Vida Nueva 9

Continuacion de la tarde de cine (y otros recuerdos)

La proyección de la película continuaba. Paco iba recuperándose paulatinamente de su corrida. Mi mano seguía pegajosa del engrudo que mi hijo había soltado con la abundancia que le caracterizaba,  a pesar de que me había limpiado con un pañuelo de papel. Pensé tambien en que condiciones habría quedado la chaqueta, porque el ímpetu de salida de la leche no lo había podido parar mi mano y algo caería en la prenda. "Mañana a la tintorería", pensé.

De vez en cuando miraba con disimulo hacia atras. La pareja seguía con sus arrumacos calenturientos. Ella debía haber terminado de hacerle la paja a su novio, porque le veía perfectamente las dos manos y la prenda que cubría la mitad del cuerpo de él, la que subía y bajaba ritmicamente hace unos minutos, ya no estaba en su sitio. La luz del cine no permitía ver mucho, pero los ojos cuando se acostumbran a la oscuridad permiten contemplar más de lo que la propia oscuridad quisiera.

Miraba de reojo a la pareja de atras. El estaba erguido en la butaca, ella recostada. La mano de él se metía por dentro de la falda de su novia. Supuse que la falda en algun momento debió de ser desabrochada porque si no, no era posible que la mano hubiera cabido. Se besaban con desenfreno. Me pareció oir un gemido. Era ella. Presté más atención. Sí, era ella la que gemía. Su novio la estaba haciendo un dedo y ella gemía. Su novio le estaba pagando el placer que ella antes debió brindarle.

Paco se dio cuenta de mi intranquilidad. Al principió pensó que era motivada por no haber podido relajarme yo tambien. Creía que mi intranquilidad se debia a mi calentura.

–                    lo siento Marta, me gustaria hacerte yo a ti una paja y que te corrieras, pero con los pantalones está la cosa jodida.

–                    no te preocupes, no pasa nada, luego habrá tiempo de que todo

–                    joder, es que no paras de moverte.... qué miras tanto para atrás?

–                    nada, cosas mías

–                    como que cosas tuyas...?

Paco se puso a mirar hacia la fila de atras. Yo le giré la cabeza de inmediato, no porque no quisiera que viera la escena de la masturbada o se diera cuenta de que la novia estaba disfrutando como una condenada con el dedeo de su novio, si no porque lo mismo le veían y se cortaba el festin.

–                    haz el favor de no ser tan descarado

–                    le esta haciendo una paja (dijo con voz de sorpresa)

–                    si

–                    que cabron, y ella esta a punto de correrse

–                    que sí, no mires mas... anda atiende a la película

En el fondo yo era, soy y seré probablemente una vouyeur. Siempre he disfrutado mirando. Leer relatos eroticos, ver videos porno en internet, películas para adultos.... es una forma de vouyeurismo creo yo. No soy de las vouyeurs que van a la caza de momentos. No, eso no. Pero si circunstancialmente he tenido la ocasión de observar o de oir, me he puesto a mil. Tengo algunas anecdotas o experiencias, como querais llamarlo respecto a esto.

La primera vez que contemplé a una pareja follar fue a mis padres. Casi sin querer. Tendría yo entonces algun año más que Paco por aquella epoca. Quizás 17. En casa soliamos acostarnos pronto, era costumbre. Yo no tenía mucho problema en conciliar el sueño y normalmente dormía de un tirón. Esa noche me desperté con sed. Me levanté y fui descalza a la cocina a beber agua. Cuando me levanto de la cama por las noches, es una manía, nunca me pongo las zapatillas. Si voy al baño o a la cocina siempre voy descalza.

Tenía que cruzar un pasillo para llegar de mi habitación a la cocina y pasar por delante de la habitación de mis padres. Según me iba acercando a la puerta, que se encontraba entornada, percibía un ruido ritmico. Pare mi paso, para hacerlo mas lento, para escuchar mejor. Me acercaba a la puerta, el sonido iba aumentando. Sin lugar a dudas era el tipico machaqueo de los muelles de una cama. La casa estaba a oscuras. Desde la puerta entornada y gracias a un luz de que entraba por la ventana del cuarto de mis padres, pude ver la silueta inconfundible de mi padre que botaba sobre el cuerpo de mi madre.

