Vicio con los Curas
Uno de mis deseos era tener sexo con curas al fin y al cabo se les pone dura como a todo hijo de vecino, al final se cumplió
Era verano de 1981, y me había quedado solo en casa, y aquella noche cogí el coche y marché de cruissing a una zona típica de Zaragoza,concretamente la Plaza José Antonio.
No tardé en encontrar a un chaval cercano a los treinta de estatura media, agradable que resultó ser Chileno y se llamaba Luis.
Ya en el coche y tras los consiguientes sobes hablamos un rato y me dijo que era Fraile Carmelitano, y se había escapado de la casa que tienen en Zaragoza, al lado de la Puerta del Carmen, se le notaba con muchas ganas de sexo, ya que por lo que palpé estaba empalmado y no tenía mal rabo, y buen vicio, además del morbo de que era Fraile, así que tras hablar de nuestros gustos sexuales y creyendo que no me defraudaría, me animé y me lo llevé a mi casa, esperando pasar buena parte de la noche disfrutando a tope.
Camino de mi casa el Fraile me desabrochó la bragueta sacándome la polla y mientras conducía comenzó a mamármela con cierta glotonería, el morbo y el placer era indescriptible, y para cuando llegamos me había realizado una mamada impresionante.
Tras aparcar subimos a casa y prácticamente no me dio tiempo a nada, se lanzó a meterme la lengua en la boca a tope, mientras las manos no paraban y comenzaba a desnudarme, una vez en bolas y tras largos morreos, sepuso de rodillas para seguir comiendo polla, pero le insistí en ir a la cama.
Allí aproveché para ser yo el que le mamará, tenía una polla bonita, grande y circuncidada y resultaba muy agradable comerme aquel pedazo de carne a tope.
Me pidió que le dejara para hacer un buen 69 y sin soltarle la polla el se giró para meterse la mía en su boca y así tras buenos meneos pasamos un rato de intenso placer.
Dejo de mamar y me puso boca a bajo, y tras recorrer con su lengua mi espalda acabó en mi culo separándome las nalgas con su mano para que mi agujero estuviera mas a la vista, enseguida note su lengua en mi ano, con unas caricias de lengua que me volvía loco de placer, parecía que quisiera follarme con la lengua, después de un rato puso su polla en mi agujero y poco a poco fue introduciéndola y cuando me di cuenta la tenía toda dentro, me encontraba en una posición deliciosa de placer ya que su ritmo no era muy intenso sino suave pero que me hacía estremecer con su aparato dentro, y no me podía mover pues estaba encima de mí y me tenía cogido por el pecho con sus brazos, en esta posición
No se el rato que estuvo follándome, a veces las embestidas eran mas fuertes, y otras alternaba con pequeños mordiscos en las orejas y cuello, pero si recuerdo que fueron unos momentos de vicio y placer de locura total. En un momento dado sacó su polla de mi culo y cogiéndome por la pelvis hizo que me incorporara a cuatro patas para clavármela de nuevo en un embestida y esta vez su mete y saca fueron brutales no tardando a descargar toda su leche en mi interior mientras gemía de placer, para caer rendido encima de mí.
Sacó su polla y se bajó a mi culo para comerse los restos de semen que quedarán, luego me puso su polla en mi boca para que terminará de lamer su delicioso manjar que quedaba, y acabamos con un buen morreo, pude comprobar que el Fraile, tenia tanto vicio como yo e igual de guarro, lo cual me emputecía mucho.
De pronto me dijo: -ahora vas a disfrutar tu a tope déjate llevar pues yo te haré todo-, yo muy obediente tumbado boca arriba no tuve que esperar mucho, el Fraile me siguió morreando mientras sus manos no paraban de recorrer mi cuerpo, se bajó a los pezones que los chupaba suavemente para alternarlos con los sobacos, volviendo a los pezones y siguiendo para abajo hasta llegar a los pies que los empezó a comer muy suavemente metiéndose los dos dedos gordos a la boca como si se tratase de dos pollas. La situación era muy morbosa y placentera, después cogía mis pies y frotaba con ellos su polla, que ya volvía a estar morcillota, el juego con mis pies duró un rato, hasta que se acercó a mi polla.
