Vida de incesto 03

Las hermanas disfrutan a su padre

Vida de incesto

Capítulo 3

Padre e hijas

Cecilia se desvistió y se subió a la cama, en donde yo me encontraba, ensartada por la verga de mi padre.

En lugar de molestarse por sorprenderme montada sobre su hombre, mi hermana aceptaba la situación con la mayor naturalidad y aprovechaba de besarlo mientras este acariciaba mis tetitas y reanudaba sus metidas y sacadas en mi vulva. La sorpresa me tenía paralizada y la presencia de Cecilia me tenía completamente inhibida. Ella, se dio cuenta de la situación y sin dejar de besar a mi padre, llevó una de sus manos a su instrumento y empezó a pajearlo, mientras me alentaba a continuar.

Anda, muévete. Gózalo.

Ver a mi hermana besarse tan apasionadamente con el hombre que en esos mismos momentos me estaba follando fue demasiado para mí naturaleza ardiente y sentí que un calor inmenso se apoderaba de mi cuerpo, que empezó a moverse con timidez al principio pero cuando tomé confianza, con un frenesí cada vez mayor. Mi padre aumentó sus embestidas y caricias a mis tetitas, logrando que un nuevo orgasmo empezara a formarse dentro de mí, como una onda incontenible. No pudiendo aguantar tan exquisita senación, empecé a gemir de gusto.

Siiiiiiiii, siiiiiiiiiiiiiii

Goza, hermanita, goza

Ricooooooooo

Una mano empezó a acariciar mi zona pelviana. Era mi hermana que estaba pajeando a nuestro padre y cuando su mano tocaba mi sexo, aprovechaba de acariciar mis partes íntimas. Cerré los ojos y me dejé llevar por el goce que me proporcionaban mi padre y mi hermana.

Ricooooooooo. Siiiiiiiiiiiiii

¿Te gustan mis caricias, Alba?

Siiiiiiiiiiii

¿Quieres más?

Siiiiiiiiiii

Pídemelo

Tócame, tócame

¿Asi?

Ricooooooo

Goza, putita, goza

Aghhhhhhhhhhhhhhh

Mi orgasmo fue mucho más fuerte que los anteriores, y me sorprendió cuando la mano de Cecilia me acariciaba los labios vaginales por donde entraba y salía el pedazo de carne de mi padre, que seguía follando con un ímpetu increíble.

Déjame gozar a mí ahora.

Me bajé, siendo reemplazada por Cecilia, que en un dos por tres se encontró hincada sobre mi padre y con su verga completamente parada, mirando hacia lo alto. Poco a poco empezó a bajar su cuerpo, hasta que el instrumento paterno quedo totalmente hundido en la raja de mi hermana, que parecía tragarlo sin dificultades.

Mientras cabalgaba a nuestro padre, Cecilia me miraba y me transmitía con sus ojos, boca y gestos lo mucho que estaba gozando, sin dejar de subir y bajar sobre el pedazo de carne que se hundía en su interior para volver a  aparecer. Era una verdadera amazona cabalgando a su semental.

Ricoooooo, ¿verdad?

Siiiiii, ricooooo

Si te tocas las tetas mientras follas es mejor aún.

Y mientras subía y bajaba, sus manos apretaban sus globos, especialmente sus pezones, que se habían endurecido por la calentura de su dueña, la que no dejaba de mirarme. Era todo un espectáculo ver follar a mi hermana.

Ven, bésame

Me atrajo y me besó, sin dejar de cabalgar. Yo sentí un dedo penetrar en mi vulva y comprendí que mi padre me estaba masturbando mientras follaba a mi hermana. Sin poder resistirme, empecé a moverme al ritmo del dedo que entraba y salía de mi interior, en tanto devolvía el beso a Cecilia, que metió su lengua en mi boca y empezó a hurgar en esta. La sensación fue increíble y mi lengua se metió también en la boca de ella, buscando hacer lo mismo me hacía. Eran como dos serpientes en una lucha a muerte.

Y pronto sentí que volvería a acabar, ahora impulsada por el dedo de mi padre en mi vulva y los besos apasionados de mi hermana.

Aghhhhhhhhhhhhhhhh

Putita, acabaaaaaaa

Siiiiiiiiiiiiiiii

La mano de mi padre quedó impregnada con el líquido que salía de mi sexo, en tanto mi cuerpo subía y bajaba desesperadamente. Ellos se unieron a mi orgasmo y los tres empezamos a acabar casi al unísono.

Aghhhhhhhhhhhh

Ricooooooooooo

Mijitaaaaaaaaaa

Nuestros cuerpos tendidos en la cama, sudorosos y cansados, daban muestra del combate librado, en que los tres gozamos de una manera salvaje.

Nos levantamos y mientras Cecilia y yo nos duchábamos,  entre risas y caricias intercambiamos impresiones.

Gozaste de una manera increíble, Alba

Me encantó todo lo que hicimos

¿También cuando te besé?

Si

¿Y cuando toqué tu cosita?

También

Papá va a salir después de almuerzo. ¿Te gustaría que lo hiciéramos tu y yo nuevamente?

Me encantaría.

¿Sabes? Te voy a besar tu cosita y te voy a meter la lengua

Se me ocurre que será rico

Vamos a hacer muchas cosas entre tu y yo

Estupendo

Con lo caliente que eres, no tengo dudas que vas a pasarlo muy bien.

Y tu también, por lo que pude ver hasta ahora.

Si, es que me encanta follar.

¿Dónde aprendiste a hacerlo con mujeres?

Con mi mami

Nooooooo

¿Cómo crees que llegué a acostarme con papá?

Cuéntame, cuéntame

Vas a tener que esperar a la tarde, cuando estemos solitas las dos.

Nos separamos y cada una fue a sus deberes. Después de almorzar, nuestro padre salió a trabajar y decidimos dormir la siesta juntas, en mi pieza.

Ahí me enteré de la relación de mi madre con mi hermana y de lo cerca que estuve de formar parte de sus juegos.