Vida de una madre soltera II

Sigo con la narración de los que nos ocurrió a mi hij@ y a mi las semanas que ella estuvo escayolada

estaba tratando con tantas energías de reprimir mi excitación que me pillo desprevenida, con un gemido muuuy profundo mi hija empezó a eyacular, no lo esperaba, salió con una potencia insospechada para mí, los primeros chorros alcanzaron mi cara, eran gruesos, potentes, blancos, espesos, veía como su polla no paraba de convulsionar, lo notaba en mi mano, notaba como salían disparados … y pasado la primera impresión traté de hacer que cayeran sobre mi, ¿10, 12 chorros? No lo se solo puedo decir que nunca había visto nada semejante, estaba como en una nube … me saco de ese trance los gemidos agónicos de Bea … en contra de lo que pedía mi cuerpo dejé de masturbarla …. Bea, aun con los ojos enfebrecidos de excitación solo dijo un lacónico

-          Gracias mamá

La abrace y así permanecimos largos minutos, notaba como poco a poco se iba relajando, y por suerte yo también … su respiración cada vez era más relajada hasta que noté como poco apoco se quedaba dormida, no me importó … lo único es que al quedarse así en mi regazo no pude ir a limpiarme y su semen al escurrir por mi cara acabó por mancharla a ella, su pelo, su cara …. No importaba, luego la podría volver a duchar .. la sensación de sueño se fue poco a poco también apoderando de mi, una cabezada, una caída de párpados y al final caí rendida sobre mi hija, las dos dormidas ….

… el calor, la incomodidad de dormir con Bea apoyada en mí, no sé qué sería, pero mi sueño duró menos de lo que yo hubiera deseado y al despertar me asaltaron las dudas, no dejaba de darle vueltas … ¡joder! había masturbado a mi hija … ¿Cómo se lo tomaría? … era solo una chiquilla y por nada del mundo quería confundirla, con el dichoso accidente estaría impedida para muchas cosas durante las próximas semanas y solo quería ayudarla, por lo que habíamos hablado sabía que le pasaba exactamente lo mismo que a mí, necesitábamos liberar lo que teníamos dentro a diario, como mínimo y ya que Bea estaba escayolada de ambos brazos … yo la había ayudado y entendía que debía hacerlo mientras ella no pudiera, solo eso … pero no, sabía que no era solo eso, desde que la ví mientras la duchaba reconozco que estaba alterada. Si cerraba los ojos a mi mente volvía aquella escena … su pene … y es que a pesar de ser mi hija debo reconocer que jamás había visto nada igual, como no me conoces puedo hablar claramente, me he pasado por la piedra muchos más tíos de lo que suele ser habitual para casi todas las mujeres, salvo las chicas profesionales dudo que muchas mujeres hayan visto tantos hombres como yo y aun así lo de mi hija es excepcional.

No digo excepcional por el hecho de ser travesti, ni por aunar en un solo cuerpo la mayor feminidad que he visto con una virilidad tan desproporcionada y es que el cuerpo de mi hija, cintura estrecha, cadera ancha, pecho perfecto y el pene … imagina una lata de cocacola más larga que un vaso de tubo … jamás había visto nada igual. Todas sabemos que a la mayoría de los hombres se les va la fuerza por la boca, muchos presumen demasiado y a la hora de la verdad … no son tanto como ellos creen, según estudios la media española es de poco más de 13 cm, cosa que apuesto con cualquiera es falsa, lo digo porque he pasado por muchas camas y prácticamente todos los hombres superaban holgadamente ese talla, quien sabe, igual dan esos datos para subir la autoestima por saberse por encima de la media, 15, 16, diría es lo más habitual, de ahí para arria la cosa empieza a escasear, puedo decirte que me sobran dedos para contar los chicos con una dotación cercana a 20 cm con los que he estado jajaja, piensa lo que quieras de mi, pero proporcionalmente en mi cuenta de hombres con los que he estado eso es realmente poco, de esos hombres  a pesar de  la talla recuerdo que no era oro todo lo que relucía, alguno de ellos era impresionante, al quedar desnudos y dejar ante mis ojos esos preciosos aparatos llamaban la atención por la longitud combinada con un diámetro notable pero que comparado con la longitud les hacía verse como largas culebras jajaj no había problemas, los disfrutaba con vehemencia, otro par de chicos con esa dotación habían sufrido lo indecible para conseguir una erección suficiente para penetrarme aunque si soy sincera notar como intentan penetrarte con un pedazo de carne tan enorme medio flácido tiene su punto de increíble morbo… frente  a eso mi hija Bea … su pene era el más grueso que he visto en mi vida, el largo, posiblemente también, pero es que a diferencia de los del pene culebra que decía antes, mi hija era justo lo contrario, parecía más corta de lo que era en realidad debido a su diámetro, especialmente en la base. Y su erección, increíblemente dura …

