Vicio en Segovia
Conocimos a una parejita en Segovia y por un afortunado incidente, acabamos todos en la misma cama
Ya hacía tiempo que no íbamos de vacaciones por ahí, hasta que en el puente del quince de agosto decidimos pasar unos días en la ciudad de Segovia, mi Vanesa y yo.
Visitamos la ciudad entera, pero lo que más nos gustó fue el acueducto y sobre todo el Alcazar, que yo no sabía ni que existía.
En este último lugar, después de recorrer el interior del castillo, subimos al torreón donde había una gran multitud y dificultosas escaleras en forma de caracol. El ascenso fue algo cansino, pero la verdad es que mereció la pena disfrutar de aquellas maravillosas vistas desde lo más alto.
Una vez acabado, decidimos bajar de nuevo por aquellas escaleras tan complicas, tras nosotros venia otra pareja, donde la chica no hacía mas que quejarse, y diciendo que tenía miedo de bajar con sus zapatos de tacón.
Yo presté atención a lo que ella decía, mientras su voz rebotaba entre las paredes de piedra, así que me puse en guardia por lo que pudiese pasar. De inmediato, escuche un gran chillido de la mujer, que había resbalado de un peldaño de la escalera, yo la agarré con mis manos como pude, para que no se matase en aquel lugar tan peligroso, con mis manos logré detenerla, agarrándola firmemente por la parte delantera de sus pechos, pude apreciar lo grandes y blanditas que estaban sus tetas, mientras ella se agarraba a mi cuello.
Una vez abajó, ella me besó en la mejilla y me dio las gracias un millón de veces, la pareja no sabía como agradecerme de haberla salvado de tal nefasta situación, que pudiera causarle graves lesiones y amargarle las vacaciones, así que ellos tuvieron el detalle de invitarnos a cenar esa noche, en uno de los restaurantes que estaban situados al pie del acueducto.
Nosotros aceptamos encantados y quedamos sobre las diez de la noche, pero lo que menos podían sospechar ellos, es que nosotros andábamos de caza por la ciudad en busca de buen sexo.
__¡Que te parecen!, ¿tu crees que estos dos tendrán ganas de probar nuevas experiencias?. Dijo Vanesa.
Yo le conteste, que antes había que tantearlos, que no fuésemos a meter la pata,
Dentro del restaurante pedimos unas botellas de vino, fuimos brindando y recordando todo lo que había pasado en el día de hoy y de donde eran; Resultaban ser de Murcia, de un pueblo cerca de Cartagena y sus nombres eran Silvia y Luis.
Eran un matrimonio madurito de unos cuarenta y cinco años, pero no tenían nada que ver con los mismos que vimos horas antes, ya que la chica llevaba un precioso vestido negro y ajustado que mostraba en todo su esplendor todas sus delicadas curvas, era una morenaza de ojos verdes con una media melena que le quedaba muy bien y el maquillaje que llevaba encima la hacía mas atractiva todavía, el era un poco más mayor que ella y de pelo canoso, pero se veía que se conservaba bien.
Yo la miré con deseo y le dije al oído__perdona por agarrarte las tetitas y le di un beso en la comisura de los labios. Ella no dijo nada, pero me miró con deseo, mientras pasaba su lengua por sus labios.
Luis, también lo estaba pasando bien charlando con Vanesa, reían sobre las cosas que se decían el uno al otro, y pude ver como mi novia me hizo un pequeño gesto, en señal de que el sería fácil de convencer para follar con ella.
El cochinillo resultó ser todo un éxito, así que nos levantamos y fuimos a tomar unos cubatas por los pubs que habían cerca de allí, después de recorrer la ciudad y repletos de alcohol, decidimos tomar las últimas en un local que a ellos le quedaban cerca del hostal donde estaba hospedados.
__Ahora o nunca dijo Vanesa, voy a hablar con ella, a ver si tiene algún inconveniente por montárselo con nosotros, me dijo __el marido ya me tiene las cachas mas que sobadas y le he enseñado el escote para ponerlo a tono.
Aprovechó aquel momento cuando vio que Silvia se dirigía al baño y ella la siguió.
__No te voy a andar con rodeos, ni quiero que te enfades, aquí somos todos amigos, pero te quiero preguntar si tienes ganas de follar con mi novio.
Ella bajó la cabeza estaba muerta de vergüenza pero deseosa de tener nuevas experiencias.__me muero de ganas de que me folle de miles de formas, pero … ¿y mi marido?, no creo que le haga mucha gracia
¡ah, no!, pues bien que me toca el culo y me come las tetas con la vista, por que no salimos las dos juntas y se lo proponemos, ¡total!, no tienes nada que perder y más que ganar, ¿Qué dices?.
Me contó Vanesa todo lo sucedido en el aseo.
Las dos salieron del baño agarradas de la mano y hablaron con Luis del asunto.
El empezó a esbozar una amplia sonrisa en su rostro y dijo que ya estábamos tardando en subir a la habitación.
