Víctor, el amigo de mi papi; yo Ivonne. 3

Se llega el momento, no hay marcha atrás. Será que algún secreto se ha contado?

Al abrir el asensor me esperaba Víctor, mi mente todavía se preguntaba que estaba haciendo. No había vuelta atrás.

Me hizo pasar al hall de entrada, tenía una amplia sonrisa dibujada en el rostro.

  • Casi no vengo, Víctor. Intenté llamar todo el día, pero nadie me contestaba…. no quería ser muy obvia.

  • No estuve en todo el día, bueno, pero aquí estamos… me dijo mientras me ayudaba a quitarme el abrigo.

El quedó detrás de mí viendo mi espalda casi desnuda.

  • Que lindo vestido traes, me dijo

  • Si, perdona, iba a venir mas discreta, es un error

  • Si preciosa, es un error que no estés ya de rodillas dándome una mamada ahora.

Me tomó de los hombros y me hizo arrodillar.

  • Ven, calientapitos, bájame el cierre y dame una buena chupada.

Ese lenguaje vulgar me chocaba, pero también me excitaba. También era como que representaba un personaje que me hacía sentir menos culpa. Tenía yo también que entrar en personaje y dejarme llevar, no sería la primera vez que lo haría.

Me arrodillé y literalmente obedecí su pedido, le bajé el cierre y saqué un mediano y no muy grueso pene. Lo agarré, lo sobe un poco y me lo metí en la boca. Lo hacía como una autómata, no entendía como estaba haciendo eso. Los primeros gemidos de placer de Víctor me volvieron a mi tarea. Lo chupaba y masturbaba estaba creciendo poco a poco, rico. Tenía el pene del amigo de mi padre en la boca. Acaso no era ese otro un sueño a cumplir?

  • Siiiiiiiiiii, ahhhhhhhh, siiiiiiiiii, putita, chúpame, siiiiii, dale, chúpame

  • Que bien me lo haces, que golosa eres, que bien, que bien.

  • Así que no querías, zorrita?

  • Dale, chupa; chupa que te gusta.

Ese lenguaje que usaba me daba vueltas, luego de un rato de estársela mamando me apartó de su miembro, me tomo de los hombros, y me condujo a la cama. Me hizo acostar boca abajo. Me dijo que le gustaba mi vestido, que era mejor no quitarlo. Me levantó la falda, corrió un poco la tanga a un costado, me puso una mano en la nuca empujandome hacia abajo y me ensartó su miembro así vestido como estaba. Me penetró completa, de un empujón, sentí como ese tronco se deslizaba despacio pero sin detenerse. Estaba tan excitada que lo sentía en mi pequeño cuerpo. Comenzó a bombear freneticamente, mi cuerpo se movía a su ritmo, estaba tan excitada que ya me estaba viniendo.

  • Ahhhhhh, Víctor, ahhhhhhh, siiiiiiii, siiiiiiii, siiiiiiii

  • Ohhhhhhhhh, siiiiiiiiii, me vengo, Víctor, me vengo, ohhhhhhh

Y acabé de una manera impresionante, creo que fue el resultado a toda la excitación de una semana esperando el momento. El seguía bombeando una y otra vez. Con cada embestida me hacía ver las estrellas.

  • Ahí tienes, preciosa, ahí tienes la pija que querías, zorra?

  • Te gusta la pija que tanto buscaste?

Me excitaban esas palabras rudas, yo estaba muda, pensé que debía alentarlo y ayudarlo a acabar.

Dale, papi, cógeme, dame mas papi, dámela.

Siiiii, cariño, siiiii, ten toda mi pija, cómetela toda.

Entre palabras y embestidas seguía la excitación y un placer infinito. Estaba boca abajo, dominada, sometida por este macho maduro que había sucumbido a mis encantos, y que ahora sometía a su hembra a sus caprichos. Me sentía muy zorra, y tenía a un hombre dispuesto a hacerme sentir su rigor, a hacerme suya.

  • Ayyyyyy, papi, estoy por acabar otra vez, como eres papi, como me la das

  • Siiiii, Ivonne, te voy a dar tanto que te voy a dejar seca.

  • Que dura esta, papi, que dura.

  • Así me la pones.

  • Si papi. Voy a acabar otra vez papi, ahí viene otra vez

  • Siiiiii, zorrita, acaba de una vez.

  • Ayyyyyyy, ayyyyyyyy, papi, ayyyyyyy

  • Ohhhhhhhh, ohhhhhhh, siiiiiiiiii, Ivonne, siiiiiiiii, ohhhhhhhhh

  • Ayyyyyyyyyy, ayyyyyyyyyyyyy

  • Ohhhhhhhhhh, ohhhhhhhhhhhh.

Apenas había yo acabado cuando sacó su pene y acabó sobre mis nalgas, su leche escurría por mi colita.

Nos quedamos en esa posición yo boca abajo y el arriba tratando de bajar la agitación que teníamos. Seguimos unos momentos sin hablar.

Decidí levantarme de la cama, me acomode la ropa como pude y estaba por salir del cuarto sin decir una palabra.

Ivonne, ya te vas?, preguntó Víctor.

Si, Víctor, esto no puede ser, no va a volver a ocurrir.

Yo se Ivonne, pero es seguro que lo ha valido, - dijo él entregándome un sobre que claramente contenía algunos billetes.

Su actitud me tranquilizaba, me llamaba por mi nombre de nuevo, pero… cómo sabía que me gustaba recibir un “regalo” después de cada encuentro; acaso le habría dicho Roberto?

Habrá que averiguarlo…

Gracias por todos sus mensajes, respondere lo prometo. dratentacion gmail com

Crees que Roberto haya divulgado el secreto? Cuentame