Viaje republica dominicana
Nuestro viaje de hace 10 años por la republica dominicana, elder
En el 2010 en la república Dominicana
Ëramos novios por entonces, sin más preocupaciones que disfrutar de la vida en común, sobre todo, viajando, en Enero de ese año adquirimos un viaje para febrero de una semana todo incluido para la isla caribeña, realmente un chollo, pero condicionado a ir en determinadas fechas y a cierto resort…pero bueno, a disfrutar.
Estábamos en Bávaro, un lugar plagado de turistas pero cálido y tranquilo que era lo que buscábamos, quizá demasiado tranquilo, al segundo día un poco hartos de la rutina del complejo y del lugar y sin haber alquilado coche decidimos llamar a un anuncio de navegar en catamarán, nos recogería al día siguiente en S. Carlos, como a las 12 de la mañana, 3 días y dos noches, con visita a playas desiertas , pesca y otras actividades como snorkell. Por la mañana buscamos un coche que nos acercara, por la 104 atravesamos a veces selvas otras terrenos de cultivo, mola el paisaje tan distinto al de España.
Nos dejó muy cerca del muelle de Sabana de Mar, eran las once y agradecimos salir del bochorno interior del `` taxi ´´ al bochorno exterior con la brisa marina. Ya podíamos ver el catamarán, pues sólo él y otros 2 veleros estaba en ese momento atracados.
Al acercarnos estaban aprovisionando de viandas en cajas el barco, una morenaza espectacular alcanzaba las cajas a un caribeño atlético y robusto, mientras un nórdico bastante bronceado nos seguía con la mirada, hasta que nuestras miradas se cruzaron y se acercó a preguntarnos…
María y Carlos , supongo…soy Jan, se presentó y él señalando al caribeño, es Elder, y ella su novia, Melani, este vuestro barco, Aurora Boreal, bienvenidos a bordo…
Pidió a Elder que nos ayudara a subir y con las maletas, muy disciplinado y sonriente así lo hizo, a bordo Jan nos enseñó el barco y nuestro camarote, nos dió explicaciones de cómo comportarnos a bordo, sitios donde pisar, cosas de no tocar, la cocina, uso del aseo… otra vez en cubierta vemos como se despide Elder de su preciosa novia dándola un beso de tornillo y un buen magreo en el culo, dios como me puso esa tía, María lo notó y me susurró que dejara de babear…
Puntuales, a las 12 soltábamos amarras y un leve sonido de motor nos sacaba del muelle hacia el mar, al poco se ponen a desplegar velas y a gobernar el barco alejándonos de la costa pero paralelos a ella como a un kilómetro, la suave brisa nos acariciaba el rostro y nos sentamos en unas tumbonas a pro disfrutando de ese momento, yo me despojé de la camiseta y maría de igual modo en bikini, la apliqué un poco de protector solar y a disfrutar.
De cuando en cuando recibíamos las atenciones del sonriente Elder, con cervezas bien frías o aperitivos o toallas…un poco pesao.. pero supongo que era su labor, se que Maria., por el contrario disfrutaba cada vez que se acercaba, porque he de reconocer que tíos tan bien formados y alegres como él… pocos.
A eso de las 3, notábamos el cambio de rumbo hacia la costa, nos llamaron para comer, en una mesa bajo un toldo a popa del baro todo estaba listo, el barco fondeó cercano a la desierta playa y allí con unas vistas magníficas y una brisa maravillosa, disfrutamos de de unos maravillosos pescados a la plancha con unas ensaladas repletas de frutas tropicales y cerveza primero y luego un vino blanco, curiosamente español, los cuatro charlamos de opiniones de la isla, de España, Jan nos contó su éxodo desde su Dinamarca natal hasta ahí, y al final risas y una relajación espiritual total. Nos dijo que navegaríamos otro par de horas hasta un sitio dónde poder hacer snorkell, mientras que nos echáramos una siesta si lo creíamos oportuno, así lo hicimos, nos metimos a nuestro camarote, bajito pero romántico, ella empezó a toquetearme al acostarnos, pero me di la vuelta y el suave balanceo del mar nos adormiló en un instante.
