Viaje sin retorno (1 : Comienza el viaje)

Hay viajes que cuando los empiezas no hay manera de volver atrás. Primera parte de lo que va a ser el viaje de las vidas de un grupo de amigos. Nuestro viaje comienza con el principio de curso.

Antes de nada daros las gracias por abrir este relato y así darme una oportunidad de mostraros lo que me gusta hacer que es escribir. Espero que os guste, es mi primer relato y a lo mejor no me he quedado todo lo agusto que me hubiese gustado, pero creo que no está mal para ser el primero. Gracias otra vez y espero que lo disfrutéis.

Ya estaban a principios de Junio, pero parecía que estaban en pleno agosto. El calor aún con el paso del tiempo había persistido, esto le había obligado a dormir sin camiseta una noche más. En un piso céntrico de una ciudad al norte de la península dormía plácidamente un chico rubio. Dormía boca abajo llevando solamente unos boxers negros, cualquiera que lo viera en ese momento hubiese pensado lo mismo: era un chico realmente guapo. Las sabanas solo le tapaban hasta la mitad de unos fuertes muslos dejando ver un culo tambien fuerte, muy proporcionado. Si seguias recorriendo con la mirada su cuerpo llegabas a una espalda fuerte, musculada y unos brazos muy definidos que aún estando relajados se podia adivinar una gran fuerza en ellos, seguramente por las largas sesiones de natación que tanto le gustaban. Tal vista terminaba con la cabeza de un chico ladeada, su pelo rubio corto descansaba apollado en una mullida almohada. Al tener los ojos cerrados no dejaba ver sus ojos azules de un intenso que cuando te miraban parecía que te podían ver hasta el alma. Aún con todo esto Iván no era mas que otro chico más, con sus problemas y preocupaciones típicas de un adolescente que ese mismo día empezaría un nuevo curso, nada menos que primero de bachiller. Nada parecía perturbar el sueño del chico hasta que un pitido muy molesto inundo la habitación, rápidamente uno de sus fuertes brazos corrieron a apagar aquel molesto ruido, proveniente de un despertador colocado encima de una mesita de noche.

