Vida campirana

Nunca supe lo que me esperaría tras un encuentro fugaz con un desconocido en un lago, grandes cosas cambiarían en

Hacia un poco de frío y por el modo en como el vapor salía de mi boca y nariz creo que estábamos a pocos días de ver nieve en el campo. Estaba dentro del bosque recolectando un poco de leña para llevar a la cabaña en donde vivía con mis 8 hermanos y mi madre ya que mi padre falleció en el invierno pasado a causa del trabajo tan pesado. Somos una familia humilde y estamos ubicados a dos días a pie de los muros del Palacio Real y de la ciudad más cercana a dos días y medio. Debemos nuestra vida y ser al Rey y señor de Castilla y su hermosa y siempre Reina Isabel.

Mi nombre es Oliver y por falta de espejos (son muy costosos) no se muy bien como describirme, pero según el reflejo del lago en el cual paso a menudo para recolectar un poco de agua limpia para los diferentes quehaceres diarios en el campo; puedo decir que tengo el cabello entre negro y castaño, es una Linda combinación; también que mi color de piel es blanco y un poco quemado por mi trabajo, soy un poco alto, más que mis 5 hermanos y 3 hermanas lo cual es un pequeño orgullo y felicidad para mi y a nivel corporal, tengo el físico promedio de los hombres de mi edad.

Como ya había mencionado anteriormente, soy el hermano mayor de una familia campesina la cual se dedica a la cosecha de trigo, con el cual se realiza más que todo los diferentes panes y también algunos cereales para la casa real y en alguna medida -lo que sobra- para la ciudad, en esta última vendemos el trigo a las familias más adineradas para que en su casa hagan lo que requieran con estos.

Un día mientras mis hermanos trabajan en el campo, decide ir a despejarme un poco al bosque ya que, como había mencionado anteriormente queda muy cerca de mi hogar. Después de 15 minutos de caminata por una gran colina llegue al lago, desde la cima de esta se podría ver la impotencia del valle y hasta donde alcanzaba la vista podía observar el castillo y a unos “pocos” metros de esa la ciudad. Era magnifico y siempre que podía me quedaba observando como el cielo reflejaba su azul en el agua y de cómo los verdes pinos se dibujaban en el reflejo.

Al bajar de la colina, entre a una barrera natural que se había formado años atrás entre la cima y el lago. Al lograr penetras los grandes arbustos y los troncos de los árboles muertos, puede al fin ver el reluciente resplandor de sol chocar contra la superficie del lago, pero algo me congelo la sangre, alguien se estaba bañando y al parecer estaba desnudo.

Fue tanto el temor que rápidamente me escabullí en un matorral que me escondía a la perfección, pero también me permitía seguir viendo a esta persona que estaba disfrutando del baño.

Una vez un poco más tranquilo pude observar mejor, al principio pensé que era un mujer por su gran cabellera pero luego me percaté de que era un hombre ya que su gran torso desnudo y su fuerte espalda lo delataba. Por su cuerpo logre distinguir que no era de esta zona, ni de muchas otras en realidad porque todos aquí, en su mayoría somos flacos ya que la alimentación que tenemos no da para mucho; continuando con este chico, también pude ver que tenia un lindo rostro, aunque para ser sincero me ha gustado mucho mas sus ojos, un azul tan bello y profundo como el del lago mismo, una boca que me recordaba muy bien a las fresas por su rojo impoluto y unos brazos lo suficientemente grandes como para sostener una espada. Al salir del lago pude notar otra parte de su anatomía, sus nalgas se veían firmes y sus piernas igual, al girarse para tratar de secar el agua que tenía su cuerpo, pude notar su pene; desde la posición en la que me encontraba no lo podía ver muy bien, pero se veían unos grandes testículos.

Por los nervios que tenía, decidí marcharme, tal vez si notaba que alguien lo estaba espiando le molestaría y decidiría acabar con mi vida en el acto y la verdad no quería eso, ya que mi deber principal era ayudar a mi familia. Así que emprendí la marcha hacia mi casa nuevamente.

