Víctimas de las hormonas 4

Siguen las averiguaciones respecto al caso y la doctora se encontrará con una revelación traumática. Sumilde se ve en aprietos después de mucho tiempo y alguien tendrá que pagar los platos rotos. Temática no consentido lésbico.

Siguen las averiguaciones respecto al caso y la doctora se encontrará con una revelación traumática. Sumilde se ve en aprietos después de mucho tiempo y alguien tendrá que pagar los platos rotos. Temática no consentido lésbico.

Aviso: Para entender la historia les recomiendo leer los relatos “Víctimas de las Hormonas 1, 2, 3” que pueden encontrarlas en mi perfil clicando mi nombre.

Advertencia: Todos los personajes son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Se tocan temas de violencia, sexo y cultura no aptos para personas sensibles. Basado en hechos reales.

Se recomienda discreción.

Disfruten la historia.

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En el capítulo anterior, dejamos Sumilde junto a Verónica en su nuevo cubil de la cárcel…

Anexo Femenino del Centro Penitenciario de Tocorón, estado Aragua

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-Mira carajita, pásame el paño que está ahí guindado-

-¿El verde?-

-Ese mismo, pilas que voy a bañarme, que me toca a esta hora-

-¿Por qué?-

-La directora  - dijo en forma despectiva  - y que tratando de evitar que las que son como nosotras tengan contacto cercano con las hembritas, como si fuera la gran vaina. No mi amor, aquí la que vea alguna y le guste, esa es suya y punto, no importa de qué manera, pero igual la tendrá-

-¿Mucho más fácil que como me hiciste tuya?-

-Mmmm, no tanto, tú me saliste gratis-

-¿Cómo así gratis? ¿No valgo nada para ti?-

-Me refiero a que gozar contigo fue una nota, pero gozar con la otra me hizo terminar acá-

-Ajaaa, pero me dijiste que andabas de cogelona con las demás putas de aquí-

-Deja la bulla, que no es como lo piensas-

-Como no… me dijiste que te pasaste a medio galpón y que…-

-Cállate maricona, no me vengas con escenitas. Aquí o trabajas, o peleas, o cuidas, o coges, o te cogen-

-¿Pero muy fácil no?-

-Gafa, ese poco e pendejas aquí, solas, sin nada de cariño, sin ningún tipo cerca, y las que tienen su marido por fuera, ¿crees tú que se van a dejar que el tipo las venga a visitar sólo para echar un polvo y arriesgarse a quedar preñadas, y aquí dentro?-

-Eso es problema de ellas ¿no Sumilde?-

-Puede ser, pero la necesidad te lleva a extremos que ni por el coño pensaste en hacer algún día, así como yo no esperaba terminar aquí, ¡Coñodesumadre con la carajita esa, a buena hora se me dio al pire de la casa (Nota: “darse al pire”, fugarse, huir)

-Esa estúpida… salió de chismosa. ¡Bien hecho! Por sapa, ahora todo el mundo sabe que tú te la cogiste-

-Y si supieras cómo gritaba, si la vieras haciéndose la dura y la muy madura, pero es más mente de pollo imposible-

-¿Cómo la agarraste?-

-Espérate vale, mejor escuchamos la otra grabación a ver que dijo, quiero escuchar de su propia boca lo que sintió conmigo-

-Sumilde nojoda, ¿me vas a dejar sola aquí?-

-Claro pendeja, ¿qué, te vas a meter conmigo en ese baño estando rodeada de marima… aja, sí mejor acompáñame-

-Pensé que me ibas a dejar podrirme aquí-

-No, mejor te llevo conmigo, no sabes el favor que me haces ganar cuando te vean… ¡CARLA MAMAGUEVA, VEN ACÁ!-

-Dime Sumilde, ¿qué pasó?-

-Me voy a bañar con mi culito que vino a visitarme, aquí se va a quedar cargando ese celular. Si pasa algo aquí y no está, por Shangó que de cuidadora pasarás a trabajar de puta, y ya sabes cómo son las machitos en esta vaina cuando tienen luz verde… ¿Me oíste?-

-Sí Sumilde, dale que de aquí no sale ni entra más nadie.-

-Si viene la del comedor le pasas el plato por debajo de la cortina y ya, no abras nada-