… y por mucho que quisiera sacarlo de mi cabeza me era imposible … lo reconozco, mientras masturbaba a mi hija mi cuerpo pedía chupar, besar, pegarme a ella, … habría querido que entrase en mí … y eso ya no era solo ayudar a mi hija … no quería confundirla, estaba sufriendo por su despertar, me daba pánico pensar que pudiera despertarse y le diera vergüenza lo que había ocurrido, o se sintiera intimidada o … mierda, el momento había llegado mi hija empezó a desperezarse como buenamente le permitían las escayolas hasta que finalmente consiguió abrir los ojos para enfrentarlos directamente con los míos … lejos de todo lo que yo había pensado ella rompió a reír dejándome aboslútamente descolocada.

-      ¿se puede saber que te hace tanta gracia?

-      Jajja, mama, ¿te acuerdas de la película “algo pasa con Mary”?

-      … sii jajajaja

Mi hija era una descarada, lejos de estar dándole vuelta a lo mismo que yo, me había demostrado ser más natural y práctica. Yo había olvidado que después de que mi hija eyaculara sobre mí habíamos quedado dormidas y su leche había quedado adornando mi cara y por lo que decía esta deslenguada parecía que también mi pelo, como en la película …

La muy descarada no paraba de reír mientras íbamos hacia la ducha y que demonios, acabamos siendo dos las que reíamos.

Con más naturalidad que la primera ducha desnudé a Bea, dejé caer su vestidito y bajé su culote … mierda, otra vez volví a notar como mi mente volaba sola, al bajar el culote apareció el pene de mi hija, estaba flácido pero eso lejos de restarle atractivo lo hacía más llamativo aun, su tamaño en reposo seguía siendo insultantemente grande, era mayor que la inmensa mayoría de las pollas que he visto en erección, se adivinaban las gruesas venas que en erección le daban ese aspecto tan morboso, su glande aparecía ahora cubierto por suave piel, bajo ella se veían sus testículos que parecían un par de tallas menores … ¡joder! seguro que mi hija estaba notando que miraba demasiado.

Por mi parte, a diferencia de la vez anterior no venía preparada con el bikini y sinceramente me pilló con el pie cambiado, no sabía que hacer, ¿iba a por el bikini?, ¿duchaba a Bea en ropa interior?, ¿me desnudaba y trataba con naturalidad de duchar a Bea y a la vez ducharme a mi misma para limpiarme todo el semen que me cubría?, ¿…?

Bea pareció leer mis pensamientos.

-      Venga mamá, deja de perder tiempo, aprovecha y dúchate tú a la vez, a no ser que quieras seguir como Cameron Diaz

A la fuerza ahorcan, dejé caer el vestido, desabroché el cierre de mi sujetador y bajé mi braguita … sin mirar a mi hija … que se le va a hace r sentía pudor.