Desde el encuentro con aquel extraño habían pasado 3 horas, ya se estaba ocultando el sol y a lo lejos se escuchaba el replicar de las campanas de la iglesia marcando el fin del día, así que comenzamos a preparar la cena para luego de eso ir a descansar. Minutos después escuchamos toques en la puerta de nuestra vivienda, la verdad, no sabíamos quién podría ser ya que los señores encargados de la recolección de los impuestos no llegan a esta hora y tampoco lo hacen los militares reales, por lo cual mi madre un poco apresurada y con cautela abrir de a poco la puerta.

  • Si Señor, ¿Qué se le ofrece? Pregunta mi madre

  • Buenas tardes tenga usted, soy un extranjero recorriendo estas tierras y mi cometido es llegar a la ciudad para conseguir trabajo, y dado que esta es la casa más cercana que he podido encontrar, me preguntaba si sería tan amable de darme posada por una noche.

Yo estaba en la cocina, terminando de cocinar un par de huevos que la gallina había puesto horas antes, no podía de ver a esta persona pero si la podía oír, tenía una voz gruesa, como si de un oso se tratase pero con una amabilidad que poco había escuchado yo en mi vida.

  • Claro que si joven, con mucho gusto. Pase usted.

Al entrar lo vi, y mi corazón palpitaba a cien, me puse tan nervioso que mis manos comenzaron a temblar y al mismo tiempo las pude sentir frías, la verdad no se que me estaba pasando pero por alguna razón este chico me ponía nervioso.

  • Buenas noches tengan todo, mi nombre es Tommy, y me quedare en su hogar por una noche.

Al escuchar estas palabras todos nos miramos, la verdad no lo esperábamos, mi madre cerro la puerta para que el frío pre invernal no entrará a nuestra casa.

  • Señor Tommy, ¿le gustaría usted cenar algo? - Pregunta mi madre

  • oh Señora, muchas gracias por su amable oferta y si, si no es mucho pedir me gustaría comer algo.

  • Claro que no, no es ninguna molestia, no es mucho lo que le podemos ofrecer, pero será lo suficiente para que no pase hambre esta noche.

Agradecido el Tommy se sienta a comer en una pequeña butaca que tenemos frente a la chimenea.

Nuestra casa se compone de dos platas, en la primera esta un pequeño comedor, un sofá de madera hecho por mi padre el cual se encuentra al frente de la chimenea, y claro está, la cocina en donde cocinamos la mayoría de comida; en el segundo piso, se encuentran los cuartos, por el número de hijos que tuvo mi madre con mi padre tenemos por obligación que compartir cuartos, solo hay 4 cuartos en la segunda planta, en uno están mis 3 hermanas, en el segundo se encuentran dos literas en donde duermen mis 4 hermanos menores, en el tercer cuarto esta mi madre, cabe aclarar que este es el cuarto más grande de la casa y por último, se encuentra mi cuarto, el cual me lo cedieron por simple hecho de ser el mayor.

Ahora, es importante que ustedes sepan la división de mi hogar, porque como se imaginaran en ningún cuarto de la casa aparte del mío podría dormir Tommy, ya que en el cuarto de mis hermanos no sabía lugar porque todas las camas ya tenían quien las ocupara, en la de mi hermanas y mi madre ni pensarlo, porque además de mal visto no sabíamos las intenciones de este sujeto; así que, la única opción era mi cuarto y en especial mi cama. Mi madre me hizo saber de una forma muy sutil donde dormiría el huésped.

  • Oliver, el señor Tommy dormirá en tu cuarto, dale tu cama y tú duerme en el piso.

Y así fue, yo estaba subiendo las escaleras al segundo piso con una pesada alfombra que teníamos guardada en el granero para cuando estuviéramos cortando la lana de las ovejas esta no se ensuciase con el fango campirano.