Habían pasado casi un par de horas y nos despertó el tintineo de una campana, nos asomamos y pudimos oir a Jan que nos preparáramos para ver pececitos, me puse un florido bañador y María un diminuto bikini azul metálico, la dije q la comerían los peces con tanto destello, se cubrió con un pareo y salimos a cubierta. Elder nos esperaba en bañador turbo con el equipo de aletas, gafas y tubo, estábamos fondeados a unos 200 mts de la playa, pero a unos 50 de un arrecife, tras equiparnos, seguimos a Elder al agua, apretaba el calor y ese chapuzón nos desperezó al instante, jan desde el barco nos señaló el camino y nos deseó suerte, al poco estábamos viendo peces multicolores acercarse a nosotros por todos los lados, nadando y escondiéndose entre las formaciones de coral, Elder nos guiaba tras suyo y cuando presuponía que vería algo nos avisaba con un toquecito, pude observar como a Maria la avisaba con más frecuencia, incluso la acercaba para si o la pasaba la mano por la espalda o las piernas, hechos estos que me ponían bastante cachondo, a la media hora de estar deambulando entre corales y peces, Elder hizo pie sobre una roca, le seguimos y nos sugirió que si queríamos ir hasta la playa y tumbarnos un rato en la arena a la sombra de las palmeras, sin tiempo de pensar nada, María asintió, y de ese modo nos lanzamos a nadar hacia la playa, en poco llegamos, nos despojamos de aletas y gafas y nos dirigimos a la soledad de la sombreada arena, me tumbé y a mi derecha lo hizo María, Elder dijo que iría a buscar un coco, y se sumergió bajo la vegetación, al momento María empezó a tocarme la tripa hasta conseguir mi erección y que mi glande prácticamente asomara por la goma del bañador, me puse de lado mirándola, ella, impasible; al poco llegó Elder con un coco verde y con un pequeño cuchillo q llevaba en el tobillo, lo perforó y nos ofreció un trago del riquísimo agua, él también se tumbó al otro lado de María, al minuto María prosiguió toqueteándome y volviéndomela a poner dura, decidí echar mi mano derecha a su pubis y comenzar a acariciárselo, poco a poco fui bajando y acariciándola el clítoris e introduciéndola un dedo y comprobar lo húmeda y caliente que estaba, luego 2 dedos y ella ya sin ningún pudor separó las piernas y sin dejar de acariciarme el glande pude ver como con su mano derecha tocaba la de Elder, y este imperturbable, boca arriba y los ojos cerrados, siguió tocándole hasta q llegó a su barriga y poco a poco fue bajando hacia su entrepierna, su bañador estaba inflado como un bote, pero él, impasible, le acariciaba por encima del bañador y poco a poco al no encontrar reacción por parte de él, creo q tomó la decisión de meter la mano bajo el bañador, y seguía acariciando hasta que al poco lo sacó fuera, era morena y francamente enorme y empezó a deslizar su mano de arriba abajo, despacio al principio para ir cogiendo un ritmo más elevado, entonces vi como Elder abrió los ojos, giró la cabeza, nuestras miradas se cruzaron con el rostro de mi mujer por medio, parecía buscar mi aprobación, se incorporó un poco y se acercó a besarla, María le correspondió sacando toda la lengua, la mano que me agarraba mi polla ya se había detenido, y la mano que le pajeaba no paraba mientras él la besaba y la acariciaba las tetas, al momento se las mordisqueaba para al poco echarse otra vez de espaldas sobre la arena y dejar a las claras que se iba a correr, y así fue, un primer chorro de semen denso y blanco voló sobre su pecho y los posteriores rezumaban sobre la mano de María mientras esta obstaculizaba la salida del denso esperma para dejarlo fluir entre sus dedos , ya más tranquila pero todavía gimiendo con mis dedos en su interior seguía manoseando la polla de Elder cubierta de semen, éste se incorporó sonriente, se despojó del bañador y fue a darse un chapuzón, María se acercó la mano a su boca y empezó a chupetearla y saborear el semen de Elder, a la par que yo extraía los dedos de su interior, allí nos quedamos echados un buen rato, y Elder, como avergonzado a 10 mts de nosotros.