Al ver qué hora era Iván se desperezó y maldijo por lo bajo el final del verano. Se levantó lentamente y cuando estuvo sentado en el borde de su cama se dió cuenta de que había una parte de su cuerpo que se había levantado muy animada. Era normal, le venía pasando desde hace tiempo, esas erecciones matutinas no eran un gran problema en verano ya que tenía tiempo de sobra para hacerse una paja matutina, cosa que disfrutaba mucho. Aunque en ese momento dudó, no tenía tanto tiempo como para pajearse tranquilamente, aunque tampoco era plan de bajar así a la cocina donde estaría su madre esperandole con el desayuno. Al final optó por darse una buena ducha antes de bajar a desayunar, sí, eso seguro que le ayudaría a despertarse y relajarse. Rápidamente cojió una toalla de su armario y se metió en el baño que tenía entrada directa desde su habitación. Mientras esperaba a que el agua se calentara se quedó mirandose al espejo. Ante él un chico de una estatura media, rubio y con los ojos azules le devolvía la mirada con un aspecto somnoliento. Su mirada recorrió entonces su cuerpo, bajando por su cuello llegaba a sus pectorales fuertes y bien definidos y bajando un poco más se podian apreciar en su abdomen la tableta de la que tan orgulloso estaba. No estaba muy marcada, pero ya se empezaba a apreciar claramente, cosa que no muchos de sus amigos podían decir. Al darse cuenta de que el agua ya echaba humo de lo caliente que estaba se metío en la ducha, quitandose antes unos boxers negros ajustados que se habia dejado para dormir cómodamente. Al hacerlo dejó al aire su miembro, que se mostró duro como una piedra. Por un instante lo observó, la verdad es que era de un tamaño bastante normal, de un color un poco mas moreno que su cuerpo, cosa que no era mucho, ya que él de por sí siempre había sido muy pálido aún en verano. Su tronco lo surcaban un par de venas y en la punta se dejaba entrever el glande rosado todavia medio cubierto por el prepucio. La verdad es que ese día se había levantado especialmente animado, y todo parecía apuntar hacia unos sueños bastante humedos que había tenido esa noche. Pero, no habían sido como los de siempre, habia soñado con demasiados... ¿chicos? Esta idea lo desorientaba un poco, aunque sin darle mas importancia se metió en la ducha. Dejó que el agua recorriera todos y cada unos de sus músculos. El agua resvalaba por sus pectorales pasando por sus pequeños y rosados pezones que ya estaban erectos, bajaba por su abdomen recorriendo sus abdominales, pasaba por su polla, envolviendola suavemente y al final se perdía en sus fuertes muslos. Si, en definitiva estaba muy bueno. Este pensamiento le hizo sonreir. Lentamente fue acariciando todo su cuerpo suavemente, desde pellizcarse suavemente sus pezones hasta acariciar sus abdominales, su ombligo y finalmente llegar a su polla. La cogió suavemente, pero de forma firme, lentamente empezó una paja lenta. Subía y bajaba la piel de su miembro suavemente, masajeaba el tronco donde pasaba sus dedos por dos marcadas venas que tenía. Este movimiento lo alternaba con el de llevar su mano la punta y alli masajear lentamente su rosado glande... Poco a poco fué aumentando el ritmo de tan placentera paja, hasta que su brazo tomó un ritmo demencial. Iván empezó a emitir pequeños gemidos, tapados por el ruido de la ducha, avisando de que no le quedaba mucho para correrse. De repente levantó la cabeza, emitió un gemido mayor y finalmente su polla soltó todo el semen acumulado, dos, tres, cuatro, hasta cinco trallazos de abundante semen cayeron repartidos por el suelo, pared y mano de Iván. Se quedó sin poder mantenerse casi en pie, sin duda había sido una gran corrida para lo que solía acostumbrar. Finalmente un ruido lo sacó de su ensimismamiento, el de su madre aporreando la puerta del baño.

  • ¡Vamos Iván o ya vas a llegar tarde desde el primer dia!

  • Ya voy mamá- dijo éste limpiandose bien con el chorro de agua los restos de semen que se le habían quedado en la polla, además de la pared.

Salió de la ducha, se vistió, unos pantalones cortos y una camiseta blanca bastarían ya que hacía mucho calor. Así bajó a desayunar y finalmente con su mochila a la espalda se encaminó hacia el Calderón. Estrenaba colegio, al terminar la ESO tenían que cambiar de colegio a uno más grande. Esto no le preocupaba demasiado, no le hacía mucha gracia que lo separaran de sus amigos en las clases, aunque durante los recreos tendrían tiempo para estar juntos. La verdad es que tenía muchas ganas de volver a sus amigos, ya que éste se había pasado todo el verano en Italia con su padre y... Hugo, acordarse de él hizo que se le ensombreciera la cara. No, no iba a dejar que eso le estropeara el curso, todo eso ya formaba parte del pasado y no quería deprimirse pensando en ello. Aunque de repente un recuerdo le cruzó la mente, el sueño que había tenido esa misma noche recordaba mucho a... Y encima se había levantado excitado a mas no poder! Con una rápida sacudida de cabeza se dijo a sí mismo no volver a pensar en ello, por fin veía a lo lejos su nuevo colegio. Un edificio enorme, de unos cuatro pisos con un par de campos de futbol en la parte delantera, aunque él había oído que en la parte trasera había otros dos, tendría que comprobarlo... Pensó que todos sus amigos ya estarían allí esperandole, bueno, todos menos Pablo que seguramente llegaría tarde. Era su mejor amigo pero a veces le darían ganas de matarlo por lo tarde que llegaba siempre. Esto se debía a lo despistado que era, acordarse de ésto hizo que una amplia sonrisa apareciera en su cara, sí, sin duda los había echado mucho de menos.