Volvió a jugar con ella y su boca, la chupaba delicadamente insistiendo en la parte del prepucio y alrededor del capullo para volver a engullirla de nuevo, insistía en lamer los huevos intentando meterse los dos a la boca pero no podía, quizás porque mi polla es normal, pero mis huevos son bastante grandes, a pesar de ello el placer era inmenso y me erizaba toda la espalda. Cuando la polla estaba a reventar, se sentó encima y comenzó a cabalgar sobre ella con un ritmo de vaivén suave pero que aumentaba constantemente, para hacer que me incorporara y abrazarnos mientras compartíamos buenos morreos, para dejarme caer e irse para atrás para que le entrara mejor, y seguir su ritmo. Él solito se estaba metiendo una follada bestial.
Yo estaba en el cielo, nunca mejor dicho follando a un Fraile, el polvo duró lo suyo, su polla volvió a ponerse dura y se masturbaba, el ritmo fue mucho más rápido y el muy cabrón me arrojó su leche sobre mi pecho mientras yo le inundaba con la mía en su interior, se dejó caer hacia mi y cuando se sacó mi polla de su culo, bajo a limpiarla bien con su boca y recogiendo restos de su leche en mi tripa y pecho, acabó mezclando ambas con un buen morreo juntando nuestras lenguas, así permanecimos un rato, pero ya era tarde con lo que nos aseamos, y tras vestirnos le llevé a la casa que los Carmelitanos tienen cerca de la Puerta del Carmen.
Luis siguió en Zaragoza durante unos días ya que volvía su país (Chile) para ordenarse Sacerdote, y todas las tardes noches nos montábamos unas sesiones de sexo y lujuria acojonantes, me comentaba que entre los curas era muy normal tener relaciones tanto con tías como con tíos y que el tema del celibato no se cumplía siempre,
Yo era la primera vez que tenía relaciones con alguien del Clero y le dije que antes de irse si existiría la posibilidad de un trío con un Cura, me dijo que lo intentaría, y así fue para dos días antes de su marcha la noche anterior me dijo que fuese a buscarle a la Iglesia a misa de 7 de la tarde y me presentaría al Cura para ver si había feeling y montarnos una buena orgía.
Estuve puntual y me trague toda la misa, la hacía un cura de unos 50 años, de estatura media, y el morbo que me daba de que fuera él con el que haríamos la movida me ponía cachondo, Luis estaba ayudándole con lo que supuse que así sería, cuando terminó la misa y a una señal de Luis pasé a la Sacristía, todavía el Cura estaba sin cambiarse con lo que el morbo aumentaba, nos presentó y allí mismo le hubiera atacado de no haber sido por prudencia.
No hubo problema para que los dos accediéramos al revolcón, además como pude comprobar el Cura tenía buena boca y vicio, eso si era solo activo lo cual no suponía ningún problema.
Me sugirieron de ir a tomar un par de cañas antes de ir a la cama para romper el hielo, como así lo hicimos, yo no me quitaba de la cabeza que con aquel Cura que había visto haciendo misa estábamos a punto de follar a tope lo cual me ponía mas cachondo.
Ya en mí casa nada mas entrar y tras cerrar la puerta el Cura me agarró y comenzó a besarme con lujuria mientras me daba palmadas en el culo, y el Fraile se estaba quitando la ropa camino de la cama donde habíamos tenido nuestros encuentros de sexo los últimos días, enseguida el Fraile se puso de rodillas y empezó a comernos las dos pollas mientras el Cura y yo seguíamos morreándonos y yo le trabajaba los pezones al Cura que le encantaba, este entre la mamada y los pellizcos se retorcía de placer, una vez desnudos, pude comprobar que el Cura no tenía mal cuerpo, bastante pelo y buena polla, nos tumbamos en la cama, y el Fraile seguía comiéndonos las pollas a los dos mientras nosotros alternábamos morreos, y pellizcos de pezones.