-      Joooder mamá, no me extraña que tus amigas te tengan envidia, pareces mucho más joven … es más ya quisieran mis amigas ese pecho y ese …

-      Anda loca, calla que vas a hacer que me sonroje …

Sonrojarme era poco, estar en la ducha con mi hija, tratando de ponerle los enredos para proteger sus escayolas del agua, desnudas las dos, me sentía doblemente desnuda … al terminar de equipar a mi hija para el agua noté como mi hija también estaba un poco tensa, bajo su mirada y … lo noté, se sorprendió como yo la había hecho con ella, no me hacía falta saber hacia donde miraba para saber que le había sorprendido … mis labios menores, siempre había sido muy prominentes y como además me daban un placer extraordinario cuando jugaba con ellos, los estiraba, los apretaba, … su tamaño era … llamativo, descolgaban y era lo más llamativo de mi sexo … noté como se congestionaban, ellos y mi botoncito … dios que vergüenza … bajé la mirada cohibida para encontrar la reacción que menos esperaba en Bea, al mirar hacia abajo vi el espectáculo del proceso de erección del pene de mi hija … paso de la relajación a un estado de semierección, morcillona con una velocidad llamativa y de ahí a una erección enorme en pocos segundos, nunca había visto una erección tan veloz … debí olvidar que estaba cohibida para pasar a estar alucinada … por un momento la lucidez volvió a mi mente, abrí el agua de la ducha pero Bea no parecía reaccionar ni con eso, seguía con la mirada fija en mi sexo, con sus pezones orgullosamente duros y su pene groseramente erecto … tuve que volverla a la realidad

-      Veng, venga, Bea, hija colabora que te tengo que duchar

-      Si, si, perdona mamá, me había despistado, si quieres empieza por ti que estas manchada …

Me enjaboné la cabeza a la velocidad del rayo, al mesarme el pelo noté los restos de semen … seguro que piensas que me dio algo de repelús pero no, saber que era semen de mi hija y recordar su pene lanzando esos chorros solo consiguieron que mi cuerpo se tensara, se excitara … mierda … notaba como me invadía el calor, la sangre comenzaba a agolparse en mis sienes .. y en mi clítoris … reaccioné … me olvidé de mí, comencé a enjabonarme el cuerpo en un último esfuerzo por disimilar mi estado, tenía prisa por ocultar la dureza de mis pezones con espuma … pero Bea no perdió ojo, sus ojos iban de mis pezones a mis labios menores y de mis labios vaginales a mis pezones … y su pene … inmenso, brillante por el agua que le caía, aun con el glande cubierto, la piel tensa, con textura y con vida … pude ver como se convulsionaba, eran como pequeñas pulsaciones ….joder aquello no iba bien … la voltee, quería evitar aquello, me puse a su espalda y comencé a ducharla torpemente, empecé a enjabonar, pero notar su piel, su tersura, su tensión no ayudaba, al ir bajando mis manos, a ratos parecía estar enjabonándola y a ratos abrazándola, al llegar a sus pechos y enjabonarlos, con mis pechos apoyados en su espalda, con mis pezones marcándose contra su piel, y lo notaba, ella lo notaba, yo sentí en mis dedos la dureza de sus pezones … tal vez me pasé en el enjabonado, para alguien que mirara desde fuera podría pasar porque se lo estaba masajeando … Bea suspiró, no se molestó en simular que no estaba excitada, joder, pegue mi cuerpo con fuerza al suyo, pegué mi sexo a sus nalgas, prietas … me dejé llevar, empecé a restregar mi cuerpo contra el suyo, mi clítoris contra sus nalgas, por un momento mis manos abandonaron sus tetas para dedicarse a mí a estirar mis labios, a abrirlos para rozarlos apoyados contra su piel … mi orgasmo llegó indisimuladamente y mis gemidos debieron oírse más allá de las paredes … mis manos se olvidaron de mi sexo … y de las tetas de mi hija para ir directas a su pene …. Joder se había puesto aun más dura, pegada como estaba a su espalda, con mi sexo pegada a su culo tomé su polla con las dos manos, una a continuación de la otra y aun sobraba pene, sin miramientos tiré de su piel para dejar su glande al aire, Bea gimió y eso a mí me volvió a superar, volví a sentir como un orgasmo recorría mi cuerpo, no podía parar de jadear … Bea empezó a colaborar, a mover su cadera, a golpear su culo contra mi sexo y a forzar a mis manos a moverse sobre su pene … mis manos trataban de tomar su pene, de domarlo … pero no era capaz de abrazarlo, mis manos no alcanzaban a cerrarse sobre su pene, mis dedos estaban lejos de cubrir todo su diámetro pero yo lejos de rendirme, solté las mano para rehacer el contacto, esta vez junté mis manos, abarcando así su pene …

