Vida Golosa Parte 1
Mario deja la masturbación para tener su primer contacto sexual con un hombre
Desde muy temprana edad, Mario ha experimentado una enorme satisfacción mediante la masturbación anal…a los 14 años empezó metiendo delgados lápices en su culito, lentamente y a escondidas de toda su familia, la satisfacción que sentía en aquel entonces le causaba confusión en un inicio, se cuestionaba si lo que hacía estaba mal.
Con el tiempo fue adquiriendo experiencia, haciendo uso de su creatividad, visualizaba objetos fálicos por cada rincón de su casa, lapiceros, plumones, lápices labiales de su madre, todo con una buena y sensual lamida podía entrar en su culito, el cual, con el tiempo, y a la vez que metía objetos más y más gruesos, se volvió adicto a ello.
Sentir como lentamente se iba introduciendo en su ano, como lo llenaba, a veces con un condón, a veces con lubricante barato…era el deleite íntimo de Mario, era su tiempo especial, mordía con fuerza su calzoncillo mientras lo metía más rápido y más profundo, no de dolor, sino de placer, a veces incluso gimiendo, DAME MAS, mientras cerraba sus ojos y se imaginaba, quizás un grupo de hombres mayores, usando su cuerpo, complaciendo sus deseos carnales.
Muy seguidas fueron las noches en las que se encerraba en el baño, se limpiaba bien su lindo culito, fuera ropa, fuera todo, y comenzaba la acción, abría las piernas, su destreza en eso fue aumentando, y lo introducía, a veces lento, a veces rápido, a falta de dinero, se fabricó un consolador de silicona, 29 cm de largo, y con el grosor de un desodorante “old spice”, ese era su favorito, a Mario solo le entraba 16 cm, pero su record llego hasta los 23…no pudo sentarse bien esa semana.
Piernas al hombro, piernas juntas, separadas, en 4 y hasta incluso montaba ese consolador…Mario necesitaba algo más…pero era temeroso, con la Universidad, el trabajo de medio tiempo, y su familia, sumado a su inseguridad, Mario no podía darse dicho gustito…lo intentaba de verdad que lo intentaba, pero no hubo resultado.
Entre los cientos de lugares de encuentros, con hombres maduros activos, siempre hubo uno que le llamo la atención…ANDRES SAUNA y BAR…el lugar quedaba cerca de su Universidad.
Se dispuso a ir, alisto una mochila pequeña con unos libros, para hacer la finta, una toalla, jabón, sandalias y unos condones, emprendió su viaje hacia su destino, esperando por lo menos, chupar un buen miembro, en el trayecto mil y un situaciones hipotéticas pasaron por su mente, y si ninguno le hacía caso, y si habían secuestradores o viejos borrachos que le hicieran daño, estaba dispuesto a correr el riesgo...
Llego al lugar, tenía buen aspecto, era un local grande, de los muchos que tenía dicha franquicia, al entrar no noto ningún olor desagradable, esa quizá podía ser buena señal, era una recepción de tamaño mediano, que tenía una cortina morada, donde suponía, empezaba la diversión.
El recepcionista y el cruzaron miradas inmediatamente, sujeto alto de unos 40 aproximadamente, con vestimenta deportiva y unos ojos hipnóticos, que harían que cualquiera se pusiera en 4 para recibir una buena violada, al acercarse Mario noto una peculiaridad del mismo, el sujeto se estaba agarrando el miembro con su mano derecha…
Recepcionista: Buenas tardes, bienvenido guapo, vienes a relajarte un rato
Mario: buenas tardes, yo…eh…
Recepcionista: 1era vez eh…No te preocupes, los chicos aquí son todos unos caballeros…la mayoría, pedirás 1 hora, tenemos el paquete especial que viene con 2 bebidas y jacuzzi
Mario trataba de no ver su mano cogiendo su miembro, pero pudo notar como se la sacaba del pantalón…Mientras decía…O si quieres yo te puedo ayudar como no...No seas tímido puedes mirar si quieres, Mario estaba petrificado, mientras observaba su enorme verga, imaginaba si estaba tan desesperado por ir y comer semejante pene majestuoso.
Mario: yo eh…me prestas tu baño
Recepcionista: claro, pasando la cortina al fondo a la derecha, si quieres que te acompañe solo pídelo corazón
Mario: jejeje gracias yo puedo solo
Mario víctima de su miedo e inseguridad, no se atrevió a entrar a aquella sauna, o a aceptar la propuesta indecente del recepcionista, desilusionado de sí mismo y a paso rápido antes de cruzar completamente la cortina oyó como el recepcionista decía…Buen culo…apenado y avergonzado siguió su camino.