Al principio no hacían ruido, solo se oia el ritmico sonido de los muelles, pero segun el ritmo iba creciendo percibí la voz de mi madre que lastimeramente le pedía a mi padre "mas" o le animaba con unos "vamos, vamos". Estaban tapados, aun así conforme se movian mas deprisa mi padre quedó descubierto desde los riñones para arriba. Mi madre comenzaba a gemir mas profundamente, mi padre le decía entre resoplo y resoplo "vas a despertar a la niña" y ella se limitaba a pedirle "mas,mas".

Mi padre convirtió su movimiento pelvico en un descarado rebote sin control y bufando dijo, y se oyo perfectamente, "me corrooo" a lo que mi madre contesto "y yo, y yo....ahhh...ahhh".

Observé como mis progenitores follaban y como se habían corrido, a la vez. Aquello me calentó enormemente. No fue nada traumatico para mi presenciar la follada de mis padres. Algunas amigas me han comentado en alguna ocasión que ellas también pasaron por esa experiencia y les resulto desagradable. A mi no. Para mi fue excitante, como lo ha sido cada vez que he visto follar a una pareja, ya fuera conocida o no. Cuando he escuchado follar a mis vecinos. Me excita enormemente.

Me di la vuelta y fui hasta mi habitación. La sed habia desaparecido, la sed física, porque ahora tenía otro tipo de sed que necesitaba calmar. Corrí hasta mi cama, me subí el camisón y empecé a tocarme freneticamente el chocho. Mientras me masturbo me gusta visualizar imagenes (supongo que como a todos) de escenas que me pueden poner caliente, que me han puesto, o fantasear con situaciones que me gustaría que ocurrieran. Esa paja que me estaba haciendo fue algo compleja, por un lado me imaginaba a mi novio comiendome el coño y volviendome loca; por otro lado, repicaban en la cabeza las palabras de mis padres "vas a despertar a la niña.....me corro....y yo". Me vine muy a gusto y satisfactoriamente, aunque para mi eso no era ninguna novedad.

Por eso intentaba prestar atención a lo que los novios de la fila de atras estaban haciendo. Me estaba sobrecalentando. Entre mi hijo y los novios me habían llevado a un estado de cachondez que empezaba a ser inaguantable. En ese momento la novia se estaba corriendo, pude verla la cara de gusto que ponía, su cuerpo totalmente abandonado en el sillo, casi tumbada, abierta de piernas seguramente para que la mano de su novio no tuviera la mas minima traba en el ultimo estertor.

–                    nosotros no hemos hecho tanto ruido, no?

–                    creo que no, Paco

–                    hay que joderse....

Hubo un momento en que la película ya me cansaba. Tenía necesidad de salir del cine. Estaba a mas no poder. Notaba mis bragas humedas. En un par de ocasiones se me paso por la cabeza irme al baño del cine y terminar con una buena paja el calentón tan tremendo que tenía. Pero no quería dejar a Paco solo, no por nada si no porque no. Desde que follaba con Paco no me masturbaba, salvo en alguna ocasión, cuando le comía la polla y me autosatisfacía. Pero en esos precisos instantes tenía verdadera necesidad de autocomplacerme. Una necesidad imperiosa.

La película llegó a su final. Con los créditos se encendieron las luces. Antes de que se levantara Paco le advertí:

–                    arreglate antes de levantarte

Mientras el se ajustaba su camisa que estaba fuera del pantalón, mientras se la remetía, yo me levanté y fijgí mirar hacia la salida de la sala que se encontraba en la parte trasera. Lo que quería ver era la cara de los novios. Eran jóvenes de una edad entre la de Paco y la mía. Ella tenía la cara desencajada (a algunas mujeres se nos desencaja la cara cuando hemos tenido un orgasmo fuerte, a mi me pasa), el pelo revuelto. El sin embargo, estaba tan natural, como si no hubiera ido esa guerra con el, como si tambien no hubiera disfrutado lo suyo.