-Ok-

-Así me gusta, que seas pila. Te has mantenido entera desde que llegaste por que sabes obedecer, si quieres te quedas conmigo aquí para que estés más segura-

-Sabes bien por qué no hago eso Sumilde-

-No te tienen que gustar las mujeres, te tengo que gustar yo, recuerda que aquí no pueden andar libres para siempre, el día menos pensado te dejan fuera de la reja y no te va a tener que gustar una mujer, te van a tener gustar muchas, entre hembras y machitos…-

-Será, tal vez lo haga, pero contigo no podría-

-Bueno tampoco es la gran vaina. De todos modos a mí me gustan son las carajitas vírgenes jejeje, Verónica, mueve ese culo y vente…-

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Oficina de Protección al menor

MUJER: Así es fiscal, apenas ayer la muchacha habló un poco.

FISCAL: Entonces… sí se puede corroborar que estuvieron juntas.

MUJER: Sí, pero es muy poquito lo que dijo, pido esperar más antes de que llegue el juicio.

FISCAL: Por eso no te preocupes, sabes bien cómo se mueve el proceso penal aquí, tal vez pasen 5 años con la tipa presa sin ser condenada aún.

MUJER: La chica necesita tratamiento psicológico, ya accedió a hablar conmigo, por lo tanto pido que se me permita tener más contacto con ella ya que me tiene una leve confianza.

FISCAL: Total libertad, haz lo que crea conveniente, pero trata de no llevar revuelo a la opinión pública, ni des entrevistas. Mira que es un asunto que involucra la opinión de los grupos gays y religiosos y no nos conviene problemas con las elecciones cerca, además yo aún mantengo la posición de que es falso que la violaran, simplemente porque la otra era una mujer y la chica a lo mejor se asustó.

MUJER: Según las grabaciones, la mujer lo hizo… lo hizo con su…

FISCAL: No vale doctora, eso fue susto ¿Qué carajo va a estar violando una mujer a otra?

MUJER: Será señor fiscal, puede que tenga razón, como siempre.

FISCAL: Vaya y siga con su trabajo, le apuesto que no es otra cosa que un caso posible de pedofilia…

Se va el fiscal

MUJER: Como siempre, la mujer débil ante ustedes. Estoy segura de lo que la chica dijo, ella no dio su permiso, fue engañada y accedida carnalmente con… ¡Ufff!, Dios mío, ¿será posible?...

Abre una puerta

MUJER. Hola de nuevo, ¿puedo pasar?

CHICA: Ah, hola doctora adelante.

MUJER: Hoy te veo más calmada, ¿dormiste bien?

CHICA: Un poco.

MUJER: ¿Por qué, calor?

CHICA: Más o menos, en verdad era porque tuve como pesadillas

MUJER: qué bien que me dice eso, es bueno que lo liberes.

CHICA: Gracias.

MUJER: Mira, vamos a trabajar con la misma dinámica de ayer. Voy a poner el teléfono aquí a grabar, me dices si quieres volver a hacerlo sola o estás dispuesta a hablar conmigo.

CHICA: Creo que sola es más fácil.

MUJER: Te entiendo, pero antes de irme, quiero preguntarte un momento sobre esas pesadillas, y sólo grabaré esa parte, luego veremos si no te sientes capaz todavía me salgo sí

CHICA: Bueno vamos a ver.

MUJER: Tranquila, déjame sentarme que vengo cansada…

GRABANDO

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-A pues Verónica, sí eres maricona vale, ya estás grande pa´ la lloradera-

-Sumi, así no…por favor no-

-¿Por qué? No me quieres hacer caso vale, bien bueno. Coño Katy, la chama no quiere contigo, lástima. Es un culito bien sabroso la verdad, y si la hubieras visto cuando la agarré de chiquita, era un manjar-

-Anda vale, no seas así gordita. Mira que sólo vamos a pasar un ratico bien de pinga, y después así como si nada, no te vi ni te conozco. ¿Te animas?- dijo Katy arrinconando a Verónica contra la pared.

Ésta observaba cómo esa vieja gorda se le encimaba y por encima de su hombro encontraba la mirada de Sumilde vigilándola mientras se bañaba con una de las mangueras que había en el piso, en cuanto sintió una de las manos halar la toalla verde con la que se tapaba desde que entró empujó a la gorda y corrió llorando hacia donde su negra lavándose con ceremonia su gran apéndice flácido.