Todo ese viaje había sido un fracaso…había ido para nada…ni siquiera tenía ganas de ir al baño, sin embargo ahí estaba…furioso tiro su mochila, y se propuso a sentarse en la tasa del baño y darle placer a su culito…dedeando lentamente hasta prenderse por completo, agitando más sus dedos, y cerrando fuertemente sus ojos se auotoestimulaba en aquel baño, mientras escuchaba las risas y hasta algunos gemidos de la parte del sauna y del bar…el seguía lamentándose, por no dar el paso decisivo.
Algo le faltaba a su masturbación…se dispuso a buscar en su mochila a ver si había empacado algo para satisfacerse a sí mismo, no teniendo resultado satisfactorio, entonces empezó a buscar por el baño, algún objeto de apariencia fálica con el cual poder incrementar el placer, encontrando una botella de crema humectante, larguita y delgada, de un tamaño aceptable para su culito, casi el tamaño de una verga grande.
Se hecho en el suelo, abrió las piernas y comenzó lo que ya sabía hacer con destreza, lentamente, el hecho de estar en un lugar desconocido le daba más morbo a la situación, lo metía hasta el fondo y la sacaba de tirón, repetidas veces, en círculos, de todas las maneras que ya sabía hacerlo.
Se quitó los pantalones y los zapatos se colocó de cuclillas y procedió a meterlo en esa nueva posición, mientras cerraba los ojos e imaginaba una escena porno de vaqueros cabalgando uno al otro, mientras inconscientemente soltaba gemidos en voz baja, sin embargo no había tomado sus precauciones, casi se le para el corazón cuando de pronto escucha… ¿Necesitas ayuda con eso?
No había asegurado la puerta, y al abrir los ojos, se encontró en frente a un hombre alto, colorado casi, que no traía más que una mochila pequeña, y una toalla tapando sus partes íntimas, apenado y asustado, Mario se levantó y en eso la botella de crema humectante salió de su culito y cayó al suelo.
Desconocido: No era mi intención, perdón, no quería asustarte, debí tocar antes de entrar
Mario: NO…yo no debí hacer esto aquí…lo siento…
Mario estaba muy nervioso, aquel desconocido intento calmarlo mientras acariciaba su brazo y su carita, se sentaron en el piso de ese baño y platicaron un buen rato
Desconocido: Me llamo Oscar…cómo te llamas tu…cosita rica
Mario: me llamo Mario, un placer, ojala habernos conocido en otras circunstancias, menos…vergonzosas
Oscar: No pasa nada cariño…alguien con un culito lindo como tu debería estar haciendo eso en el sauna o en alguna de las habitaciones oscuras…
Mario: jejeje me dio miedo entrar…pero es lo que quisiera haber hecho…desde hace mucho, yo…nunca en mi vida he tenido sexo con un hombre…
Oscar: ¿es lo que más deseas cariño???
Mario: Si…desde hace mucho
Oscar: yo te puedo ayudar con eso, si me lo permites claro…
Cogió su mano…mientras acariciaba su pierna, ante esto Mario simplemente se sonrojaba y sonreía dulcemente…
Mario: yo…este…no podría pedirte eso Oscar
Oscar: oí como gemías…eres muy lindo Mario, me encantaría hacerte sentir bien, de veras que si cariño…te prometo que será una experiencia única en tu vida
Mario: acepto…
Sonrieron juntos y Mario se acercó a Oscar y le dio un beso apasionado…pronto los dos en el piso comenzaron a abrazarse sin dejar de besarse, Oscar comenzó a besar el cuello de Mario mientras le decía lindos cumplidos al oído.
Oscar se puso de pie, y Mario de cuclillas, le quito la toalla, tenía un pene hermoso, grande, depilado, tenía bueno olor y estaba botando una gotita que Mario se la llevo a la boca, comenzó agarrando suavemente su miembro, y a lamer su glande, mientras Oscar le acariciaba la cabeza, Mario primero metió el glande a su boca, y con la lengua seguía jugando con él, esto provocaba que Oscar diera gemidos de satisfacción.
Mario sujeto ambas piernas para darse apoyo, y lentamente introdujo completamente el pene en su boca faltándole solo un poquito…pese a nunca haberlo hecho antes, tenía una buena técnica…cerro los ojos y lamio intensamente esa verga que cada vez estaba más y más dura, la saliva se le caía de la boca, y Oscar disfrutaba cada vez mas de esa felación.