… si, era mi hija, pero jamás había estado con un hombre así, con esa potencia, con ese tamaño y tan viciosa … las cartas estaban boca arriba, sin esperar más empecé a masturbarla, Bea gemía, jadeaba, se retorcía, movía su cadera para amplificar la masturbación y para golpear mi sexo … yo estaba completamente fuera de mí, solo con el roce de su piel y el suave golpeteo de Bea iba encadenando orgasmos … ¿20 minuto?, ¿más? Jajaja, casi seguro … mis piernas perdían fuerza, notaba temblores provocados por la excitación, por tantos orgasmos … pero Bea no se rendía, su polla seguía igual de dura que al principio, sus jadeos igual …

Mis manos me dolían de pajearla … para ayudarla me puse delante de ella, por mí parte había tenido todos los orgasmos que necesitaba holgadamente, llevé una de mis manos a su pecho y la otra nuevamente a su polla, pero esta vez a su glande, a su fatigado frenillo, tenso por soportar la tensión … y Bea se rindió … sacudió su cadera sin ningún tipo de ritmo, suspiró como solo una mujer puede hacerlo, tensó su cuerpo y se dejó ir, su pene comenzó a lanzar nuevamente chorros, con la misma potencia de antes, caían hasta mi abdomen, por mi mano, por la ducha, … eran copiosos, gruesos, … ella quedó rendida y yo también … y por encima de todo satisfechas ….

Con toda la normalidad de la que pude hacer acopio terminé de ducharnos como si fuera lo más natural del mundo. No hubo comentarios, ni reproches, ni felicitaciones, solo normalidad, ¿increible? Y tanto, sabía que para Bea había sido algo mucho más allá de lo normal y para mi mucho más, pero eso lo dejamos para cada una de nosotras.

La tarde discurrió con el tedio de las tardes de verano … muchas llamadas para hablar con Bea, para preguntar como estaba … quitando eso podía pasar por un día rutinario … jajaja. Después de cenar, la rutina de siempre un rato de tele, charla, … cansancio …. Y cada mochuelo a su olivo, mi hija a su habitación y yo a la mía … mi mente era un hervidero. Mientras me lavaba los dientes en el baño de mi habitación, con la mente donde no debía mi mano volvió a su rutina, juro que no fui consciente de haber empezado a acariciarme hasta que fue tarde, mi mano estaba jugando con mis labios, enredando sus dedos, manoseándolos, estirándolos, jugando con mi clítoris … acabé de lavar los dientes, me desnudé y corriendo fui a mi cama … como siempre empecé a mesar mis tetas, a acariciarme, a … pero ¿y Bea? Había descubierto que yo no era tan discreta como siempre había imaginado … bueno, ella también había descubierto cuanto disfrutaba eso … di rienda suelta … ahogué el primer orgasmo pero … que bobada, para qué, los siguientes, muchos, los dejé salir tal como venían … mierda, eso me excitaba aún más … estaba gozando pensando en la excitación de mi hija. La imaginaba escuchándome, con ganas de acariciarse sin poder hacerlo con su pene erecto … salí de la habitación desnuda, casi a la carrera, era su turno … la escena era como esperaba, Bea no podía evitar poner cara de viciosa, imagino que la mía no iría a la zaga, se veía increíble sobre la cama, con el camisón puesto, on sus pezones marcándose a través de la fina tela y con su polla a la que su camisón y su culote eran incapaces de contener..

