Vicky y nuestra primera vez
Dos ex compañeras de trabajo se encuentran y terminan disfrutándose
Vicky y yo habíamos trabajado juntas unos años. Nos llevamos muy bien, ella había renunciado porque se recibió y como era fonoaudiologa quería desarrollar su carrera. La recordaba hermosa, siempre admire la belleza pero tenía poca autoestima.
Un día estaba de compras en un shopping y nos cruzamos. Inmediatamente nos abrazamos y conversamos de nuestra actualidad. Ella estaba de novia con un chico de otro país y yo continuaba casada. Cómo de la conversación se extendía me invitó a su departamento para estar más a cómodas que paradas, vivía a la vuelta así que como era sábado por la mañana acepté. Me sirvió un café. Le pregunté por su novio y me contó que estaba visitando a sus padres en Lima. Yo sabia que era imposible que lo engañara así que le dije - Con lo buena que estás yo me estaría preparando para ver la agenda a quien traigo esta noche.
Me miro y me pregunto por mi situación sexual así que le dije que aburrida, que simplemente cumplía de vez en cuando. Me contaba que quería operarse las lolas y me opuse rotundamente diciéndole que tenía unas gomas bárbaras en tamaño y forma. Se quito la remera para mostrarme que no estaban tan duras como antes, me reí y le dije que era normal pero no motivo como para exponerse a un quirófano. Se las tocaba como para mostrarme lo que decía así que hice lo mismo y le comenté que las mías iban igual pero que no perdían sensibilidad. Así que ahí estábamos las dos en corpiño tocándonos los pechos. Esa situación me resultó un poco extraña y comencé a sentir cosquillas allí abajo, pero continuaba tocándome y sentía que mis pezones se ponían duros, de tocarme frente a ella y de verla hacer lo mismo. La mire y le dije si podía tocárselas. Su piel era suave como una seda, sus tetas estaban durísimas y notaba sus pezones igual que los míos así que empecé a jugar con ellos. Note como tiraba su cuello hacia atrás en señal de placer. Le tome la mano y la puse sobre mi pecho, hacíamos lo mismo. Nos tocábamos. No sabía que pensar pero me salió decirle que estaba recaliente y la besé. Los besos estaban súper mojados, las lenguas se encontraban y más cómoda me sentía de continuar amasarle las tetas. Le quite el corpiño y empecé a bajar con la lengua hasta empezar a chuparle esas dos tetas, se las mamaba y jugueteaba con sus pezones. Ella continuaba tocándome ya sin el corpiño. Escuchaba mi respiración agitaba junto a la de ella. No sabía si seguir o ir terminando. Así que volví a besarla y entre besos le dije si quería más. Me contesto simplemente asintiendo con su cabeza.
Le propuse pasar a su habitación, llevaba unos shorts y yo un jean así que recostadas mirándonos comencé a tocarle la concha encima del short. Me respondía gustosa moviendo su cadera. Así que se lo quite, quedando en tanga, verle el culo y poder sentirlo era sublime. Se lo apretaba y la atraía más cerca mío. Se lo llene de besos mientras me quitaba el jean. Entonces estuvimos las dos en tanguita. Se la corrí y empecé a juguetear con su clitoris al mismo tiempo que le chupaba esas dos tetas increíbles. La veía cómo se retorcía. Ella me siguió. Me chupaba los dedos para sentirle el sabor de masturbarla mientras que gemía cada vez más. Le metí dos dedos en su concha y comencé a entrar y sacarlos como si fuera una penetracion. Me apoye en su pierna y empecé a moverme refregando mi concha mientras ella me volvía a chupar las tetas. Estuve penetrandola con mis dedos como cinco minutos hasta qué sentí cómo iba acabando, se contraía y gemía como loca. Yo había terminado de refregarme sobre ella ya. Nos abrazamos y estuvimos besándonos un buen rato más. Podríamos haber seguido experimentando. No había resultado nada mal el encuentro teniendo en cuenta que era la primera vez que las dos estábamos con otra mujer.
Desde ese día Vicky y yo nos reencontramos y ya no podemos dejar de vernos.