-¡Sumilde no! No quiero, para mi negra toda, yo soy tuya, sólo soy tuya, de más nadie. Llévame negra, sácame de aquí y hazme tuya- dijo Verónica colgándose del cuello de Sumilde.

Ya había crecido un poco, ahora su altura llegaba hasta los hombros de la negra que miraba hacia abajo acercando sus labios a los de la otra, un jalón repentino la separó de su “dueña”.

-¡MIRA CARAJITA DE MIERDA, A MI TU NO ME DICES NINGUN QUE NO!- gritó la gorda atrayéndola hacía sí, Verónica empezó a retorcerse y al instante un mareo repentino y volvió a verse en los brazos de Sumilde que la tenía contra sí.

-Mira Katy, quédate quieta- dijo la negra con una voz muy seria  - para empezar que ella aquí no tiene causa ni familiar con falla, de paso que es visita. No te comas la luz y que te quede esto bien claro: Ella es mía.-

El resto de machitos (entre mujeres andróginas naturales y otras que aunque tenían un cuerpo femenino hermoso igual prefirieron tomar un papel hombruno al caer presas) comenzaron a hacer un barullo y meter casquillo ante el acto de pelea que estaba por suscitarse.

-Así que Katy, después cuadramos pero no será con ella- dijo Sumilde, y la gorda que incluso era un poco más baja que la misma Verónica pero debía llevarle casi cuarenta kilos de diferencia, se fue cabreada y enojada ofreciendo desde maldiciones hasta puñaladas.

  • Dale carajita, te equivocaste conmigo perra sifrina, anda y que no te vea por así soñándola puta…- dijo la gorda antes de desaparecer del galpón.

-Tú te sientas aquí, mamagueva. Te traje porque andabas de llorona que no te querías quedar sola en el “bugí” pero te dije claro que no te alzaras, ojalá no me hayas traído un peo en vez de algo bueno-

-Pero coño mi negra, esa vieja no me gusta-

-¿Y yo te gustaba acaso la primera vez que te cogí? Si no te dejas no sabes, y como yo te dije en esa cama allá en Ocumare: te callas y haces que te guste, punto. Aguántame aquí, para que ahorita te bañes tú, aquí no podemos durar mucho tampoco-

Verónica se sentó en un bordillo que había en aquel derruido galpón que hacía de baño. Con tuberías y mangueras regadas por doquier entre charcos de aguas negras y jabón que se acumulaban en el cemento roto del suelo. Sentía que su negra no se merecía estar ahí sólo por reclamar una chica que por destino le perteneció, como su negra le enseñó. Observaba disimuladamente a las demás prisioneras, todas desnudas, entraban y salían, la mayoría solas y de vez en cuando algunas acompañadas en plan amistoso hablando como si nada, otras llegaban y no hablaban con nadie. Pero en común, de las treinta, cincuenta presas que debían estar ahí, sólo unas nueve o doce tenían un aspecto y comportamiento femeninos como ella, el resto tenía algún dejo de comportamiento masculino o de alfa.

-Sumilde…-

-¿Qué?-

-Casi todas las demás son como tú.- dijo al ver salir a una mujer alta y delgada al extremo, casi sin pechos ni culo con el paño amarrado en la cintura. Iba acompañada de una mujer con un cuerpo digno de una portada de revista porno, y ésta sí se tapaba el cuerpo con la toalla desde las tetas hacia abajo.

-Te dije que esta es la hora que le toca a las que somos así, fuertes. Como las otras tienen a sus hijos a veces que los dejan estar aquí con ellas, les dieron otro turno de baño para ellas y a las evangélicas, directora pendeja. Trata de evitar que nosotras nos cojamos al resto de presas. ¿Sabes que es lo más hipócrita de ella que me contaron? Tiene esposo, dos hijos pequeños y una hija mayor. La hija se fue a Europa a casarse con una mujer y que según por eso rechaza a las lesbianas, y sin embargo una de las lesbianas hembritas del penal se la levantó y además de hacer que la directora se encucara con ella la volteó de forma que además la directora se cogió a una carcelera, y ésta a su vez empezó a regar el chisme y… mira Verónica, ninguna puede evitarlo, ya sea por tener el poder o por necesidad, a veces hasta por simple curiosidad, pero no hay ninguna carcelera que no se haya encamado aquí con alguna presa ya sea hembrita o machorra, y además aumentaron las violaciones a las presas nuevas-

Verónica escuchaba mientras vio cómo la mujer despampanante se iba con su “macho de cartón” y justo al salir recibió una nalgada de parte de una gorda que estaba de portera. Esperando una grosería se encontró con una carcajada sexy de parte de esa mujerona y el enojo del marimacho que agarró a su hembra y se la llevó con prisa.