Voy a terminar- Dijo Oscar- Mario asintió con la cabeza y esta vez la lamio con más intensidad, tratando de comerse completamente el pene de Oscar, y de repente sintió como se disparó el Semen dentro de su boca…Oscar se había corrido mucho…era la primera vez que Mario tragaba el semen de un hombre, el sabor no le disgusto, y luego de tragarse todo el semen de Óscar, limpio completamente su verga, a lengüetazos.
Oscar: eso estuvo muy rico mi amor
Mario: ¿lo hice bien? ¿te gusto?
Oscar: Me encanto…ahora me toca a mí…
Oscar levanto a Mario, lo puso contra la pared y le beso…una y otra vez, eran besos profundos, no dejaba que su lengua escape de su boca, mientras Mario lo abrazaba cada vez más fuerte y gemía…Oscar lo desnudo completamente, le dio un último beso y lo volteo, teniendo a su disposición su lindo culito.
Se agacho ante él, mientras le decía cumplidos y piropos a Mario, Oscar mordía y lamia sensualmente sus nalgas, Mario cogió el calzoncillo y se lo metió a la boca, mordiéndolo con fuerza…Oscar se acercaba lentamente al ano de Mario y al llegar no controlo su lengua y se dejó llevar por la pasión, lamia se rico anito, primero en círculos y luego meter completamente su lengua dentro, esto a Mario lo volvía loco, y no hacía nada más que gemir mientras mordía el calzoncillo, en eso, Oscar introdujo la botellita de crema humectante, lo cual sorprendió completamente a Mario…pero no por eso dejo de darle placer.
Oscar volvía loco a Mario con esa Botella de crema humectante, mientras besaba sus nalgas y le decía piropos sobre su bello cuerpo, quito de tirón el objeto fálico y se puso de pie.
Oscar: Estas listo cariño…
Mario: SI…dámelo todo…hazme tuya de una vez…
Oscar: Tranquilo cariño, lo hare suave y lentamente por ser tu primera vez
Y así fue, Oscar introdujo su pene, lentamente mientras besaba la mejilla de Mario, así hasta meterla completamente en su ano, Mario estaba más que extasiado, su sueño por fin hecho realidad, adiós a los miedos, y a las preguntas que tanto había tenido, en cambio tenia a un hombre con una gran polla, metiéndosela con toda pasión.
Casi por instinto Mario levanto una pierna, para que su nuevo posible amante se la metiera más profundo, a lo que este con una sonrisa le siguió el juego, metiéndosela hasta el fondo repetidas veces…cada vez más rápido…los gemidos de Mario delataban la infinita satisfacción que estaba sintiendo, y su culito pedía que no se detuviera.
Mario apenas se podía mantener en pie, comenzó a sentir como la polla de Oscar se volvía más gruesa mientras lo culeaba, los movimientos de Oscar eran Bruscos, se notaba en la forma en que sujetaba su cadera, y lo movía hacia sí, para dar impulso a los empujones de su polla gorda, abriendo el culito de Mario, sin embargo, Oscar no iba resistir mucho tiempo más…
Oscar: cariño no poder resistir mucho más, estoy a punto de venirme
Mario: (con voz agitada) está bien mi amor…dámelo todo, hazme tuya, hazme feliz…
La polla de Oscar comenzó a palpitar mucho, y soltó un gran chorro de su rica leche dentro del culito de Mario, quien, con sus últimas fuerzas, abrió con ambas manos su ano, para que Oscar le dé la embestida final, más intenso aun, y llenando más el culito de Mario.
Ambos muy agotados, se recostaron en el suelo, abrazándose…mientras se veían mutuamente, sellaron esa tarde en aquel baño, con un beso apasionado.
Había pasado poco más de hora y media, ya era momento de que Mario se fuera, no sin antes darse un baño, con su nuevo amante obviamente, este le jaboneo personalmente…Mario apropósito tiro el jabón…mientras lo recogía sacudió un poco el culo, señal que Oscar entendió, y respondió adecuadamente.
Mientras Mario se volvía a colocar la ropa, Oscar lo detuvo y anoto con un plumón indeleble su nombre y su número, en su nalga derecha – Por si quieres que nos volvamos a ver mi Amor – Sonrojado Mario le dio un beso de despedida, con la promesa de volver a verse muchas veces más…
Mientras Mario salía de la sauna escucho – te divertiste en ese baño cariño, yo también podría haberte ayudado – era el recepcionista, y se dio cuenta que mientras decía esto, se estaba masturbando…Apresuro el paso avergonzado, y pensando en lo que había pasado en ese baño, no dejaba de sonreír.