Un poco más adelante de donde se encontraba Iván, ya en el colegio, Javi esperaba pacientemente a sus amigos. Parecía que todos se habían puesto de acuerdo ese día para llegar tarde, cosa que no le hacía ninguna gracia ya que no estaba nada cómodo en esa situación. No conocía a casi nadie de su alrededor, era uno de los incovenientes de cambiar de colegio. Él no era una persona muy abierta y con los únicos con los que estaba agusto era con sus amigos. "Tranquilo- se dijo a sí mismo- no pasa nada, no tardarán demasiado, esto me pasa por siempre llegar antes de la hora..." Cerró los ojos un momento para poder relajarse. Dejó que el viento despeinara su pelo castaño oscuro, el cual siempre llevaba bien peinado hacia un lado. Al tener cerrados los ojos no dejaba ver sus negros ojos, era de una estatura media, aunque quizá era un poquito mas bajo que Ivàn cosa que le convertía en el más bajito del grupo, cosa que tampoco le hacía ninguna gracia. Siempre había pensado que no era gran cosa, tenía la suerte de que sin hacer ningún tipo de ejercicio nunca engordaba (benditos genes) , aunque eso no significaba que estuviera cuadrado. Todo lo contrario no tenía mucho musculo aún con eso sabía que algunas chicas lo consideraban un chico muy mono. Acordarse de ésto hizo que un gesto de preocupación apareciera en su siempre tranquila expresión, él era gay, homosexual o como quieran llamarlo... Lo había asumido ese mismo verano por lo que todavía no se lo había contado a nadie, tampoco pensaba hacerlo. Un escalofrío le recorrió la espalda... Miedo. Eso era lo que le daba toda esa situación, no sabía como iba a reaccionar la gente al saberlo y mucho menos amigos... El miedo al rechazo lo comía por dentro. ¿Y si no le entendían y lo dejaban de lado? ¿Y si...? En ese momento una voz lo sacó de sus pensamientos devolviéndolo a la realidad.

-¡Javi cabrón cuanto tiempo! Si has crecido y todo, ¡ya hasta me llegas a la cintura!

-Ya veo que el verano no te ha quitado la estupidez de la cabeza ¿e?- Aún y todo Javi sonrió, ese tipo de bromas eran comunes en el grupo y más con Mario que lo miraba con su gran sonrisa dibujada en la cara. La verdad era que éste era el más alto del grupo por lo que Javi a su lado no era gran cosa.

Mario era un chico alto y moreno, aunque el castaño de su pelo era un poco mas claro que el de Javi que junto con sus ojos color miel y su amplia sonrisa le daban un aspecto de lo mas dulce, cosa que chocaba mucho con su forma de ser. Para los que le conocían ya sabían que no debían fiarse de esa cara de niño bueno.

-Bueno, y que tal el verano, ¿te fuiste a Menorca no?- Preguntó Javi feliz por tener al fin compañía.

-Si, y no veas que bien, os tengo que contar un montón de cosas, pero tio lo mejor a sido que me he liado con unas cuantas. No sabes lo buenas que estaban todas en esa isla.

-Pues si que estaban desesperadas, porque para liarse contigo... Mira que eres fantasma.

-Si si, envidia es lo que tienes pequeñajo jaja, por cierto ¿los demás como es que no han llegado?

-No se, parece que hoy todos llegais tarde...- dijo Javi pretendiendo aparentar enfadado, cosa que no consiguió. Estaba demasiado feliz de ver a su amigo otra vez, la verdad es que no le extrañaba que se hubiera liado con unas cuantas, ya conocía a Mario cuando ligaba y era realmente irresistible. Y mucho más en la playa donde podía lucir ese cuerpazo de futbolista que gastaba.

-Bueno, y tu que tal lo has pasado, mal no creo, aunque te hayas quedado aqui con la playa y todo eso...