-No te me pierdas, si no quieres terminar metida en un rincón drogada mientras te entierran un brazo hasta el codo por la cuca o el culo, muévete-

Más tarde, ya en su pequeño cubículo, Sumilde y Verónica se disponían a seguir escuchando las grabaciones mientras Carla era enviada a vigilar.

-Bueno Vero, vamos a ver qué más dijo la carajita esa-

-Cómo la odio Sumi- dijo Verónica dándole el celular.

Nota de voz 02

Reproduciendo

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MUJER : Este… Oficina de protección y atención al menor del estado Aragua. Habla la doctora XXXXX, designada por el fiscal XXXXX en representación del Ministerio Publico mediante los canales legales pertinentes para la interrogación de la víctima del supuesto caso de violación ocurrida en Ocumare de la costa… durante la semana xx, del mes xxxxx, del año 2014, se procede al siguiente interrogatorio contando con el consentimiento de la víctima…”.

CHICA: ¿Por qué dices “supuesta”? No me creen… lo sabía.

MUJER: No mi amor tranquila, es sólo formalismo por cuestión de las investigaciones. Mira, para tu tranquilidad sí se ha procedido, esa mujer ahora está tras las rejas, la atraparon.

CHICA: ¿Cuándo?

MUJER: A los pocos días de que te escapaste, eso no importa. Ahora necesitamos tu testimonio.

CHICA: ¿De verdad?

Pausa

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-¿La atraparon? Jajajaja, ¡a mi negra no la atrapa nadie!-

-¡SHHHHTOP! Cállate marica, deja la bulla que aquí se oye todo, déjame escuchar la vaina.

-¿Qué pasó Sumilde, me estabas llamando?- dijo Carla al otro lado de la cortina

-No, nada sigue en lo tuyo, cualquier cosa me pegas un grito-

-Dale- se escuchó la voz de Carla alejarse.

-Mariquita, bájale dos a tus emociones que no estás en un parque de diversiones-

-Ok, ok, perdón-

-Shhh. Silencio. Ven, ven acá mi gordita, acércate pa’ no subirle tanto volumen, pon tu hermoso culito en mis piernas.

-¿Así, mientras me abrazas?-

-Claro mi gordita… Ay coño, mira que te estiraste y esos cauchitos sabrosos de quinceañera se convirtieron en curvas de avispa…-

Reproduciendo

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MUJER: Sí. Mira, vamos a hacer una cosa… Edumar, ¿es así tu nombre no?

CHICA: Ajá.

MUJER: Yo me llamo Janet, Janet Hernández. De ahora en adelante vamos a llamarnos por nuestros nombres.

CHICA: Sí, es mejor así.

JANET: Ok, bueno Edumar, fuera de grabación me contabas que  estabas teniendo unos sueños extraños.

EDUMAR: Sí, son como pesadillas.

JANET: ¿Recuerdas alguna de ellas?

EDUMAR: Más que todo es el mismo sueño en distintos sitios.

JANET: Explícate.

EDUMAR: Recuerdo estar en una playa, con mucha gente. De pronto me encuentro sola, y comienzo a caminar de aquí para allá –hace una pausa – y veo una persona, al fin. Trato de acercarme, pero es como si no lo hiciera, apuro el paso, pero siempre la veo en el mismo lugar.

JANET: ¿Cómo te sientes cada vez que la vez?

EDUMAR: No lo sé. No me da confianza, pero igualmente me acerco porque no hay más nadie.

JANET: ¿Algún otro sueño parecido?