Al rato estábamos de vuelta en el catamarán, cambio de impresiones con Jan, todos felices. Nos dimos una ducha rápida en la cubierta y nos tumbamos con una cerveza en las hamacas de proa. Los preparativos para la cena comenzaron pronto, y a eso de las 9 nos llamaron para cenar, disfrutamos enormemente de las viandas, verduras a la plancha, pescados y mariscos, cerveza y vino, lo cierto es que reimos abundantemente, pero siempre con la tensión sexual esa de cierta complicidad entre María y Elder…
Tras la cena ella y yo nos fuimos a cubierta de proa con sendas cervezas a gozar del silencio y la noche estrellada, ahí me confesó que Elder la chiflaba, guapo, fuerte, moreno, simpático… mañana, la dije y nos bajamos al camarote, nos besamos y acariciamos y follamos como locos, ella en aquel entonces tomaba la píldora y me corrí en su interior, aguanté poco para su decepción…
Esa primer mañana balanceados por el suave efecto del mar nos despertó el golpeteo del agua sobre la cubierta, abrí la escotilla del techo y al asomarme pude ver que era Elder dándose una ducha totalmente desnudo, se percató de mi presencia y me sonrió, su cuerpo era realmente magnífico, moreno total, totalmente lampiño, fibrado y colgando un buen cipote acompañado de un gran par de huevos, hasta sentí un escalofrío interior al compararme con él, y eso que yo estaba y sigo estándolo en plena forma, pero yo creo que era un escalofrío de deseo, en eso que noté como mi chica se incorporaba y me pedía paso para asomarse preguntando que qué pollas miro… al asomarse comprendió que polla miraba, se quedó bastante alucinada pero sonriente, y respondió con una sonrisa al guiño de Elder, y la dije…a que te gustaría ir a enjabonarle…?, pues si, me respondió, se metió e hizo crecer mi pene con rapidez dado que ya estaba bastante engordadito con ese mi oscuro deseo por Elder, se la introdujo en la boca mientras mi cabeza seguía asomada a la cubierta viendo como Elder se secaba con una toalla y se enfundaba sus shorts de faena, me introduje de nuevo en el camarote y nos besamos con gran fruicción, nos lamimos por completo , me hizo tumbarme boca arriba y se sentó encima de mí introduciéndose mi dura polla, follamos con rapidez, se agachaba sobre mi pecho y yo la susurraba la descripción de la imagen de Elder en la ducha, la imagen de Elder follándola, la imagen de Elder corriéndose en sus tetas, no decía nada, pero tras sus párpados sus ojos estaban viendo esas situaciones, su conejo dilatadísimo lo decía todo…tubo un orgasmo silencioso e intenso, se levantó y descendió hacia mi polla, la chupó y la meneó, poco tardé en correrme, sintiendo cómo lo hacía dentro de su boca….uhmmm ,hora de desayunar dije….
Tras ese buen despertar nos pusimos sendos bañadores, ella uno de cuerpo entero, salimos a cubierta por la claraboya y nos dimos un chapuzón mañanero en esas prístinas y tranquilas aguas caribeñas, nos acercamos braceando a la popa y muy solícitos acudieron a echarnos una mano para subir por la escalerilla, a mi novia la ofrecieron una toalla colocándosela por encima de los hombros, cosa que pude apreciar así como la abundante sonrisa de Elder al hacerlo, por mi parte la tuve que coger yo.
Un abundante desayuno con todo lo que puedas desear y según las instrucciones de Jan navegaríamos toda la mañana hasta llegar a otro arrecife donde poder hacer snorkel de nuevo, María ya se relamía…
Durante la navegación yo pescaba al curricán y atrapé una pequeña barracuda, mientras María disfrutaba del solecillo y el sol en la proa, siempre con Elder por allí haciendo cosas de cubierta y velas, así como atendiendo todas sus solicitudes.
Llegamos al lugar indicado, y fondeamos, nos equipamos y nos zambullimos, para desgracia de María esta vez fue Elder quién se quedó en el barco, pero lo cierto es que fue magnífico el espectáculo de peces y corales, también salimos a la playa a descansar pero esta vez nos dedicamos a juguetear con unos cangrejos ermitaños. Al rato volvimos al catamarán y de igual modo que el día anterior esperamos en proa, mi mujer se cambió el bikini y se puso uno tipo tanga minúsculo se despojó de la parte superior y tras darse protector solar nos tumbamos como lagartos al sol.