-Si, bueno, no ha estado mal, he quedado bastante con Alberto, ¿te acuerdas de él? Es mi vecino, ya que me habeís abandonado todos este verano...

-¿Un chico asi alto moreno? A sí, ¿ese al que le encantaban los videojuegos no? A tenido que ser apasionante un verano con él ¿no?- Dijo Mario riéndose.

-No te rías de él, pobre, no tiene muchos amigos. Creo que me comentó que este año también viene a este colegio.

-Pff ¿en serio? ¿Le vamos a tener que aguantar? Nunca me ha caído bien ese chico, es tan raro...- Dos personas les cortaron la conversación con un inmenso abrazo grupal.

-¿Que tal todo tios?- Dijo un sonriente Pablo que había llegado con Iván.

Pablo era un chico bastante alto, aunque no tanto como Mario. Tenía el pelo de un negro inteso que chocaba con sus profundos ojos verdes. Ese verano se lo había cortado, aunque solía acostumbrar a llevarlo más largo. Todos estaban encantados de verse por fin después de tanto tiempo. Todos empezaron a hablar de qué habían hecho en verano, ya que por sus viajes ninguno se había visto demasiado. De repente, Jave les interrumpió.

-Oye tios, perdonad, pero me estoy meando. ¿Donde hay aquí unos baños?

-Pues la verdad es que no lo se...- Respondió Pablo, eso era uno de los inconvenientes de estar en un colegio nuevo.

-Ay... ¿Qué hariais sin mi e?- Dijo Mario sonriendo con suficiencia- Mira, ves esa puerta de allí, pues ahí tienes los baños. Si quieres te acompaño y te la sujeto mientras meas- Con eso provocó la risa de sus amigos, hasta Javi sonrió un poco...

-Ya te gustaría cabrón, os veo ahora- Y se encaminó hacia los baños. A lo lejos escuchó como su amigo le gritaba:

-¡Ten cuidado no sea que te pisen enano!- por toda contestación Javi sin girarse levantó el brazo con el dedo corazón levantado con la certeza de que sus amigos le estaban mirando. Básicamente queriendo decir "que te den", aún y todo no podía dejar de sonreir, era genial estar todos otra vez juntos.

Nunca le habían importado demasiado las provocaciones de Mario, ya que sabía, que en caso de que tuviese algún problema su amigo sería el primero en ofrecerse a ayudarle. De hecho, así fué como se conocieron. Javi de pequeño siempre tuvo problemas para relacionarse con los demás y algunos aprovechando eso no perdían la oportunidad de meterse con él. Cuando eso pasaba Mario era de los pocos que salían en su defensa aunque no se conocieran, eso acabó en una sólida amistad.

Al entrar por la puerta indicada encontró otras dos puertas, cada una con su simbolo correspondiente. Entró al baño de chicos, una sala amplia con varios baños individuales y muchos lavabos. Todo estaba muy blanco y limpio, se notaba que era el primer dia...Se encaminó hacia uno de los baños cuando de uno de éstos salió un chico alto de su edad. Era moreno y tenía los ojos de un color muy interesante... era como de un gris oscuro. El pelo negro muy corto lo llevaba hacia arriba en punta, la verdad es que era muy guapo. Pero el detalle que más le impresionó a Javi fué que para su deleite el chico iba sin camiseta. Así se podía apreciar muy bien que el chico gastaba un cuerpo que ya quisieran muchos, tenía los pectorales marcados y unos pezones pequeños y muy morenos. Al bajar más la mirada se apreciaban en su abdomen unos abdominales muy marcados aún estando relajado. Desde el ombligo bajaba una hilera de morenos pelos que se perdían la goma los calzoncillos que llevaba. El chico al verle a Javi le sonrió.

-Que tal Javi? Cúanto tiempo no?- Al oir ésto Javi se extrañó, no era muy conocido entre la gente de su edad, y además de haber conocido al chico que tenía delante se habría acordado no? Por fin se acordó.

