y fue por la cámara a su casa.
Nos quedamos solos el vecino y yo. Me senté a su lado. Vi como estiró sus piernas y se sentó normal. Noté su bulto. “Lo hizo a propósito para que lo viera” , pensé. Hasta ese momento, no se me había pasado por la cabeza coger con mi vecino, pero después de ver su paquete y que se me estaba insinuando, y aparte, por la calentura que me cargaba, decidí cogérmelo.
De forma descarada, levanté mis pies y los puse encima de su paquete y lo empecé a masajear. Enseguida entendió lo que hice y con sus manos me acarició las piernas.
-Que buena estas chiquita.
-¿Te gusta acariciarme? –Le dije mientras lo veía a los ojos.
-Siempre te veo por la ventana cuando sales y luego voy a hacerme una puñeta imaginándome tus tetas entre mi verga.
Me sorprendieron sus palabras, provocaron mucho en mi entrepierna. Me levanté de un brinco.
-Vente. –Le dije mientras caminaba. –Vamos a mi cuarto a coger.
Caminé muy rápido, quería ya hacerlo. Entramos a la recamara y cerré la puerta con llave.
-Debemos hacerlo rápido antes de que venga tu hermana.
-Mi hermana no dice nada. Ella sabe que te quiero coger.
No escuché bien lo que dijo.
-Bájate el short y acuéstate. –Le dije.
Vi como lo hizo y saltó su verga peluda, de tamaño medio. Yo también me quité el short y mi ropa interior.
-¿Tienes condones? –Me preguntó.
-No.
-Y ¿Si quedas embarazada?
-No te preocupes, sé cuidarme.
Yo estaba muy mojada, me puse encima de mi vecino y me clavé con mucha facilidad. Empecé a cabalgar.
-Qué rica vergas tienes.
-¿Te gusta?
-Sí.
-Quítate la playera. Quiero ver como saltan tus chichotas.
Sin dejar de moverme, me quité la playera. Puse sus manos en su pecho y empecé a moverme más rápido, con más fuerza.
-No te vayas a venir, ¿Eh? –Le dije, entre gemidos.
-¿Quién crees que soy?
El vecino llevó sus manos a mis pechos y los apretó con fuerza, me gustó mucho.
Por un momento empecé a imaginar la verga de Jack, esa verga enorme, dentro de mí. Me perdí en ese pensamiento.
-¿Dónde están? –Alcancé a escuchar a lo lejos la voz de la niña.
Nadie respondió. Yo seguía disfrutando de la verga de mi vecino.
-Ya los escuché, cochinos. –Dijo la vecina. –Como gritas Julia.
Reaccioné, volteé a ver al vecino y este reía.
-Gritas mucho July.
Me detuve asustada.
-¿Aquí están? –Preguntó la niña fuera de nuestro cuarto. –Te traje la cámara, aquí te la dejo. Cojan a gusto, les doy tiempo, voy a jugar con las niñas.
¿Coger? ¿Tiempo? Mi vecina de 13 años sabía lo que hacíamos y nos iba a dar tiempo. No sé qué pasó pero eso provocó que me llegara un orgasmo muy intenso. Grité.
-Se ve que te dieron una cogidota muy buena, July.
-Ya vete. –Le gritó su hermano.
-Ya. Ya. Ya. No se enojen.
Se hizo el silencio. Yo estaba agitada, agotada, cansada, satisfecha.
-Quiero llenarte de lechita tus tetas.
Me acosté sin decir nada, todavía agitada. Mi vecino se puso frente a mí y empezó a masturbarse, no aguantó mucho y tiró su leche calientita en mis pechos.
-Muy rico que me cogiste. –Le dije.
-Te traía ganas desde hace mucho. Quisiera seguir cogiendo contigo todos los días.
-Aquí estaré esperándote.
Dos niños con mucho conocimiento sexual me encendieron mucho, no podía controlarme.
-Regreso. Voy a mi casa a cambiarme. –Me dijo.
Salió del cuarto y se fue. Estuve un rato acostada, bien calientita y satisfecha, pensando en lo que había pasado. “Muy rico” .
Me levanté y me bañé. Fui a comer. A limpiar. Los niños no regresaban pero los veía por la ventana afuera con sus amigos. Llegó la noche y sus papas vinieron por ellos. Me pagaron y se fueron.
Me acosté en el sillón y encendí la tele, y me puse a pensar y a divertirme con lo que había pasado. Recordé la cámara web y me levanté de un brinco. Corrí a encender la computadora. Abri mi MSN y busqué a Jack. Estaba en línea.
Con Jack:
-Hola. –Le escribí. -Consegu
í
una camara.
Continuará.