EDUMAR: Sí. A veces sueño, que estoy en  una casa desconocida. Donde una persona me señala la salida. No puedo ver su rostro, siempre está de espalda, y cuando voy hacia la puerta, la veo tan cerca, como a seis pasos… pero a mi derecha hay una sombra, y termino ahí, intentando caminar… pero no puedo mis piernas no responden, y quiero irme, pero la oscuridad me atrae… no puedo hacer nada, sólo dejarme y todo se vuelve oscuro… y, y…

JANET: ¿Y qué más?

EDUMAR: No sé, me despierto y nunca me acuerdo de lo que pasa después, otras veces me da miedo cada vez que escucho una puerta abrirse, y siento vértigo en mi estómago, porque… porque…

JANET: ¿Qué pasa, quieres huir en el sueño?

EDUMAR: No puedo, en el sueño de la playa la persona empieza a acercarse, y ahora soy yo la que me alejo, pero es como si no hiciera nada y me doy vuelta y cada vez que miro está más cerca, y me faltan las fuerzas, y siento como esa silueta llega adonde yo estoy, y me toma dela mano y camino con ella, pero ya no me resisto.

JANET: Por lo que me dices sientes que esa cosa es más fuerte que tú.

EDUMAR: Sí es más fuerte, igual que la oscuridad en la habitación, y en otros sueños, siento que siempre está esa persona cerca, y yo siempre quedo esperando que venga y me lleve.

JANET: Sé que es difícil luchar, pero incluso en los sueños hay poder, no deberías rendirte y dejar que te lleve.

EDUMAR: Es que ése es el problema Janet: Quiero que me lleve.

JANET: ¿Cómo?

EDUMAR: Quiero que me lleve. En el sueño siento como mi cuerpo me duele si intento resistirme, si trato de pelear, y al mismo tiempo una sensación extraña de saber qué me pasará, qué harán conmigo, y siento esa sombra sobre mí, poseyéndome.

JANET: ¿En esos sueños, de casualidad estuvo la persona que te hizo daño?

EDUMAR: No lo sé, no veo su cara, pero la sensación siempre es parecida. Mi estómago arde, me siento acalorada, asfixiada, y al mismo tiempo siento el cuerpo entumecido, como tenso, mientras esa sombra hace lo que quiere conmigo, y no puedo evitar que me guste, y me toco.

JANET: Te tocas… ¿qué?

EDUMAR: Me toco, me dejo llevar, quiero gritar pero siento que sólo abro mi boca, un peso que me calienta, algo encima de mí que no está pero me asfixia, y mis manos se inmovilizan, y me duelen los pechos, me duele abajo, y lucho, pero estoy perdiendo, es demasiado para mí, pero todo sigue oscuro, no puedo ver nada, siento que mis piernas están tensas, sueño con un olor y un sabor que no he sentido desde hace unas semanas, pero que sólo recuerdo en sueños… y me empiezo a calentar, como si hubiera un terremoto esperando un toque que no llega, espero el dolor, pienso que me va a doler…y la sombra empieza a tomar forma, pero ya no es una… ¡son dos!.

JANET: Este… ¿Y sabes cómo son?

EDUMAR: Una es grande y me domina, la otra siempre está a un lado, expectante, como esperando moverse pero no se atreve… mientras tanto el sueño se pone excitante, y ya no tengo miedo y me está gustando, y no quiero que pare, pero siento que falta algo, y siempre que pareciera que va a llegar la mejor parte…

JANET: ¿Qué?, ¿Dime… qué pasa?

EDUMAR: Me despierto, me despierto excitada… tocándome.

JANET: ¿EL SUEÑO ES ERÓTICO?

EDUMAR: Una pesadilla, pero es mi pesadilla y aunque no quiera me gusta, y me toco… y despierto encendida y deseando esa cosa que estuvo en mí y maldiciendo por despertarme siempre en ese momento, y empiezo a masturbarme, a tocarme como una loca… y yo misma me aprieto, me pellizco mi clítoris, y me lo piso yo misma intentando repetir esa sensación que no quería pero me gustaba, y cierro los ojos y empiezo a jadear, y ,e aprieto las tetas como puedo hasta que me duelan, pero no es lo igual, porque lo hago yo misma… pero ella sí sabe hacerlo. Sabe cómo tomarte, cuando hacerlo y cómo hacer que te guste, aunque no quieras, de la misma forma que no quiero recordar, y entiendo, que no es por miedo que no quiero recordar.