-Ostia Jaime, pues sí hacía tiempo que no te veía, la verdad es que cada vez vamos menos a verle Mario jugar- por fin se había acordado, Jaime era uno de los compañeros de Mario, jugaban en el mismo equipo de fútbol. Se lo habrían presentado una de las veces que habrían ido a verles jugar. Aunque eso no le hacía salir del asombro de que Jaime se acordase de su nombre.

-No me extraña, jaja no ganabamos muchos partidos la verdad...-respondió sonriente éste, la verdad era que estaba buenísimo, los brazos tan musculados que tenía le daban ganas a Javi de lanzarse a tocarselos, además parecía que había tomado mucho el sol en verano, porque estaba muy moreno.

"No me extraña- pensó Javi- con ese cuerpo yo también me pasaría el día sin camiseta..."

-Esto... Jaime, vale que haga calor, pero por qué vas sin camiseta?- preguntó sintiendose estúpido por un momento y maldiciendo por ponerse rojo en ese momento.

-Ostras, pues no me acordaba- dijo mirandose su cuerpo sin camiseta y riéndose a la vez-Verás, la verdad es que estaba intentando limpiar la camiseta, algún idiota me ha tirado algo encima.- levantó el brazo señalando una camiseta negra que había encima de uno de los lavabos. Se encaminó hacia el lavabo y abrió el grifo, aunque le dió demasiada presión y al meter las manos debajo del chorro se salpicó entero, mojándose su preciosa tableta. Al parecer el agua estaba fría porque sus pezones se pusieron duros en un instante. - Mierda!- Exclamó al tiempo que sacaba una toalla de su mochila y se secaba con ella. Esta visión estaba volviéndole loco a Javi, por ello cuando Jaime le hizo una pregunta lo pilló totalmente por sorpresa. - Por cierto, tu que opinas, ¿crees que me tendría que apuntar al gimnasio?- Al preguntar esto se señaló los brazos y seguidamente empezó a sacar bola y a tensar todos los músculos de sus brazos y espalda. Javi, sentía que se moría ahí mismo.

-Pues... Esto... Yo... No se...- Javi no era capaz de articular nada, quería decirle que así como estaba, estaba genial y que si encima se apuntaba al gimnasio sería algo increible. Pero por más que decía esas palabras en su cabeza no sonaban más a tío al que no le interesan otros tíos.

Esa visión para Javi ya fué demasiado y se dió cuenta de que la tenía durísima y rezó por que Jaime no se hubiese dado cuenta. Rápidamente con la excusa de que se meaba, que de hecho era cierta, entró corriendo a uno de los baños y cerró la puerta con pestillo. Rápidamente se sacó la polla de los pantalones que ya le dolía de lo dura que la tenía. Vale que su cuerpo no era gran cosa, pero si había algo de lo que sí que se sentía orgulloso era de su polla. Por lo que sabía o había visto en los vestuarios después de las clases de gimnasia la tenía mas grande que la media. Era más larga que ancha y al final salía el glande rosado ya casi descubierto del todo. Estaba tan caliente que ya le había salido un poco de semen. Pensó rápidamente en hacerse una paja. Le bastaron tres o cuatro sacudidas para correrse de una manera bestial. Cinco trallazos de semen le salieron que fueron a la mitad retrete. Después de eso se tuvo que sentar, más bien se dejó caer encima del retrete. Pocas veces se había corrido de esa manera. Con papel se limpió los restos de semen de su polla y de su mano. Al haberse adecentado salió otra vez del baño y allí se encontró otra vez con Jaime que ya se había puesto la camiseta.

-Te has quedado agusto no?- le preguntó con una sonrisa. Esta pregunta le pilló por sorpresa a Javi que e quedó sin saber qué decir. Era imposible que se hubiese dado cuenta... Optó por hacerlo todo de la manera más natural que pudiese.