Es que no me lo podía creer, yo debería ser el que durmiese en la cama y este chico en la alfombra, pero no, es a mi el que me ha tocado la peor parte.

Al llegar a mi cuarto, encendí las velas que estaban incrustadas en la pared de madera para poder mirar de una forma adecuada. Mi cuarto no es muy grande solo tiene una cama en la mitad del espacio, una pequeña mesa y una silla, una ventana que mira hacia la colina del lago y al frente de mi cama un espacio considerablemente grande que divide el lugar donde duermo y la puerta. Es ahí, en ese gran espacio en donde comienzo a desdoblar la alfombrara. Mientras hacía esto, Tommy comienza a hablarme.

  • Y…. ¿cuántos años tienes? - pregunta tommy-

  • Yo tengo 21 años, ¿tú?

  • Wowww, vaya coincidencia, yo tengo la misma edad.

  • No es cierto, no pareces con el cuerpo de alguien de 21 años.

  • ¿como sabes la forma de mi cuerpo? Pregunta

Debo de admitir que aquí entre en pánico, la verdad no supe que responder y mi cara se comenzaba a tornar roja, esto lo sé porque siempre que me pasa la siento caliente; así que improvise.

  • hemmmmm lo digo por tu vestimenta, tu ropa es mucho más grande que la que yo uso y tu espalda es mucho más ancha. Pareces más mayor - le contesto-

  • ohhhh, si, tienes razón, mi cuerpo es grande pero es por herencia de mi padre el Re….   Reinaldo, así se llama mi padre.

Al decir esto lo miro a la cara, de verdad es hermoso y caigo en cuenta de sus ojos, tan azules como agua de aquel lago pero al estar cerca noto un pequeño verde y lo veo, es un azul verdoso realmente magníficos. Él se da cuenta de que lo observo y con un gesto amable, me tiende una sonrisa y su mano para que me levante.

Cuando al fin estoy a su nivel, noto que estoy muy cerca de él, tanto que puedo sentir su respiración en mi pecho casi descubierto por la camisa mal hecha y parchada que llevo puesta; tambien percibo su aroma, es fuerte pero dulce y veo algo que me pone los ojos como platos, tiene pelos en el pecho. . .. yo nunca había visto algo así. Él nuevamente se da cuenta de esto y me pregunta:

  • ¿Qué pasa Oliver?

  • Es que tienes pelos en el pecho

  • Si, ¿Qué pasa con eso?

  • Nunca había visto a alguien con pelos en el pecho. - me sonrojo-

Él al notar que mis mejillas se tornaban de un color rojizo, automáticamente dibujo una sonrisa en su rostro y desabotono su camisa y la quito. Yo en ese momento la verdad no sabía que hacer ni para donde mirar, lo único que se me ocurrió fue seguir mirando hacia el piso ya que era el único lugar “seguro” que encontraba para sostener la vista sin que fuera incomodo, al menos para mi.

  • mírame - me ordena tommy-

Lo hago, voy subiendo mi cabeza lentamente hasta encontrarme nuevamente con el azul y verde de sus ojos, este seguía sosteniendo la sonrisa en su rostro. Cuando al fin le puedo sostener la mirada por unos cuantos segundos, él toma mi mano y la dirige a su pecho, estaba regido por el miedo, pero más por la imponencia que emanaba esta persona.

Al tener el primer contacto con su piel, lo primero que siento son sus pelos entre las yemas de mis dedos, lentamente voy posicionando mi mano completamente en su pectoral derecho; siento al fin su respiración y de cierto modo, el palpitar de su corazón. Todo esto estaba pasando mientras yo miraba directamente a sus ojos.

  • ¿Y qué te parece? - me pregunta Tommy-

  • Se siente cosquillas en la mano la verdad, se siente bien. - digo apenado y en voz baja-

  • Te gusta?

Y mi subconsciente entro a jugar...

  • si, si me gusta.