Estaban de pie, saliendo al pasillo central por donde circulaba la no mucha gente que había en las filas anteriores. Las señoras mayores de la fila de delante seguían hablando nadie sabe de qué. Por lo poco que oí no les entusiasmo en exceso la película: "demasiado moderna". Paco se había incorporado debidamente adecentado. Nos dirijimos a la salida.

Los novios iba junto delante de nosotros, cogidos de la mano. Mire las manos entrecruzdas. Me hubiera gustado ir tambien de la mano de Paco, que notara en mi mano el pringue de su leche igual que el novio lo notaría en la mano de su novia. Paco y yo ibamos en fila india, uno delante y otro detras.

La noche estaba fresca. Nos dirigimos hasta el parking donde habíamos dejado el coche. Según andaba notaba el calor en mis bragas, la humedad. Pagamos en caja y nos dirigimos hasta el coche, que se encontraba una o dos plantas más abajo del habitaculo donde habiamos pagado.

No había ni un alma en el parking. Extrañamente para ser sábado tampoco había muchos coches estacionados. Abrí las puertas y entramos. Me iba a poner el cinturon, pero me paré. Miré a Paco y le dije

–                    dame un beso

–                    aquí?

–                    si, no hay nadie

–                    no, si yo por mi....

Se acerco y me metió su lengua. Le comí la lengua con ardor. Paco se dio cuenta. Conocia mis reacciones y sabía por que hacia determinadas cosas y cuando

–                    estas cachonda, eh?

–                    estoy tremenda

–                    te lo noto

–                    Paco, mi vida, besame

Paco me volvio a besar, puso mucha pasión en el beso y yo se lo agradecí. Debo decir que Paco, no solo ahora, sino desde un primer momento, siempre ha intentado e intenta que yo gozara. Nunca ha sido egoista en ese sentido y siempre ha procurado que mi placer fuera igual o mayor que el suyo. Por eso le quiero. Por eso estoy loquita por el.

Arranque el coche y salimos a la calle, en dirección a casa. Tenía ganas por llegar. No sabia exactamente que pasaría, pero de una u otra forma me iba a quitar de encima las ansias que me atrapaban ferozmente.

Al revés que en el parking, Madrid estaba colapsado, o me lo parecía a mí. Tardamos un buen rato en hacer el trayecto a casa. Cuando llegamos, me fui directamente a mi habitación a desnudarme. Como no, Paco detras de mí como una sombra fiel. Se consideraba en deuda conmigo, como tantas y tantas veces, pero a decir verdad no tenía ninguna deuda; al contrario, la deudora, en cualquier caso, era yo.

Me quite los pantalones y me iba a quitar la blusa tambien cuando Paco, sentado en un ricon de la cama me dijo

–                    quitate las bragas y tumbate

–                    venga, cielo...

–                    que te quites las bragas

Me las quité. Me tumbe en la cama. Estaba desnuda de cintura para bajo y vestida en la parte superior. Paco me abrio las piernas. Abrio los labios de mi coño con sus dedos, los separo. Sin mas miramientos se tiró a lamer el chocho. Habia cogido practica el jodío. Ya no tenia que indicarles ni acompañarle con mis manos a los puntos deseados. Ya sabia donde estaban. Me gustaba que me lamiera la rajita porque me daba mucho gusto y lo hacia muy bien.

En seguida empecé a notar los efectos de la lengua. Mi cuerpo estaba predispuesto a cualquier acto de placer y si se hacia bien, el exito iba a ser inmediato, como asi fue

–                    que bien me lo comes, mi vida

–                    mmmmmm

–                    como noto tu lengua

–                    mmmmmm

–                    asi, Paco, asi... comelo, cabronazo...lameme

–                    mmmmmm

–                    ay, Dios, Paco....que me corro, que me corro

–                    mmmmmm

–                    mirame, hijo puta, mira como me corro...me corro...me corro para tiiiiii.....

Fue un orgasmo bestial para una comida bestial. Solo dos personas en esta vida me han sabido comer a la perfección mi chochito. Una es mi hijo Paco...

CONTINUARA

Dedicado a mis amigas. Cruz, a ti especialmente por tu amabilidad.