-Pues sí la verdad, me estaba meando y eso...- dijo lo mas natural que pudo. Aunque Jaime lo miraba entre divertido y con cara de no creerse nada. El momento fué muy incómodo para Javi, si lo sabía ¿por qué no le gritaba o le insultaba? o incluso ¿por qué no le pegaba? Estos pensamientos lo empezaron a matar por dentro, no estaba preparado para que nadie lo supiese... todavía no era el momento. Pero por qué no reaccionaba así Jaime? De hecho parecía que la situación le hacía gracia...

En cambio Jaime solo le sonrió y se despidió de él con un apretón en el hombro.

-Bueno, me voy, que me están esperando. A ver si nos vemos más no?- Y con una de sus perfectas sonrisas se fué dejando a Javi con cara de tonto.

Una sirena lo interrumpió avisándole de que tenía que entrar, ya dentro se reencontró con sus amigos y vieron las listas de cómo los habían distribuido en las clases.

A Javi casi le da un pasmo cuando se encontró con que no tenía a ninguno de sus amigos en clase. Rápidamente buscó algún nombre conocido en la lista, en su cabeza esperaba encontrar el nombre de Jaime pero no lo encontró. Aún así dió gracias a los dioses cuando encontró el nombre de 'Alberto Sanchez' en la lista, por fin respiró mas tranquilamente. Bueno, no era lo mismo que tener a cualquiera de sus amigos en clase, pero por lo menos tendría a alguien conocido con quien hablar. A Mario,Pablo e Iván les había tocado juntos, ésto los alegró mucho a los tres.

-Menuda mierda, por qué me tenía que tocar justo a mí solo en una clase? - Preguntó Javi con cara de fastidio al enterarse de que sus amigos estaban juntos.

-Va no te preocupes que por lo menos estas con el friki de tu vecino no? - dijo Mario con tono burlón - No decías que era majo? Pues ala mira, todo para ti...

-Gilipollas...-le soltó Javi, esta vez claramente enfadado.

-Anda no te enfades, no te preocupes, solo va a ser en clase, luego en los recreos estamos todos juntos- dijo Iván en un tono apaciguador pasandole el brazo por los hombros a su amigo.

-Eso es pequeñajo no te enfades, si yo te quiero mucho- dijo Mario, al decir esto le intentó abrazar a Javi que con pocas ganas se intentaba escapar del abrazo que le estaba dando su amigo. Todos acabaron riéndose menos Pablo que seguía mirando las listas.

-Ey Iván, ¿a que no sabes a quién tenemos en clase?- dijo Pablo de repente muy feliz.

-No, ¿alguien conocido?- dijo Iván con interés.

-Míralo tú mismo- dijo Pablo con una sonrisa esperando que para su amigo fuera una grata sorpresa, aunque el resultado fué todo lo contrario.

-¡¿Qué?!... No, no puede ser....- Iván no podía creer lo que veía.

Los demás le preguntaron con gran preocupación a ver si todo iba bien al ver la expresión de terror que se le había formado a su amigo en la cara.

-Si... claro... todo bien. -dijo formando una forzada sonrisa que no convenció para nada a sus amigos.

No podía creerlo, pero... Por qué le tenía que pasar esto? Ya iba a ser un curso muy complicado como para que enzima tuviese esa preocupación extra. A la única persona que no quería volver a ver y se la tenía que encontrar otra vez de esa manera.... Él sabia que solo un nombre era capaz de hacerle reaccionar asi...'Hugo Martinez'.

Muchas gracias por leerme. Espero que os haya gustado y si no, pues me encantaría que me dejarais en los comentarios la razón y así aprender, que de eso se trata no? Por último disculparme por no haber sexo en éste capítulo, era un poco complicado meter algo así al principio. Os prometo que en el siguiente lo tendréis, tengo un montón de ideas y estoy muy emocionado por poder daroslas a conocer poco a poco...Si vosotros queréis claro.