Me senté junto a ella en la cama, la miré a los ojos y sin apartar la mirada la fui bajando su culote, ahora entendía porque no llevaba una braguita más femenina y es que no creo que le duraran mucho sin reventarlas con esas erecciones … su pene y yo empezábamos a ser conocidos, empezaba a conocer su orografía, sus pliegues, sus puntos más sensibles … lo fui acariciando , masajeando y finalmente masturbando, sin prisa, viendo la cara de mi hija, ella tenía los ojos cerrados, a ratos se mordía los labios, con la otra mano empecé a acariciar sus pechos, lo hacía sobre la tela del camisón … joder, tenía las tetas muy sensibles, la mano que trataba de abarcar su pene notaba las pulsaciones y las tensiones que le asaltaban cada vez que mis dedos acariciaban sus pezones … no tiene sentido que te cuente que ese masaje se prolongó largos minutos … yo lo disfrutaba, Bea lo gozaba y por encima de todo su pene, parecía aguantar todo lo que fuera necesario, no era solo su potencia ni la rapidez con que se excitaba es que parecía poder estar así tanto como la viciosa de mi hija quisiera … y yo no era de piedra, volvía a notar mi cuerpo tenso … decidí hacer que mi hija se desbordará para matar la tentación que me asaltaba … aceleré y forcé aun más la masturbación, deslizaba mi mano por su polla en toda su longitud, desde la base hasta la punta de su glande ….

… lo hacía con suavidad y Bea parecía a punto de morir de excitación pero sin darse por vencida, parecía vivir al borde de la eyaculación sin llegar a ella, vivía su masculinidad como no lo había visto en ningún hombre. Su polla empezaba a verse casi amoratada después de tanto tiempo de erección, imagino que mi clítoris lucía un aspecto similar … notaba que las cosas se precipitaban … la lucidez volvió a mi cabeza, bueno, más o menos, mi hija iba a eyacular en la cama … y yo … en fin fui práctica … con su pene, bamboleándose a 20 cm de mi cara … realmente salió del lugar más escondido de mi mente. Adelanté mi cuerpo, Bea no me veía ya que pasaba casi todo el tiempo con los ojos cerrados, me lancé al río, abrí mis labios y con toda la suavidad que pude posé mis labios en su pene, paré de masturbarla, notaba como Bea se había puesto muy tensa al notar mi quehacer, fui bajando los labios, la humedad de mi saliva facilitaba que pudiera deslizarlos suavemente, Bea comenzó a gemir y eso … en fín hizo que perdiera la suavidad con la que estaba obrando, de un golpe engullí su pene, o al menos todo lo que pude, el grosor de la polla de mi hija hizo que solo me entrara en la boca poco más que el capullo pero daba igual empecé como si me fuera la vida en ello a mover mi cabeza a lo largo de ese absurdo tronco, chupando tan profundo como pudiera … sinceramente me dolía la boca por tratar de abrirla tanto y aun así no llegue a la mitad de su polla, al mismo tiempo, con las manos retomé el masaje, con una masturbaba la base de su polla y con la otra acariciaba sus huevos … no puedo decir que fuera de improviso porque antes de ello Bea empezó a jadear con fuerza, a suspirar a retorcerse … me daba igual, al final estalló, noté como su corrida inundaba mi boca …. Joder, cuanto tiempo llevaba sin notar esa sensación, cuanto tiempo sin tener a nadie que me diera la confianza como para que se corrieran tan suciamente en mi boca, los chorros fueron muchos, copiosos, … y salados … notaba en mi boca como su capullo convulsionaba, se retraía y de repente lanzaba un nuevo chorro … fueron bastantes … empezaban a ser directamente demasiados para mi boca pero que coño, ya que había conseguido que mi hija no ensuciara su cama no iba a empezar ahora, miré la cara de vicio de Bea, su ojos se clavaron en los míos … y tragué, sí me tragué la leche de mi hija, ella entrecerró los ojos, solo acertó a decir con voz entrecortada …