JANET: Si no es por miedo, entonces por qué…

EDUMAR: ¡PORQUE ME EXCITA!

JANET: Cálmate Edumar, espera… en los reportes y exámenes de ayer tenías daño corporal y…

EDUMAR: ¿El daño? Ya te muestro el daño…

JANET: Hey… ¡No! Niña… ¿qué haces con…? ¡PARA! ¿POR QUÉ TE DESNUDAS?

EDUMAR: ¿El daño corporal? ¡Mira mis tetas!, Estos morados, estos pellizcos… ¡Me los hice yo misma!, me los hice... me los hice tratando de volver a sentir lo mismo que me hacía Sumilde todos los días, donde me hacía suya en la oscuridad de ese cuarto, donde su hija gritó afuera el primer día, y luego tuvo que ver lo que su mamá me hacía, para que aprendiera a tomar mujeres, que pronto tendría un regalo, hablando ellas dos de la forma más natural posible mientras yo tenía que morder las tetas de esa negra para soportar el dolor que sentía cómo me rompía por dentro.

JANET: ¡EDUMAR, PARA!, vístete, ¿qué haces…? ¡Quítate de encima!

EDUMAR: Por favor, por favor Janet, dame tus manos, lo necesito… apriétame las tetas, arrúgalas, pégame en ellas – llorando- por favor, siento que lo necesito, no quise acordarme, porque lo necesito de nuevo, por favor… sí abrázame, sólo abrázame, yo hago lo demás…

JANET: ¡BASTA EDUMAR! ¡Dios mío!, ¿¡te estás… masturbando!? ¿¡Encima de mí!? ¡AUXILIO!.

PAF

JANET: ¡AGGG! ¡Me cacheteaste!, ¡Niña loca!

EDUMAR: SHHH, no grites, a ella no le gusta que grites tú. Ella es la que te hará gritar cuando quiera.

JANET: No Edumar… no puedo, no debe ser… ¡por favor deja eso chica!

EDUMAR: Sí, abrázame así… no me sueltes, así… como ella lo hace

JANET: ¡No te estoy abrazando para excitarte mujer!

EDUMAR: Mujer… ¡Sí!, ella me hizo mujer, fui su mujer, la mujer de Sumilde María, y también la mujer de Yusma… AHHHH, MMMMM….

JANET: Edumar… por Dios… chica no… MMMMMAAHHHGGG ¿por qué me besas?

EDUMAR: Debo besar a mi dueña… AHHHHHHH.

JANET: ¿Qué hago? ¡No puede ser! Esta niña tuvo en orgasmo conmigo… es que, por Dios. Párate Edumar, ¡reacciona! ¿Te dormiste? ¡MIERDA!, mierda, mierda,  mierda. ¡La puerta!

* Se escuchan unos sonidos de pasos y CLACK*

JANET: Esta niña pobre… es tan hermosa, tan inocente, ¿Qué le hicieron, por qué reacciona así? ¿Coñodelamadre vale… qué hago?... Sumilde María… ¿¡Qué le hiciste a esta niña!?

Fin de la grabación

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-Mierda….-dijo Sumilde en voz baja – lo que le dejé a esa doctora con esa caraji… ¿Verónica, que estás haciendo chama?... ¿¡Te estás haciendo la paja desgraciada!?

-Sumilde, por favor, hazme tuya mi negra, como siempre le haces a las que se lo merecen, anda… dame chocolate, mi negra-

No se lo pensó dos veces, en todos sus años, Verónica fue la única chica que dejó en Sumilde una especie de sensación rara. No sabía explicárselo, por más chicas que tomó, con ella la sensación era especial. Tal vez porque el Síndrome de Estocolmo desarrollado por Verónica la hizo dependiente y esto le gustaba, las otras no se resistían y gozaban cuando Sumilde las tomaba, aún en contra de su voluntad, pero Verónica, fue la única que la buscó y le pedía que la violara de nuevo una y otra vez.

La levantó y se lanzó a la colchoneta con ella en brazos. En esa mierda de prisión se dormía en el suelo, si tenías suerte te dejaban pasar una colchoneta de tela muy fina.

-¡AHHGGG!- gritó Verónica al sentir su columna chocar contra el suelo a través de la delgada fibra de la colchoneta.