No puedo creer que haya dicho eso, al hacerlo, su otra mano toma la mía y dirige esta última a su otro pecho, ahora tengo las dos manos en su pecho y la sensación es única. Sentir su respiración y su latido de su corazón mientras lo miro directamente a los ojos.

Mis manos estaban estáticas, pero por un impulso que aun no logro saber que fue las comencé a mover de una forma lenta pero claramente perceptible por Tommy, el cual al notar esto, dibujo más claramente una sonrisa en su rostro.

Pasaron 10 minutos desde eso, había un completo silencio en la habitación y cuando me percate de esto, Tommy tenía sus manos en mi cintura, la verdad no sabía decir desde cuando el sostenía sus manos en mi cuerpo pero tampoco era una molestia ya que podía sentir su calor, tanto por mis manos en su pecho como por su cuerpo.

Hubo un segundo en el que recordé que debía seguir poniendo la alfombra, ya que era el lugar en el que iba a dormir, así que retire mis manos de Tommy lentamente.

  • Creo que es mejor que siga tendiendo la alfombra. - le dije-

  • ohhhh, claro la alfombra, por supuesto que si. ¿necesitas ayuda en algo?

  • No, ya casi termino, no se preocupe.

Yo Seguía en el piso desdoblando la alfombra.

  • Esta bien, ¿esta es tu cama?  -me pregunta-

  • Si Señor Tommy, esta es mi cama y ahí será donde usted dormirá.

  • está bien, comenzare a desvestirme

  • está bien.

Al terminar esa palabra no desaproveche momento para seguir con mis ojos cada movimiento que este hiciera, se terminó de retirar su camisa y al fin pude ver de una forma mucho más certera la forma de su pecho, sus abdominales, espalda y brazos. Todo esto era nuevo para mí, no sabía que un hombre o los hombres en general pudieran desarrollar la musculatura propia de un toro, por este tazón estaba tan asombrado.

Él continuo luego con su pantalón, el cual estaba levemente pegado a sus piernas al terminar esto, quedo en sus medias, las cuales eran el ultimo filtro para ver su sexo, pero estas no las retiro. Por último, se quitó sus zapatos y se hecho en la cama.

Por mi parte, al terminar de desdoblar la alfombra me quite mi única túnica y al igual que el señor Tommy me quede en medias, tenía una pequeña manta que podría eliminar el frío del cuarto, pero no era tan grande para cubrir la totalidad de mi cuerpo. No dije nada, por lo cual me levanté para apagar las diferentes velas que daban luz al cuarto. Al terminar, procedí a acostarme en la alfombra junto con la manta.

  • Buenas noches Señor Tommy

  • Dime Solamente Tommy Oliver, y buenas noches para ti también.

  • Gracias Se... Tommy

Había pasado una hora a lo mucho, los grillos estaban afuera haciendo de las suyas mientras yo seguía despierto por la incomodidad en la que me encontraba, cuando de la nada oigo unos susurros.

  • pssss psssss Oliver, ¿sigues despierto?    -pregunta tommy-

  • Si Tommy, sigo despierto, ¿necesita algo?

  • No, solo me preguntaba . . .

Se formó un pequeño silencio, no sé qué quería preguntar. . pero continuo diciendo:

  • Me preguntaba si te gustaría dormir aquí conmigo, es que te veo un poco incómodo.

  • Es que no quiero molestar.

  • No es molestia, antes soy yo el que estoy apenado por ponerte a ti en esta situación.

  • Esta bien.

Me levanto de la alfombrara y me dirijo a la cama, en realidad y como había dicho antes no es muy grande, por lo cual el tuvo que hacer espacio para mi. Cuando llegue al borde, veo que me aparta las cobijas y mantas que lo protegen del frío para que yo entre a ellas....

Continuara.

Es mi primer relato, no sean muy crueles. Se que hay mala redacción, pero prometo que lo mire mejorando, espero sus críticas y sugerencias. en caso de que les guste, lo continuare.

Gracias.