-      Joooder mamá …

Su orgasmo continuo aún un poco más sus chorros se convirtieron en solitarias gotas … no las desperdicié, las engullí … empecé a ejercer de madre responsable, bueno ya sabes, todo lo que se podía dadas las circunstancias, había evitado que mi hija se corriera sobre la sábanas con mi sufrida boquita, jajaja, así que no tenía mucho sentido tener que ducharla … mi boca dejó de tragar leche y engullir su polla para empezar a lamer con suavidad todo resto de su corrida, me esmeré, estaba quedando reluciente, me obligue a hacerlo con premura porque a ratos notaba como la desvergonzada de mi hija dejaba escapar algún suspiro … como pude volví a ponerle el culo te a mi hija, le bajé el camisón y con dulzura le di un cariñoso beso en la frente

-      Hasta mañana hija, que descanses

-      Gracias mamá, hasta mañana

Debí caer redonda en la cama de puro cansancio porque no recuerdo prácticamente haber tardado nada en dormirme, sé que lo hice saboreando los restos de la corrida de Bea en mi boca …

Todo toca a su fín, la noche pasó y comenzamos un nuevo día, me levanté y me disponía a ducharme cuando vagamente razoné, ¿para que ducharme si en 5 minutos tendría que volver a mojarme para duchar a Bea?

Empecé a preparar su baño mientras la llamaba a voz en grito para que se despertara, ella como todo ser que ronda la veintena llegó medio dando tumbos, jajaja, no le sentó del todo bien que empezara a sonreír al ver que lucía la eterna erección mañanera, bueno, eso duró poco, ya era un poco tarde para andar remoloneando, con normalidad me arrodille bajé su culote y sin preámbulo engullí su pene, más bien parte, con él en mi boca mis manos deslizaron la piel que cubría su capullo … joder como suspiraba … mi cabeza empezó a moverse a lo largo de su polla, mi mano empezó a copiar sus movimientos masturbándola a la vez que le hacía sexo oral y mi otra mano … bueno, al final yo no soy todo generosidad, empecé a jugar con mi sexo, con mis labios, con mi clítoris de cuando en cuando introducía un dedo, luego dos, … yo desgranaba orgasmos mientras mi hija jadeaba … ella siempre ha sido despierta y sabía que por las mañanas el trabajo se acumula y no podíamos demorarnos, noté como ponía todo de su parte para agilizar las cosas, aprovechó uno de esos orgasmos profundos que yo disfrutaba, con mis cuatro dedos y parte de la palma de la mano metida en mi vagina para empezar a eyacular en mi boca … ya no estaba la excusa de no manchar la sábana, simplemente me apetecía, recibí toda su carga en mi boca, lo trague como manjar de dioses … nos recompusimos, equipé a Bea para poder ducharla … como decía las tareas se acumulaban así que no podíamos demorar mucho la ducha, por eso obvié el hecho de que al enjabonar a Bea su pene empezó empalmarse de nuevo … la recriminé … no era fin de semana, había algo de prisa, sino …

Seguro que lees todo esto y nos ves como enfermas, mala suerte

La verdad es que no quiero aburrirte, esas semanas en las que Bea estuvo escayolada nuestro día a día fue más o menos así, dado que Bea no podía ir a la piscina con sus amistades, estas venía a casa …fue un verano tranquilo. Por mi parte seguí “ayudando” a relajarse a mi hija, todos los días la escena de la ducha se repite así como la visita que hago a Bea todos los días después de tener yo sola mi momento íntimo. Encontré la manera de no hacer sentir confusa a mi hija, no la besé, con ese simple gesto, no besarnos la cosa marchó sin pegas.

No se si te he aburrido contándote nuestras vidas, tal vez te haya saturado, ¿Quién sabe? Si no es así y saco hueco quizá un día cuente todo lo que ocurrió al quitarle a Bea las escayolas