Victoria, la amiga de mama

Os cuento como surge la lujria entre una viuda y un joven estudiante...

Lo que os voy a contar es real, con alguna pequeña modificación. Ocurrió en mi último año de instituto. Estaba yo en segundo de bachillerato y cuando terminas este curso, y para poder pasar a la universidad, tenias que pasar una prueba llamada selectividad (ahora creo que P.A.U). Dicha prueba la tenias que ir a pasar a la capital de provincia, ya que nosotros al ser de pueblo íbamos a un pequeño instituto.

Debido a que mis padres no poseían vivienda en dicha ciudad, y a que mi madre tenía una muy buena amiga suya allí, me quede hospedado los días que duró la prueba en casa de dicha amiga, la cual se llamaba Victoria.

Victoria era una mujer de 52 años, viuda, con una hija la cual estaba cursando estudios en Madrid. Físicamente era una mujer alta, morena, bien conservada, tetas no muy grandes y un culo bastante bonito, aunque nunca me había fijado en ese físico.

Llego el día previo a la prueba, un martes del mes de junio, hacía calor. Sobre las 8 de la tarde llegué a su casa, llamé y me abrió ella, hicimos los saludos de rigor y me condujo hacia una habitación en la que acomode mis cosas.

Lo que quedaba de día lo pasé dando los típicos repasos de última hora a las asignaturas del día siguiente. Por la mañana me levanté, me di una duchita y me dirigí a la parada del bus que me llevaría al lugar de los exámenes.

Cuando volví por la tarde eran más o menos las 7. Pasé, saludé a Victoria y le dije que si no le importaba iba a darme una ducha para relajarme un poco, a lo que ella contesto que no había ningún problema.

Dejé las cosas en la habitación, agarré una toalla y me metí en el baño. Una vez dentro empecé a desnudarme y me llamo la atención un trozo de prenda roja que asomaba en el cesto de la ropa sucia. Con la curiosidad de adolescente me dirigí hacia el cesto, lo levanté y la prenda en cuestión eran unas braguitas bastante bonitas, de color rojo con una fina puntilla. Una vez en mi mano y como acto reflejo las llevé hacia mi nariz, aspirando el embriagador aroma que desprendían. Casi al instante me di cuenta que tenía una erección terrible, por lo que decidí aliviar tensión sexual empezando a hacerme una sensacional paja. Rodeé mi polla con las braguitas y empecé con el armónico movimiento, a los pocos minutos noté que me corría. Cogí un trozo de papel higiénico para evitar manchar y me corrí sobre él, soltando gran cantidad de esperma, siendo el papel incapaz de absorber toda la leche manchándose por tanto un poco las bragas, las cual metí en su lugar de origen y me dispuse a ducharme. Esa noche me duche y seguí la misma rutina que la noche anterior, al igual que a la mañana siguiente.

El jueves por la tarde llegué un poco más tarde, debido a que el viernes solo tenía un examen y encima de una asignatura optativa estuve tomándome unas cañas con los amigos. Cuando llegué eran más de las 10. Pase di las buenas noches y me dispuse a ducharme de nuevo. Al salir de la ducha, al contrario que los dos días anteriores opté por irme un rato al salón a ver la tele. Llegué a dicho lugar me senté y estuve observando la tele y conversando con Victoria de cómo habían ido los exámenes.

Mientras seguía la conversación con ella me vino la imagen de sus bragas a la cabeza y mis ojos lanzaron una mirada disimulada a su anatomía. La imagen no fue para nada desagradable, llevaba un pijama con un pantalón bastante cortito y ajustado. La camiseta no era muy escotada pero si se marcaban los pezones en ella, debido a la ausencia de sujetador.

Seguimos la conversación, pero mis ojos no podían apartar la mirada de sus zonas más femeninas. Lo intentaba hacer disimuladamente pero creo que se dio cuenta, aunque no dijo nada. A las 11:30 aproximadamente di las buenas noches y me fui a la cama. Esa noche en varias ocasiones me vino el cuerpo de Victoria a la mente, pero no le di mayor importancia.

A la mañana siguiente seguí la rutina de días anteriores, con la salvedad que a las 11:30 estaba ya en el piso de Victoria. Pasé di los buenos días y note muy seria a victoria. Me fui a dejar las cosas a la habitación y note que ella me seguía. Al llegar a la habitación me lleve una sorpresa de órdago al ver las braguitas del primer día encima de la cama. Antes de que pudiese reaccionar victoria me dijo:

  • Ahí las tienes, te las regalo, que por lo visto te gustan.

El tono de su voz era una mezcla entre sarcasmo y enfado. Yo estaba rojo como un tomate y no sabía que decir. Por lo que fue ella otra vez la que hablo:

  • Me has decepcionado mucho Rafa, lo que has hecho es violar mi intimidad y es algo que no me gusta nada.

Yo solo me salió decirle que lo sentía mucho que no volvería a ocurrir, que fue porque pasé y al verlas me pudo la curiosidad y para lo demás no encontré una explicación. Ella bastante enfadada me replicó:

  • Se lo voy a decir a tu madre, y a Laura (mi novia) y haber que opinan ellas de esto.

