Víctor y Mercedes por las malas (2)

Luego de forzar a Mercedes empezó a disfrutar, y no me aguanté para participar, ella nunca lo supo.

La invitación de Víctor era muy tentadora y ver a Mercedes en aquella posición, con las piernas abiertas, todo su sexo a disposición, y los brazos extendidos sin posibilidad de poder zafarse, me hacía excitar e imaginaba todo lo que podía hacer.

Pero, por alguna razón no quise ser parte activa de aquella situación, entonces le respondí en voz baja a Víctor: - No gracias hermano, es tu enamorada, yo solamente me voy a dedicar a filmar. A lo que me respondió: - Bueno, tú te lo pierdes ………. entonces sigue grabando.

Ella continuaba tratando de soltarse las amarras que la tenían prisionera, o por lo menos intentar ver que había más allá de la venda que tenía en los ojos. Víctor se dio cuenta y se acercó a asegurar con más fuerza los nudos de los tobillos y muñecas y volver a acomodar la venda. Mientras ella seguía pidiendo que la soltara, pero no había ninguna respuesta.

Víctor se arrodillo a un costado de su cama para poder alcanzar un seno de Mercedes, el cual empezó a lamer y chuparlo, lo cual parecía que a Mercedes le empezaba a gustar porque dejó de hablar y comenzó a respirar más rápido y profundo. Al escuchar la reacción tomó con su otra mano el seno del otro lado que empezó a apretarlo, estrujarlo y pellizcarle el pezón.

Aun que parezca increíble después de lo que había sucedido momentos antes, a ella le gustaba, no se quejaba, no hablaba y empezaba a jadear, lo que hacía que el ambiente se ponga mas denso.

Estuvieron por un buen rato así, y yo de estúpido mirón con un misil en el pantalón que estaba a punto e estallar. Mi compañero dejó sus senos, mientras se limpiaba de los labios todo lo húmedo que los tenía ella esperaba a sentir lo que vendría, pero ya no se escuchaba ni una sola queja. Se arrodilló a un costado de ella y volvió a comerse su conchita, al sentir esto Mercedes comenzó a jadear más fuerte y más rápido, realmente lo estaba disfrutando. Mientras Víctor continuaba con la faena parecía que ella se sentía algo incómoda porque trataba de mover sus brazos para alcanzar a su captor y poder responderle el estímulo que le brindaba, pero en ningún momento mi amigo pensó en soltarla, hasta que ella se dejó escuchar y dijo: - Ponme tu pija en mi boca, quiero tu verga en mi boca. La frase nos sorprendió a los dos, tanto que Víctor reaccionó levantando la cabeza y mirándome con cara de admiración, pero no dudo ni un segundo y le cumplió su deseo. Se acomodó en pose 69 y se encargó de dejarle la cabeza de su pene entre sus labios, los cuales se abrieron de inmediato al sentir que algo los tocaba y empezó a mamarlo entero.

Cada uno se encargaba de lo que tenía en los labios, él le succionaba la conchita y le metía la lengua y ella se lo chupaba tan bien que no parecía que fuera nueva en el tema. Descansaban de rato en rato para poder disfrutar y se veía que ambos tenían una calentura espectacular, ya se podía ver las gotas de sudor que destilaba sus cuerpos y los gemidos de placer eran ritmos que se unían.

Después de largo rato Víctor no pudo aguantarse e intentó sacar su pene de la boca de Mercedes, pero ella no se lo permitió, lo ajustó con sus labios y se vino el torrente de semen. Ella lo recibió todo, sin ningún gesto de asco empezó a tragárselo, y mientras lo hacía le pidió que la penetrara. Con toda la calentura que traía encima giró sobre ella y la envistió de nuevo, pero esta vez sin oposiciones ni lucha.

Yo ya no podía seguir siendo testigo de algo de lo cual podía haber sido partícipe pero por lástima decidí hacerme a un lado, pensando que la cosa no se tornaría en lo que había resultado. En ese momento no tuve otra reacción que bajarme el cierre del pantalón y tomar mi miembro con la mano que tenía libre y empecé a masturbarme.

Pero el destino volvió a darse la vuelta. Víctor ya había tenido dos eyaculaciones y estaba medio cansado y perdiendo erección, ella le pedía que la bombearan mas fuerte, pedía mas a gritos, que no parara, pero él ya no estaba en condiciones de seguir, y decidió sacar su pene de la concha de Mercedes. Ella se quedó intrigada y a la espera de continuar porque estaba muy excitada y se encontraba a la mitad del camino hacia un orgasmo.

En ese instante no lo pensé dos veces, pero me dejé llevar por mis instintos animales. Mientras ella empezó a pedir que siguiera le pasé la cámara a Víctor, y con la velocidad que jamás hago las cosas me saque la ropa que traía puesta, entonces recién pude entender a mi amigo cuando el hizo lo mismo sin importarle quien lo este viendo. No hice nada mas que envestirla y bombearla, ella volvió al camino del orgasmo, sus gemidos eran música en mis oídos. Yo no pensaba en otra cosa que disfrutar de ella, ya que jamás pensé haber estado en esa situación. Disfruté el momento aprovechando que ella no tenía idea de cuantos éramos en la habitación y supongo que si lo hubiera sabido habríamos tenido otro problema. Ella en ningún momento se opuso, supongo que pensando que era una sola persona la que le daba placer.

Después de un buen tiempo en que ambos estábamos gimiendo y disfrutando, ella pegó un grito, llegó al orgasmo de su vida, explotó de placer, pero yo todavía seguía bombeando aun que no me faltaba mucho para llegar, mientras ella cada vez gritaba con mas fuerza y se notaba que le faltaba el aire para respirar.

Al momento que llegué al orgasmo le llené la concha de semen, fue una sensación tan deliciosa que me sentía en total relajación y sin ningún peso conciencial sobre lo que había hecho. Acababa de cumplir con una de mis fantasías eróticas mas deseadas.

Salí de Mercedes y no pude evitar ver su sexo, estaba completamente mojado por la excitación que tenía y por el líquido que había sido llenada. Se me pasó por la cabeza aprovechar aquel momento y hacer algunas cosas que siempre quise hacerle a una mujer, pero pensé que ya era mucho para ella y era hora de dejarla.

Tomé la ropa que se encontraba en el piso y nos salimos con Víctor del dormitorio, le pregunte lo que haríamos con ella, y me dijo que no me preocupara, que el ya vería que hacer. Se metió al baño para tomarse una ducha y yo entré a mi dormitorio pensando en lo que había pasado, y todavía seguía con el morbo encima. Mientras mi cómplice amigo estaba aseándose yo no pude dejar de hecharle una ojeada de rato en rato a Mercedes, ya se encontraba dormida y la verdad estaba para seguir.

No sé como arregló Víctor el tema, pero Mercedes no tomó represalias contra él y seguía visitando el departamento con la misma frecuencia, pero ya no era solamente para jugar video juegos, ahora ya había más acción en casa.

Y gracias a eso llegamos a un acuerdo con mi amigo, que se los comentaré en otra ocasión, pero puedo adelantarles que algunas veces que ambos tenían relaciones yo participaba de una u otra forma, pero sin que ella lo supiera.

Espero que hayan sido de su agrado las dos partes, pero todo lo que leyeron fue real.