De pronto el Cura nos pidió al Fraile y a mi que hiciéramos un 69, para lo cual el fraile se puso boca arriba y yo encima a cuatro patas, (imaginaba lo que ocurriría), como así pasó, el Cura comenzó a comerme el culo insistiendo bastante en el agujero, yo con la mamada estaba en la gloria, y noté como uno de sus dedos ensalivado empezaba a entrar por mi ano, luego fueron dos, y al final note que su capullo estaba a punto de introducirlo, poco a poco lo fue metiendo, luego bombeaba suavemente, entras el Fraile no paraba de mamar, y tampoco yo podía hablar pues este me follaba la boca, no se el rato que duró aquello pero estaba en el séptimo cielo, hasta que los jadeos del Cura fueron mucho más rápidos y susgemidos intensos llenándome de su leche, y se dejo caer encima de mí. En seguidasacó su polla y se tumbó boca arriba, entonces fue el Fraile el que se puso la polla del cura en la boca y siguió comiéndole la polla intentando limpiar los restos de lefa.
Su culo estaba en pompa preparado para que yo lo disfrutara de él, no tuve mucha consideración y de una embestida le clave mi polla toda dentro bombeando quizás un poco sádico por el morbo que me daba estar follando con dos del Clero a la vez.
El Fraile saco la polla del Cura y dijo -aunque te corras no la saques- volviendo a meterse la polla del Cura otra vez en su boca, entendí que quería correrse con mi polla dentro. Seguí dándole fuerte y no tarde mucho en llenarle de lefa, apretando mi polla a su culo, y este se jadeaba y comprendí que se corria desperdiciando su leche.
Caímos rendidos en la cama acariciándonos, y tras un rato Luis (el Fraile), dijo que si no me importaba quería pasar la noche conmigo, lo cual me encantó, pues yo había previsto tener la mañana siguiente libre. El Cura se vistió y dijo que se cogería un taxi para volver a la casa que ellos tenían en Zaragoza.
Nosotros preparé algo de cena y nos dispusimos a vivir una noche intensa de vicio y sexo como si fuese la última, desgraciadamente así ha sido hasta el día de hoy.
Relatar lo que fue aquella noche sería muy largo, prácticamente no dormimos estábamos abrazados y si uno daba una cabezada el otro le despertaba con una buena mamada y viceversa, hubo cantidad de mamadas y folladas mutuas, comidas de pies, así como intercambio de leche, en definitiva vicio, Luis se corrió cuatro veces más y yo tres, (era normal con la vitalidad de la juventud de ambos), la última fue con un maravilloso 69, sobre las 8 de la mañana que sirvió como preludio al desayuno para ambos. Tras una buena ducha y un desayuno, llevé a Luis a la casa de los Carmelitas
Debo decir que me marcó aquellos días de mi primera experiencia sexual con el Clero tan maravillosa, y qye después he tenido muchas mas con distintos curas.
PD El gran Camilo Jose Cela en su diccionario secreto dedicado a los cojones de los hombres hace una reseña a los cojones de los curas, dice asi
Los cojones del cura de Almendralejo, le pesan veinte arrobas sin el pellejo.
Los cojones del cura de Argamasilla, que al andar le sonaban a calderilla.
o bien: que los usa el monago de campanilla.
Los cojones del cura de San Segundo que no los hay iguales en todo el mundo
Los cojones del cura de Tarancón, que abulta cada uno como un melón.
Los cojones del cura de Valdemoro que los cuida su dueño como un tesoro.
Los cojones del cura de Villalpando, los llevan cuatro bueyes y van sudando.
Al cura de Villarejo de Salvanés, le llegan los cojones hasta los pies.
El cura de Morata de Tajuña se rasca los cojones con la uña, pero en cambio el de Arganda se pisa los cojones cuando anda.
¡Rediós, y que locuras hacen con los cojones estos curas!