Yo le contesté que por favor no lo hiciese, que se lo pedía de rodillas si hiciese falta. Mi novia no me daba miedo, era bastante liberal en el tema sexo, pero si se lo decía a mi madre quedaría decepcionada conmigo por hacer algo así en casa de una amiga.

  • Es que Rafa eres un degenerado, tienes novia y te la has meneado con las bragas de una vieja.

Mi respuesta fue automática y sin pensar me salió que si no decía la edad era una mujer muy atractiva. Mi inoportuna respuesta provocó un giro radical, ya que pude percibir una pequeña sonrisa en su todavía no muy arrugado rostro. Y me dijo:

  • ¿De verdad que piensas que aun soy atractiva y te sientes excitado conmigo?

Dicha respuesta me descolocó un poco, pero armado de valor le dije que nunca hasta el día que vi sus braguitas la había visto como mujer, pero que una vez acontecido el citado incidente la había observado más detalladamente y que me parecía una mujer con una belleza y una sensualidad increíble.

Ella pareció no creérselo mucho y me interrumpió:

  • Pero si tú tienes una novia guapísima, yo no me puedo comparar con su belleza ni con su físico. Y deja ya de decir tonterías chiquillo.

Esto creo que en el fondo me molesto y me salió del alma decirle que yo a Laura la quería muchísimo y que era muy guapa pero que ella tenía una sensualidad que denotaba algo que Laura no, tal vez fuera las experiencias vividas o algo así, o quizás el morbo que producía, pero que era una mujer que nadie desperdiciaría.

Debido no sé si al citado morbo, o al rumbo de la conversación, tenía un empalme soberbio. Llevaba puesto unos vaqueros, por lo que la erección se advertía claramente y llegándome a doler el pene de la presión que hacía contra el pantalón. Debido a esto, intente colocármela con disimulo, pero no fue así y Victoria me pillo con las manos en la masa. Se quedo paralizada mirando el bulto de mi pantalón. Empezó a ruborizarse y se sentó en la cama. Me senté a su lado y le dije que era una reacción habitual, que no se preocupara, que a esta edad se tenía la picha dura casi todo el día y más con un monumento así delante.

  • No sigas así, que al final verás.

Yo le dije que solo decía la verdad. Ella intentando desviar la conversación, la cortó diciendo:

  • ¿Qué tal en tema sexual con Laura?

Yo le respondí que iba todo perfecto, que era una chica bastante fogosa y que siempre que podíamos disfrutábamos lo que podíamos. Ya parecía un poco más relajado y seguimos la conversación:

  • ¿Te puedo hacer una pregunta un poco indiscreta?
  • Si
  • ¿A qué edad perdiste la virginidad?
  • A los 14, ¿y tú?
  • Que tempranero fuiste. Yo a los 24 cuando me casé, eran otros tiempos pero si fuese ahora no hubiese esperado tanto. ¿Fue con Laura?
  • Si fue con Laura. Pues Victoria chica todavía estás muy bien para disfrutar de tu cuerpo.
  • Muchas gracias, eres un cielo. Oye y siguiendo el interrogatorio, ¿con cuantas te has acostado?
  • Con dos solamente.
  • ¿Dos solo? Yo pensaba que tenias más éxito, por cierto ¿Quién es la otra?
  • Pues si me lo hubiese propuesto habrían sido muchos mas pero sólo han sido dos, y a la segunda no la conoce- dije mintiéndole (ya que era mi suegra).
  • ¿Y has probado todo?
  • Puf Victoria al final me vas a hacer morirme de vergüenza, he probado muchas cosas, pero todas es decir demasiado.

En estas estábamos cuando vi que tenia metida la mano entre sus dos piernas, y aunque llevaba el pantalón puesto se estaba tocando. Le dije entre risas que qué hacía, que estaba yo delante. Se puso roja como un tomate y me dijo que llevaba desde que se había muerto su marido sin mantener relacione sexuales con nadie. Yo le dije que se masturbaría o algo y me dijo que no, y que al ver el bulto de mi pantalón habían surgido sus instintos más bajos. Le dije que no pasaba nada y le pase mí brazo por encima de su hombro quedando mi mano rozando su teta derecha, al notar yo esto le toque la teta descaradamente. Al hacerlo giro su cabeza y se quedo mirándome fijamente. Yo sinceramente creía que vendría otra reprimenda, pero a los pocos segundos de estar mirándome acercó sus labios a los míos dándome un apasionado beso en los labios. Al notar el beso me gire y antes de terminar de girarme me puso su mano sobre mi rabo y empezó a acariciarlo. Tras este gesto yo entendí que la veda estaba abierta y me puse a besarla, a besarle el cuello a recrearme con sus tetas, bastante bonitas y con un tacto muy agradable. Empecé a tocar su culo, con una dureza espectacular. Me levante rápidamente y me deshice de la camiseta y el pantalón, y Victoria hizo lo propio quedándose en un conjunto de lencería blanca de encaje que me encanto. Me sorprendió una cicatriz presente en su vientre, la cual me dijo que era de la cesárea de su hija. Una vez así se abalanzo sobre mí y saco mi polla de su cautiverio, y me dijo:

  • Vaya vaya Rafita ya veo que todo va en proporción.