  • Mierda Verónica, discúlpame bebé, pero es culpa tuya que me prendiste, maldita putica-

Fue tan duro el golpe que Verónica empezó a llorar y a golpear a Sumilde que había ganado más peso con la edad.

-Ya ya ya ya, mi culito no llores, no me la cortes vale. Anda, olvídate del golpe, cambia ese llanto y piensa que estás llorando de contenta porque al fin tu negra te va a hacer suya otra vez, anda ¿sí? Ven acá y quítate esa blusa de mierda, tú sabes cómo es que yo te quiero… ¿te acuerdas?, ¿cómo es que te quiere tu negra?-

-snifff de… desnuda- dijo Verónica sollozando.

  • Eso, quita esta vaina de ropa chimba y dame esas tetas que inauguré yo hace años.

-No me las muerdas- dijo Verónica con malicia.

-¿No? ¡Mírame cabroncita!- dijo y prácticamente se metió una en su boca, que aun con la edad, conservaba todos sus blancos dientes intactos.

Estando desnudas, con la clásica posición conocida como “la ofrenda” entre las lesbianas (la mujer pasiva boca arriba con las piernas abiertas y la activa entre ellas haciéndole sexo oral) con los gemidos acallados por la fibrosa mano de Sumilde, apareció Carla asustada porque Katy había entrado al pabellón, encontrándose con la escena. Tratando de evitar interrumpir ese momento (es lo peor que puede hacer un reo en prisión, “cortarle la nota a un pran o jef@”) se echó lentamente hacia atrás, pero un empujón monstruoso la voló hacia adentro con todo y cortina.

-Carajo maldita coñoetumadre, con razón no querías conmigo muchacha pendeja- Dijo Katy sosteniendo una especie de destornillador limado hasta convertirlo en punzón

Sumilde se giró, y por primera vez en mucho tiempo sintió miedo. Sin embargo, su labia haría de las suyas, como siempre.

-Yo pensé que no ibas a venir Katiuska, mira que lo que pasa es que a ella le gusta que yo la caliente primero, ¿no es así mi culito?- dijo mientras empezó a penetrarla con los dedos.

-Ahh. Ahh… no Sumilde, noo, ahhh- dijo Verónica tratando de taparse. Mientras tanto Carla, se replegó hacia un rincón, asqueada y asustada por el acto. Sólo hacía silencio, deseando no estar ahí y maldiciendo en su mente a aquel novio imbécil que la convenció de robar celulares.

-Ven acá gorda, deja la arrechera que te dije que ella es mía y me hace caso es a mí, te la puedo prestar y ya, ven que ya no se me niega. Mira Vero, hoy eres de Katy- dijo y la soltó.

Katiuska veía incrédula lo que acababa de pasar. De un lado su vista iba del níveo cuerpo de Verónica al fibroso cuerpo de Sumilde y sus macizas tetas de cuña. Carla a su vez, observaba el rostro de placer de la chica en el piso y el cuerpo musculoso de la negra que, haciéndole recordar un antiguo amor platónico de unas vacaciones en Chuao (una playa a la que sólo se accede en lancha desde Ocumare) su mente la traicionó y se excitó un poco.

Sin pensarlo dos veces, pero sin soltar el chuzo, Katy brincó sobre Verónica que se revolvió gritando hasta que sintió el frío del metal en su cuello.

-Sumilde, dile que quietecita, quietecita que si no la corto, ¿me oíste? Si te mueves te corto-

Sumilde se fue acercando lentamente hasta Katy, que afincaba con fuerza el punzón cerca de la tráquea de Verónica que lloraba traumada, sin embargo, con la voz más seria y segura del mundo, Sumilde infundió el mayor respeto total en ese pequeño cubículo al decir:

-Katy, tú me puedes dañar a Verónica, me la puedes matar aquí, pero ten por seguro, que si eso pasa tu cabeza se va a exhibir en el patio hasta que los zamuros bajen y se la coman, así pongan la mía también- dijo sacando de su ropa un chopo (una especie de pistola rudimentaria casera de un solo disparo.

La gorda dejó caer el punzón y la negra lo guardó para ella.