Nos llamaron para comer, María se colocó de nuevo el bikini y se puso el pareo, disfrutamos de otra comida fresquísima y copiosa, entre las viandas, la barracuda a la brasa, exquisita, bebimos abundante vino tras un par de cervezas, hablamos de lo visto hasta ahora y todo eran miradas de complicidad, Elder se levantó a recoger las cosas de la mesa, y tras introducirse en el interior de la minúscula cocina Jan nos confesó que ayer nos vió en la playa, nos dijo que era una reacción normal que provocaba en la mayoría de las mujeres, especialmente en las europeas, y lo mejor de todo, que su novia lo sabía y que los toleraba con agrado…
Nos dijo que navegaríamos un buen rato ya volviendo para puerto, para fondear y hacer noche relativamente cerca y ya llegar por la mañana, eso después de que se echara una breve siestecita, así que fuimos a proa a tomar el sol, María se tumbó sobre una esterilla en cubierta despojándose del pareo y del sostén, se timbó boca arriba y me pidió que la extendiera la crema solar, así lo hice, tras los cristales de las gafas de sol pude ver sus ojos cerrados como ensoñando, sus pezones estaban duros como escarpias notaba que quería decir algo, hasta que lo dijo, `` pide a Elder que me ayude con la crema ´´, y así lo hice, le busqué con la mirada, y fui a pedírselo, no mostró ninguna objeción, cuando nos acercamos, María se había dado la vuelta y estaba con su portentoso trasero mirando al cielo, Elder se arrodilló y empezó a extender la crema por la espalda que yo iba echando, me senté en la tumbona observando como Elder con sus grandes manos extendía por hombros, brazos, glúteos, apreciando como María se ahuecaba para facilitar que las manos de Elder pudieran deslizarse por sus costados y consecuentemente por sus tetas, yo estaba palote, Maria se dió la vuelta dejando sus generosos pechos cara al sol, Elder, palote total seguía extendiendo la crema que yo había echado, por sus tetas, su ombligo, sus pantorrillas, muslos, entrepierna, en ese momento maría separó las piernas, para facilitar la maniobra, a la par que dejaba entreveer a las claras no ya sólo su almejita si no también sus intenciones, mientras que con su mano derecha comenzaba a acariciar por encima del bañador el bulto de Elder, éste, no dudó en acariciar primero por encima del bikini y luego por debajo el chochito de María, y ya sin miramientos, María introdujo su mano bajo el bañador de Elder y comenzó a moverla con energía, Elder se lo quitó allí se quedó en pelotas con la mano de María pajeándole y él introduciendo sus dedos en su almejita, se la veía gozar como nunca, me quité mi bañador y me puse de rodillas cerca de su cara para facilitarla que se introdujera mi dura polla en su boca, mientras Elder la había retirado el bikini y se agachó para bucear entre sus nalgas, las mantenía separadas con sus manos mientras veía como deslizaba su lengua por el chichi, como la movía con viveza en su clítoris, cómo, la introducía entre sus labios… la pedí que parara, pues notaba que me iba a correr, en eso que la oí pedirme que la follara, Elder se apartó empecé a follarla boca arriba mientras se la chupaba a Elder, pero no quería correrme, la saqué y fue Elder quien ocupó mi sitio, su enorme polla, casi lampiña y con esos pedazo de testículos la follaba con fuerza, la dio la vuelta y la puso a cuatro patas, María buscaba mi polla, y me la volvió a comer con ganas, noté que Elder de seguir así no tardaría en correrse y se lo dije a María, que Elder se correría, hizo que la sacara y se dio la vuelta para comérsela y yo volvía a follarla, Elder se tensó y seguramente iba a correrse, y así fue, pero mi mujer mientras yo la follaba no dejaba de comérsela y se tragó toda su corrida mientas que yo hice lo propio pero en el interior de su vagina, caímos exhaustos, la polla ya flácida de Elder limpia y brillante todavía siendo chupeteada por Maria y ella tirada y feliz bajo el sol caribeño…
Nos dimos un chapuzón los 3 desnudos, sonido que parece despertó a jan, quien nos observó con curiosidad desde cubierta, diciéndonos que o salíamos deprisa o nos quedábamos allí, al momento fue a levar ancla y extender velas…
Nos secamos felices y contentos, al momento Elder se puso a la faena, eso si, cada vez que pasaba al lado de María la guiñaba un ojo…
Pero el viaje no termino aquí…continuara…