(Dicho esto pasaré a decir que mido 1.93 un cuerpo atlético y mi polla mide casi 20 cm y es bastante gorda). Yo le dije que ahí la tenía que era toda para ella. Empezó a hacerme una monumental mamada, intentaba metérsela entera, pero no le entraba. Se notaba que sabía lo que hacía y yo estaba en la gloria. Intenté, y al final conseguí quitarle el sujetador y liberar sus bonitas tetas. Empecé a tocárselas y cuando ya llevaba un rato chupándomela la cogí y la tumbé en la cama. Empecé a besarle todos los rincones de su cuerpo, tenía los pezones bastante inflamados por lo que se podía deducir que estaba bastante caliente. Comencé por sus pies fui subiendo con las caricias y los besos hasta llegar a sus braguitas blancas. Cogí las bragas y las mordí, cosa que hizo que soltase una carcajada bastante ruidosa diciéndome:

  • Ahí las tienes, hoy son toda tuyas.

Su ocurrencia me hizo soltar una jocosa sonrisa y seguí con mi labor. Desplacé sus bragas hacia el lado izquierdo de su coño y me dispuse a empezar con la labor oral que tenía que desarrollar. Tenía un coño bastante bonito, de los que se marcan bien los labios y un excitado clítoris, y sin llegar a estar depilado no poseía pelo en exceso. Empecé a comerle el coño, que ya soltaba un aroma cautivador y se percibía una humedad en aumento. Di uso a mi lengua por todos los lugares de su vagina centrándome principalmente en su clítoris, le daba lamidas rápidas, lo alternaba con lametones desde el ano hasta ahí, y finalizaba con unas succiones de clítoris. Ella estaba cachondisima y tardo muy poco en correrse, se corrió mojándome la cara, nunca había visto una corrida tan copiosa. Yo seguí a lo mío, continúe comiéndole el coño hasta que note que estaba otra vez cachonda momento en el que le metí mi rabo en su coño, se notaba los años que llevaba sin echar un polvo ya que al principio costó trabajo y me dijo:

  • Despacio que llevo mucho tiempo sin follar.
  • Tranquila que ya te quito las telarañas

Los dos reímos y una vez amoldada mi polla a su caliente chocho empecé un mete saca variando la intensidad, lento, mas rápido, se la sacaba entera y se la metía de golpe. Yo lo estaba disfrutando muchísimo, y ella por sus jadeos considero que también. Estuvimos así un rato hasta que me corrí dentro de ella. Al sacarla su coño chorreaba mi leche. Me tumbe a su lado abrazándola y estuvimos así más o menos 5 minutos tras los cuales se incorporó y empezó a chupármela. Esta vez fue distinta la mamada, era más sensual, más suave, pero no por ello menos placentero, provocando que a los pocos segundos Atila estuviese en pie de guerra de nuevo. Siguió con la mamada un rato se levanto y me dijo que quería sentirla en su culo, que siempre la había puesto mucho eso. Yo le dije que por mí no había problema. La puse a cuatro patas y se la metí por el coño, estuve fallándomela un rato mientras intentaba dilatarle el culo. Metí primero un dedo, luego dos y luego le saque la polla del coño y se la metí en el culo. Debido al encharcamiento de su coño mi polla salió bien lubricada y empecé con la presión, para mi sorpresa entro con menos resistencia de lo esperado, aunque aun así soltó algún gritillo de dolor.

Una vez que se amoldó empecé a fallármela y probé a hacerlo un poco salvaje y debido a su disfrute continúe, al poco tiempo estaba gritando como una loca. Yo seguí sin parar y estuvo así unos diez minutos (según ella encadenó tres orgasmos) hasta que no pude mas y me corrí dentro de su culo. La saque y me tumbe a su lado besándola.

Estando en esta sonó mi teléfono móvil, era un amigo que si me había pasado algo que eran ya las 2:15 y habíamos quedado a las 2. Me levante le quité las bragas y fui a ducharme. Me cambie le di un beso en los labios y me fui a comer con los amigos.

Esa tarde paso de cañas y por la noche salimos de fiesta. Mis padres habían quedado en ir a recogerme el sábado a las 12. El sábado por la mañana me levante recogí las cosas y me fui al salón donde estaba ella. Nos pusimos a hablar de lo ocurrido y me dijo que le había encantado, yo le dije que también lo había pasado genial. También le propuse que saliese y se buscase un amante para que le diera placer. Ella dijo que se lo pensaría. Estando en esto sonó el timbre, eran mis padres, les abrí la puerta y subieron. Estuvieron un rato hablando mis padres con Victoria y cuando ya nos íbamos le pregunto mi madre:

  • ¿Bueno y que tal se ha portado el mozo?

A lo que respondió Victoria:

  • Se ha portado de lujo.- y me guiño un ojo.

No se ha vuelto a repetir pero fue una experiencia muy agradable.

Agradecería sus comentarios y sus críticas siempre que sean constructivas.

Gracias

Un saludo