-Tienes a Verónica por esta noche, y sólo porque yo estoy con ella, y tú – dijo señalando a Carla que volvió en sí – párate y me ayudas a montar de nuevo la cortina y asegurarla bien antes que las guardias cierren las puertas-

Carla se levantó como un cohete y corriendo desenrolló la sábana dándosela a Sumilde que con su altura amarró las puntas en la cabilla que sobresalía del techo, indicándole a Carla donde amarrar la parte de abajo.

-Listo Sumilde, yo no vi nada ni oí nada, me voy- dijo Carla apurada, pero la negra la detuvo.

-Carla, ya lo viste todo. Yo te lo dije, aquí el poder salva a la gente, y el sexo también es poder. Yo puedo ayudarte, pero también puedo joderte la vida y tengo cómo. Katy acaba de entenderlo, tú también deberías, y antes de pasar al pabellón de luz verde sólo porque no te gusten las mujeres yo te doy la oportunidad de vivir en pareja aquí, pero es la última vez. Y si nadie te tiene ahora, lo harán a la fuerza. Todas van a violarte, la diferencia está en que aunque igual te van a violar, tú las obligas a usar la fuerza o te dejas hacer, y yo quiero hacerlo, con o sin la fuerza- dijo colocándose en la única salida del cubículo.

Carla sólo miraba con impotencia, pero sabía que Sumilde tenía razón. Ya iban varias veces que las lesbianas hembras le habían hecho propuestas, y si no aceptaba las machos tendrían luz verde con ella, simple código del hampa. Sabía que era una joya porque era linda y la misma directora se lo hizo saber, pero juntarse con ella significaba ganarse como enemigas a las carceleras o la amante de la directora. Así que bajó la vista para pensarlo, encontrándose con la escena asquerosa de Verónica luchando por separar de su vulva los labios de la gorda Katy cuyo diente incisivo picado le raspaba los labios y el clítoris, pero no pudo evitar calentarse cuando la gorda se desvistió dejando ver sus gordas tetas grasosas y se dejó caer sobre la pequeña Verónica, montándose una pierna en el hombro para cogérsela frotando su vagina en la de Verónica, que empezó a gemir.

Viendo que si aceptaba, a lo mejor podía tener protección, sin levantar la vista y con lágrimas en los ojos, Carla dijo: -Haz lo que tengas que hacer conmigo, pero rápido-

Desnudándola poco a poco y haciéndola acostarse en una toalla le  respondió Sumilde:

-Así no es, tú solo cooperas y te va a gustar, siempre les gusta- Dijo sacándole el short rápidamente, dejando a esa joven mujer treintañera que un día soñó con tener su propio salón de belleza con su dulce vagina ya no virgen pero limpia desde hace año y medio, expuesta a esa negra enorme que haría con ella lo que quisiera.

Tratando de dejar pasar el momento giró su vista hacia el dibujito de Garfield que había en una de las cortinas, aguantando la respiración cuando sintió las manos fibrosas pasarse por su cuerpo y sus senos que ya comenzaban a ganar un poco de flacidez por la edad. Quiso apretar la boca y los ojos tratando de ahogar el llanto y las lágrimas, pero esto lo olvidó rápido cuando sintió una especie de garra profanar sus partes íntimas tomándola por sorpresa y haciéndola cambiar la cara de llanto por una de shock y asombro al no tener ni idea de cómo esa negra había hecho para visitar su vagina que estando ligeramente húmeda recibió el embate del enorme clítoris cuya existencia ignoraba Carla, y que ahora presa del ardor y excitación por lo desconocido sólo pudo clavar sus dientes en el hombro de Sumilde maldiciendo el día en que estúpidamente creyó que sólo un hombre la podría hacer gozar…

CONTINUARÁ

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Hola que tal lectores de Todo relatos. ¿Qué tal les ha parecido este drástico cambio en los acontecimientos? ¿Creen que lo que hizo Sumilde con Verónica es un acto inteligente, o cobarde? ¿Qué rondara en la mente de la Doctora Janet al descubrir tan íntimamente a Edumar? ¿Será la labia, el placer, el miedo, el control, o el poder de Shangó? Jejejeje.

Muchas gracias por leer, no olvides valorar y comentar. Y si tienes alguna duda no dudes en escribirme a al correo que aparece en mi perfil.

Próximamente la continuación.

Gracias.