Una vez dentro, cada uno agarró a su nueva pareja, Silvia se abalanzó sobre mi y empezó a comerme los labios con deseo, se le veía que tenía unas ganas enormes de tenerme entre sus brazos y golpe me bajó los pantalones para empezarme a comer la polla con frenesí.
Yo mientras dirigí la mirada donde estaban Vanesa y Luis, él le estaba comiendo el coño de una manera que nunca había visto, ella gemía de placer, le gustaba como le lamia el clítoris acompañado con sus dedos la entrada de su vagina
Yo no pude aguantar más a verlos a ellos y le quite el vestido a Silvia, tenía puesto un conjunto bonitísimo, compuesto por una tanguita blanca que transparentaba su coñito y un sujetador del mismo color, que mostraba sus enormes pezones erguidos.
__métemela cariño y lléname de tu rica leche.
Yo accedí a su petición y la tumbé sobre la cama, mi verga estaba en pie y se la metí en aquel hermoso coñito recién depilado, comencé a bombear mientras ella gemía de placer, se convirtió en una música lujuriosa y desafinada, al escuchar los gemidos de las dos, que estaban siendo cabalgadas al mismo tiempo y a la par.
Vanesa que es más puta y veterana que ella, le metió los pezones en la boca de Silvia, mientras era follada por detrás, ella se sorprendió, no esperaba nunca comerle las tetas a otra mujer, pero no rechistó y empezó a relamerlos, mientras yo la seguía clavando por delante, resultó muy placentero ver aquella imagen en la habitación.
__Venga ahora quiero que los dos me hagáis una doble penetración. Dijo Vanesa despeinada y con sudor por todo su cuerpo
Nosotros hicimos lo que ella había pedido, yo me tumbé en la cama para metérsela a Vanesa que la tenía encima de mi y Luis se la empezó a meter por el culo, ya que nunca había probado, y empezamos los dos a bombear con fuerza, bajó la atenta mirada de Silvia que nuca viera semejante cosa.
La murciana estaba impaciente al ver que ella no tenía su ansiada ración de polla entre sus piernas, así que también quiso probar con dos hombres a la vez. Luis estaba sorprendido y le aconsejó a su mujer que no cometiese ninguna locura, que no estaba acostumbrada y que su culo a un era virgen, pero ella hizo caso omiso y pidió que sus dos sementales la follasen como lo hicieran con Vanesa, pero esta vez, yo se la metí por el culo, ya que era a mi a quien pertenecía su cuerpo, esa noche.
Empezó a gemir de una manera fuera de lo normal, parecía que estaba poseída mientras le introducíamos nuestras pollas y Vanesa le comía las tetas a la vez, estaba loca de placer, no había forma humana de que la descabalgasen de nuestras firmes herramientas hasta que al fin llego al orgasmo.
Exhausta, volvió a incorporarse y se aferró firmemente a mi verga, yo todavía no me había corrido, así que volví a la carga sobre ella, cabalgué como el general Custer, poniéndola a las veinte uñas, gemía y seguía pidiendo más, era insaciable, jamás imaginaría que la pequeña y diminuta guarra de Murcia, tuviese tanto aguante, (y decía que no tenía ganas de follar).
Yo estaba a punto de caramelo, mis huevos golpeaban con fuerza sobre su culo, mientras divisaba a la otra pareja, que estaba tendida sobre la cama; Vanesa lucía su cuerpo moreno con la corrida de Luis, estaba bañada por todo su cuerpo del blanquecino semen que colgaba sobre sus grandes tetas, tal situación me calentó de tal manera, que sin darme cuenta me corrí en el interior del estrecho chochito de Silvia.
Ella, tras comprobar que la había llenado de leche, desmontó de su montura y tapándose el agujero con su mano, se acercó a la cama donde estaba tumbado cara arriba su marido y subiendo sobre él, descargó todo el semen que llevaba en su interior, en su boca.
A Luis no le hizo mucha gracia lo que su mujer le había hecho, pero sin embargo a Vanesa le dio tal excitación, que se acercó a él para besarlo y lamer todo el caldo que yo le había dejado a la madurita.
Cuando todo finalizó, Silvia y yo, nos fuimos a duchar juntos para limpiar los restos de nuestro desenfreno, aun le seguía cayendo algo de semen por la entrepierna, cuando se puso de rodillas y volvió a ponerme el mástil de pie, era muy golosa y la chupaba que daba gloria, así que yo no me opuse, hasta que me volví a correrme en su boca.
Al salir de asearnos, pude ver como Luis y Vanesa se dirigian al baño, ella llevaba la barbilla rebosante de semen, se pudo comprobar a la perfección que mientras esperaban, no habían perdido el tiempo.
Fue una noche de lujuria y desenfreno, en la cual todos quedamos saciados y contentos, hasta el punto que el matrimonio murciano, nos invitó a visitar su tierra y algo mas ;)