Viajé solita a ver a mi hermana

El viaje se complicó y terminé la noche en la cama con el comandante del avión.

Viaje solita a ver a mi hermana

Me llamo Viiviana tengo 46 años, estoy casada hace 25 y tengo tres hijos mayores, el mes de marzo pasado, decidí visitar a mi hermana que vive en Miami, era un viaje de solo 8 dias y cada vez que voy la pasamos muy bien. Esta vez todo resultó diferente y espectacular, ya desde la partida, salia un Viernes a las 10.45 mi esposo Guillermo me llevo hasta el aeropuerto y como saben una vez pasado el preenbarque ya es inutil que alguien se quede para compañia, nos despedimos con la promesa que lo llamaba apenas desembarcara en mi destino.

Cuando ya habian pasado unos treinta minutos nos enteramos los pasajeros, que el vuelo estaba sobrevendido, y como yo viajaba como sublo(agregado de ultima hora), no podia salir hasta el proximo vuelo, el Sabado 11.00 horas de la mañana, no me desesperé pero hice todo el teatro como si fuera la ultima oportunidad de mi vida, como corresponde nos invitaron a alojarnos para pasar la noche en un hotel del centro, a mi realmente no me correspondia, pero chille hasta que un tripulante de reserva (un comandante) que solo debia viajar para hacer posta, se apiado de mi y sugirio que me dieran esa posibilidad a mi tambien.

Al rato ya estabamos todos en el hall del Hotel Presidente, y otra complicación, no habia habitaciones suficientes, Gustavo, asi se llamaba el comandante, se me acerco, y me dijo si tenia objeción en compartir la habitación con otras pasajeras, a lo que accedí. Luego de cenar nos llevaron a las habitaciones, y una vez dentro de ella, noto que solo habia una cama matrimonial y una de las tipicas valijas de tripulante, pense en que me habian hubicado junto a alguna azafata pero ooh! mi sorpresa, cuando llaman a la puerta y abro, Gustavo con una botella de Sidra y dos copas, dandome la noticia que el podia ser mi ocasional compañero de habitación. El shock fue bastante duro, el tenia una pinta terrible, veterano de unos 55 años, delgado, canoso y con una percha que me habia enloquecido desde que lo habia visto en el aeropuerto.

Lo dejo pasar nos sentamos en la mesa, y me confia que desde que me habia visto, solo pensaba en la forma de avanzarme, y todo se le dio como a pedir de boca, me pregunto si le estaba molestando algo de lo que habia hecho, pero realmente se me notaba que no solo no me molestaba, me gustaba, excitaba, y estaba esperando el momento en que me tomara en los brazos y arrojara sobre la cama.

Era el sueño de toda cuarentona casada, que un bombonazo de estos te quiera solo para cojer una noche. Me tomó de la mano, comenzo a desprenderme el saquito que tenia puesto, luego se quitó el suyo, me tomó de la cintura, nos besamos, ya estaba yo desprendiendole los botones de su camisa, la corbata estaba ya en el piso, me levanto la pollerita que por cierto era muy muy corta, con la dos manos por abajo de ella descubrio la diminuta tanguila negra de encaje que hasta ese mismo momento llevaba puesta, jugo con ella, me recorrio la cintura, los muslos, la rejita, y volvia a subirme la tanguita, yo ya estaba mojada como nunca, mientras me habia quitado mi blusa el corpiño y sus pantalones, pero el seguia jugando con mi culo, cuando ya estabamos casi desnudos me tiro sobre la cama y me miro de pies a cabeza una y otra vez, yo con las manos extendidas sobre mi nuca y el mirandome una vez más, como me excitaba esto, de repente se pone a jugar con sus dedos en mi conchita, me destapaba la tanguita por arriba primero, luego la acomodaba, otra vez por el costadito, despacito me fue abriendo las piernas y veo que comienza a acercar sus labios a mi entrepierna, primero por arriba de la bombacha, luego haciendola hacia un lado, directamente sobre mis pocos pelos, recien depilados.

Yo estaba al maximo, comence a buscarle la pija con una mano primero, cuando el ya estaba comiendome la concha, llego a introducirme su hermosa pija re-parada en mi boca, una meme impresionante, me la estaba comiendo con unas ganas terribles, cuando noto que comienza a tener vida propia esa pija, que no recuerdo haber comido una tan gruesa, se incorpora, me toma de las piernas y me quita la tanguita que por estos momentos era un manojo de encaje y jugos. En el abrazo previo a la cojida que estabamos por tener, me pregunta si ya habia avisado en casa que se habia pospuesto el viaje, le digo que no, y me pide si es posible que lo hiciera en ese instante, para relajarse un momento pues estaba demasiado exitado y al palo, me resulto extraño pero excitante, llamar a mi marido desde la cama con otro, ni me paso ni se me hubiera ocurrido, pero tome el telefono, y llame a Guillermo para comentarle los acontecimientos del viaje.

Me atiende mi esposo, ya eran las 1 de la mañana, cuando comienzo a explicarle, Gustavo sin más me abre las piernitas, se me sube y muy dulcemente comienza a dar pequeños golpecitos con su pija en mi concha, no tienen idea la excitación, la calentura que me vino, el tipo me queria cojer mientras yo hablaba con mi marido por teléfono, y de a poquito, primero la cabecita, la metia la sacaba un poquito, otra vez adentro, hasta la mitad y otra vez toda afuera, me tomo de la mano y me incitaba a que lo pajeara un poquito luego otra vez adentro, y yo ya le decia incongurencias a Guillermo, cuando no di más le dije que me moria de sueño por los nervios y le corte, corte y comenze a acabar a los gritos, me tuvo que tapar la boca, nunca senti una pija tan adentro, y tan, como puedo explicar, te llenaba toda, no entraba en mi concha un dedo más ni de profundo ni de ancho, que fue lo que más me exito. Me lleno toda habia leche brotando de mi entrepierna como nunca, mis piernas y pancita toda pringosa, si me pregunta como termino esa noche, no me acuerdo, solo se que a la mañana siguiente, tenia un olor a pija en la boca, las sabanas duras de los jugos que se habian secado en ellas, mi pelo una mata, ni que hablar de mis ojeras, y me dolian las nalgas de la fuerza que habia hecho, por suerte tuve 8 dias para reponerme. Gracias por leerme Viviana.