Vicio

Necesitar ser deseada por tu alma... y no solo por tu polla. Pero, ¡por Dios! También... y sobre todo... por tu bendita polla...

Ser la imagen que te acompaña por la noche, justo antes de dormir, cuando te has corrido gimiendo mi nombre. Tu verga en tu mano, como si fuera la mía…

Ser el sueño que te acompaña cuando te despiertas, totalmente erecto, por las sensaciones que te han recorrido mientras dormías…

Ser la cara que le pones a la que te follas en realidad, ser el sexo que penetras, los pechos que lames y el culo que aferras…

Quiero ser esa… tu vicio.

La que te hace hervir la sangre cuando me lees y quieres poseer una y otra vez. A la que imaginas perfecta, sexy, excitante… A la que pones voz cuando gimo y te susurro al oído que estoy loca por correrme entre tus brazos. Esa mujer… esa diosa que imaginas…

Tu vicio, tu obsesión, tu agonía. Esa en la que te enterrarías todas las noches, pelvis con pelvis, sudor con sudor. Quiero consumirte más allá de las palabras, quiero que me sientas como yo me siento tuya.

Mantenme mojada, hazme arder.

Perviérteme, por favor.

Quiero ser arcilla para tus deseos perversos, quiero verme poseída por cada uno de tus pensamientos… Quiero que me folles todas las noches, quiero que lo recuerdes todos los días.

Que te duela mi lejanía, eso quiero. Que me sientas en tu cama, eso anhelo. Que te mueras por comérmelo… que me muera por sentirlo. Que tus dedos sean mis dedos…

Déjame fundirte en la fragua que imagino, regálame tu placer al pasar horas conmigo. Tanto como tú me oyes gemir, yo quiero disfrutar tu voz en mi entrepierna, esos labios que saben tanto amarme como matarme.

Y muere conmigo cada noche, resurge de tus cenizas consumidas cada día. Yo las elevaré al cielo, para que prendan de mi piel y me secuestren los sentidos… esos que me colapsas con cada corrida.

Quiero ser esa mujer.

Quiero ser tu vicio.